¡Tendría que haberlo matado!
Norma Editorial nos trae
Zidrou, seudónimo de Benoît Drousie, es un guionista belga nacido en el año 1962. Comienza su carrera durante la década de los noventa en las páginas de la revista Spirou en series de corte infantil. Su carrera despega dentro del cómic para adultos con la llegada del nuevo siglo. Posiblemente sea el guionista más importante y exitoso del mercado francófono en lo que va de siglo. Entre sus obras destacan: Lydie, Los buenos veranos, El paseo de los sueños, Shi, Les Folies Bergère, La piel del oso o Marina por nombrar alguna de las más destacadas.
Alexeï Kispredilov es dibujante francés nacido en 1987. Los dos volúmenes de Rosko son su primer trabajo en el mundo del cómic. Entre ambos apareció su colaboración en el álbum colectivo Les années noires – Angoulême 1940 – 1944.
Hace seis años en un futuro cercano, Rosko evito que Per Svenson, un psicópata que cree seguir las ordenes de la virgen María, sumara su víctima número 93 salvado la vida a Epifanía. En la actualidad se encuentra apartado del Cuerpo de Policía, mientras que Per Svenson espera a que el público vote como se ejecutará su sentencia de muerte. Pimiento Tv tiene la exclusiva y pretende sacar el mayor redito publicitario posible, como ya hicieran con sus crímenes. Pero el espectáculo no va a salir como lo tenían previsto. O tal vez sí…
Rosko es una historia que mezcla el thriller con la ciencia-ficción. La parte de thriller funciona muy bien, sobre todo por el ritmo narrativo de la historia que permite que la tensión vaya en aumento hasta el desenlace, aunque partes de la historia sean algo previsibles. La trama te mantiene pegado al tomo, algo nada fácil ya que son más de 200 páginas. Los personajes y sus motivaciones están muy bien definidos haciendo que la historia sea muy sólida y coherente. Rosko responde al arquetipo de protagonista de género negro: viejo, cansado y obsesionado con un caso de su pasado. Algo similar sucede con Per Svenson, aunque tiene algunos matices que lo alejan de los psicópatas habituales. Tal vez se eche en falta saber cómo acaba la trama del periodista y los amigos de la infancia de Per Svenson. Zidrou acostumbra a brillar sobre todo en las historias más sencillas y pequeñas como Los Buenos veranos o Lydie, pero cuando aborda historias de género, como en este caso, siempre demuestra lo buen guionista que es puesto que conoce de sobra como hacer historias que respeten las claves del género.
Como las buenas historias de ciencia-ficción traslada y magnifica los problemas actuales al futuro para hacer un critica del mundo en el que vivimos. En este caso Zidrou pretende hacer un critica al excesivo poder de los medios de comunicación, algo que se ha hecho en infinidad de ocasiones. La formación de grandes grupos mediáticos ha conseguido que los intereses periodísticos queden en un segundo plano y lo que más importe sea la publicidad y con ella el rendimiento económico. Nos traslada a un futuro muy cercano, en que las grandes corporaciones tienen un control casi absoluto sobre los aspectos más importantes de la sociedad. No solo controlan los medios de comunicación, si no que a través de la influencia que estos ejercen en la sociedad, ponen y quitan altos cargos políticos, creando un clientelismo que le permite saltarse la ley cuando quieren. El mensaje que los autores quieren transmitir queda muy claro, pero los directivos de la cadena Pimiento TV están retratados como villanos de opereta, algo que resta verosimilitud a la historia, ya que los grandes directivos de empresas reales con un poder similar son más humanos de lo que nos creemos. Esto personajes tan caricaturescos funcionan mejor en historias que se desarrollan en un futuro más lejano, con una cultura más alejada de la actual. Lo que sí está muy bien retratado es como manipulan y retrasan las noticias para conseguir audiencias e ingresos publicitarios, dejando a un lado su obligación de informar.
Más interesante y mejor tratados están otros aspectos críticos de la obra, como el excesivo culto a la imagen, los problemas laborales o las privatizaciones de servicios que siempre deberían ser públicos como la seguridad, además de la democratización de la justica en mal sentido con juicios populares cuyas condenas se deciden desde la comodidad del hogar apretando un botón. En el mundo de Rosko, la policía solo se ocupa de ti si estás al día con tus cuotas, en caso contrario los crímenes quedan impunes. Algo que, por imposible que parece, está cada día más cercano viendo lo que sucede en países de nuestro entorno cercano como Estado Unidos.
La parte más destacada del apartado gráfico es el color, que sirve como reflejo de las emociones de los personajes y nos sitúa entre las diferentes escenas. Narrativamente funciona muy bien, pero se echa en falta un poco más de espectacularidad para mostrarnos el futuro que propone la obra. Algo a lo que tampoco ayuda la falta de fondos, en un dibujo que muchas veces solo parece abocetado. Lo personajes son muy reconocibles y expresivos, aunque algunos planos hacen que parezcan deformados. Un trabajo que para ser un debut no está en el que se ven bastantes cosas positivas y cosas negativas que seguro mejoran con el tiempo.
Norma Editorial hace una buena edición, con buen papel, buena reproducción y tamaño. Es todo un acierto publicar los dos álbumes franceses en un integral, puesto que la historia funciona mejor leída de una sola vez.
Rosko es un thriller muy bien hilvanado que siempre mantiene el interés del lector, sin ser ningún dechado de originalidad. Algo peor funciona la parte de ciencia-ficción que crítica la sociedad actual ya que el análisis se queda en lo superficial, algo que si hacen otras obras. Pero el resultado global es bueno, aunque no sea una de las grandes obras de Zidrou. El trabajo de Alexeï Kispredilov deja buenas impresiones, pero se mota que es un autor nobel y está lejos de los niveles de calidad que acostumbran a tener los cómplices habituales del guionista belga.
Guión - 7.5
Dibujo - 6.5
Interés - 7
7
Futuro
Un thriller de ciencia-ficción en el que Zidoru deja ver sus capacidades como guionista pero sin el brillo de otras de sus obras.