Esta tarde hemos podido asistir a la mesa redonda “Historietas en fotogramas” con los invitados David Lloyd (autor de cómic), Jean Claude Mézières (autor de cómic), Luís Gasca (teórico del cómic y ex-director del festival de San Sebastián) y Horacio Altuna (autor de cómic). En teoría se tenía que hablar de los puntos de unión y desunión entre los dos mundos, de las diferencias, de lo que les hermana y de la influencia que se crean entre sí, y de sus orígenes comunes. El moderador, Juanjo Sarto, ha pedido para abrir fuego a los contertulios hasta qué punto los dos medios son hermanos o si reciben influencias de otros campos, como los videojuegos.
Luis Gasca ha empezado asegurando que el cómic siempre ha ido por delante del cine en lenguaje y recursos narrativos. Pone para ejemplificar una película de Alain Resnais, donde en una de sus escenas usa un plano general de un edificio y sobreimpresiona una especie de bocadillos que salen de las ventanas de los edificios para resumir lo que está pasando ahí dentro. Altuna toma la palabra para admitir que ha bebido de los dos medios para hacer sus obras, con Foster y Cannif como sus fuentes pero que al a vez se basaron e inspiraron en películas. Prosigue aseverando de que un guionista / creador de cómic puede considerarse un director de cine integral, ya que él es a la vez cámara, electricista, montador de planos (viñetas), escoge la ropa para sus protagonistas, etc Por su parte, Mézières, advierte que ha quedado algo pendiente en lo que se ha hablado hasta ahora: en el cómic, es muy importante el estilo, el diseño de página, el trazo el dibujante, su estilo, y al abrir un álbum, el lector puede decir rápidamente si le gusta el estilo o no. En cambio, en las películas comerciales actuales no podemos discernir entre los distintos directores, muchas veces anodinos hombres de paja de los estudios. Este es un aspecto que diferencia los dos medios. En cambio, Lloyd, pese a estar bastante de acuerdo con lo que acaba de plantear Mézières, el cree tener la capacidad de cambiar sus registros para adaptarlo a lo que quiere contar, aunque en la actualidad es difícil hacerlo porque las compañías quieren que el autor siempre siga el estilo que le ha hecho famoso. A continuación concluye que cualquier persona que haya trabajado en la historieta en la segunda parte del SXX ha sido influenciada de forma aplastante por el lenguaje cinematográfico. Actualmente todo el mundo plantea sus historias en papel como escenas en movimiento que se convertirán en disposiciones de páginas, y los planos en viñetas. Es exactamente el mismo proceso que haría un buen creador de storyboards para una película. La influencia de la TV y el cine ha sido determinante en su forma de trabajar y escribir. Mézières replica todo lo que plantea Lloyd con el argumento de que el director de cine estará ligado por todos sus ayudantes, que le propondrán restricciones, formas de trabajar, visiones distintas a la que él tiene de la historia, etc. En cambio, el medio del cómic te permite dibujar lo que tienes en mente sin restricciones, olvidándote de todo el “lastre” que tiene que cargar el director de cine. Advierte que las nuevas generaciones de dibujantes carecen de imaginación, ya que si el guionista le pide dibujar algo concreto, solo hace falta que busque en el vasto fondo documental que es la TV/DVD/VHS o la misma Internet exactamente lo que quiere el guionista. Esto es depender demasiado del lenguaje cinematográfico. Para acabar su contrarréplica, el autor francés se maravilla en que no hay nada mejor que sentarse delante una página en blanco y volcar en ella toda tu imaginación.
Lloyd y Mézières
En este punto la conversación se centra en qué cómics han influenciado a los directores del siglo pasado. Por ejemplo, el mismo Alain Resnais o Nicholas Ray son devotos de Dick Tracy o el Agente Secreto X9, de Raymond. O Jodorowski, aunque en este caso el autor ha sabido diferenciar los medios y nunca se ha podido descifrar homenajes o guiños a historietas en sus películas. La curiosidad viene cuando el mismo Gasca rememora que en sus intercambios con el autor de origen chileno éste le pedía todo el material de Mortadelo. El surrealismo hasta en las firmas de Ibáñez era para el autor un mundo insólito inexistente en Méjico, donde residía en ese momento.
Después de que Lloyd comente que los hermanos Wachowski y el propio productor Joel Silver son gran aficionados del cómic, y que hasta publican sus propios libros, admite que la película de V de Vendetta quizá no ha salido tan redonda como esperaban, pero que funciona en pantalla. El cree que el mensaje político se ha conservado, añadiendo un ajuste de cuentas de los hermanos guionistas con la gente que no comparte sus ideas.
En este momento el moderador propone ir más allá, poniendo sobre la mesa el tema de la industria japonesa y su invasión a nivel mundial. Concretamente, propone debatir el formato de trabajo que usan los nipones: dibujar por entregas semanales, con un guionista y dibujante que reciben las presiones del editor que a su vez ha recibido la respuesta positiva o negativa de los lectores que leen el trocito de historia de la semana pasada, con fluctuaciones en la popularidad de los personajes. La industria sigue su curso en el caso de que las historias publicadas en esos tomos tan grandes de papel reciclado funcionen (similares a las guías telefónicas, normalmente en bitono con colores nada usuales para la publicación de historieta), se recopila todo en Tankoubons, y si sigue funcionando, se hace una serie de TV animada de forma barata, y para acabar se invade el mercado con merchandising, películas de más presupuesto, etc. Sarto cree que este modelo puede hacer sacar conclusiones a la industria occidental, que sigue con su periodicidad e incomunicación con el lector.
Aquí ha venido la anécdota de la mesa redonda: Gasca ha admitido, sin tapujos ni pelos en la lengua, que odia el manga. En un discurso que creíamos superado, él ve en el manga una forma uniforme, con cabezones e historias infantiloides, de una puesta en papel rutinaria. Considera que habiendo tantos y tantos autores europeos y americanos que desde la primera página te demuestran su calidad y cómo van mejorando con el tiempo, no entiende que se publiquen tantos tomos de eso que llamará luego “cómic basura”. Las risas han invadido el reinante silencio cuando el mismo personaje ha propuesto el terrorismo en Japón para acabar con esta lacra que es el cómic japonés, que son malos, violentos y aburridos, que han corrompido las débiles y moldeables mentes infantiles. Ha concluido con que si queremos una nueva generación de niños con el cerebro vacío, que les dejemos seguir consumiendo manga. Todas las opiniones son válidas, pero creo que este hombre se ha quedado en la prehistoria del manag en este país. Educación de los padres? No, esto no es importante, mientras se lea historieta autóctona, aunque sea basura, siempre estarán a salvo de los silibinos y mugrientes asiáticos. Los aplausos finales no se como tomármelos, pese a que la gente estaba alucinando con lo que oía. En las preguntas de los asistentes, un aficionado ataca a Gasca preguntándole si no eran nocivos ciertos cómics que se publicaban en los 40 años de dictadura, ensalzando valores patrios. También le insta a enumerar las películas de anime que le hayan interesado últimamente. Pero el invitado se va por la tangente cuando comparando el arduo trabajo de la entrega semanal con medios rústicos de los años 40 y 50 con los grandes estudios del anime, se queda con lo autóctono. Pero no dice nada de que “El Guerrero del Antifaz” llevaba una carga política insuflada por el régimen, igual como tantas otras publicaciones como Flechas y Pelayos, que era la auténtica razón de la pregunta del asistente a la mesa redonda.
Después de estas incongruencias y discurso del siglo pasado (y en este caso es así), Altuna ha rehusado el formato de trabajo japonés en el que el editor presiona día tras día al autor. El hecho de que los chavales mamen la estética del anime hará que cuando tengan poder económico quiera seguir enganchado a esta estética. Pero a la vez admite que no toda la culpa es del propio manga: la dejadez de los editores españoles para con el producto autóctono, abre las puertas a la forma de vida americanas, japonesas, etc. Falta exportar el producto nacional para equilibrar esta balanza. Concluye admitiendo que no le importa que el manga invada todos los países, pero que los editores se queden en el país de origen, que no quiere interferencias. La visión que tiene Lloyd del tema es similar: en Reino Unido y los EEUU han visto como las historias de ojos rasgados han barrido con el producto nacional tan fuerte hasta ahora, con los superhéroes a la cabeza. Pero recuerda que hace años Europa también “sufrió” la invasión de los SH americanos, y no pasó nada. Al fin y al cabo es un negocio, y es totalmente lícito y no tiene sentido intentar pararlo, ya que la gente lo pide, y las editoriales tienen que ganar dinero ofreciendo lo que quiere la gente. También advierte que entre tanta producción oriental hay auténticas obras maestras.
A todo esto, Mézières anuncia que un estudio japonés está adaptando su serie Valerian a la animación, estilo anime, en una serie de 40 capítulos. De estos, el propio autor ha visto dos, y aunque no son sublimes, tiene la esperanza que captará el espíritu de la obra, aunque reconoce que ni él ni Moebius han supervisado ni tienen previsto supervisar los capítulos. Esta serie está prevista para principios de 2007.
Con esto acaba la mesa redonda. De las preguntas de los “frikis” :-), destacar que el mismo Lloyd y Moore ya intentaron exportar su “V de Vendetta” a otros formatos, incluso en una serie de animación, aunque significara que algunas cosas se quedaran en el camino. A lo largo de los años, el mismo Lloyd ha leído muchos borradores de guiones, uno de ellos de en ese momento desconocidos Wachowski. Concluye advirtiendo que en la actualidad han aparecido muchas editoriales pequeñas que su único objetivo es dar con un autor que cree algo que sea exportable a la gran pantalla en formato de producción espectacular, para ganar dinero rápido adaptando su éxito a cualquier formato posible. Ellos ya tenían esta intención hace mas de 15 años cuando crearon la obra. Un ejemplo de ello es el pequeño cómic original de “Men In Black” que se convirtió en un éxito espectacular.
En definitiva, una mesa redonda que iba bien encaminada pero que a partir de una pregunta sobre el manga del propio moderador se ha desvirtuado un poco, y así lo han dejado ver varias veces los participantes. Los aficionados a Valerian les gustará o no la noticia que ha dado el mismo autor. Gasca yendo contra todo lo que huela a ojos rasgado, Altuna con su “pibe, a mi no me meta en berenjenales, que el editor no me presione”, y Mèziéres y Lloyd intentando poner el color extranjero a la cosa confeccionan una mesa redonda algo aburrida al principio pero que se ha animado cuando precisamente hemos olvidado el título de la misma. Y el doblador haciendo horas extras, no ha parado ni un momento. Creo que parte de los aplausos finales han ido para él.
Cuando Gasca comenzo con su discurso anti-manga yo es que me parti de la risa. Pocos mangas ha leído este hombre. Lo que me sorprendio fue cuando dijo lo de «terrorismo» y la gente aplaudio (aunque podrian haber sido unos aplausos en plan ironia).
Sin querer meterme en un tema que debería estar superado, como bien ha dicho Jordi Querol, no es de recibo que alguien venga con lo mismo después de tantos años. Esto podría ser (mínimamente) aceptable cuando nos llegó el manga, por el desconocimiento que existía. Yo mismo participé en algunos foros públicos, en aquellos tiempos, para intentar que eso desapareciera (y , por eso, me duele más encontrarme con esto ahora).
El caso es que, incluso si aceptaramos la ley de Sturgeon («El noventa por ciento de todo es basura»), también reconoceremos que el señor Gasca parece que ha demostrado que no ha buscado el «diez por ciento» bueno que existiría dentro del manga. Por lo cual, mejor dejar pasar esas opiniones hasta mejor ocasión, en que se rodeen de argumentaciones más solidas (y de propuestas de acción menos impactantes).
Por lo demás, muy interesantes las indicaciones de Lloyd sobre el deseo de llevar a otros medios «V de Vendetta» (igual que su opinión sobre su versión cinematográfica). Como la noticia que ha dado Mézières sobre Valerian.
En todo caso, la narración de Jordi Querol me hace pensar lo mismo que fue una mesa redonda interesante (A veces de manera constructiva, otras definitivamente no tanto ^-^U).
Yo estuve en la mesa redonda y lo de Gasca era de risa… Sí, será un troglodita, pero lo que nos reímos con él (vamos, que yo fuí de los que aplaudieron, jejeje), esas cosas dan color. A veces nos tomamos demasiado en serio según que cosas.
La mesa redonda… A mí me pareció un completo desastre en el sentido de como se trató la temática en teoría prevista, pero por el contrario resultó bastante interesante cuando se alejaban de ella (Gasca aparte).
Por cierto, Mezieres me pareció tan majo que cuando salí de la sala me fuí a por un tebeo de los suyos. XD
Un saludo.
Por cierto, me dejaba una cosa… Lo del traductor fue brutal. Además era muy enfático cuando hablaba en boca de los autores a los que traducía lo que es muy de agradecer pues a parte del contenido transmitía una sensación.
Pero el final fue raro, el moderador citó la labor del traductor y se le brindó un sonoro y merecidísimo aplauso, y sin venir a cuento ya no se despidió de los miembros de la mesa, que estoy convencido de que habrían recibido otro aplauso, sin duda, al menos algunos de ellos. XD
Vamos, espero que en un futuro escojan mejor los moderadores, porque la cosa podría haber dado mucho más de sí, y ya de paso acabar de forma más lucida, aún así me resultó bastante agradable la hora y media que duro.
Ahora sí, ya está.
He visto al moderador en otras mesas y su trabajo ha sido muy agradable.
Un moderador no debería ser más que un invitado de piedra. En el momento que los moderadores se convierten en la estrella de la función la cosa falla.
Y sobre el alejamiento de la temática inicial. Si no fuese por eso, la mesa habría sido aburrida de cojones. El tema se acabó al poco tiempo. Es por eso que considero tan correcto el trabajo del moderador. Además, pese a la edad, disponía de unos conocimientos del manga que ya querrían muchos mangakas tener.
No te discutiré lo del moderador porque yo solo lo vi esa vez y aunque la impresión que me dio es esa, es cierto que no es suficiente para hacerme un juicio de valor.
En lo que no estoy de acuerdo es en que la temática estaba acabada. Había muchas cosas que tratar al respeto, no creo que se pueda despachar en 40 minutos la relación entre cine y cómic.
La relación entre la narrativa del cine y la del cómic, eso se trató muy poco, cosas como si las películas se deben parecer a los propios cómics o si mejor olvidarse de ello e ir a otra cosa.
Comparar visiones de distintos autores al adaptar cómics, no es lo mismo hablar de Sin City, Hulk, o Spiderman como simples adaptaciones cuando se tratan de formas claramente distintas.
El chip emocional que supone para el lector ver sus personajes de papel convertidos en personaje de carne y hueso.
No solo hablar de las cosas que el cine ha cogido del cómic, sino analizar las que el cómic ha cogido del cine. Altuna y Lloyd comentaban que afrontaban sus páginas imaginando escenas como si de una película se tratara.
Vamos… Y cosas que me dejo, pero sinceramente, creo que si hubieran estado más lanzados se podría haber profundizado en la cuestión a tratar… Aunque bueno, tampoco tiene más importancia, y es cierto que culpar de ello exclusivamente al moderador puede resultar excesivo.
Un saludo.