Ronin

La obra que cambio a Frank Miller.

9
1989
 

Edición original:Ronin núms. 1 a 6 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Frank Miller.
Dibujo: Frank Miller.
Entintado: Frank Miller.
Color: Lynn Varley.
Formato:Rústica, 312 págs. 4 tintas / Cartoné, 336 págs. A color.
Precio: 26 / 40 euros.

 

En todo camino artístico existe un momento en el que se produce un punto de inflexión, una evolución interna del autor que se traduce en un salto cualitativo en su obra, un cambio de rumbo estético que hace que su trabajo se renueve por completo y se salga de su zona de confort para encarar nuevos retos con los que innovar en su arte. Frank Miller experimentó ese momento, esa inflexión, cuando en 1983 se publicó por primera vez la miniserie Ronin, una obra que cambió tanto a su autor como al medio.

Ronin es, en muchas ocasiones, una obra que se suele pasar por alto cuando se hace un recorrido por la obra de Miller. Su trabajo en Daredevil, en Dark Knight, en Batman Año Uno, Sin City y 300 parecen ser las obras que acaparan los focos mediáticos, cuando es Ronin la obra que lo cambió todo, incluso a Frank Miller.

Si nos ponemos en contexto Miller venía de estar trabajando en Marvel, editorial que abandona para pasar a trabajar en DC Comics. Su nueva editorial le da pie a poder publicar su primera obra donde el control de la misma recae total y absolutamente sobre su persona. Una libertad que llegó en el momento adecuado, cuando Miller sabe que hacer con ella exactamente, porque Ronin iba a ser la encargada de abrir nuevos caminos, romper moldes, definir conceptos y cambiar la forma en la que se veía el cómic hasta ese momento.

El proceso creativo de Ronin fue todo un reto par Miller, una odisea que supuso tener que enfrentarse a problemas que hasta ese momento nunca había sido consciente de que existieran. La concepción de la obra, la planificación, el cambio de estilo de dibujo de Miller, el control en imprenta, la creación de un nuevo formato para el cómic… fueron algunos de los obstáculos con los que tuvo que lidiar pero que, hoy en día, viendo la repercusión de la obra queda claro que Miller no solo los superó, sino que marcó un nuevo hito dentro de la industria.

Frank Miller siempre destacó por su capacidad para romper moldes a la hora de innovar y retorcer lo que hasta entonces era considerado canon y en el momento en que deja Marvel y recala en DC, llega con una ingente cantidad de nuevas ideas alrededor del pasado, el futuro, el honor, la disciplina, la tecnología, la ciencia y el ecologismo, así como del declive de nuestra sociedad. Una mente, la de Miller, llena de una densa bruma creativa que se destiló, como un néctar, en una esencia desconocida para los lectores de la época y que culminó condensado en Ronin.

Miller ya había estado abriendo brecha con nuevas composiciones de página, jugando con los textos, los grosores de línea, los primeros planos, viñetas rotas, violencia, muerte y dolor como nunca se habían podido ver y sentir en un cómic. En Ronin todo eso queda atrás y su dibujo no es que evolucione, sino que muta, se transforma por completo para mostrarnos a un Miller desconocido, totalmente nuevo, cargado de energía, donde la experimentación narrativa adquiere un nuevo significado y donde el color se vuelve un protagonista indispensable de toda la obra.

Ronin es la historia de un pasado y un futuro que se unen a través de la ciencia. Desde el Japón feudal a la Nueva York más decadente y tecnificada, un Ronin, un samurai sin señor, regresará para solventar los errores del pasado, implique lo que implique el poder lograrlo.

Esta obra esconde una trama densa en planteamiento, pero ligera en desarrollo. Todo fluye en una dirección y lo hace de forma natural y orgánica, sin recurrir a textos de apoyo y dejando que sean los diálogos entre los personajes los que nos vayan dando la información que precisamos. Los lectores somos espectadores de un mundo futuro apocalíptico, donde las cosas que pasan las vamos entendiendo a medida que la historia discurre. No hay nada que nos introduzca en los acontecimientos, sino que entramos de lleno, de forma abrupta, para ya no poder volver a salir hasta terminar de leer la obra.

Ronin es una bofetada artística para el lector que ve como Miller sintetiza más su estilo, aligerándolo de lo superfluo, eliminando fondos, para darnos la información mínima con la que componer la escena en nuestra mente. Todo un ejercicio de contención que rompe por completo lo que hasta entonces Miller había estado haciendo. Es por ello por lo que la primera reacción al abrir Ronin sea de rechazo por encontrarse en su interior un Miller ajeno a lo estándar, abriendo, cual rompehielos, un nuevo camino en lo que a narrativa y composición se refiere, e inventando nuevas herramientas gráficas con las que ir en dirección a lo desconocido.

Pero si uno se repone de esta primera impresión lo que recibe instantes después es aún más contundente ya que Ronin pulveriza lo que se entendía como color en los comics gracias al enorme talento de Lynn Varley, una artista ajena a la industria, que no teme experimentar y aplicar el color de tal forma que lo que uno esperaría ver no es lo que de verdad ve en la página. El color fractura la mente del lector, obligándole a ver más allá de lo que hay en la página, pues el trazo a lápiz, la tinta y el color se funden en una sola unidad que se traduce en una de las puestas en escena más ambiciosa del noveno arte. El color de Varley es sensual, atípico, disfuncional y abre la puerta a nuevos procesos de color inéditos en el momento en que Ronin se concibe. Tan importante es el color que Miller, Varley y su editor llegaron a viajar a la imprenta para controlar el proceso y que todo saliera como Varley había definido en su tablero de dibujo. Lograron su objetivo, enseñaron a los profesionales de la industria de impresión a plasmar la versátil y extraña paleta de colores de Varley… sin embargo, cuando se fueron, pensando que el segundo número ya saldría de forma automática, tuvieron que regresar de nuevo tras el desastre que llegó a las tiendas. Tan nuevo era todo que no bastaba con controlarlo una vez, sino que fue necesario supervisar todos y cada uno de los números restantes para lograr el acabado óptimo que la obra merecía.

DC inventó un nuevo formato, la edición prestigio, necesario para esta obra que precisaba de un mejor papel que el estándar de los comics de producción mensual. Todo esto, esta conjunción del trabajo en equipo entendido como tal y en su máxima expresión, es un claro mensaje a los lectores y las editoriales, que entienden que al otro lado hay un nuevo tipo de lector que busca obras donde se valore su capacidad intelectual.

Miller vuelca en Ronin el creciente interés que ya mostraba en Daredevil por la tradición japonesa, dando forma a un crisol en el que el pasado y el futuro se mezclan de forma orgánica, cuando nos muestra la tecnología como el siguiente paso en la evolución, asumiendo características propias de los seres vivos. Nueva York es fagocitada por la Inteligencia Artificial que sustituye lo obsoleto, lo podrido y muerto, por lo nuevo y puro. La idea resulta abrumadora.

Si se observa con detenimiento el trabajo gráfico de Miller se puede ver como en Ronin ya se ven trazas de los que más adelante se convertiría en la seña de identidad de Sin City. También es posible ver como su estilo se aleja del ya citado culto al detalle, que lo llevará a desembocar en el que iba a ser otra de sus obras claves, Dark Knight Returns. No es muy difícil ver en Ronin un collage completo de lo que Miller iba a traernos en el futuro a nivel puramente plástico y artístico.

Por tanto, Ronin se erige como el punto de inflexión de Miller, su punto y aparte, su hito personal sin el que no podríamos estar hablando de obras tan importantes para el género como Batman: Año Uno, 300, Sin City o la trilogía de Dark Knight. Miller crece como autor en Ronin, asimila sus propias debilidades, explota sus fortalezas y entiende que el cómic le permite poder explorar formas de arte totalmente vetadas a otras manifestaciones creativas en una síntesis global de arte narrativo escrito y visual.

Miller asumió el reto y corrió riesgos, enfrentándose a una obra que fue su particular proceso de liberación con el que derribó sus propios muros mentales y fue capaz de ver más lejos de lo que nunca ningún otro autor de cómic americano había sido capaz de ver. Ronin fue la obra del nunca se había hecho antes y gracias a ello hoy podemos decir que el noveno arte cambió para siempre a finales de 1983.

Ronin es una de las obras fundamentales para entender el cómic y su evolución. Ronin es una de las piedras angulares del arte secuencial, un punto evolutivo que puso en marcha los mecanismos adecuados para lo que estaba por venir. Leer y enfrentarse a Ronin es un acto esencial en la formación de todo lector de comics. Ronin evolucionó al medio y su lectura permite cambiar la forma de ver este arte, provocando la maduración interna de los procesos cognitivos de todo aficionado. Bienvenidos al futuro.

  Edición original:Ronin núms. 1 a 6 USA. Edición nacional/ España: ECC Ediciones. Guión: Frank Miller. Dibujo: Frank Miller. Entintado: Frank Miller. Color: Lynn Varley. Formato:Rústica, 312 págs. 4 tintas / Cartoné, 336 págs. A color. Precio: 26 / 40 euros.   En todo camino artístico existe un momento en…
Guion - 8
Dibujo - 9
Interés - 10

9

Innovadora.

La experimentación narrativa se materializa en Ronin. Un salto evolutivo dentro de la carrera de Frank Miller sin precedentes. Una obra fundamental que rompía con lo establecido. Un trabajo gráfico sobresaliente.

Vosotros puntuáis: 8.6 ( 17 votos)
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Paulo Hernando
14 diciembre, 2017 17:22

Esta es mi obra favorita de miller y eso que no le hago ascos a casi nada suyo ,salvo su all star con lee. Incluso su Dkll me parece una secuela de los mas digna , y no desmerezco ninguno de sus sin city ni 300. Ronin mantiene mucho de lo hecho por el autor anteriormente pero es de las pocas que se desliga del miller de siempre . Me encanto , tanto que es posible que jubile mi gastada edicion de norma para pillar una nueva.

Kaulso
Kaulso
Lector
En respuesta a  Paulo Hernando
14 diciembre, 2017 21:58

Ahora hay dos de ECC, la sencilla en tapa blanda (que esta bastante bien) y la Deluxe que tiene extras… pero tiene el formato ese de ECC que personalmente no me convence nada…

Paulo Hernando
En respuesta a  Kaulso
15 diciembre, 2017 10:40

Gracias por la respuesta Kaulso, tendre que tener las dos ediciones delante y comparar. A mi las ediciones de ecc me gustan. Mi queja con ellos son algunos precios , que de vez en cuando en los tomos bimensuales te meten una portada de carton por la cara y que no saquen muchas cosas. Panini saca todo, antes o despues en un formato o en otro. Que tambien tiene sus cosas , el tomo de spiderman vale practicamente lo que uno de ecc y siempre te meten relleno que no interesa, lo comprobe cuando lei spiderverse o la conspiracion clon. Supongo que marvel tiene mas tiron y es mas facil sacar mas material pero ecc ,aunque va mejorando (no mucho) se estira poco.

Kaulso
Kaulso
Lector
En respuesta a  Paulo Hernando
15 diciembre, 2017 15:04

A mi me pasa igual con los precios de ECC que tienen tomos de tapa blanda o tapa dura bien editados pero con unos precios que… pffff. Pero no le veo sentido a las ediciones Deluxe de ECC no me gustan nada por el tema de ser un poco más grandes que la edición original, tener una calidad de tapa dura que no es buena, lomo plano y, sobre todo, el plástico que no le veo ningún sentido… ¿no estaría mejor una sobrecubierta?

En cuanto al tomito de Spiderman ya se está dejando de lado el dichoso tema del relleno y esperemos que dure…

Save
Save
Lector
15 diciembre, 2017 13:24

Ronin muestra una de las características que más me gustan de Frank y que se suele pasar por alto: el tipo era una maldita esponja que bebía de cualquier parte del cómic mundial. En Daredevil te bebía de Eisner, Koike&Kojima y los clásicos del cómic superheroico, y aquí llega y se marca una fusión entre el comic europeo de ciencia ficción de Moebius y el de samuráis de los ya mencionado tándem Koikey&Kojima

nascitturuss
nascitturuss
Lector
17 diciembre, 2017 8:11

Es la historia de Miller que uno esperaría haber encontrado en Heavy Metal por estilo artístico y mezcla de contenido narrativo: futuro ciencia ficción occidental y pasado medieval japonés.
Impensable que se publicará algo así hoy día en DC, desaparecido VERTIGO como la que fue o EPIC. Asombra que el dibujante de Daredevil pudiera ser el mismo de este Ronin. Magnífico.

billyboy
billyboy
Lector
22 diciembre, 2017 23:44

Premio para quien entienda el final de Ronin

Save
Save
Lector
23 diciembre, 2017 13:11

Que el protagonista se convierte en un superhombre física y mentalmente. Vamos, así lo recuerdo yo.

Kaulso
Kaulso
Lector
En respuesta a  Save
24 diciembre, 2017 11:55

Si… más o menos… tampoco es que lo haya «comprendido» realmente nunca aunque lo he leído más de una vez.