Salitre, de José Luis Vidal y Jorge González

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Portada Salitre de José Luis Vidal y Jorge González

Edición original: Salitre (Spaceman Project y ECC, 2023)
Guion: José Luis Vidal
Arte: Jorge González
Corrector: Guillermo García Gómez
Edición: Sandro Mena
Formato: Cartoné. 216 páginas. 35€

La vida tras la explosión.

«Aquella noche lo perdimos todo.»

A finales de 2020, cuando estábamos en plena pandemia, Spaceman Project puso en marcha el crowdfunding de Salitre, un cómic ideado por José Luis Vidal (1968, Cádiz) y Jorge González (1970, Buenos Aires). Durante el proceso de mecenazgo del proyecto nos dijeron en la entrevista que nos concedieron que era una obra que transcurría en el barrio gaditano de La Viña y alrededores, donde conocíamos a una familia formada por Mariló y Chano, junto a sus hijos Carli y Kiko. Una familia marcada por la pérdida de Raúl, el hijo mayor y la explosión de un polvorín que el 18 de agosto de 1947 tiño los cielos nocturnos de la ciudad de color rojo. Una desgracia que causo 152 muertos, 5000 heridos y daños en cerca de 2.000. Por suerte, la obra consiguió la financiación necesaria para su realización y desde comienzo del verano ya se encuentra tanto en las estanterías de los mecenas como en la de la librería de todo el país.

Ni José Luis Vidal ni Jorge González son unos desconocidos en el mundo del cómic. El primero lleva años ligado al medio tanto en su faceta de crítico y divulgador como en la de guionista de obras como Dealer: Dog Days (Dibbuks), junto al dibujante El Flores, o Buddies (Leviathan Labs) dibujado por Francisco Asencio. El segundo, por su parte, es uno de los mejores dibujantes surgido de Argentina en las últimas décadas que se ha forjado una trayectoria solidísima en su país y en Europa gracias a trabajos como Hard Story (Norma) y Hate Jazz (Sins Entido), ambas guionizados por Horacio Altuna, ¡Maldito Allende! (ECC) con guion de Olivier Bras o Pesadillas Ex Machina (ECC) escrita por Thierry Smolderen, además de otros trabajos en los que ha ejercido de autor completo como en Fueye (Sin Entido) o la extraordinaria Llamarada (ECC). Unas obras que le han consolidado como uno de los más destacados herederos de las grandes figuras del cómic argentino.

Página de Salitre de José Luis Vidal y Jorge González

Con Salitre sus autores no buscaban hacer una crónica o denuncia de un suceso terrible cuyas cicatrices siguen todavía visibles en el alma de la calles y barrios de Cádiz. Su objetivo es reflejar esa alma herida de melancolía de la ciudad a través de las historias cotidianas de la familia que protagoniza la historia. Ellos, pese a salir de la imaginación de los autores, ejemplifican la realidad del barrio a lo largo del s. XX. Una realidad que conocemos gracias los diferentes saltos temporales que nos permiten vislumbrar las vivencias de la familia protagonista y en los que se entrelazan momentos dramáticos y con otros más felices y mundanos. De manera que sirven para hacer una estampa certera la particular idiosincrasia de los habitantes de ese barrio y la atmósfera que allí se respira. Una ciudad marcada por el carnaval y la semana santa que representan las alegrías y tristezas que están íntimamente ligadas a la vida. Un precioso homenaje que deja ver el amor que ambos sienten por una ciudad y sus gentes marcadas en sus propias vidas como podemos ver en las bellísimas imágenes de la ciudad realizadas por el autor argentino y el mimo que Vidal ha puesto en cada texto y dialogo, en los que ha reflejado a la perfección el acento gaditano y sus expresiones, de forma que pese a ser una historia que trata temas universales es netamente gaditana.

Estamos ante una historia coral compuesta de varias historias más pequeñas, pero que está dividida en tres bloques bastante bien diferenciados gracias a la paleta de colores que usa Jorge González en cada uno de ellos, unos colores que también sirven para ver los diferentes estados de ánimo de los protagonistas. La primera parte que comienza en 1914 está centrada en varios momentos previos a la explosión en los que priman las tonalidades grises de los recuerdos. En la segunda en la que vemos la explosión el color rojo tiene una importancia capital para reflejar la devastación, confusión y horror de esos momentos. La última parte nos traslada hasta casi la actualidad para ver como el barrio ha ido perdiendo su identidad por la gentrificación que ha sufrido reflejado con unas tonalidades azuladas que nos dejan ver la importancia que tiene el mar en la ciudad. Quizás esos diferentes saltos temporales despisten un poco al lector al principio, pero cuando te adentras en las páginas del cómic es imposible no sufrir con los protagonistas y quedarte extasiado completando algunas de las bellas imágenes salidas de los lápices y pinceles de Jorge González.

Ese recorrido temporal posibilita que, aunque la explosión sea el epicentro de la trama, no sea el tema principal puesto la obra aborda otros temas mucho más importantes para la trama como la gestión de la pérdida de un ser querido algo que enlaza directamente con otro tema principal como la brevedad de la vida. Pero no son los únicos temas que aborda Salitre ya que también trata otros como las relaciones familiares y los legados que nos imponen, la forma en la ha ido cambiando la vida en un barrio obrero desde la dictadura hasta ahora, y sobre todo la importancia de la memoria y como nuestro pasado marca en nuestras vidas. Algunos de estos temas ya los había abordado el dibujante argentino en Llamarada. Algo que nos dejan ver que se trata de un trabajo surgido en completa sintonía entre sus dos autores. Todos los temas que tratan desde una aproximación que en ningún caso busca tener un cariz académico o documental, puesto que tienen un toque que van a lo personal y sentimental, aunque tome como base la realidad.

Página de Salitre de José Luis Vidal y Jorge González

José Luis Vidal y Jorge González firman una historia sobre la familia y sobre las heridas abiertas que todas arrastran durante generaciones y que siguen escociendo al contacto con el Salitre. Un precioso homenaje a la ciudad de Cádiz y sus gentes con un trabajo gráfico tan impresionante como es habitual en el dibujante argentino y que brilla en todo su esplendor gracias a la magnífica edición de Spaceman Project.

Lo mejor

• El retrato de la vida de idiosincrasia de los habitantes de La viña que vemos en la obra.
• La pericia con la que retratan los momentos posteriores a la explosión en los que vemos la angustia, el desconcierto y el horror que sintieron quienes lo vivieron.
• La bellísima imágenes que Jorge González nos regala de la ciudad.

Lo peor

• La forma de comenzar la obra dificulta la entrada en la historia.

Edición original: Salitre (Spaceman Project y ECC, 2023) Guion: José Luis Vidal Arte: Jorge González Corrector: Guillermo García Gómez Edición: Sandro Mena Formato: Cartoné. 216 páginas. 35€ La vida tras la explosión. "Aquella noche lo perdimos todo." A finales de 2020, cuando estábamos en plena pandemia, Spaceman Project puso en…
Guión - 8.5
Dibujo - 9.5
Interés - 9

9

Un paseo por Cadiz.

Vidal y González saben reflejar tanto la realidad del barrio gaditano de La viña como las secuelas que una perdida traumática y dolorosa tiene en cualquier familia.

Vosotros puntuáis: 9.32 ( 1 votos)
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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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