The Sandman: Overture #1

 

Edición original: Octubre 2013.
Guión: Neil Gaiman.
Dibujo: J.H. Williams.
Color: Dave Stewart.
Formato: comic-book.
Precio: $4,99.

 

Tras muchos meses de espera desde que fuera anunciada en verano de 2012 y con una gran expectación alrededor del lanzamiento (catalogado como uno de los más importantes del presente año), ya está en nuestras manos el primer episodio del retorno de Neil Gaiman a la escritura de su personaje más aclamado, Morfeo, Sueño, Sandman. Con The Sandman: Overture, DC Comics probablemente tiene pensado hacer algo parecido a Before Watchmen: recapitalizar el éxito de uno de los cómics más respetados y premiados que existe, aprovechando que pertenece a su fondo editorial, narrando una precuela del mismo. La diferencia es que aquí las cosas han parecido funcionar mejor, tanto a nivel agrias polémicas con los creadores de la obra original, como quizás respecto a resultados artísticos finales. Esta vez, al contrario que con Watchmen y Alan Moore, la precuela nos solo cuenta con la aprobación del escritor Neil Gaiman, sino que como hemos dicho, él mismo ha firmado los guiones de esta miniserie de seis episodios de cadencia aproximadamente bimestral. Antes de ponernos a desgranar el primer número de la serie, os recomendamos que echéis un vistazo al excelente artículo que José Torralba escribió para ZN sobre el Sandman de Gaiman y que hace unos días decidimos reflotar, y también que disfrutéis de la previa de las cinco primeras páginas de este The Sandman: Overture

¿Que os han parecido estas cinco primeras páginas? Extrañas pero preciosas, ¿verdad? Pues pasemos ya entonces a las reseñas que han hecho dos de nuestros redactores con las impresiones que han tenido tras leer este primer episodio. Dos puntos de vista distintos sobre una obra que sin duda, generará muchas opiniones.

El reto de volver a escribir Sandman, por Sergio Aguirre

No debe ser fácil arriesgarse a volver a la obra que te encumbró ante la crítica hace años. Puede ser la ocasión perfecta para demostrar, cuando todo el mundo te está mirando, que tu talento hace tiempo que voló. O también puede poner de relieve, que aunque el paso de los años y la comodidad del éxito te han despojado de ese impulso innovador que te caracterizaba, aún te queda un oficio escribiendo que no ha dejado de crecer merced a una dilatada carrera, y que de algún modo, compensas lo uno con lo otro.

Este último parece ser el caso de Neil Gaiman cuando hablamos del primer número de The Sandman: Overture. Nada rompedor en términos creativos, pero sí unos resultados finales notables para una precuela que probablemente pueda ser calificada de innecesaria y de laboratorio. Se ha tenido el buen juicio, además, de apoyar la obra en el grafismo de un JH Williams III que parece en el apogeo de su carrera, cosa que hace que los frutos disten mucho de ser indignantes.

¿Y qué nos cuenta Gaiman aquí? Pues según él mismo, una historia que se le había quedado en el tintero en su día: la explicación de cómo un mero mortal, el brujo Roderick Burguess, había conseguido aprisionar durante años a Sueño, a fin y a cuentas uno de los seres sobrenaturales más poderosos del universo, con un ritual al principio de la serie, publicada hace ya 25 años.

Gaiman dice sobre el germen de esta idea: “Cuando terminé de escribir Sandman, todavía había un relato por contar: La historia de qué le había pasado a Morfeo para que pudiera ser apresado tan fácilmente en el primer número de Sandman, y por qué volvía de muy lejos, cansado mas allá de lo imaginable y vestido para la guerra. Es una historia de la que tuvimos conversaciones para contar en el vigésimo aniversario de Sandman… pero el tiempo se nos echó encima. Y ahora, al llegar el año del 25 aniversario, estoy encantado y nervioso de que esa historia finalmente se vaya a contar”.

Esta inconsistencia, no nos engañemos, sin duda en realidad no fue tenida en cuenta por Gaiman cuando arrancó Sandman en su día (menos aun si tenemos en cuenta que justo este aspecto de la historia parece ser que está inspirado en una del Fantasma Errante de los años 70), sino que probablemente se diese cuenta de ella a posteriori.

Con todo, si ese cabo suelto sirve para que se reúnan personaje y creador en el aniversario de éste, y lo hagan de esta manera, no seré yo quien emita queja alguna. Si además en el apartado gráfico tenemos a un sobresaliente JH Williams III, que parece captar perfectamente el ambiente onírico y terrorífico que siempre ha evocado la obra con su siempre espectacular diseño de página, pues ya miel sobre hojuelas.

Y si la sinergia entre escritor y dibujante continúa por este camino durante el resto de la miniserie, creo que por fin tendremos una esperada secuela casi a la altura de las expectativas, que ya era hora.

Y digo creo porque lo cierto es que la historia no avanza mucho en este primer número y no lo podemos aventurar. Nos encontramos con los personajes en 1915, algo antes del ritual de Burguess de 1916, con El Corintio siendo reprendido por Morfeo por actuar en el mundo material. Con Destino y Muerte preocupados por los presagios de lo que va a experimentar su hermano Sueño. Y con uno de esos presagios: un acontecimiento que vive uno de los aspectos, de las distintas formas en las que ve cada cultura a Morfeo, en un distante sistema solar.

Esta escena con la que empieza el cómic (la que habéis podido ver en las páginas de muestra), es realmente imaginativa y está escrita con esa prosa que caracteriza lo mejor de Gaiman, amén de estar magníficamente resuelta por Williams III, un hombre que parece haber nacido para dibujar esta serie, como ya hemos dicho y ya demostrase en su día con el Promethea de Alan Moore.

A partir de aquí, en realidad poco mas sucede, aunque la escena final, de nuevo gracias a Williams, es realmente espectacular, poniéndose simplemente en marcha la trama que hilará los restantes números.

Puede que finalmente, este evento anunciado a bombo y plantillo por una DC que hincha el pecho con él, decepcione, pero de entrada la cosa promete, y promete bastante.

Tal vez, ojalá no, ése precisamente termine siendo su problema.

Neil Gaiman jugando a Grant Morrison, por Enrique Rios.

Por fin llegó el día en el que The Sandman volvió a entrar en nuestras casas de la mano de Neil Gaiman y J. H. Williams III, y la experiencia fue indescriptible.

Indescriptible, sí, pero no en el sentido de “Oh, Dios mío, acabo de experimentar una revelación y mi vida va a cambiar para siempre”. Me refiero a indescriptible en el sentido más absoluto de la palabra. No podría ni resumir ni valorar este tebeo porque soy incapaz. ¿Cómo hacer una reseña de un tebeo que puede ser una cosa y todo lo contrario, y todo ello a la vez? ¿Cómo desvelaros el argumento de The Sandman Overture cuando es muy posible que éste cambie completamente en su segundo número? ¿Cómo puntuar algo que ni siquiera estoy seguro de qué es? ¡Ah! Preguntas… Preguntas… Suerte que soy hombre de recursos y sé salirme por la tangente, así que os voy a hacer 10 diminutas reseñas, y en cada una de ellas valoraré uno de los aspectos que solemos tener en cuenta en este tipo de escritos. A ver qué resulta de la experiencia.

Con un 1 debemos hablar de la accesibilidad. Si no habéis leído nada de The Sandman estáis en un serio aprieto. The Sandman Overture retoma muchos personajes del universo onírico de Gaiman, pero en ningún momento nos encontramos con un recordatorio o un escueto quién es quién. Los nuevos lectores se sentirán irremediablemente perdidos en la lectura, ergo, el autor saca su nota más baja en este aspecto.

Con un 2 encontramos al desarrollo de los personajes. Sí, es un punto derivado del primero, pero es un problema que debemos tener en cuenta. Si antes os he dicho que The Sandman Overture es fatídico para los neófitos, ahora debo confesar que también lo es para el lector experimentado porque cualquiera que se haya leído la obra madre sabe que Morfeo cambia de humor más pronto que tarde. Y lo mismo se puede decir de muchos secundarios… Al no desarrollar en absoluto a ningún personaje, Gaiman nos abandona a nuestra suerte. Por ejemplo, no sabemos si estamos ante un Morfeo vengador o melancólico. Y esto, en The Sandman, importa. Las acciones del protagonista son o no predecibles dependiendo del pie con el que se levante.

Con un 3, la ¿precuela? ¿En serio? Señor Gaiman, ¿se ha leído usted los primeros números de The Sandman? Porque la historia que allí se narraba era el inicio de algo que, de ser cierto todo lo que se explica en The Sandman Overture, ésta entrará en conflicto con acontecimientos futuros. Y eso sin tener en cuenta la accesibilidad, que ya la nombramos, porque se sobreentiende que una precuela debe ser más accesible que el número 1 de The Sandman. Y no, no lo es.

Con un 4 hablaré de la conjunción texto/dibujo. Neil Gaiman abusa de la prosa, y lo hace de tal manera que en ocasiones, el dibujo de J.H. Williams sobra. Me ofende terriblemente que alguien haga que el arte de este artista sea irrelevante. Me habría gustado que en todas las páginas, tanto las palabras como las ilustraciones, estuviesen convenientemente casadas. Esto es un tebeo, no un libro ilustrado.

Con un 5 hablaré de los sentimientos. Y es que The Sandman Overture es una experiencia de sentimientos encontrados. Los que vivimos (me parece que esa palabra es más apropiada que un simple leímos) The Sandman en su día conectamos enseguida con esa increíble galería de personajes. Y reencontrarse ahora con ellos es todo un lujo que, desgraciadamente, no podemos disfrutar plenamente porque Gaiman salta de uno a otro como quien coge setas. Habría preferido calidad a cantidad, pero la cantidad ya me vale.

6: El texto. Gaiman escribe muy bien. Ciertamente es un literato. Su única pega es que repite sus recursos una y otra vez porque hace años que dejó de ser innovador. Digo esto porque si no hubiese leído The Sandman Overture en tantos escritos de Gaiman le habría puesto un 9. El escrito de Gaiman es hermoso.

Con un 7 valoro las grandes ideas. Porque las hay, y quizás son demasiadas. The Sandman Overture parece un tebeo de Morrison lleno de splash pages e ingeniosos cambios argumentales. Cada escena por sí misma sorprende y hace que pidas más. Sin embargo, como sucede con su compañero… La interconexión entre ideas falla. Tenemos que poner mucho de nuestra parte, lo cual me lleva a…

8: ¡Por fin un tebeo que no nos da todo mascado! The Sandman Overture es un título para leer y releer, podemos jugar e interpretar sus páginas de maneras diferentes, e incluso podemos debatir sobre ello. Claro que debemos tener cuidado porque el mejor debate lo obtendremos tras su conclusión.

Ya en el 9 encontramos la mera existencia. Si comparamos The Sandman Overture con todo lo que se publica en el mercado norteamericano encontramos una diferencia tan abismal que habría que hacer algo para que el resto de tebeos subiese el nivel, o que surgiesen más cosas así. La disfrutemos positivamente o no (dado que no estamos ante algo perfecto), merece la pena vivir la experiencia.

Y ya para finalizar… en un 10. J. H. Williams III. Simplemente sublime. Me parece que éste es su mejor trabajo hasta la fecha.

Y con esto me despido. Me guardo muchas cosas que decir, pero esas tendrán que esperar a la conclusión de The Sandman Overture.