Saga: Capítulo Tres

Si ya nos habíamos encargado de reseñar los dos tomos que recopilan los doce primeros números de Saga, era evidente que también íbamos a dedicarle un artículo al tercero. Además, con el artículo que nuestra compañera Paula González se marcó ayer sobre esta misma obra, todo ha quedado dispuesto para valorar, lo que para muchos es, una de las mejores series del momento. Y esto no lo decimos sólo nosotros, sino que tanto los lectores como otros críticos también así lo consideran. Ejemplo de ello es que tras 18 entregas y múltiples premios, Saga sigue siendo nominada como Mejor Serie Continua, Mejor Escritor y Mejor Portadista a los Premios Eisner. Así que con estos precedentes nos vemos obligados (y gustosos) a valorar los últimos seis cómics (del 13 al 18 de la serie original) de la obra de Brian K. Vaughan y Fiona Staples y editados por Planeta.

Uno de los detalles a tener en cuenta en esta serie es que, al igual que ocurrió con el segundo tomo, la edición española anda casi a la par que la americana. Esto se debe a que el tándem de autores ha decidido tomarse un descanso después de cada seis números publicados. De esta manera Staples tiene tiempo para recuperar fuerzas y dedicarse de lleno al proyecto, mientras que también sirve para que las editoriales (tanto Image, como Planeta, en el caso español) publiquen en ese tiempo los tomos recopilatorios. Sin duda se trata de una maniobra poco frecuente en series continuas americanas, pero escritor, dibujante y editorial pensaron que era la mejor opción si no querían perder consistencia y calidad agobiando con los periodos de entrega o cambiando de artista. Medida inteligente porque lejos de resentir la continuidad de la serie y sus ventas, ha ocurrido todo lo contrario; Según Vaughan, el número #18 ha vendido más que el #1, lo que augura y asegura un futuro prometedor a Saga.

En este tercer tomo prosigue la aventura de Hazel y sus padres Alana y Marko mientras huyen de quienes les consideran aberraciones del orden natural, pero iremos descubriendo que ellos no son los únicos. Ya hablaremos de esto más tarde. Si el segundo tomo había terminado con el Príncipe Robot IV en la casa del escritor Oswald Heist en busca de la pareja de fugitivos, el tercero comienza con un gran flashback que nos sitúa una semana antes de este suceso. Es en ese tiempo en el que descubrimos cómo Alana y su familia llegan a Quietus en busca de Heist, el escritor que con su obra influyó y unió sentimentalmente a dos miembros de razas enemigas. Entre todos ellos se irá forjando una relación que pondrá al descubierto muchos matices de cada uno de los personajes.

Pero ellos no son los únicos protagonistas de este tomo. Por un lado, Vaughan no se olvida de continuar la trama del mercenario The Will, la ex novia de Marko, Gwendolin y la niña esclava Sophie. Ellos también cimientan sus relaciones, lo que permite también al lector conocer mejor a estos individuos y comprobar que ellos también viven situaciones excepcionales ¿Es que hay alguien medianamente normal en Saga? Pues parece que no. Por otro lado, porque en estos números también se presentan nuevos personajes. En esta ocasión conocemos a Upsher y Doff, dos periodistas sensacionalistas que andan investigando la sorprendente relación entre dos individuos supuestamente tan antagónicos como una Alada y un Cuerno. Pero ahondar en una historia tan subversiva puede suponer muchos problemas para ambos reporteros, tanto en lo profesional como en lo personal.

Sin llegar a destripar el cómic, uno puede llegar a la conclusión que Saga no es sólo leer y comprender los avatares personales de Alana, Marko y su hija Hazel. Ellos viven una situación excepcional en su universo típico, lo que curiosamente para nosotros, lectores occidentales, es una situación habitual en un universo atípico. Poco a poco descubrimos que otros protagonistas también sufren circunstancias irregulares y que, en mayor o menor medida, sufren algún tipo de rechazo, castigo o es considerado tabú. No quiero poner ejemplos para no caer en los spoilers, pero si repasamos los personajes anteriormente mencionados y algunos que aparecen en los anteriores tomos, será fácil trasladar lo expuesto a algunos de sus casos.

Tampoco quiero terminar esta crítica sin reseñar un aspecto que se trata a lo largo del tomo y que guarda relación directa con la temática de Saga. El escritor Oswald Heist es abordado por varios personajes con una pregunta sobre el título de su última obra Lo Contrario a la Guerra. Cualquiera diría que es el amor, tal vez la respuesta más lógica, y de esto hay mucho en Saga, porque podemos decir que es el motor de la serie. Pero permítanme que les diga que se equivocan. No quiero desvelar los argumentos de los protagonistas porque creo que también debe ser una reflexión lectora, pero el razonamiento planteado es tan lógico y al mismo tiempo presente a lo largo de la obra, que se trata de uno más de esos aspectos que hacen de Saga una obra particular y atractiva.

En el apartado gráfico hay que recordar que Staples es la encargada del apartado creativo de personajes y con su inventiva le ha dado un toque particular a Saga. Detalles como, por ejemplo, una cámara de fotos con ojos, entre muchos otros, hacen de Saga una serie atípica y ambientada en un universo muy particular. Eso sí, siempre marcado con el componente sexual. Este tercer tomo también veremos escenas explícitas de sexo, aunque da la sensación que no al nivel que pudimos ver en el polémico número 12 y que fue recogido en el segundo tomo. Haya habido toque de atención editorial o sea una decisión de los autores (o mera coincidencia), esto no influye en la calidad de la historia, que con 18 números ya publicados sigue siendo de primer orden.