Edición nacional / España: Safari Honeymoon. Colección La mansión en llamas, noviembre 2016, DeHavilland Ediciones.
Guión, dibujo, tinta y color: Jesse Jacobs.
Formato: 80 páginas a tres tintas editadas en rústica.
Precio: 17 €.
Bajo la apariencia de una curiosidad estética, Safari Honeymoon esconde un alegato en contra, nada más y nada menos, que del ser humano civilizado. El estilo de Jesse Jacobs es tan particular, tan personal y sugerente, que parece a primera vista que sus historias tienen una fuerte carga de arrebato estético, de la forma por la forma, pero tal y como construye y cierra sus historias, Jacobs tiene más que decir de lo que en un principio pudiera parecer.
Safari Honeymoon cuenta eso mismo, el safari de luna de miel de una pareja estirada, adicta a la civilización convencional, ese tipo de turista que pretende que sus vacaciones tengan las comodidades de su entorno habitual, estén donde estén, lo pasen donde lo pasen. De modo que la idea de hacer un safari en plena naturaleza sea una preocupación más por la foto que por disfrutar de lo salvaje. Pero lo salvaje según Jacobs no es el caos que el hombre pretende ver, sino un mundo con su lógica propia, con su propias ternura y crueldad. La naturaleza de Jacobs está plagada de simetrías, de juegos dentro de juegos, de reiteraciones que crean un orden y de criaturas que defienden lo suyo, pues, como piensa el hombre, su territorio les pertenece. En esta naturaleza, como en la real, el hombre estorba y si no estorba, es buen recipiente para parasitar. Jacobs habla entonces de la entropía dirigida que supone la naturaleza, donde todos participan de todos, donde todo se aprovecha y cada ente tiene su hueco, se lo busca o lo pelea, en una organizada ley del más fuerte. O del más sabio. Pero esta naturaleza también tiene hueco para la paz, como demuestra un tipo de criatura que domina el lugar, con la que la pareja protagonista hará contacto dando pie a una experiencia que les cambiará la vida a mejor.
Mención aparte merece el guía del safari, en principio una persona afín a la naturaleza de las que les enseña y les cuida, pero que acaba resultando tan sanguinario o más que cualquiera de los peores depredadores de la zona, que, a fin de cuentas, solo matan para comer. El guía supone la otra cara de la moneda de la civilización. Si la pareja es la ostentación y la arrogancia del ser humano frente a lo que le rodea, el guía es el asesino por deporte, el cazador innecesario envuelto en un manto de sofisticación. Y quizá por eso merece la peor de las suertes.
Volviendo a la particular visión de Jacobs de la naturaleza, después de Por sus obras les conoceréis resulta evidente que la creación, lo orgánico y vegetal resultan una obsesión para el autor. Su estilo claro y redondo casa a la perfección con esa imagen limpia y concreta de lo salvaje, donde, a pesar del caos, existen patrones que se repiten, en una suerte de lisergia simétrica, de tanta personalidad que resulta imposible quitar los ojos de esas viñetas hipnóticas y sugerentes. El imperio zoológico que nace de la cabeza de Jacobs lo convierte en un demiurgo de ambientes alienígenas, tan cercanos como lejanos, tan interesantes como peligrosos, con un pie siempre en esa psicodelia que viene sugerida tanto por los diseños de sus criaturas como por cierto juego sensorial, donde la repetición de las formas conduce a bailes de la percepción del tiempo y del espacio. No se priva de eso mismo en la historia, de modo que lo hace evidente en uno de los pasajes, ese en el que los personajes deambulan por una ladera dominada por ondas de alteración temporal, de modo que no solo perciben el tiempo como si de un viaje de ácido se tratase sino que llegan a verse a sí mismos en otros instantes previos o futuros. Sugiere Jacobs con esto que la realidad solo es un cascarón moldeado por nuestros sentidos, a los que les damos quizá demasiada importancia. De modo que habla también de la pluralidad de la creación, de todo lo que nos perdemos que existe más allá de la jaula de nuestros cinco y muy escasos sentidos. Hay otros mundos ahí fuera a los que somos ajenos y Jacobs, a través de sus personajes, nos abre la puerta a la esperanza de palparlos algún día.
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 8
8
Estupenda
Me gustó mucho, sobre todo porque plantea ideas, secuencias, etc que nunca se me ocurrirían y que me sorprendan es un plus con cualquier historia.