Edición original: Random House Mondadori.
Edición nacional/ España: DeBolsillo.
Guión: Bryan Lee O’Malley.
Dibujo: Jason Fischer. Bryan Lee O’Malley.
Entintado:Jason Fischer. Bryan Lee O’Malley.
Color: Nathan Fairbairn.
Formato: Bolsillo. 336 páginas
Precio: 17,95 €.
Absténganse de leer esto los que se saben de memoria Eternal Sunshine of the Spotless Mind y repiten una y otra vez el final con su “I wish you stayed”.
Aléjense de aquí también los que desearían ver su vida dividida según las decisiones que tomen como hace Mr. Nobody y que – a pesar de saberse bien su frase de “Every path is the right path” – aún dudan en tomar una elección porque sabemos que sólo habrá una y sus efectos van a propagarse en todas direcciones, ya que pocas veces va a haber una segunda oportunidad.
¿… o sí?
Cerrad youtube con esas escenas de las películas que vamos a hablar de Seconds: la última obra de Bryan Lee O’Malley. Sí, ya os debe de ir sonando este autor por obras como Scott Pilgrim ya que por culpa de esta, algunos esperamos con otra ilusión a Amazon y miramos con una lagrimilla comer pan.
Después de la fama alcanzada con Scott Pilgrim, O’Malley vuelve al cómic con Seconds y de nuevo poniendo el guión, el dibujo y el entintado. Ayudado por Jason Fischer en estos últimos dos pasos. A él se suma Nathan Fairbairn (quien ya estuvo presente con Scott Pilgrim en la edición de color de 2012).
Conseguir un buen cómic (con una película que le haga justicia) es dejar el listón muy alto para uno mismo. Querer volver con una novela gráfica es echar una moneda al aire: evidentemente hay miedo y peligro. Peligro por la gran tentación que sería volver a coger la fórmula de éxito que fue Scott Pilgrim y, segundo, miedo por no llegar al nivel del éxito anterior, pero O’Malley estuvo dispuesto a pasarse tres años con esta última novela suya abandonando así lo típico de “libro por año”. De todas formas, no le molestaría ser recordado sólo por Scott Pilgrim, ya como confesó en alguna que otra entrevista.
Vamos a dar un paso atrás para recordar el estilo de O’Malley: rostros cercanos al manga, casi el estilo chibi, pero esta vez algo más evolucionado. Aún así mantiene esas caras amables y esas expresiones tan exageradas ante las emociones. Incluso algunos de los dibujos de los edificios en el interior – con una vista general y esquemática – recuerda vagamente a Habbo Hotel. No sé si ha sido totalmente intencionado o son imaginaciones mías, ya por la fuerte influencia de la cultura Pop que el autor deja ver en sus obras. Quizás sí, como detalle la mayor presencia racial en Seconds (comparando con su anterior obra). Pero tened los ojos bien abiertos y fijaos en cada uno de los personajes secundarios y de relleno que aparezcan: puede que alguno os resulte familiar.
El tipo de colores que se han usado en el cómic está a cargo de Nathan Fairbairn cuya paleta maneja los tonos cálidos reforzando así la idea de todo lo que rodea a Katie dentro del restaurante (Seconds) tiene este tipo de tonalidad. Incluso los fríos – como es el caso del verde – están mezclados débilmente con el amarillo para dar calidez. Todo esto viene a reforzar la idea del guión de ‘una zona de confort’ ya que en el exterior del restaurante sí predominan tonos grises y fríos.
No olvidar el apoyo de la rotulación del tipo de “MIRADA” y pequeñas indicaciones que realzan más el estado de ánimo del personaje. A esto se le suma jugar con el narrador omnisciente con el cual el protagonista es capaz de hablar y discutir.
¿Resultado? Una novela gráfica de 328 páginas (versión original) que relatan la historia de Katie, una chica de 29 años que está a punto de dar ese paso importante de tomar las riendas de su vida ahora que las cosas le van bien: es un chef querida en el restaurante Seconds y todo marcha según lo previsto para tener su propio restaurante llamado Katie’s. Pero una palabra lleva a un gesto, un gesto a un momento y ese momento te lanza en dirección contraria hacia tus sueños. De la noche a la mañana, todo lo que Katie tenía planeado termina por convertirse en una de esas patadas que te da la vida para tirarte cuesta abajo sin frenos: volver a reencontrare con su ex tras mucho tiempo, ver cómo sus amigos se han ido dividiendo, sin un centavo (lo que detiene su sueño de un nuevo restaurante) y teniendo en la conciencia la responsabilidad de un grave accidente, hacen que Katie se ahogue. Tiene uno de esos momentos en los que te falta el aire, donde te golpeas contra la pared repitiéndote una y otra vez cómo es que no viste venir esa gran patada. … pero ese es el problema: no lo ves. Simplemente pasa, te pilla desprevenido y tienes que hacer gárgaras con el asunto, tragar y segu… o no. ¿Y si cabe la posibilidad de una especie de “máquina del tiempo” donde puedes volver justo a ese declive y cambiarlo hacia la dirección donde quieres, reconducir esa cometa, que es tu vida, hacia otro viento?
A pesar que esto pueda sonar a una canción de Scorpions con su Wind of Change, el asunto no va muy desencaminado. Aquí es donde empiezan a aparecer elementos mágicos en este cómic. Una seta acompañada de una libreta y una pequeña instrucción:
1. Escribe tu error
2. Cómete una seta
3. Ve a dormir
4. Despierta de nuevo
Pero ya conocéis el efecto mariposa. Cambias una cosa y ya la ecuación parece cambiar por completo. A pesar que Katie cree estar en una realidad – su realidad – perfecta, no tarda en darse cuenta que algo falla o de nuevo, algo le sale mal. Cae así en la tentación de volver a cambiarlo todo usando las setas. Sabe que hay reglas y que todo poder lleva una gran responsabilidad, pero se las salta. Esto incomodará al segundo elemento mágico: el domovik, la deidad del hogar en el folclore ruso. Ambos elementos mágicos llevarán a Katie a otro nivel en la historia donde deberá enfrentarse a lo que ella misma ha causado.
Con todo esto Bryan Lee O’Malley consigue un cómic apto para todos los públicos ya que a pesar de su aspecto juvenil da lleno en temas por los que todos tarde o temprano vamos a pesar y es por aceptar nuestros errores e intentar, de alguna manera, seguir adelante.
A mí me dejó muy buen sabor de boca. Me lo leí de pe a pa y me atrapó bastante. puede parecer chorra, pero ciertamente plantea temas con los que es imposible no conectar. La Katie protagonista es tan cercana en sus imperfecciones que, aunque debería caernos un poco mal por su egoismo, es imposible no simpatizar con ella.
Comic muy cuco y currado, formato muy cuco que le viene al dedillo y encima a un precio muy cuco y ajustado. Y además es una buena obra para regalar!
Si Scott Pilgrin es la veintena esta obra es la treintena.
Una obra mucho mas madura tanto en personajes, relaciones entre si, estructura y dibujo.
El personaje de Catie esta tan bien definido que no puedes evitar engancharte a él.
Merece la pena su lectura.
Muchas gracias por los comentarios 😉
La verdad es que yo también lo tengo apuntado en la lista de «cómics a regalar»