Saga: Capítulo Uno

 

Edición original: Saga #1 a #6.
Guión: Brian K. Vaughan.
Dibujo: Fiona Staples.
Color: Fiona Staples.
Formato: Grapa, 32 páginas (excepto el #1, de 48 págs).
Precio: $2.99.
Edición española: Saga Capítulo Uno.
Formato: Tapa dura sin s/cub. (cartoné), 168 páginas.
Precio: €16.95.

 

Saga podría presentarse como el paradigma del comic de autor de la actualidad. No solamente porque haya conseguido el éxito comercial y los halagos de la crítica y del público lector desde su publicación independiente, que bien podría ser un argumento válido para sostener esa proposición inicial. Sino que hay algo más valioso que ese logro, que radica en que con Saga el escritor, Brian K. Vaughan, está haciendo realidad un sueño creativo de su infancia, escribiendo y publicando las historias de los mundos y personajes que imaginara en aquel momento de su vida, reformuladas según su perspectiva de esta etapa de su vida, ya adulto.

Ambos aspectos resultan evidentes desde el comienzo, en su escena inicial: personajes de fantasía, fruto de una imaginación absurda propia de la niñez (sin importar si efectivamente son ideas de entonces, que esa sea la sensación que da es lo que importa), envueltos en la adulta situación de dar a luz a su hija en lo cual se nota que Vaughan escribe desde su propia experiencia también.

Pero esta cuestión no termina allí, también vale del lado de la dibujante, Fiona Staples. Ella recibe del guionista breves descripciones, puntualizando algunos detalles y no más, dejándola trabajar y expresarse libremente. Y vaya si lo hace, ocupándose ella sola de lápices, tintas y colores. Sobre esto último, hay un detalle a mencionar que confesó la dibujante en una entrevista de Comic Book Resources: para agilizar su trabajo y lograr el objetivo de la entrega mensual tomó la decisión de entintar sólo las figuras y a los fondos trabajarlos únicamente con colores digitales. Además de todo esto, Staples también se ocupa de la letra (a mano) de la narradora de la historia, que a la sazón es la hija de ambos protagonistas, y por ende también co-protagonista de toda esta colección.

En Saga, entonces, tenemos a un equipo de autores desarrollando una obra muy personal, canalizando sus propias expresiones de manera independiente, colaborando, creando. Esto es un comic de autor, esto es arte.

Pero antes de caer en divagues pseudointelectuales sobre lo que es arte y lo que no, mejor centrarse en lo que es Saga. Vaughan y Staples crearon un maravilloso universo combinando elementos de los géneros de ciencia ficción y fantasía (una mezcla de Guerra de las Galaxias, Juego de Tronos y El Señor de los Anillos, por arrojar referencias), más un poco del tópico de Romeo y Julieta de Shakespeare trasladado de familias a planetas enteros (un planeta y su luna, para ser más precisos) y de allí a galaxias, centrándose en el tema de traer un niño a este universo en guerra constante. A pesar de los tópicos comunes y repetidos de los que se vale el autor (los tópicos se repiten, vaya novedad), se logra imprimir cierta originalidad en sus planteos y en los personajes y escenarios que presenta; y es allí donde está la virtud del escritor hoy en día, cuando lo 100% original no existe.

En este contexto, y en el universo creado por la dupla autoral, esos personajes y escenarios que podemos encontrarnos parecen no tener límites creativos; por ejemplo: el protagonista tiene cuernos, la protagonista alas de insecto, su hija ambas cosas (por supuesto), hay robots con cabezas de televisores manteniendo relaciones sexuales (explícitas), niños fantasmas, una asesina a sueldo con anatomía de araña… y muchas cosas más del estilo, que se le ocurren a Vaughan y diseña Staples. ¿Existe quien no vea entretenido y divertido todo eso? Seguramente sí, pero nosotros no nos contamos entre ellos.

Como suele suceder con las historias que logran un éxito unánime, tanto de crítica como de lectores, Saga no se queda en el entretenimiento vacío, puro y duro, que pueden ofrecer esas imágenes absurdas. Muy por el contrario, estos son los ornamentos de una historia atractiva, atrapante desde el comienzo, que no nos aburre con presentaciones extensas sino que nos mete de lleno en el conflicto contando lo justo y necesario para dejarnos llevar por la historia e ir enterándonos de a poco, cuando quiera el guionista. (Y cabe notar, así entre paréntesis, que incluso la dibujante se entera al tiempo que avanza la narración; por decisión suya, no sabe lo que planea el escritor hasta que recibe el guión). Envueltos en esta narrativa dinámica, sin darnos cuenta leemos rápidamente cada capítulo de esta historia, pero no implica esto que el contenido sea poco, lo cual se comprueba en la relectura, tanto o más disfrutable que la primera pasada de la revista (o libro, según el formato que gusten leer).

Y si bien todo lo nombrado hasta ahora es destacable y por sí solo podría llamar la atención del lector potencial para darle una oportunidad, aquello que los mantendrá leyendo hasta que Vaughan y Staples decidan concluir la serie, es la humanidad de los personajes incluso con lo imposible de su realidad, la capacidad que tienen de llegar a los lectores y hacer que se sientan identificados en ellos, y por ende involucrados en la historia. Para esto colabora tanto el trabajo en la elaboración de los personajes, como las situaciones a las que se enfrentan (insisto, tan reales y humanas aun su apariencia fantasiosa/sci-fi) y, tal vez por encima de todo esto, lo natural de sus diálogos, que también están perfectamente logrados, consiguiendo que el desarrollo de la narración no se corte por una objeción del lector, quien podrá salir del mundo de ficción sólo cuando termine el capítulo, y esto será con ansias de más Saga, desde luego.

No es fácil hallar cómics (qué digo cómics, historias en general) que tengan esta capacidad de llegar a tocar la fibra emocional como la tiene Saga; llega al lector en ese nivel tan especial que genera sentimientos por los personajes involucrados, y consecuentemente por el comic en sí: lo queremos, y no queremos que se vaya.

Hay un vasto universo creado por Vaughan y Staples que deseamos conocer, y también ansiamos ser testigos del crecimiento de Hazel, nuestra niña protagonista, hasta ahora tan solo un bebé pero teniendo la certeza de que ha crecido para ser una adulta. Los autores manifestaron el deseo de hacer Saga por mucho tiempo, y y no dudo de que los lectores tras estos seis primeros números desearán también acompañarlos en las infinitas aventuras por contarse.

De su publicación

Portada de la edición española

Una cuestión en la que hay que centrarse es en la decisión que tomaron para mantener su periodicidad. Al alcanzar el #6, la publicación se pausó estratégicamente con dos objetivos: primero, dar más tiempo a la artista para entregar el siguiente número evitando los dibujantes de relleno que no sólo pueden molestar al lector sino que además suelen ir en detrimento de la calidad global de la obra, y segundo, dar la oportunidad a los lectores nuevos de sumarse, adquiriendo el primer tomo recopilatorio que salió a la venta en este mes de parate, y continuar leyendo si así lo desean desde su #7 pronto a publicarse en el mes siguiente, noviembre.

Avance de cuatro páginas de la edición española

Esto incluso contribuyó a que la edición española esté al día con la original, ya que salió a la venta el volumen 1 casi en simultáneo con el de los Estados Unidos. Por tanto, también así pueden sumarse lectores nuevos a la colección regular a ritmo de la revista, o bien seguirla al tiempo que lo hacen quienes esperan los recopilatorios en el país norteamericano.