Sandman presenta: Las Furias

 

Edición original: Sandman presents: The Furies USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Mike Carey.
Dibujo: John Bolton.
Entintado: John Bolton.
Color: John Bolton.
Formato: Cartoné, 96 páginas.
Precio: 12,95 €

 

Se nos confió tu castigo. Y ahora, al fin podremos llevarlo a cabo.

The Sandman comenzó siendo una atípica colección creada por Neil Gaiman en la que colaboraban artistas muy diferentes y que a lo largo los años, tanto durante su publicación como posteriormente, ha entrado en los anales de la historia como una de las obras magnas del arte secuencial. Muchos se rasgan las vestiduras con la reciente The Sandman Universe, porque consideran que es pervertir el legado de la obra original y de Gaiman, pero lo cierto es que desde el fin de la publicación de la serie en 1996, el universo Sandman nunca ha parado de expandirse ni de publicarse mediante spin-offs, miniseries y números especiales centrados en algunos de sus personajes más populares, como Muerte, Destino o Lucifer. Éste último ha sido seguramente el más popular, en una colección escrita por Mike Carey, y que es otra de las grandes obras tanto del autor como del sello Vertigo.

Y es precisamente otra de las obras del escritor británico de la que hoy vamos a hablar: Las Furias, una historia del universo de Gaiman que está ubicada en la iniciativa Sandman Presenta, una serie de historias autoconclusivas que se centran en personajes del universo Sandman pero que no han tenido el protagonismo y la atención de Morfeo, Muerte o Lucifer, entre otros. Así pues, analizamos esta obra aprovechando la reciente edición de ECC Ediciones en cartoné, para ver qué nos ofrece Mike Carey con esta historia centrada en Lyta Hall, la madre del actual dios del sueño.

Lyta Hall es un personaje complejo. Bajo el nombre de Furia, ha sido una superheroína que luchaba en el grupo Infinity junto a otros héroes como Hector Hall, el Doctor Fate de aquel entonces, y el gran amor de su vida, con el que, tras la reestructuración del universo DC en Crisis en Tierras Infinitas, tuvo un hijo llamado Daniel. Este hijo fue secuestrado, según las propias palabras de su madre, para reemplazar a Morfeo, y tomar su lugar como dios de los sueños. Es así pues como Lyta queda desamparada, sin su marido (fallecido tiempo atrás) y sin su hijo, sin saber qué hacer en el mundo a pesar de tener unas habilidades sobrehumanas, al ser medio furia, siendo hija de Helena Kosmatos, que a su vez es una especie de hija que tiene una porción del poder de las Furias griegas originales, y que son las que aparecen en Sandman y montan el lío que ya conocemos.

La vida de Lyta ha sido un desastre desde entonces. Atrapada en una espiral de alcohol, sexo y violencia sin sentido que no tiene un rumbo fijo. Se arrastra por los placeres impulsivos que su cuerpo le pide para no acordarse de los terribles horrores de su alma, que no sabe cómo sanar. En la búsqueda de esta curación, se encuentra con un grupo de teatro que la contrata como traductora griega para un evento que van a realizar en Grecia. En paralelo, se nos cuenta la historia de Cronos, el titán que asesinó a su padre y que fue traicionado por Zeus, y que ahora ha regresado para cobrarse su venganza a los olímpicos, y en donde las Furias, la entidad vengativa más poderosa conocida, jugará un importante papel en contra de Cronos. Y en medio de esta guerra de dioses se encuentra Lyta, que aunque no se queda atrás en poderío, evidentemente no puede competir al mismo nivel.

El cómo reacciona al volver a ver a las Furias, o la reunión con su hijo que se nos promete en la contraportada del tomo, es algo que dejo en el aire para que todos vosotros descubráis al leer la obra. Lo importante de esta historia es que sirve como redención de un personaje que quedó muy desamparado tras lo sucedido en Sandman, y que debe afrontar sus acciones y sus errores, superar sus miedos, y aceptar la realidad, por dura que sea, para continuar con su vida. Una historia que puede incluso servir de inspiración para los propios lectores, aunque a un nivel mucho más mundano y terrenal, alejado de los elementos mitológicos y oníricos que sin embargo Mike Carey retrata muy bien en esta obra, haciéndonos sentir dentro del universo de Sandman desde prácticamente la primera página.

El apartado artístico corre a cargo por completo del ilustrador John Bolton. El británico es un veterano dibujante que ha colaborado con autores del renombre de Chris Claremont, en Marada, la mujer lobo, o El dragón negro, Jamie Delano en la célebre miniserie Manbat, y con su amigo Neil Gaiman en algunos números de su gran obra, The Sandman, así como en otras como Corazón de Arlequín o Los libros de la magia, todas ellas publicadas por ECC Ediciones. Una larga trayectoria, trabajando siempre en obras cortas de un calado menos comercial, al menos a nivel temático, puesto que ha trabajado tanto en editoriales independientes como en las grandes de la industria. El motivo es que el particular estilo fotorrealista de Bolton no encaja con las típicos tebeos de superhéroes, o incluso con las historias mainstream en general, y por ello siempre se le ha ubicado, aún dentro de editoriales grandes, en obras de corte más alternativo, e incluso fuera de continuidad. Sí, me diréis que Alex Ross también tiene un estilo fotorrealista, o hiperrealista para ser más exactos, y ha hecho historias bastante comerciales como Kingdom Come, pero hay matices muy claros entre ambos artistas que les hace diferentes.

En el caso de Bolton, existe un elemento mucho más onírico y pictórico, especialmente en el color, que encaja bastante mejor con un universo como el de Sandman. Sus diseños pretenden más que reflejar una situación realista, imitar una fotografía, al menos en el caso de los personajes humanos, puesto que en los mitológicos le aporta algunos matices más fantásticos y pictóricos, siempre sin salirse de su estilo fotorrealista. No soy un gran devoto de esta corriente artística, pero es admirable que un artista consiga en un trabajo reflejar diferentes estilos y aportar sensaciones distintas sin traicionar su estilo propio. Eso es lo que consigue Bolton en este trabajo, y por ello se convierte en un elemento muy importante y determinante a la hora de analizar y recomendar este cómic.