La semana pasada concluyeron las Guerras Secretas de Jonathan Hickman y Esad Ribic. Un año entero dedicado al gran evento Marvel en el que nueve números y más de cincuenta miniseries han ocupado buena parte del catálogo Marvel, atrayendo miradas, criticas y alabanzas y encabezando todos los rankings de ventas. Tras un retraso previsible pero excelentemente manejado desde la editorial (lo bonito que va a quedar el recopilatorio…), ha llegado la hora de dedicarle un análisis como se merece. La plantilla al completo de Zona Negativa hemos querido aportar nuestro granito de arena al evento y nos ha quedado el siguiente análisis, lleno de datos y de opinión. Hemos intentado estar a la altura de la obra, aunque eso quizá sea un poco dificil…
Hace 30 años,
Corría el mes de Diciembre de 2012 cuando ocurría lo impensable por todos, esperado por muchos y temido por pocos. Con motivo del relanzamiento editorial
Lejos de amilanarse ante el desafío (de hecho, ya había tomado el relevo a
En los primeros pasos de la cabecera de Los Nuevos Vengadores,
Simultáneamente, en la cabecera de Los Vengadores los acontecimientos se sucedían al mismo ritmo que los nuevos reclutas vengativos ingresaban en el grupo, con especial énfasis en La Guerra contra los Constructores o la nueva llegada de
Combinando elementos de la Crisis en Tierras Infinitas y de las propias Secret Wars originales (así como de su segunda secuela a manos de Steve Englehart en los Cuatro Fantásticos), da comienzo el evento del 2015 en Marvel Comics. Un “sálvese quien pueda” y un enfrentamiento imposible de ganar. En palabras de Valeria Richards: “No podemos ganar, pero podemos no perder”. Para ello, los héroes liderados por Mister Fantástico deciden crear una balsa salvavidas en la que poder sobrevivir al final del todo. El choque entre ambas realidades trae consigo la destrucción de todo cuanto existe. Pero, y gracias al
El equipo creativo de The Ultimates se reúne para la creación de este nuevo mundo. El dibujante croata ha demostrado durante su dilatada trayectoria en Marvel que se trata de un artista especialmente dotado para los ambientes medievales, la fantasía heroica y la épica mitológica, como queda claro en Loki o Thor: Dios del Trueno. Por ello, a más de uno le resultó sorprendente que Ribic fuera elegido por Hickman para encargarse del gran crossover del año. Sin embargo, cuando el Mundo de Batalla y sus habitantes quedan presentados en todo esplendor en el segundo número de Guerras Secretas, uno entiende que la decisión no podía ser más acertada. Como si de una marvelita versión de Juego de Tronos se tratse, Mundo de Batalla incluye territorios enfrentados, fronteras conflictivas, intrigas palaciegas, misterios insondables y la muerte acechando en cualquier esquina. Toda esta construcción de mundos es lo que convenció a Ribic para embarcarse en esta aventura. Como el mismo nos comentaba en la entrevista que nos concedió a Zona Negativa, “No me gustan ese tipo de proyectos. Me ofrecieron algo similar antes de las Secret Wars y les dije que no quería hacerlo. Pero Hickman me comentó que esto iba a ser algo distinto, con una parte importante de construir mundos desde cero y que quería que yo lo hiciera. Así que me convenció y dije que sí. Porque me gusta la idea de empezar algo desde cero.” El trabajo de Esad Ribic es espectacular y a la altura de las expectativas, que no eran pocas. Sin embargo, como hasta cierto punto era de esperar, su velocidad a la hora de ilustrar las páginas no ha sido suficiente para mantener la cadencia de la serie mensual, retrasando la conclusión de la maxiserie más allá de lo previsto, y solapándolo con el relanzamiento editorial posterior: All-New All-Different Marvel. Como es sabido, pPara amortiguar el impacto de no poder publicar nuevas entregas durante más de un mes, desde la editorial decidieron dividir el contenido de los dos últimos números de la serie en tres (y reordenando algunas de las escenas), haciendo que su duración se alargue hasta los nueve capítulos (más un pequeño prólogo), en lugar de los ocho previstos inicialmente. Afortunadamente, con esta maniobra la maxiserie al completo estará dibujada de forma consistente.
Y un acontecimiento que en su día hubiera sido un gran evento por si solo (¡¡¡El universo Marvel tradicional contra el universo Ultimate!!!), aquí pasa casi desapercibido en las últimas páginas del primer número. Hickman va más allá. Tras los acontecimientos del primer número (luz, fuego y destrucción de universos), el lector se sumerge de nuevo en una nueva realidad, creada por El Doctor Muerte, con ayuda de
El ritmo frenético de la serie no impide que Hickman pueda dedicar tiempo a explorar este mundo, lleno de guiños a sagas pasadas propias y ajenas, e incluso explicar a los lectores que no hayan leído sus números vengativos cómo se ha llegado a esta situación, algo que ocurre en el ecuador de la serie, donde el ritmo disminuye por un momento para recrearse en el origen de esta Guerra Secreta y, sin que sirva de precedente, ofrecer más respuestas que nuevas preguntas (algo muy impropio del guionista) y, plantar las semillas del desenlace final a plena vista, sin que todos nosotros fuéramos capaces de advertirlo. Conocemos como (como mencionábamos anteriormente), el Doctor Muerte, el Doctor Extraño y El Hombre Molécula se enfrentaron a los Todopoderosos y ganaron. Aunque la entrada de Owen y Muerte en todo este tapiz cósmico se produjo en los últimos compases de la etapa vengativa de Hickman, rápidamente se convertirían en figuras claves en desarrollo y conclusión del evento. Owen sirvió de batería de poder para que un mucho más motivado Doctor Muerte jugara a ser Emperador, ante la concedida vigilancia de un Doctor Extraño más remolón a la hora de ser él quien manejara todo ese poder. Con la aparición de las balsas salvavidas con héroes y villanos (y ese “Richaaaaards” en boca del Doctor Muerte), la acción se precipita. Y por acción nos referimos a un carrusel de muertes que nada tienen que envidiar a la obra de George R. Martin. A la fugaz muerte de un convenientemente (aunque insuficiente) poderoso Ciclope le siguió al más sorprendente asesinato del Sheriff Extraño. Primera ficha caída del dominó que, como Owen, Valeria y todo aquel que estuviera atento pudo observar, nos llevaría hasta el final de las Secret Wars.
Los héroes salvados por el Doctor Extraño (quien nunca se había imaginado que había habido más supervivientes de los Universos 616 y 1610 originales) quedarían esparcidos por Mundo de Batalla, poniendo en marcha distintos planes de diferente alcance que culminarían con breves o grandes momentos de lucimiento personal en el último tercio de la miniserie. Jane Foster quedaría enrolada en los Cuerpos Thor, donde acompañada del joven Thor con el que daba los primeros pasos esta maxiserie, encabezaría una rebelión (para más pistas no está de más prestar atención a la miniserie de Jason Aaron) contra su emperador. Quizás demasiado poco explicado, que es lo que argumental algunos de los detractores de esta gran saga. Aunque suficientemente coherente con el in crescendo vivido en las páginas. Además, demuestra la excelente habilidad de la que goza Hickman, adaptándose a los vaivenes editoriales y el relevo comercial del Thor “tradicional” por esta fémina de armas (y martillos) tomar. Por otro lado, una Capitana Marvel que siempre gozó de importancia en sus Vengadores recae en los dominios de Mister Siniestro, y mediante una elipsis narrativa (suponemos que para evitar momentos de lo más subidos de tono a los más pequeños de la casa), convierte en su esclavo voluntario al hacedor de clones más conocido del Mundo Batalla, dispuesto a conceder cualquier deseo militar a su nueva ama. Star-Lord, otro de los protagonistas, tendría que esperar a su momento un poco más adelante, haciendo que Esad Ribic de el do de pecho en una de las mejores splash-pages de la temporada, y justificando que ningún personaje ha sido incluido en la historia por motivos comerciales, sino puramente argumentales. Como debe ser.
De los protagonistas del relato (y dejando para el final del recuento a los Reed Richards de ambos universos), también obtiene cierta atención el otrora poderoso Thanos, aunque con un protagonismo menor del esperado. Quienes esperasen un gran enfrentamiento legen-waitforit-dario (Stinson dixit) entre personajes cuasi-omnipotentes a buen seguro quedarán decepcionados, ya que la facilidad con la que Muerte despacha a Thanos puede molestar a los fans absolutos de este último (entre los cuales se encuentra este servidor). Para haber sido un secundario de lujo de la mitad de su etapa vengativa, el gran momento de Thanos tan solo se limita al “despertar” que produce sobre el Muro del Mundo de Batalla, que acaba siendo en un verdadero giro argumental de nada más y nada menos que el bueno de Ben Grimm. Motivado por el titan loco, La Cosa XXL encuentra las fuerzas suficientes para dirigirse al trono de hierro a enfrentarse a su enemigo natural, no sin antes acabar protagonizando un combate de boxeo de “gran altura” entre él mismo y un Galactus heraldo de Franklin, en otro de los grandes momentos (en todos los sentidos de la palabra “grandes”) de la miniserie, donde Hickman demuestra con pocos diálogos que conoce de sobra y entiende a los personajes.
Vamos acercándonos al final, y en este carrusel de grandes muertes cada vez quedan menos personajes a los que prestar atención. Paremos un momento para centrarnos en los dos Spiderman. Peter Parker y Miles Morales. Sobre todo Miles Morales. Porque si hablábamos antes del hecho de que Hickman conoce a los personajes, aquí encontramos otro ejemplo. Como veremos después en el listado de grandes momentos, a veces no hace grande complicados viajes temporales, convenientes Deus Ex Machinas o grandilocuencia a base de puñetazos porque sí. A veces, conviene fijarse en la esencia y en las raíces de un héroe, de los verdaderos héroes Marvel. Como en el caso de Miles Morales y la generosidad (derivada de la gran responsabilidad del linaje que empezó Stan Lee) que lleva a desequilibrar la balanza de “poder viviente” del lado de los héroes. Una simple hamburguesa puede ser la clave para todo. Y, quieras que no, puede venirte bien si quieres que te deban un favor que cobrarte con la resurrección de tu madre. Y es que a veces, no todo está inventado y es posible ser original. Y no todas las resurrecciones tienen por qué estar mal vistas. Una vez más, grande Hickman. Y, una vez más, no está de mal recordar la importancia que tuvo en las secrets wars originales Owen Reece…
En este relato (dejando de lado los destinos finales de secundarios como Maximus, Terrax (con muerte gloriosa a más no poder, para alivio cómico en el momento exacto) o Black Swan, (o los invitados a última hora como Sinestro, Maestro, Apocalipsis o Reina Duende), todavía nos quedan cuatro protagonistas (cinco, si me apuras). Antes de los más fantásticos de todos, centrémonos por un segundo en el team-up Pantera Negra y Namor, quienes guiados por su amigo Extraño acaban adquiriendo dos objetos de gran poder: Guantelete del Infinito y el portal del Lugar Peligroso, de antigua importancia en la franquicia mutante. Gracias a esto, Hickman cierra un círculo que había puesto en marcha durante su etapa al frente de los Cuatro Fantásticos. Y es que la persistente relación sobre la que había puesto tanto los focos entre Pantera Negra y el mundo de los Muertos culmina aquí por todo lo alto con los Marvel Zombies, a quienes Hickman había concedido una importancia dentro de su Mundo de Batalla aquí justificada, rendidos ante su verdadero rey: T’Challa, Rey de Wakanda y Rey de los Muertos. Un giro de tuerca brutal (“Glory and Honor”) que hasta los pequeños detalles (como que sea El Capitán Britania del comienzo de la maxiserie quien encabece este ejercito masivo) lucen con luz propia. Hickman plantó las semillas de este giro argumental hace muchos números (más de cuatro años) y el hecho de que lo tuviéramos delante de nuestras narices y fueramos incapaz de verlo solo hace que sea más brillante. Si a un personaje que ya de por sí es visualmente potente y carismático le pones un Guantelete del Infinito palpitante en una mano y un ejercito Zombie renacido por el Lugar Peligroso tras él (además de su amigo Namor, porque es amigo a pesar de todo) a su lado tridente en mano, obtienes uno de los mejores momentos de la saga. Tan solo nos queda decir… “ouh, yeah”.
“Toda la esperanza reside en Muerte” fue uno de los mantras de la etapa de Hickman en los Cuatro Fantásticos. Y la profecía de Valeria (quien también acabó pronunciando aquello de “Everything dies”) acabó cumplíendose. El villano por antonomasia del universo Marvel (que, no lo negemos, en cuanto a tirón comercial supera al de su archienemigo fantástico) salvó al Universo Marvel e hizo todo lo que pudo. Pero llegó un momento que no fue suficiente. Y ahí es donde Mister Fantástico entra en acción y se produce uno de los mejores momentos de la miniserie, que a buen seguro Hickman tenía guardado bajo su manga (porque evitó un enésimo y “definitorio” enfrentamiento cuando estuvo al frente de los 4F). Con todo el respeto, cariño y nostalgia hacia la familia fantástica y una demostración magistral del conocimiento de los personajes, Reed Richards y el Doctor Muerte se enfrentan en el combate definitivo (puedo ponerlo con mayúsculas, si queréis) con un cruce de reproches llenos de sentimiento, desde “Me robaste la familia” hasta “Cerraste el puño alrededor de todo y ya te pensaste que era tuyo”. Catarsis en viñetas (con un espectacular Ribic al que no se le notan las prisas) y diálogos que concluye con el reconocimiento final, tras 55 años de historias, por parte de Muerte de que, en efecto, Reed Richards es mejor que él. Si, su archienemigo. El padre de su ahijada. Su excompañero de la universidad. Él. Y tras esto, todo cambia.
Owen Reece, conducto y batería viviente del poder de los Todopoderosos, cambia de opinión al bando de los ángeles (el hecho de que le hayan alimentado en “condiciones” impulsa este cambio, no hay duda) y la balanza del poder se desequilibra completamente hacia el líder de los Cuatro Fantásticos y la Fundación Futuro. A partir de aquí (y con interludios soberbios para un Pantera Negra que aprovecha la gema del tiempo para reconstruir su Wakanda destruida durante AvX y un Miles Morales compartiendo rascacielos con Peter Parker), Reed Richards rehace el Universo Marvel (sí, podemos llamarlo reboot, no hay duda, pero la nostalgia es superior a todos nosotros) bajo el nombre de “Prime Earth”. Ayudado por el propio Owen Reece y su hijo Franklin, experimentado en esto de construir universos, la Fundación Futuro al completo se dedica a recrear el multiverso Marvel. No hay nada más bonito, metatextualmente hablando, que el hecho de quienes dieron vida al Universo Marvel en el 61, sean los mismos que desde las viñetas recreen el nuevo multiverso Marvel en el 16. Porque ya no existe el “Todo muere”. Sino el “Todo vive”. Es hora de dejar de ser superhéroes durante un tiempo y ser exploradores. ¿O es que no lo veis?
Grande Hickman. Gracias.
Escala y perspectiva: estos son los dos términos que mejor definen la contribución de Jonathan Hickman al Universo Marvel.
En primer lugar, todos los trabajos del guionista se han encargado de acrecentar la escala de lo narrado de forma exponencial: las conspiraciones dentro de conspiraciones de Secret Warriors, las intrigas esotéricas de SHIELD, las conflictivas relaciones entre las distintas especies alienígenas de Fantastic Four, las guerras contra los arquitectos universales de Avengers o la angustia frente al mismísimo colapso del cosmos de New Avengers… En la mente del guionista todo adquiere unas proporciones descomunales y desbordantes, difícilmente concebibles por una persona normal y corriente. Muchos de los conceptos que presentan sus historias pueden llegar a generar auténtico vértigo.
Quizá el momento que mejor refleja la idea de escala que maneja Hickman sea el epílogo de Infinity, en el que se menosprecia la magnitud de la guerra que acaba de ser superada (con terribles consecuencias para todos los implicados) y se amenaza con un destino inevitable que acabará por dejar lo vivido a la altura del betún. Esa amenaza se vería cumplida en Time Runs Out, donde la magnitud de los acontecimientos narrados volvería a superar lo mostrado con anterioridad. Donde Infinity consagraba páginas y páginas a una destrucción pocas veces vista, Time Runs Out despachaba la aniquilación de las fuerzas unidas de imperios estelares completos en apenas unas viñetas, como si no fuese gran cosa. La conclusión del último numero de este arco, que conduciría hacia las inexorables Secret Wars, mostraba bien esta idea de la escala gargantuesca de lo sucedido al abrir el foco centrado en el conflicto entre Iron Man y el Capitán América y mostrar el gran escenario que había a su alrededor. El mensaje de Hickman estaba claro: el conflicto entre ambos personajes era poco más que una riña infantil y nada importaba en el gran esquema de los acontecimientos que se estaban desarrollando. Su etapa a cargo de los Vengadores queda ejemplificada en esta escena al hacer que dos de los personajes más importantes de la editorial ni siquiera llegasen con vida a las Secret Wars. Aquí los acontecimientos habían alcanzado unas dimensiones tan insuperables… se había arrastrado a los personajes a una fatalidad tan épica… que su muerte no era más que una nota a pie de página sin demasiada importancia. Nadie lloró a Steve y Tony. Todos estaban demasiado ocupados. Estaban sucediendo demasiadas cosas. Qué impropio de Marvel. Qué atrevido.
Otro tanto se podría decir de los sucesos de New Avengers, que más que conformar una historia de superhéroes al uso parecían una trama de horror cósmico digna de Lovecraft. Los Illuminati trataron de proteger su mundo del inminente colapso universal y por ello debieron tomar la decisión de dejar que otros mundos muriesen durante las incursiones para salvar el suyo propio. Así, algunos de los héroes más grandes de Marvel aprendieron a aceptar su impotencia ante un horror que resultan incomprensible y con el que era imposible razonar o combatir. El universo mismo se estaba muriendo y las mentes más brillantes que habían existido jamás no podían hacer nada para remediarlo. Cuando los Cuatro Fantásticos se enfrentaron por primera vez a Galactus contaron con el Nulificador Supremo como herramienta para vencer al Devorador de Mundos, pero ante las incursiones no había salida ni solución posible. La inevitabilidad era agobiante y la certeza de la aniquilación, angustiosa. Aquí ya no había posibilidad de victoria y en esta ocasión todos acabarían consumidos por una vorágine de inconcebibles proporciones. Qué idea tan inquietante para un cómic Marvel. Qué osadía.
El sentimiento de angustia se vio potenciado por la perspectiva de los personajes, todos ellos genios, creadores de maravillas y testigos de la majestuosidad del cosmos en su infinidad de formas. Si un hombre como Reed Richards, que ha viajado tanto, ha descubierto tanto y se ha enfrentado a tantas situaciones, asumía la condena inevitable es que en verdad no debía existir una salida. Hickman se asegura de que la perspectiva de sus historias se sitúe siempre en mentes privilegiadas, que piensan a un nivel muy superior al del resto de los humanos. Reed Richards, Tony Stark, T’Challa… ellos pueden entender aquello para lo que los demás no estamos preparados. ¿Qué esperanza quedaba pues para los meros mortales cuando ni siquiera ellos podían entender las fuerzas que había en juego?
Sólo si la perspectiva del genio estaba acompañada de una voluntad férrea podía permanecer impasible ante la angustia que había quebrado a los demás. De ahí que sólo Victor Von Doom fuese capaz de mirar directamente a los ojos de lo incognoscible y plantarse justo frente a su puerta: nada define mejor al Doctor Muerte que su voluntad inquebrantable. La misma voluntad que le permitió reclamar los poderes del Todopoderoso durante las primeras Guerras Secretas, permitió que el Doctor Muerte se encarase a los arquitectos de ese mecanismo de destrucción multiversal que habían sido las incursiones y se apoderase de sus dones.
Y así empezaron las nuevas Secret Wars.
Con el multiverso destruido, Muerte rescató los fragmentos que pudo y con ellos dio forma a Battleworld. Podría parecer que la escala que caracterizó al conflicto anterior se había reducido de pronto, pues lo que antes había sido un multiverso de posibilidades se había visto confinado a un único mundo. Sin embargo, esta percepción era engañosa, pues Battleworld encerraba en sí mismo un multiverso de posibilidades, con infinidad de historias que podían ser narradas (y de hecho muchas han visto la luz en las diversas miniseries que han rodeado al evento). Es más, la escala de Secret Wars no tardó en ir aumentando de magnitud, transmitiendo esa sensación de mareo a la que Hickman había acostumbrado a sus lectores. Casi cada viñeta presentaba una idea apasionante e intrigante que rápidamente dejaba paso a otra sin haber dejado apenas tiempo para degustarla. Las muertes se sucedían casi sin que nos diésemos cuenta. ¿Cíclope volviendo a usar la Fuerza Fénix? Apenas hay tiempo para esto. ¿El Sheriff de Agamotto? Lo siento, tenemos prisa. ¿Thanos? Je. Ya deberías saber a qué has venido.
La única constante del relato era una vez más la perspectiva desde la que estaba narrado. Esta no era la historia de los supervivientes de la última incursión, sino una historia sobre el Doctor Muerte. Secret Wars ha sido un viaje a su psique, en el que Muerte se ha desnudado en cuerpo (esto es literal, pues aquí hemos visto su rostro mutilado por primera vez) y alma. Muerte siguió adelante cuando otros hombres ya habían renunciado y su obstinación salvó todo aquello que podía ser salvado. Pero Muerte es demasiado falible, demasiado humano. Quizá en esta ocasión no haya utilizado su poder divino para reconstruir su vanidoso rostro como hizo en las primeras Guerras Secretas, pero sus debilidades humanas son demasiado evidentes: la envidia hacia Reed Richards, el rencor acumulado tras sus constantes derrotas, el deseo de poseer la familia de la que formaba parte su odiado rival, la necesidad compulsiva de ser respetado o incluso adorado… Vaya un recipiente más inadecuado para el poder supremo.
La mayor escala concebible encerrada en una perspectiva sesgada. Dones todopoderosos ardiendo en el interior de un genio torturado que oculta su inseguridad tras una fachada de escrupuloso autocontrol. Si las Guerras Secretas de Hickman contienen alguna alegoría a las Secret Wars originales más allá de los obvios paralelismos argumentales debe ser sin duda esta. El tema de las Secret Wars de 1984 y el de las Secret Wars de 2015 es el mismo: una escala desmesurada encerrada en una perspectiva que se cree grande, pero en realidad es muy, muy pequeña. Así es como suelen ser los humanos ante el cosmos: pequeños.
Escala y perspectiva. Hickman ha pervertido las reglas del juego para mostrarnos que en realidad seguimos jugando a lo mismo y que, a pesar del paso de los años, el juego puede entretenernos, sorprendernos y apasionarnos tanto como lo hizo la primera vez.
A continuación, los diez mejores momentos de la Secret Wars. Estad preparados que viene curvas (osease, posibles spoilers).
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Propina: Y así empieza un nuevo Universo Marvel.
A pesar de ser uno de los macroeventos con más tie-ins en la historia del cómic de superhéroes americano, Secret Wars ha destacado por estar tan perfectamente estructurada que poco podrán quejarse por haberse visto afectados en sus lecturas habituales, más allá de los que se hayan visto obligados a tomarse un descanso por no estar interesado en ninguna de las mini-series o títulos implicados en el evento. Por lo emás, la libertad con la que se ha desarrollado la maxiserie central y el resto de colecciones respecto a esta es bastante amplia, siendo perfectamente posible seguir la historia de Jonathan Hickman sin verse en la obligación de seguir el resto de las colecciones satélite, e incluso seguir cualquiera de estas sin necesidad de enredarse con la maxiserie central. Dentro de los tie-ins, Marvel ha establecido tres categorías diferentes bajo los sellos Mundo de Batalla, Zonas de Guerra y Últimos Días. Las dos primeras se desarrollan dentro del mundo artificial en el que tiene lugar la mayor parte del evento, no habiendo ninguna diferencia importante más allá de si tienen lugar entre uno o varios segmentos del Mundo de Batalla. Todas son mini-series completamente aisladas -a pesar de que en España varias se publicarán dentro de series regulares en curso- y os hablaremos de cada una de ellas más abajo. En lo que respecta a Últimos Días, las colecciones englobadas bajo este sello no solo transcurren en un escenario diferente al tener lugar en las puertas de la colisión entre el universo 616 y el Ultimate, sino que además son series que ya estaban en marcha antes de comenzar el evento. Como tales, quizás no sea del todo recomendable que -si no las estabáis siguiendo antes- os hagáis con estos números. Sin embargo, si que son títulos muy a tener en cuenta, ya que en todos los casos se tratan de series con un nivel de calidad muy alto. Con algunas que han concluído a las puertas de Secret Wars y otras que continuarán tras ella, todas y cada una de ellas son series a las que si no prestastéis atención en su momento quizás os convendría hacerlo ahora, ya que -de interesaros lo que proponen- podrían ser una adquisición muy interesante a vuestra colección.
Señalando cual es el atractivo de cada una de ellas, tanto de cara al evento como por si mismas, estas son las series de los Últimos Días del universo Marvel, siempre recordando que en todos y cada uno de los casos se trata de valoraciones de las series completas, al no ser sus números tie-in divisibles de las mismas en la mayoría de los casos, siendo en todos y cada uno de ellos -salvo tal vez el Hombre Hormiga y Poderosos Vengadores- prolongaciones de sus tramas:
- Loki, Agente de Asgard de Al Ewing y Lee Garbett: Capítulo final de la gran saga de Loki, Ewing da fin a la compleja madeja que lleva construyéndose alrededor del dios de las mentiras desde que J.M. Straczynski lo trajese de vuelta tras el último Ragnarok y Kieron Gillen tomase los mandos dando forma a una de las aproximaciones más fascinantes que se hayan hecho nunca al hermanastro de Thor. Todo un discurso sobre el calvario de la predestinación y las cadenas de nuestras propias narrativas, en la búsqueda de este ¿héroe? ¿villano? ¿antihéroe? ¿todo junto? trataría de escapar a su propio destino, y que concluye con la caída de los dioses de Asgard en las puertas de la destrucción multiversal. Jugando con elementos que van desde Walter Simmonson a Dan Jurgens pasando por el citado Kieron Gillen, el último tomo de Loki aborda la transición de los dioses nórdicos de un universo al siguiente, en este apocalipsis introspectivo personal del dios de las mentiras. Siendo más una historia sincronizada con el evento que necesaria para el mismo, Loki se vale de los acontecimientos que desencadean la Secret Wars para cerrar este tercer acto del periplo del dios de las mentiras, ofreciendo una experiencia completa como lectura que puede servir para enriquecer la perspectiva de los acontecimientos que están alterando la estructura del multiverso, pero que tienen mucho más sentido para los seguidores habituales del personaje que para aquellos que se agencien el tomo de la nada. Punto de inflexión en el futuro de Loki, lo que ocurra a partir de aquí con el dios de las mentiras es -como costumbre- un absoluto misterio.
- Estela Plateada de Dan Slott y el matrimonio Allred: El combo ganador entre la desbordante imaginación de Mike y Laura Allred con la vena whovian de Slott y las posibilidades sin límite del antaño Heraldo de Galactus ha terminado por darnos una de las grandes series de culto de la Marvel actual. Como en el caso del Loki de Ewing, Slott y los Allred se valen de los acontecimientos del evento Marvel para enriquecer sus propias tramas, enfrentando al eterno errante a un evento de destrucción multiversal similar al que tuviera que lidiar su creador con el nacimiento del multiverso actual. Usándolo para retomar la trama de la Reina Nunca a la par que recuperan a un viejo conocido para erigirlo como opuesto de Norrin Rad y jugar con elementos ligados a la mitología de los Todopoderosos, el tomo aborda los sucesos de la Secret Wars desde la periférica visión de las grandes entidades cósmicas del universo Marvel. De nuevo como en el caso de Loki, es una lectura complementaria que puede servir para ofrecer más luz a los sucesos del evento, mostrando como lidian con él las grandes entidades por encima de lo humano. Aun así, ninguno son imprescindibles el uno para el otro, teniendo más interés para los seguidores de las aventuras de Estela Plateada y Dawn -las cuales seguirán adelante tras la Secret Wars-, que para el crossover. .
- Ms Marvel de G. Willow Wilson y Adrian Alphona: Encontrándose a si misma en una situación delicada con su ciudad en la frontera de la zona de impacto, la superheroína de Nueva Jersey se enfrenta a su primer gran evento superheroíco de repercusiones cataclísmicas, y si bien Loki lo aborda desde la perspectiva de los dioses y Estela Plateada desde la de las grandes entidades cósmicas, el tercer aborda el gran caos desembocado sobre la ciudad de Nueva York desde la perspectiva del hombre de a pie. Para los seguidores del evento que no tengan ninguna inquietud por conocer a Kamala, la relevancia de este tie-in es nula, más allá de ver como un grupo de personas corrientes lidian con los eventos del primer número de Secret Wars. Sin embargo, si eres asiduo de la nueva Ms Marvel, este tomo tiene toda la importancia del mundo para el futuro de su protagonista, sirviendo de revulsivo para poner patas arriba su entorno personal.
- Magneto de Cullen Bunn, y Gabriel Hernandez Walta: El guionista de La Sexta Pistola ha sabido jugar tan bien con el bagaje de Magneto, que su colección tiene sentido tanto por si misma, como en forma de uno de lo peldaños en el camino hacia la Secret Wars. Si alguien tenía que acordarse y el amo del magnetismo vienen siendo aliados desde la etapa de Utopia -y que en un entorno como el de las incursiones unos poderes como los de Magneto pueden ser francamente útiles-, ese era el escritor que ha embarcado al personaje en un camino sin retorno en su determinación por salvar a la raza mutante. Pero ante todo, se trata de una historia de Magneto que refleja sin ningún tipo de endulzamiento o idealización -a extremos que bordean al Punisher de Ennis en la línea MAX- a uno de los villanos más complejos del cómic de superhéroes americano, siendo más interesante para aquellos que quieran aproximarse al personaje con las siete entregas que recopilan la serie en su edición española, independientemente de que vayan a acompañarlo de Secret Wars o no.
- El Hombre Hormiga de Nick Spencer y Ramon Rosanas: Si hablamos de series que abordan los acontecimientos que desencadenan la Secret Wars de forma muy periférica, las desventuras de Scott Lang en su empeño de enderezar el rumbo de su vida en la soleada Florida debería estar a la cabeza. Haciendo gala del mordaz ingenio que hizo de su arco de presentación una de las propuestas más estimulantes de la Marvel actual, la relación de Hombre Hormiga con la Secret Wars es un one shot en forma de guiño complice, que usa el evento de trasfondo lejano en el que a Spencer no le tiembla el pulso para lanzar varias pullas a costa del augurado fin del mundo, a la par que prosigue las historias de sus protagonistas dando buena cuenta de nuestra incapacidad para poner en orden nuestros asuntos pendientes aunque nos dijesen que mañana se terminase todo. Una delicia de one-shot sin relevancia alguna para la Secret Wars más allá de ofrecer una aproximación mucho más mundana a los relatos apocalípticos, igualmente disfrutable independientemente de si estás siguiendo el evento o no.
- Spiderwoman de Dennis Hopeless y Natacha Bustos: Sí en el caso de la serie del Hombre Hormiga toda relación con la Secret Wars se limita a un guiño, en el caso de la igualmente recomendable Spiderwoman ni siquiera llega a eso, sirviendo más como coña final con el que cerrar el círculo respecto a la decisión tomada por Jessica Drew en el primer arco de la serie y dejarla en la situación en la que nos la encontramos en el primer número de la Secret Wars. Y aunque eso no hace que su calidad sea menor, su relevancia para la Secret Wars es prácticamente inexistente.
- La Viuda Negra de Nathan Edmondson y Phil Noto: La etapa de Nathan Edmonson al frente de la espía rusa ha sido cuanto menos extraña. Incuestionable en su apartado gráfico gracias al impecable trabajo del dibujante, pero no tanto así por una trama que a pesar de su interés siempre dio la impresión de necesitar algo que justificase el viaje redentor de su protagonista. Pues bien, ese algo está en este final que el guionista conecta directamente al primer número de Secret Wars, y en el que alternando flashbacks con el papel de Natasha dentro del cómic nos despeja cualquier tipo de dudas de donde nace la determinación salvadora de su protagonista. Dejando toda la etapa Edmondson como un retrato de la Viuda Negra que nos conduce directamente a su papel en los prolegómenos de la Secret Wars, de nuevo vuelve a ser solo interesante como parte de un todo si te interesa profundizar en la psiche de la Romanova, independientemente de que vayas a seguir el evento o no.
- Capitán América y los Poderosos Vengadores de Al Ewing y Luke Ross: Desde el nacimiento de su serie, Ewing ha tenido muy clara la condición de sus Poderosos Vengadores como título cimentador bajo el paraguas de la etapa de Hickman. Es por eso que en su conclusión da la impresión de que todo lo que ha construido el guionista se dirige hasta la Secret Wars, Todopoderosos y el papel del grupo en El Tiempo se Acaba. ¿Conclusión? Si te interesan estos Vengadores de la calle capitaneados por Cage tienes una lectura para disfrutar que además profundiza en detalles sobre como lidian sus personajes con lo visto en la serie de Hickman es una lectura con su encanto, y -sobre todo- un final redondo para decir adiós al universo Marvel que se nos va. Si no, ofrece detalles interesantes y muchas verdades que deberían haberles dicho a los Illuminati, pero tampoco es imprescindible.
- Punisher de Nathan Edmonson y Mitch Gerards: Si esperábais que Edmonson continuase con la aparición estelar de Frank Castle en el primer número del evento, más os vale pasar página desde ya, porque el guionista liquida rápidamente dicho trámite para embarcar a Castle en un final más apropiado tanto para lo que ha venido siendo su etapa como para el tipo que es en general. Prosiguiendo con su visión reaccionaria a lo Call of Duty / Black Hawk Derribado del personaje que puede resultar incómoda a unos tantos, el guionista se lleva al personaje a Oriente Medio para atacar al terrorismo local y la determinación de morir matando llevándose por delante a tantos criminales de guerra como pueda. Frank haciendo de las suyas en un relato que se mueve entre la milimétrica preparación de las tácticas de combate y el horror moral de un personaje tan obcecado con su cruzada que está dispuesto a pasar sus últimas horas de vida matando a enemigos que ya tienen las horas contadas solo porque sufran un poco más.
- Seda de Robbie Thompson y Stacey Lee: Desde que obtuviera su propia cabecera, la serie protagonizada por Cindy Moon ha destacado por la caracterización de esta muchacha que fue picada por la araña a la vez que Spider-Man, y el buen ojo de Thompson a la hora de aproximarse a los complejos y problemas para la interacción de alguien que ha pasado la mitad de su vida encerra en un búnker al margen de su familia y amigos. Pillada de imprevisto por los acontecimientos que han dado lugar a la Secret Wars, el guionista de Supernatural sabe usar esa repentina posibilidad del fin del mundo para que su protagonista deje atrás los miedos y represiones para embarcarse en una apresurada búsqueda que puede suponer abrir una puerta para la que todavía no esta preparada. Como en el caso de Ms Marvel, la relevancia de su cruce con el evento es nula para la Secret Wars, pero mucha para el devenir posterior de sus aventuras.
Mención especial a la actual etapa de Masacre, quien además de estar viviendo una de las mejores andaduras de su historia gracias al saber de Gerry Duggan y Mike Posehn, está tangencialmente conectada a la fase inicial del evento. A pesar de que en ningún momento la editorial lo haya señalado como tal, el mercenario bocazas no ha podido evitar lanzar su corrosiva pulla a costa del macroevento editorial, y uno de sus últimos tomos publicados en España hace buena saña del mismo con su habitual mala baba y descacharrante humor negro.
La plantilla al completo de Zona Negativa ha querido sumarse al mega-análisis de Secret Wars y las miniseries satélite. Aquí os dejamos con el resumen de todas ellas (salvo alguna que se nos ha escapado), no sin antes aprovechar estas líneas para mandar un abrazo muy fuerte al hasta ahora nuestro compañero de aventuras Eneko Ruiz, al que deseamos que la vida profesional le sonría tanto como se lo merece. Un grande. Te echaré de menos, buddy. Aprovechamos para dar la bienvenida, de forma más oficial, tanto a Igor Álvarez como a Miguel Ángel Crespo, que se han animado a compartir sus opiniones y a echarnos una mano (no, no como Anakin Skywalker) en este análisis.
Inferno de Dennis Hopeless y Javier Garrón :el crossover, ese gran mosntruo que devora el cómic de superhéroes actual. Hubo un tiempo en que eran recibidos con sorpresa y algarabía; una época en que el Patriarca Mutante, Chris Claremont, explotó el formato episódico al tener que ir saltando entre distintas cabeceras para entender la historia. Ese fue el camino elegido por Inferno, un evento mutante donde Claremont, acompañado por su escudera favorita, Louise Simonson, se proponía atar unos cuantos cabos sueltos y redefinir unos cuantos personajes para el futuro. Para ello planteó una invasión a gran escala de nuestra realidad por parte del Limbo y sus demonios, con importante implicación de Illyana Rasputín. Asuntos como la resurrección de Jean Grey, la integración en la actualidad mutante de los cinco originales o el origen misterioso de Madelyne Pryor debían quedar cerrados para lo que el guionista tenía pensado en términos de lo que estaba por venir. El resultado fue otro clásico marca de la casa que ha sido repescado para las Secret Wars.
Con el equipo creativo formado por Dennis Hopeless y el dibujante español Javier Garrón, este nuevo Inferno nos coloca en un punto de salida diferente. En un marco donde los demonios infernales consiguieron su objetivo e Illyana fue totalmente asimilada por su influjo. Así que toca convivir en este maléfico panorama al Barón Scott Summers y sus hombres X. Coloso, sin embargo no parece aceptar este dato y vive un constante asalto al Limbo año tras año para recuperar a su hermana. Solo con la ayuda de fieles amigos e inesperados aliados, como Madelyne Pryor, se producirá la lucha final por alma de la Niña Oscura. ¿Ganará el bien o lo hará el mal? Inferno ha sido una de las decepciones en las mini series. Con múltiples agujeros de guion, tramas y resoluciones cogidas con alfiler y desarrollos de personajes caricaturescos a más no poder nos deja una obra que ni siquiera llega a ser pasable. Lo único que mantiene el nivel, los lápices de Garrón, son coloreados por una gama tan llamativa de tonos que nos alejan de la narración.
Giant Size Little Marvel AvX de Skottie Young :Secret Wars es todo trascendencia y épica. ¿En la totalidad de los dominios de Mundo Batalla? No en todos. Existe un pequeño trozo de este planeta, Marville, donde un puñado de héroes con forma de retoño viven sus aventuras y desventuras de manera desenfadada con un único objetivo: hacer reír al lector. La cabeza pensante de semejante proyecto es Skottie Young, ilustrador de marcado de trazo cartoon y creador de las famosas “baby variants”. Éstas son unas reconocidas portadas surgidas a raíz del éxito que obtuvo el primer experimento allá por 2012, cuando Young realizó una variante presentando a los protagonistas de Avengers vs X Men caracterizados como tiernos bebés. El boom no se hizo esperar; un número especial e incontables portadas después, el bueno de Skottie obtiene bajo el paraguas de las Guerras Secretas toda una colección para dar rienda suelta al repertorio de sus mejores chistes y sus más que elaboradas viñetas.
En Marville hay un cruce especialmente conflictivo, donde confluyen la Avenida Patrulla X y la calle Vengadores. La chavalería de estas dos zonas no está precisamente bien avenida, por los que los roces son el día a día de sus tranquilas vidas. Este conflicto se ve considerablemente aumentado cuando unos nuevos vecinos se instalan en la antigua casa de los Richards (ahí Skottie, metiendo el dedo en la llaga). El proyecto es del todo hilarante, con la meta específica de hacernos pasar el mejor rato posible La pega es la de siempre, que los chistes estirados acaban siendo un poco repetitivos. Pero aquí ni Marvel ni Skottie Young engañan a nadie. Si te gustan las portadas del artista y tienes un mínimo sentido del humor, esta es tu colección. Si reniegas de tanto Peque Marvel suelto, ni te acerques. En definitiva, diversión pura y dura donde lo importante no es la historia en sí, intrascendente del todo, sino esos pequeños detalles que nos sabe colar el autor en las diversas viñetas que componen la obra.
Cráneo Rojo de Joshua Williamson y Luca Pizzari :una de las mini series más inclasificables de Secret Wars, sin duda, pues no hace referencia a ningún evento ni acontecimiento conocido y su protagonista tiene un papel muy residual en el devenir de Mundo Batalla. Aunque no se puede negar el influjo y la importante presencia de un villano de la talla de Cráneo Rojo en el Universo Marvel, aspecto que han utilizado los creadores para ahondar en viejas rencillas y renovadas alianzas. La premisa es bastante simple. El malvado Cráneo trató de liderar una revuelta contra el Dios Muerte. Inconformista y ambicioso no le gustaba el modo de regir del máximo mandatario. Solo que Doom es plenipotenciario y omnisciente por lo que pudo adelantarse a los planes del subversivo villano y defenestrarlo, literalmente, más allá del Escudo. La leyenda del Cráneo Rojo ha comenzado a crecer, llegando algunos a afirmar que sigue vivo y acumulando efectivos para atacar las defensas de Muerte. El Sheriff Extraño encomienda a Calavera que reúna un grupo de asalto para comprobar cuan de cierto hay en esos rumores: Electro, Dama Mortal, Jack O’Lantern, Piedra Lunar, el Soldado de Invierno y Magneto. Esta extraña agrupación (casi unos Thunderbolts) dirigen sus pasos hacia las Tierras Muertas sin saber que nadie vuelve del Escudo.
En principio, parece una serie coral donde este escuadrón interactúe para localizar a su presa. Qué equivocados estábamos pues Williamson se deshace rápidamente de todo el elenco exceptuando al Amo del Magnetismo, que será salvado in extremis por el propio Cráneo Rojo. La relación entre ambos personajes, a pesar de ser dos de los malvados más reconocidos de la editorial, no ha sido del todo cordial. Y es que Cráneo representa la cara más cruda del nazismo mientras que Magneto, como judío, ha sufrido los rigores de la persecución y los campos de concentración. Esto hace que la serie se sustente es esa peculiar relación, mostrando un competente relato de medias verdades y ambiciones personales. Todo ello dibujado con un estilo sucio, imitación del trasfondo de la narración, por un acertado Pizzari.
Armor Wars de James Robinson y Marcio Takara: en un evento de estas características, con toda la plana mayor de personajes Marvel circulando por diversas páginas, teníamos que tener alguna con protagonismo destacado de Tony Stark. Y aunque lo hemos podido reconocer por aquí y por allá, es esta Guerra de las Armaduras su patio de recreo favorito en Secret Wars. El nombre de la serie alude a una de las mejores historias vividas por Iron Man a finales de los años ochenta, cuando unos entonados David Michilinie y Bob Layton nos presentaron una trama donde Stark era consciente de que elementos de su tecnología habían sido utilizados para hacer el mal . Una trama memorable que volvía a poner en la cuerda floja a un personaje tan poco dado a ello como Iron Man, tal y como hicieron en su primera etapa con la primera crisis alcohólica de Tony.
Los encargados de estas renovada Guerra de las Armaduras son James Robinson y Marcio Takara, ningún habitual del protagonista. El guionista inglés había retornado a Marvel para dar lustre a 4 Fantásticos e Invasores, por lo que parecía una declaración de intenciones para el futuro (fallida pues como ya sabemos es Brian Michael Bendis el nuevo responsable de la cabecera). El caso es que el equipo creativo ha decidido optar por un nuevo enfoque, alejado de la trama clásica, y para ello nos sitúa en el dominio de Tecnópolis. Este gigante tecnológico construido a base de hierro y chips es una zona dañina pues nadie puede salir al exterior sin estar cubierto por una armadura de rigor. Gobierna el barón Stark, en aparente oposición a su hermano Arno y a un jefe criminal apodado Kingpin. Vertebrado como un relato de investigación e intriga, la falta de pulso narrativo del guionista lastra la serie, que además tampoco se sustenta a nivel gráfico. Tópica y predecible sería su mejor definición.
Capitana Britania y los Defensores de Al Ewing y Alan Davis :estamos ante una serie con un fuerte regusto a sabor británico. El guionista Al Ewing es uno de los escritores con más proyección en la Casa de las Ideas mientras que Alan Davis es todo un veterano al tablero de dibujo, una verdadera garantía de calidad desde que comenzó en su Inglaterra natal a inicios de los años ochenta. Para acometer esta historia, los autores tomaron apoyo en la reciente colección Capitán América y los Defensores, a cargo de Ewing , cancelada al dar inicio las Secret Wars. Un muy parecido grupo de Defensores (nada es del todo igual, recordemos que estamos en Battleworld) son los responsables de la seguridad en Ciudad Yinsen, un dominio donde Stark falleció para que Ho Yinsen pudiera seguir con vida y convertirse en el superhéroe Rescate, pasando a ser el barón de este tranquilo lugar que se verá sobresaltado por la llegada de una misteriosa mujer.
Hablamos de Faiza Hussain, la actual portadora del título de Capitán Britania. Creada por Paul Cornell para la serie Capitán Britania y el MI-13, su desarrollo se vio cortado cuando aquella cabecera finalizó. Ewing ha tenido a bien acordarse de ella para ponerla en el centro de la trama. Faiza trae recuerdos de la Tierra 616 a su llegada a Ciudad Yinsen y genera no pocas dudas en los héroes de aquel dominio. Lo que no sabe la doctora Hussain es que su llegada ha abierto el paso a las hostilidades por parte de Ciudad Mondo (que recuerda al hábitat del Juez Dredd; otro toque british), dirigida por Maria Hill. Faiza, y de paso los Defensores, se verá en el centro de una batalla en la que hay mucho que perder y poco que ganar. La escasa extensión de la serie deja la sensación de proyecto menor, que se podía haber aprovechado para algo más. Aun así, se aprecia el talento de Ewing como dialoguista y la grandeza de un Davis a un muy buen nivel a pesar de los años.
Años del Futuro Pasado de Marguerite Bennett y Mike Norton :¿qué hubiera sido del cómic de superhéroes sin la aportación de Chris Claremont y John Byrne? Pregunta retórica porque es algo imposible de contestar. Lo que es indudable es el fuerte poso dejado por sus historias, especialmente con la Patrulla X. Una de ellas, Días del Futuro Pasado, jugaba con la idea de distintos futuros alternativos. Una trama de apenas dos números pero con la calidad suficiente para calar en el aficionado debido a la gran cantidad de elementos interesantes que supieron introducir. Allí, una madura Kitty Pride debe retornar al pasado para impedir un hecho fatídico que va a dar lugar a su aciago futuro. Con la ayuda de los X Men del presente pondrá todo su empeño en que tal situación nunca llegue a darse. En un evento donde el homenaje está a la orden del día, no podía faltar un recordatorio en forma de serie, titulada ahora Años del Futuro Pasado.
A cargo de Marguerite Bennett y Mike Norton, la escritora y el dibujante nos presentan un escenario muy similar a la historia de Claremont y Byrne. En un dominio gobernado por Robert Kelly, los mutantes están abocados a la extinción. Solo unos pocos permanecen recluidos en campos de prisioneros, viejos conocidos como Kate Pride, Coloso, la hija de estos Chrissie, Magneto, Rachel Grey o Tormenta; otros campan en libertad como el Ángel o Lobezno y su hijo Cameron. Todos unidos harán un intento desesperado de revertir la situación, enfrentándose a los poderosos Centinelas, la Hermandad de Mutantes Diabólicos…..o entre ellos mismos. Bennett parte de la necesaria pleitesía hacia el material de origen para dejar pronto su sello personal. Lo que no significa que siempre acierte. Hay giros interesantes durante la serie, que consiguen mantener el interés a lo largo de la narración. Pero las motivaciones de los personajes principales, Chrissie y Cameron, no terminan de cuajar. Bien construida, especialmente notable a nivel de dibujo pero con taras que la alejan de ser calificada como una obra redonda.
1602 Witch Hunter Angela de Kieron Gillen, Margueritte Bennett y Stephanie Hans: Neil Gaiman es uno de esos autores respetados y venerados por gran parte del aficionado. No en vano, suya es la mano impulsora de una obra maestra como Sandman, además de disfrutar de una asentada carrera como novelista. Cuando Gaiman, en un momento de su litigio con Todd McFarlane por un personaje de Spawn, recibió la ayuda de un gigante como Marvel, se sabía que de allí iban a salir contrapartidas. Una de ellas es que el bueno de Neil dejaría un par de series en la Casa de las Ideas. Cuando el autor se puso a buscar en el catálogo marvelita no localizó nada de su especial interés (excepto los Eternos, pero quedarían para más delante). Lo que si empezó a forjar en su cabeza es un Universo Marvel surgido al amparo de una época histórica concreta, inicios del siglo XVII. Una idea genial, vestir a los icónicos superhéroes con ropas la Edad Moderna. Un paisaje constituido en base a reyes, nobles, espías, bardos, clérigos y la grandeza del Nuevo Mundo. Toda una sugerente alegoría que despertó un inusual interés en el lector habitual de supers. La siguiente contrapartida ha sido reciente y ha consistido en la cesión de Ángela, el famoso personaje creado en Spawn, a la editorial Marvel.
Bennet y Gillen han tenido la responsabilidad de asentar el personaje durante su breve estancia en la compañía y en Secret Wars han continuado en tales menesteres, insertando sus aventuras en el mundo de 1602, ideado por su creador original. Ángela, acompañada de su ya inseparable Serah, se dedica a cazar todo tipo de criaturas que van contra natura del mundo construido por Muerte. Los guionistas consiguen evocar de manera magistral esa atmósfera a libreto clásico, donde los diálogos y el arte, a cargo de una magnífica Stephanie Hans (que se alterna con otros cuatro dibujantes, con estilos dispares), logran que esta historia te atrape hasta su conclusión. Un paso más para la consolidación de Ángela como personaje de pleno derecho en la editorial.
Proyecto Exterminio de Marc Guggenheim y Carmine Di Giandomenico: a vueltas con crossovers mutantes, X-Tinction Agenda fue una de las últimas aportaciones de Chris Claremont a la franquicia antes de ser relevado de sus funciones. Reuniendo a todos los protagonistas posibles de las distintas cabeceras X contra el régimen de Genosha y el malvado proceder de Cameron Hodge, el fin de dicha historia cambió para siempre el panorama mutante ya que anunciaba la llegada de tiempos convulsos. Papa Claremont intentó aportar algo de valor hasta en sus horas más bajas. Y como tal queda la constancia en este evento al recuperarse esa historia como parte de las Secret Wars. Los encargados de revitalizar Genosha y el conflicto latente son el tándem formado por Marc Guggenheim y Carmine Di Giandomenico, dibujante habitual del X Factor de Peter David.
En Battleworld hay un territorio con ADN mutante, X-Topia, dirigido con mano firme por la baronesa Rachel Grey. En este retiro del que Muerte quiere saber lo mínimo tenemos la isla de Genosha donde Hodge hizo de las suyas. La Patrulla X pacificó la zona pero ahora se extiende un virus por toda la isla que ha sido puesta en cuarentena, aislada del resto del dominio. En aquel lugar quedaron algunos importantes Hombres X como Kaos o Loba Venenosa. Fuertemente implicados con el territorio no van a dejar que sus habitantes languidezcan hasta la muerte. Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.
Guggehheim desarrolla la trama a partir de los restos de la historia mutante, como el obvio Proyecto Exterminio o la posterior Alianza Falange, con la introducción como elemento capital del virus tecnoorgánico. No se puede negar que se nota que el guionista disfruta juntando todos esos elementos, lo que da lugar a una serie cohesionada y coherente con el cosmos mutante. Giandomenico es uno de esos artistas de trazo personal, de los que se odian o se ama. Su arte casa perfectamente con esta aventura que rezuma amor por los hijos del átomo por los cuatro costados.
Runaways de Noelle Stevenson y Sandford Greene: los Runaways es un concepto creado por Brian K. Vaughan y Adrian Alphona a inicios del siglo XXI. Un grupo de muchachos que desconocían los motivos últimos de las extrañas reuniones anuales de sus respectivos progenitores. Cuál es su sorpresa cuando descubren que son parte de un grupo de supervillanos que opera en la costa oeste conocido como el Orgullo. A partir de ahí, comenzará una huida para alejarse, no solo de sus padres, que los buscan con ahínco, sino también de su posible destino al ser los herederos de la organización. Una obra que se consagró como título de culto, al que Vaughan dio una segunda temporada y en el que otros autores (Joss Whedon o Terry Moore) trataron de poner voz sin el éxito esperado. Aun así, ha sido un concepto que ha perdurado en el apretado panorama juvenil de la Casa de las Ideas. De aquí a las Secret Wars solo hay un paso. Para revitalizar a estos jóvenes con poderes se ha buscado el talento de Noelle Stevenson, autora que ha conseguido una notable repercusión con su trabajo en The Lumberjanes, y al dibujante Sandford Green, con un trazo del todo adecuado para fábulas juveniles.
La historia comienza como un cruce a medio camino de sitcom norteamericana de institutos y de tebeo Marvel. Un grupo de chavales escogidos estudian en el Instituto Muerte para Jóvenes Dotados, desde donde se selecciona a los más aptos para triunfar en Battleworld. Lo que no saben nuestros protagonistas es que en los exámenes a los que se presentan se juegan algo más que la nota; se juegan la vida, por lo que cuando advierten ese detalle se proponen huir del instituto. La historia está llena de tópicos sobre adolescentes, la trama se alarga en puntos y se acorta en otros, dando como resultado un acabado desigual. En el apartado gráfico Greene apenas se luce con un dibujo tan minimalista en ocasiones que llega a parecer inacabado. En definitiva, una serie floja que poco tiene que ver con la grandeza de los Runaways originales.
Guardianes de Sapiencial de Brian Michael Bendis y Mike Deodato: el guionista de Cleveland es uno de los mejores colocados dentro del organigrama editorial. Eso le permite una libertad para escoger sus proyectos y acotarlos a su antojo. Algo de buen tino debe tener pues antes del gran éxito cinematográfico de los Guardianes de la Galaxia se apropió de los personajes para hacer…. prácticamente nada. Una serie que ha deambulado en piloto automático desde el inicio de Marvel Now!, lo que es una auténtica pena teniendo en cuenta el potencial de los personajes y lo bien que han funcionado con guionistas capaces (os echamos de menos Abnett y Lanning). Continuando con el ejercicio de coherencia, la editorial siguió dejando a Bendis campar a sus anchas en Secret Wars para seguir contando nada con los Guardianes.
Seremos rápidos pues esto es especialmente doloroso para un fan de la vertiente cósmica. En el mundo forjado por Doom hay una estación espacial llamada Sapiencial, una colonia poblada por convictos y maleantes; un lugar por donde veremos pasear a Ángela, Drax, Mapache Cohete o Gamora. Observaremos sus relaciones y el conflicto introducido por una Gamora con reminiscencias del Universo 616. Algún diálogo ingenioso, una ensalada de tortas, para que Deodato pueda lucir algo al dibujo, y vuelta a empezar. Así durante cuatro números. Historia simple y premisa todavía más simple. Bendis sigue agarrado como cual sanguijuela en el panorama post Secret Wars a este disfuncional grupo, lo que no deja una perspectiva muy halagüeña para los Guardianes de la Galaxia, sí sigue en esta tónica. Serie recomendada solo para muy fans de los personajes, completistas de la parcela cósmica y adoradores de Bendis.
Ghost Racers de Felipe Smith y Juan Gedeon: Tras su traslación de los mitos del Ghost Rider a la ardua etnicidad de los suburbios de Los Ángeles en su Piloto Fantasma, Felipe Smith se despide por todo lo alto de Robbie Reyes con un espectáculo por todo lo alto, en la mayor royal rumble de espíritus de la venganza que haya tenido lugar desde que Jason Aaron dejase la cabecera. A medio camino en entre la versión hardcore de Los Juegos de Hambre -más conocida como la testósterónica Running Man de Arnold Schwarzenagger- y Death Race 2000, Smith reune a prácticamente toda encarnación del Motorista Fantasma que haya tenido un mínimo de renombre, embarcándolos en una competición suicida repleta de trampas mortales en el coliseo de la condenación eterna. Todo un placer culpable en el que los octanajes de las máquinas infernales se inyecta vertiginosamente en el lector por vía ocular a más velocidad de la que pueden marcar las aguajas, y donde el espídico dibujo de Juan Gedeón termina siendo el mejor aliado del escritor.
¿Qué apenas hay fondos? ¿Que las figuras humanas en demasiadas ocasiones apenas están esbozadas? Poco importa con la hiperbólica aceleración que el dibujante transmite en cada una de sus páginas, con unos diseños tan demencialmente enfermizos que deberían de quedar convertidos en canon tras la finalización del evento. Desde Carter Slade convertido en un pálido centauro ciego con gatlings guns infernales en los costados a Zero Cochrane pilotando una sierra mecánica hasta un tiranosaurio fantasma surfeando un caza de combate -repito, un tiranosaurio fantasma surfeando un caza de combate-, ni siquiera un argumento más básico que el funcionamiento de un biberó puede evitar que Ghost Racers termine siendo una de las lecturas más divertidas y desenfrenadamente desprejuiciadas de todo el evento. Perfecto para paladear con los grandes éxitos de Sepultura sonando de fondo.
Capitana Marvel de Kelly Sue DeConnick y David López: Si hubiera justicia en este mundo, el nombre de Kelly Sue DeConnick debería pasar a la Historia como una de las principales responsables de cambiar la imagen de la mujer dentro del cómic americano. Si nos centramos al género de superhéroes y Marvel en particular, su etapa junto a la Capitana Marvel se puede confirmar ya como lo mejor que nadie haya hecho nunca en su casi medio siglo de Historia, siendo la ferviente pasión con la que la ha seguido el núcleo de fans acuñado durante estos tres años y pico mucho más que merecida. Concluida su andadura al cerrar el círculo que iniciara con Anhelando Volar, Capitana Marvel y las Carol Corps sirve de epílogo que -a pesar de no ser una continuación al uso de lo que venía narrando hasta el momento- se erige con una prolongación espiritual en la que la escritora y un pletórico David López vuelven a elevar a la Danvers a los cielos, haciendo de su pasión por el vuelo una desafiante cuestión de actitud, siempre fiel a si misma y sin dejarse detener por ninguna de las barreras en su búsqueda de nuevos horizontes.
Como ocurriera con otros de los momentos álgidos de su etapa, lo que narra DeConnick en la oposición de su protagonista contra las rígidas leyes del Mundo de Batalla es tan apasionantemente inspirador, que casi invita a coger un planeador y lanzarnos a ver hasta donde somos capaces de llegar. Despedida por todo lo alto de su último equipo creativo, la incorporación de las Carol Corps reclutadas entre las secundarias de diferentes momentos de su etapa suponen además una gran incorporación que -además de servir como avance de la que será la nueva situación de Carol en el nuevo universo Marvel-, se antojan como una evolución natural en la que la Capitana funciona francamente bien en su condición de líder. Abordando además su rol de mentor y pupila con uno de los más entrañables personajes surgidos en su andadura, DeConnick dice adiós a la Capitana Marvel y la editorial sin miedo a seguir volando bien alto, en una saga que sirve tanto como gran final de fiesta para todos los que hemos seguido la serie hasta la fecha, como para que los que no han tenido la oportunidad puedan echar un vistazo a lo que se han perdido durante estos años.
Hail Hydra! de Rick Remender y Roland Boschi: A menos que tuvieses al escritor atascado por cualquier motivo, seguramente no te sorprenda si afirmo que la forma en la que Rick Remender ha terminado saliendo de Marvel por la puerta de atrás ha supuesto un amargo adiós. Entre Imposibles X-Force y su Saga del Ángel Oscuro, Veneno, la saga de La Dimensión Z del Capitán América o su Punisher, el creador de Fear Agent, Clase Letal y Tokio Ghost cuenta algunas de las mejores estapas que ha dado el cómic de superhéroes durante el último lustro. Desgraciadamente, lidiar con los trámites editoriales nunca pareció ser su especialidad y el batacazo de Axis le hizo embarcarse en busca de nuevos pastos, dejándonos a todos con la miel en los labios cuando parecía estar volviendo a recuperar el brio con su vibrante saga de Hydra con la que redefiniera a Sam Wilson como el Nuevo Capitán América.
Continuación directa de esta que pasa con los pies de puntillas por los eventos de Secret Wars hasta el punto de que casi puede leerse al margen del evento, Hail Hydra bien podría haber servido de gran epílogo para una de las etapas más interesantes del centinela de la libertad -así como del paso de Remender por Marvel en general-, pero se queda en una aportación menor del escritor. Una en la que Ian Rogers se enfrenta a un mundo gobernado por Hydra, y entre héroes y villanos Remender reune a la mayoría de sus personajes fetiche de diferentes colecciones para continuar su discurso de ideologías enfrentadas, así como el relativismo del bien y el mal y su dependencia del entorno al que se refieren. ¿Tiene sentido tratar de imponer nuestra visión de lo correcto en un mundo en el que dichos principios ni siquiera tienen sentido? Ideas interesantes que por desgracia se ven lastradas por el dibujo de un nada trabajado Roland Boschi -muy lejos de su Soldado de Invierno: La Marcha Implacable– y que tampoco terminan de explotarse todo lo que podrían dar de sí, quedando más como un extra para aquellos que hemos disfrutado del paso de Remender por la franquicia del centinela de la libertad que como un adiós por todo lo alto que puedan disfrutar aquellos que no hubieran catado su Capitán América hasta el momento.
E de Extinción de Chris Burnham y Ramon Villalobos: Discípulo de Grant Morrison durante su paso por la franquicia del Murciélago, Chris Burnham llegó a la Secret Wars con la difícil misión de realizar su primera incursión como guionista para Marvel en una mini-serie que tomase el testigo de su maestro. Por suerte para el dibujante de Barman Inc. el escocés no estaba muy lejos, y a la suma de la buena mano de Burnham y las ideas de Morrison solo le hacía falta un extra como el dibujo de Ramón Villalobos para hacer de este What if encuadrado en el evento todo un majestuoso parque temático en honor a una de las mejores etapas de la Historia de los X-Men.
Nihilismo mutante en visperas de la destrucción, adolescentes blasfemos y procaces entregados a la gloria del sexo, drogas y el rock & roll, viejas leyendas cuyo deterioro de sus poderes se manifiesta en forma de disfunciones sexuales, ciencia ficción de último diseño… Dios, como echaba de menos a estos X-Men a lo Anthony Burguess. Y si bien es verdad que le falta un hervor más para llegar a ese algo más como celebración para recordar lo que fueron los mutantes un día y echar un par de lagrimones cotemplando lo que les ha deparado la inocua apatía de su situación actual es sencillamente sublime.
X-Men ’92 de Chris Sims, Chad Bowers y Skott Koblish: Si hay una mini-serie de toda la Secret Wars por la que no hubiera dado un duro… Probablemente habría sido MODOK Asesino, pero lo cierto es que esta tampoco le andaría demasiado lejos. Y no, no es que tenga niguna especie de mal recuerdo de la mítica serie de animacion de los noventa. De hecho es todo lo contrario. Pero cada vez que esta editorial o cualquiera se ha embarcado el algo que se parezca a crear una colección derivada de una adaptación de cine o televisión -a su vez inspirada en otra franquicia original- más vale echar a correr. Giro argumental que no se esperaba nadie: X-Men ’92 no solo está bien, sino que está francamente bien.
Pudiendo despistar un tanto por un arranque que más bien invita a pensar a que todo tiempo pasado definitivamente no fue mejor, Chris Sims y Chad Bowers nos ofrecen un delicioso canto de amor repleto de contenido metatextual y perfectamente autoconsciente a todas las grandezas y miserias de los años noventa. Y quien dice noventa no solo se refiere a la serie de animación de marras, sino a todo lo que fue la década tanto para los X-Men dentro y fuera de los cómics, como para todo el trasfondo cultural de un periodo de excesos, ropas extravagantes y otro desmadres. Ofreciendo una agudísimo retrato de los protagonistas, de quienes eran, todo lo bueno y malo que se hizo con ellos durante la vilipendiada década y como continuaron evolucionando para bien y para mal después de ella sin por ello descuidad en ningún momento la sacrosanta acción, los autores están tan acertados con este orgasmo de guiños, easter eggs ocultos y referencias ocultas que casi le hacen a uno pensar que los noventa no fueron realmente tan malos. Demonios, si pudieran embarcarse junto a los lápices a Skott Koblish en el Delorean más vale que Harras les cedieran el control de la franquicia, porque es todo lo que quisimos poder leer durante la década condensado, y si continúa tras Secret Wars no dudéis que es por méritos propios.
Hank Johnson, Agente de Hydra de David Mandel y Michael Walsh: Secret Wars no solo ha destacado por encima de otros eventos recientes en cuestiones de calidad de su maxiserie central y por la independencia que esta ha tenido respecto al resto de sus tie-ins, sino que pasará a la historia como uno de los crossovers más creativos y con más variedad a la hora de abordar todas las mini-series, one shots y colecciones satélites que han rodeado al evento. La editorial se ha permitido hacer prácticamente de todo aunque en muchas ocasiones ni siquiera tuvieran que ver nada con la trama del Mundo de Batalla, dando lugar a pequeñas rarezas como este número autoconclusivo a cargo de uno de los guionistas de la mítica Senfield y el dibujante de los Vengadores Secretos de Ales Kot Michael Walsh.
Protagonizada por un agente de Hydra cualquiera en un entorno de la Historia del universo cualquiera, el cómic perpetrado por David Mandel es absolutamente hilarante en su forma de abordar las miserias cotidianas de un trabajador anónimo que se gana el pan con el que alimentar a su familia trabajando para una organización terrorista a nivel mundial. A medio camino entre el memorable episodio de Los Simpsons en el que Homer trabajase para Hank Scorpio y Los Increíbles, Hank Johnson es la versión extendida de aquellos gags de los sicarios de Austin Powers, donde es imposible no ver parte de nosotros mismos en las miserias y mediocridades de este tipo corriente sin nada peculiar más allá del mundo en el que vive. Al fin y al cabo, ¿quién no se ha sentido alguna vez como si estuviera trabajando para una organización criminal?
Secret Wars: Agents of Atlas, de Tom Taylor y Steve Pugh: Los Agentes de Atlas es uno de esos grupos que merecían mejor suerte, pero su destino podría haber sido peor. Cuando parecían condenados al eterno ostracismo, salió a la venta el año pasado este especial. En un mundo orwelliano donde los ciudadanos son oprimidos y controlados por el barón Zemo y sus leales tropas, solo Jimmy Woo y sus Agentes de Atlas se interponen entre el nazi y sus planes de dominación absoluta. En menos de treinta páginas, Taylor y Pugh se las ingenian para contar esta historia entera en la cual todos los personajes tienen su momento, el lector se pone en situación, aparecen sorpresas por el camino y la conclusión es satisfactoria en vez de precipitada. Todo esto con mucho oficio y ganas. Y sin el nefasto coloreado que tuvo en otras ocasiones, el dibujo de Pugh gana enteros. En conclusión, lo único que se le puede echar en cara a este especial es que no sea una miniserie. Si algún día Marvel decide relanzar a los Agentes de Atlas y sus creadores originales no están disponibles, que llame a Taylor y Pugh.
Asedio, de Kieron Gillen y Filipee Andrade:Descrita por el propio Gillen como una versión oscuramente apocalíptica de Nextwave, Asedio se erige como un fastuoso fin de fiesta con el que el guionista de Astonishing X-Men: SWORD, Viaje la Misterio, La Imposible Patrulla-X, Jóvenes Vengadores y tantas otras colecciones se despide temporalmente de Marvel. Para ello, no solo reune un elenco de personajes fetiche que van desde la Agente Abigail Brand hasta Miss América Chavez, Leah de Hell, Magik, Scott Summers o un Kang con el que no había tenido oportunidad de trabajar hasta el momento -pero al que dota de un carisma arrollador-, para sumergirnos en esta guerra sinfín a la que se ven abocados los defensores de El Muro en su defensa frente a las hordas de Marvel Zombies, la Ola de Aniquilación de Annihilus y las interminables huestes de Ultron.
Una batalla pírrica sin más opción que resistir o morir, para un crepuscular adios en el que el escritor británico versiona a La Cruz de Hierro de Sam Peckinpah, con Abigail Brand haciendo las veces del Sargento Rolf Steiner y Kang las del Capitán Stransky, es el peculiar estilo de dibujo de Filipe Andrade lo que quizás pueda suponer un obstáculo para aquellos que no terminen de asimilar su arte, así como disfrute para todos los que gusten de estilos más alejados de lo habitual. Pero en general, pocas quejas pueden esgrimirse para este adiós por todo lo alto en el que Gillen se despide del universo Marvel, esperemos que no durante demasiado tiempo.
Tras tres años de destino incierto, cataclismos multiversales sin precedentes y enfrentar a la plana mayor del universo Marvel a encrucijadas morales sin salida, Jonathan Hickman pone fin a una de las historias más ambiciosas que se hayan gestado desde las entrañas de la casa de las ideas. Todo un juego de tronos creado a base de influencias que van desde las Crisis en Tierras Infinitas originales hasta Planetary pasando por Crisis de Identidad, Prometheus o las primera Secret Wars, pero que a su vez ha sabido crear su propia identidad como monumental historia de catástrofes que engloba a todo el multiverso editorial.
Y aunque era inevitable que con todos los elementos puestos sobre la mesa quedasen puntadas sin dar, carácterizaciones cuestionables (hola, Cíclope), detalles que prometían mucho y por los que ha terminado pasando de puntillas -mejor no preguntarnos demasiado por Cisne Negro…-, lagunas de las de relléneselas usted mismo o excesos como una batalla final de tres números al borde de la saturación, el guionista de Black Mass From Mars conoce lo suficiente su oficio como para dotar a su despedida de Marvel de un núcleo de solidez adamantina, en la que ha terminado siendo la madre de todos los enfrentamientos entre Reed Richards y el Doctor Muerte, y una gran saga de los Cuatro Fantásticos ante todas las cosas. Repitiendo la jugada que hiciera con estos, el autor se ha dedicado a agitar su sonajero de el fin esta cerca señalando una ominosa dirección, mientras mecía con mimo ese impacto emocional en los protagonistas centrales donde de verdad se encontraba el corazón de su historia. Destrucciones masivas sin escape, grandes poderes cósmicos, augurios de reboot… A quién le importan.
Siempre habrá un deux ex machina a mano para devolver las furias a la Caja de Pandora, siendo las vivencias que han atravesado los protagonistas hasta llegar a este estallido de luz al final del túnel lo que da valía a este intenso viaje a través del territorio de penumbras. Si es o no el mejor crossover de la editorial ya dependerá de cada uno, ya que a título personal de los recientes me sigo quedando con Vengadores vs Patrulla-X. Pero de lo que no queda duda es que, para quien disfrute de su hacer, las Secret Wars de Jonathan Hickman e Esad Ribic han quedado como un gran broche de una andadura que sin duda ocupará un lugar bien alto en las estanterías de muchos aficionados al cómic de superhéroes.
El otro día, mientras terminaba de leer el último número de Secret Wars, tuve un sueño. Una especie de visión o catarsis en la que divisaba un cómic tan genial como la etapa de Jonathan Hickman que hace ya algunos años comenzó en Los 4 fantásticos. Divisaba un cómic de superhéroes en el que no sabía lo que iba a pasar, en la que todos los diálogos tenían una sustancia superlativa que decía algo sobre lo que estaba pasando. Había personajes fascinantes en ambos bandos, forjándose entre ellos una delgada línea entre lo bueno y lo malo que acababa formando una tremenda escala de grises. Veía personas, no personajes. Veía tramas entrecruzadas fascinantes y complejas. Soñaba también con que las historias de superhéroes nacían en la mente de los escritores en lugar de en frías oficinas de marketing y en las que el lector era tomado como un ser inteligente al que hacer disfrutar requería de un duro esfuerzo por parte de los autores.
Veía buenos dibujantes sumados a la causa de crear mundos fascinantes. Veía también personajes olvidados renacer de sus cenizas con tal potencia que se hacían un nuevo nombre en el mundo actual. Había, por supuesto, giros argumentales que me dejaban con la boca torcida y, de vez en cuando, guiños para saber si estaba o no atento a lo que estaba leyendo. Había momentos de una epicidad tan pura que me recordaban, de vez en cuando, porque me aficioné al mundo de los superhéroes en primer lugar. Soñé con escritores distintos, especiales, capaces de generar universos propios en un mundo dominado por hombres de corbata y billetes verdes.
Decía que soñaba porque en realidad lo hacía, porque cada página de estas magníficas Secret Wars me ha evocado la necesidad que tiene el mundo de los superhéroes de guionistas tan únicos y distintos como Jonathan Hickman. Soñaba y a la vez me entristecía de ver como cada vez quedan menos guionistas tan especiales como él. Muchas gracias señor Hickman, y hasta la próxima.
Después de toda la expectación levantada por Secret Wars y con los numerosos retrasos que ha sufrido la miniserie central, que incluso arrastró a algunos tie-ins a tener su desenlace mucho después de lo esperado. Pero ante nosotros tenemos la culminación de varios años de historias planteadas por
Alrededor del evento se continuaban las historias, complementarias o no a la serie central, pero eso no ha desvirtuado los acontecimientos que hemos podido vivir en los nueve números que componen Secret Wars. La alianza de los Reed, la lucha de los villanos junto a los héroes, aunque no directamente, la reconciliación de T’Challa y Namor, el conflicto definitivo entre Victor Von Muerte y Míster Fantástico e incluso ese final en el que se retoma el inicio de la etapa en Nuevos Vengadores de Hickman… Todo tiene una fuerte carga emocional que atrapa al lector y que nos deja a todos con una sensación de no haber perdido el tiempo leyéndola y, además, ha hecho que al final la espera mereciese la pena.
El evento como piedra angular ha sido el modus operandi de
Bajo una capa de conceptos más grandes de los que normalmente sería capaz de comprender un humano, cuando se echa la vista atrás tras la lectura del último número de la serie central, uno ve el por qué todo funciona. Porque no son los Constructores, ni los Aleph, ni las Incursiones. La clave de todo lo que ha contado Hickman se desvela cuando el enfrentamiento final es, simplemente,
Son los personajes, los grandes olvidados en muchos eventos que solo pretenden cambiar las cosas sin importar el cómo. Hickman se ha dedicado a desarrollarlos, a darles motivaciones, a hacerlos humanos y a cuestionar su alma. En vez de pensar momentos chulos y lanzar unos cuantos arquetipos dentro, el escritor ha desarrollado una historia con los personajes en el centro. El resto ha venido solo.
Sin duda alguna, los retrasos han afectado al disfrute de la serie. La Casa de las Ideas fue valiente también al apostar por dejar libertad a sus creadores de contar lo que quisieran en un mundo,
Pero, incluso con estos retrasos, la calidad está ahí. Decidió Hickman además acompañarse de un gran dibujante como
Terminada la Secret Wars la gran duda que queda a muchos lectores del universo Marvel es, ¿dónde continúa la historia? Lejos de apostar por reboots ni reinicios que trasteen la continuidad más allá de lo aconsejable, la historia del Universo Marvel que dejamos atrás con la última incursión prosigue prácticamente intacta en el nuevo universo. Esto, obviamente implica una serie de consecuencias que durantes los próximos meses y años continuarán coleando en diferentes colecciones a pesar de la marcha -temporal o no- de Jonathan Hickman. ¿Cuales son esas series y como exploran las diferentes consecuencias dejadas por el evento, así como por el paso del creador de Los Proyectos Manhattan por la editorial? Estas es una rápida guía de lo que encontraréis en cada una de ellas, con los principales hilos argumentales sobre los que se apoya el nuevo universo Marvel:
- Un Nuevo Universo Marvel: La mayoría de las cuestiones alrededor de la constitución física de este nuevo universo y las diferencias en cuanto a estructura así como leyes que lo gobiernan están siendo abordadas en el núcleo de series alrededor del trinomio formado por Pantera Negra , la Capitana Marvel y el guionista Al Ewing. Los dos primeros son los responsables del nuevo proyecto Alpha Flight encargado de proteger la Tierra de las amenazas llegadas de los confines del espacio, así como del grupo de contingencia científica con base en el Triskelion Ultimates . Guionizada por Ewing junto al grupo de respuesta independientemente en el que se ha convertido IMA bajo el patronazgo de Roberto DaCosta en Nuevos Vengadores y el nuevo Contest of Champions -la primera con el Reed Richards del universo Ultimate como villano, y la segunda ubicada en los restos del Mundo de Batalla de Muerte-, son estas colecciones junto a la de Fuerza-V con el salto de Singularidad al nuevo universo Marvel perseguida por una amenaza de naturaleza cuántica las que parecen haber tomado el testigo de la mayor parte de la herencia de la Secret Wars, a espera de lo que puedan aportar otras como Sam Wilson, Capitán América en su transición a Standoff con la trama del Cubo Cósmico, u otras que juegan con grandes fuerzas multiversales como Starbrand y Nightmask o Estela Plateada .
- Nuevos peligros en el horizonte: Qué sería del gobernante del Mundo de Batalla tras la conclusión de la Secret Wars era uno de los grandes misterios del evento junto al paradero de la mayor parte de los Cuatro Fantásticos. Quedando la reaparición de estos últimos todavía pendintes a espera de cuales serán sus caminos tras el final de la Secret Wars, el paradero de Victor Von Doom nos fue respondido de forma anticipada con su participación en el Invencible Iron Man de Brian Michael Bendis y David Marquez. Con un look completamente renovado, Muerte es uno de los enigmáticos tipos con traje aparentemente omnipotentes que están apareciendo en diferentes colecciones, incluyendo el Gryphon de los Vengadores de Mark Waid y el misterioso villano en la sombra en el Asombroso Spider-Man de Dan Slott. Si hay conexión entre ellos es un misterio, pero lo que si esta claro es que tanto la de Bendis como la de Slott están usando elementos de la Secret Wars, como también los usará el primero de ellos junto a su Miles Morales en Spider-Man. Quizás tenga algo ver con la prolificidad de tramas de componente mágico que se están desarrollando desde el Doctor Extraño de Jason Aaron hasta la Bruja Escarlata de James Robinson con su Emerald Warlock -otro de los enigmáticos tipos con traje que están abriendo juego en diferentes colecciones-, pasando por los Imposibles Vengadores e incluso La Visión de Tom King. Colecciones que parecen orbitar alrededor de un mismo eje flanqueado por las dos encarnaciones actuales del Capitán América , y el que son los Imposibles Vengadores del Jerry Duggan de Masacre los que ejercen el papel de Vengadores oficiales de este nuevo universo Marvel. Liderados por Steve Rogers, estos últimos parecen tener una relación muy estrella con el Escuadrón Supremo de James Robinson, que aparte de ser otra de las series que heredan tramas directamente salidas de los cimientos de las Secret Wars, también anda flirteando con el panorama sobrenatural por medio de Mordred el Místico.
- Inhumanos vs X-Men: Viendo potencial a la pugna mediática entre ambas estirpes de metahumanos del universo Marvel -unos la evolución natural de la especie humana desde su concepción a manos de los Celestiales; la otra una raza artificial creada por los científicos Kree como arma biológica- los senderos de mutantes e inhumanos están más unidos que nunca, hasta el punto de parecer confluir hasta un inminente conflicto con el destino de la Tierra en juego. Con ambas franquicias embarcadas en tramas de carácter espaciotemporal, Charles Soule continúa al frente de los descendientes de Attilan con la colaboración de James Asmus, encargándose tanto de la cabecera central Imposibles Inhumanos con Bestia y la Antorcha Humana entre sus miembros, como de su cabecera hermana Nuevos Inhumanos . En el caso de los mutantes, Jeff Lemire se encarga de los herederos del sueño de Xavier en la Extraordinaria Patrulla-X con su Old Man Logan entre sus miembros, mientras Cullen Bunn hace lo propio en el bando de Magneto con La Imposible Patrulla-X y Dennis Hopeless y Tom Taylor se ocupan de los X-Men originales y X-23 entre La Nueva Patrulla-X y Lobezno respectivamente.
- Weirdworld: Otra de las grandes apuestas de Marvel dentro de su nuevo universo parece ser el Mundo Extraño recreado a partir de diferentes elementos clásicos de espada, monstruos y brujería en Relatos Salvajes de Mike del Mundo. Aparte de continuar con serie propia tras la conclusión de la Secret Wars, es el escenario también de la nueva colección del Caballero Negro , así como parte crucial de las tramas futuras tanto del Escuadrón Supremo como de la Extraordinaria Patrulla-X , por lo que todo apunta que tenemos Weirdworld para rato.
- Espacio profundo: Ni siquiera la “muerte” de Mapache Cohete y Groot en el primer número de la Secret Wars se desaprovecha, siendo la base de su nueva colección a cargo de Skottie Young. Por su parte, Brian Michael Bendis continúa aprovechando a su estilo en Guardianes de la Galaxia a los personajes y temas de Guardianes de Sapiencial, de la misma forma que Andy Lanning hace lo propio con la colisión de Guardianes de tres épocas en sus Guardianes de Infinito .
- Otras series que continúan tramas de la Secret Wars: Desde X-Men ’92 y su continuación como serie regular propia al margen del Mundo de Batalla a Jason Aaron retomando temas de Thors en La Poderosa Thor , el Lobo Rojo de 1872 o Peter David haciendo lo suyo con elementos de Marvel 2099 en Spider-Man 2099 , no son pocos los elementos que han saltado desde la Secret Wars al nuevo universo Marvel a través de diferentes cabeceras.
En el resto de colecciones las trazas del recien finalizado evento Marvel todavía no se dejan entrever, pudiéndose dividir entre aquellas que continúan rumbos inciados antes de que tuviera lugar el paréntesis entre la destrucción del multiverso y su posterior recreación -desde las diferentes series del Spider Verso como las Spider Women Gwen, Jessica y Cindy a Ojo de Halcón o Howard el Pato, la Chica Ardilla, Ms Marvel o Nova- y aquellas que están construyendo nuevos mitos dentro del nuevo universo Marvel como el Totalmente Increíble Hulk de Greg Pak y Frank Cho, La Chica Luna y el Dinosaurio Diabólico de Amy Reeder, Brandon MontClare y Natacha Bustos o Gwenpool . Lo lejos que se extenderá el legado de esta Secret Wars y si su contribución en la mitología del universo Marvel quedará grabada para bien o para mal es algo que el tiempo se encargará de decidir. Hasta entonces, siempre está la posibilidad de seguir disfrutando de aquellos cómics que sigan ofreciéndonos aquello que nos gusta.
A pesar de que no son pocos los elementos que se han trasladado de forma satisfactoria desde el Mundo de Batalla hasta el nuevo universo Marvel, hay otros muchos que nos han dejado con ganas de más, y que como tales también merecerían tener una oportunidad. Siendo más que probable que vosotros también tengáis los vuestros e incluso que -quien sabe- Marvel se guarde alguno que otro en la recamara, estos son 15 de los conceptos, ideas, autores, personajes y otras aportaciones en las que han contribuido la Secret Wars que también merecerían una oportunidad en el nuevo universo Marvel, junto a todas aquellas de las que ya estamos disfrutando con las colecciones del All-New All-Different Marvel:
- Elsa Bloodstone: Marvel Zombies de Simon Spurrier y Kevin Walker no solo ha sido una de las mejores mini-series de la Secret Wars, sino que es la punta de lanza perfecta para que el legado de los Bloodstone volviese a irrumpir a lo grande en el universo Marvel. Mucho ha pasado ya desde que Warren Ellis elevase a la cazadora de monstruos británica a los altares en su Nextwave. La mini-serie de Spurrier y Walker ha sabido retomar el testigo con tal atino, que es imposible terminarla sin ganas de mucho más.
- Las Casas del Kung Fu: Otra de las grandes contribuciones al evento ha sido la interpretación que Haden Blackman ha hecho de las diferentes Casas de las Armas Inmortales concebidas en su día por Matt Fraction y Ed Brubaker. ¿Para qué limitarse a K’un Lunn si sabemos que a lo largo de la historia del universo Marvel ha habido otros clanes de guerreros con linaje milenario? Desde el Puño de Khonshu hasta los maestros de La Mano pasando por las Panteras Negras de Wakanda, la Sociedad Araña y otros tantos y tantos, las posibilidades de interconexión son tan jugosas que no convendría cerrar la puerta que han abierto.
- Ghost Racers: Todas y cada unas de las encarnaciones del Jinete / Motorista / Piloto Fantasma recorriendo juntas las grandes estepas americanas en busca de criminales y demonios. Kale, Johnny, Danny, Alejandra, Zero, Robbie… Pon a un guionista lo suficientemente macarra y a un guionista a la altura de Clayton Crain o Tony Moore, y las posibilidades que podrían surgir al llenar las carreteras con revoluciones de fuego infernal son demasiadas como para darles carpetazo una vez reunidos.
- El tórrido romance entre Deadpool y la Avispa: ¿Quién dijo la extraña pareja? Jerry Duggan, encargándote tanto de la serie de Masacre como de Imposibles Vengadores, ya sabes que es canon 100% oficial desde que concluyeron las Secret Wars de Wade, así que no te olvides de sacarle partido que lo de Janet y Wade purde dar para un buen puñado de buenos momentos.
- Más Runaways de Noelle Stevenson: Con su traslado de la base fundacional de los Runaways originales al entorno escolar -¿piensas que su principal fin es preocuparse por tí y hacerte bien? Piensa otra vez- la guionista de Lumberjanes demostró entender a la perfección donde estaba la grandeza del grupo creado por Brian K. Vaughan. El compadreo entre Skaar y Molly Hayes se merece una nueva oportunidad.
- Peter recupera a su familia: Pero sin trucos como lo de Renueva tus votos en esta ocasión. La de verdad. La que sale en la mini-serie de Civil War de Charles Soule y Leinil Francis Yu con Peter, MJ y Mayday de nuevo juntos.
- Kiri Oshiro: Si hay algo que no abunda demasiado en el universo Marvel son las mujeres científico. Y si para algo ha servido Armor Wars además de para traernos de vuelta a un James Robinson que al fin comienza a recuperar su mejor cara, es para introducir a esta brillante genio de las armaduras heredera del legado Fujikawa que -al igual que Arno- no deberían desaparecer.
- Unos Guardianes de la Galaxia de Duggan y Weaver: No terminarán de ser perfectos, es cierto. Pero la mini-serie del Guantelete de Infinito ha sido la primera ocasión de recuperar el espíritu de los días de Abnett y Lanning tras mucho, mucho tiempo.
- Más James Stokoe en Marvel: Si el relato protagonizado por la versión egipcia de Estela Plateada no te sirve para querer más del creador de Orc Strain en el universo Marvel, quizás debieras plantearte si te queda sangre en las venas.
- Más X-Men de Burnham y Villalobos: Tras años medrando lastimosamente, los mutantes volvieron a alcanzar un segundo momento de apogeo gracias a Grant Morrison. Y si bien desde entonces han tenido momentos mejores y peores, volver a disfrutar de algo mínimamente párecido ha servido para recordar lo mucho que se les hecha de menos. ¿Tanto cuesta encontrar a alguien con la misma energía y claridad de ideas como las que tenía el escocés? Si no es así, quizás Burnham pueda ser un buen sustituto si es capaz de mantener el tino de esta mini-serie.
- Más historias bélicas de Garth Ennis: Ya sea con El Águila Fantasma, Furia, Frank Castle, La Viuda Negra, The ‘Nam o quien el quiera. Marvel no debería permanecer demasiado tiempo sin algo de Ennis, y sus monstruos han servido para dejarnos con ganas de más.
- La Nueva Reina del Inferno en la Tierra: Otro de los grandes placeres culpables sin demasiado requerimiento de neuronas de esta Secret Wars ha sido Inferno, la cual Garron y Hopeless dejaron en situación perfecta para continuar. Con la cantidad de parcelas del Mundo de Batalla que se han trasladado al nuevo universo Marvel no sería mal momento, para que la nueva reina del Inferno en la Tierra hiciera su acto de aparición. SPOILERS importantes de la mini-serie:
- Las Carol Corps: La idea de Carol Danvers al frente de un escuadrón de combate funcionaba tan bien, que era inevitable que acabase trasladándose al nuevo universo Marvel. Y aunque es cierto que ya lo tenemos con los nuevos Alpha Flight, sería una lástima perder a los personajes introducidos por Kelly Sue DeConnick y David Lopez en su mini-serie de despedida de la Secret Wars.
- Leonard Samson: Con la cantidad de personajes desaparecidos que han vuelto gracias al evento, ¿y nadie se le ha ocurrido traer de vuelta aun al bueno de Leonard Samson? Mal, Marvel, mal. Una tarea pendiente todavía por subsanar.
- Más Otto Schmidt: Dentro de los descubrimientos que nos ha ofrecido el evento en cuanto a autores, otro de los nombres a destacar es el del dibujante de Guardianes de Infinito Otto Schmidt. Solo esperamos que no sea la última vez que lo veamos por la editorial.
Aviso de Spoiler |
Estos son 15 de las contribuciones de la Secret Wars que en sus diferentes series, mini-series y maxiseries que podrían haber contribuido a llenar de un poco más de vida el nuevo universo Marvel. Seguro que se os ocurren otras muchas o incluso es probable que no estéis de acuerdo en alguna que otra. De ser así, no os privéis de compartirlo en los comentarios.
Ahora os toca a vosotros. ¿Qué os ha parecido las Secret Wars de Jonathan Hickman y Esad Ribic? Hacédnoslo saber, ya sea en la sección de comentarios, redes sociales o, para los más timidos, en la encuesta que habilitamos para la ocasión. ¡Make Mine Marvel!
¿Qué te han parecido las Secret Wars de Jonathan Hickman y Esad Ribic?
- Notable - De lo mejor de Marvel de los últimos años. Un cierre de circulo perfecto (37%, 206 Votes)
- Sobresaliente - El mejor evento Marvel de la mano de un perfecto Jonathan Hickman (36%, 200 Votes)
- Bien - Un gran evento Marvel pero con algunos detalles que han chirriado (14%, 80 Votes)
- Insuficiente - No hay por dónde cogerlo. ¡Hickman vete ya! (5%, 29 Votes)
- Aprobado - Yo es que soy más de las Secret Wars originales... (4%, 22 Votes)
- Suspenso - Salvo algunos detalles interesantes, un evento aburrido más del montón (4%, 21 Votes)
Total Voters: 558
Yo ando siguiendo la serie principal y de momento me tiene enganchado, a parte del guión, el dibujo me parece tremendo. En cuanto a las series secundarias, solo sigo la de X-Men ’92, y más por la nostalgia de la serie de animación original, que por otra cosa. Estoy pensando en segir tb la serie de Marvel Zombies y Guantelete del Infinito, pero la cuesta de enero puede ser aún más empinada jaja. Alguna recomendación o serie que de verdad aporte algo a la serie original?
Muchas gracias por el articulo, vaya pedazo de repaso.
La verdad es que hay que felicitar a Hickman por haber construido un arco argumental coherente a lo largo de varios años y varios titulos. Echando la vista atras, esta claro que en su etapa de los 4F ya estaba preparando el camino para esas Secret Wars. Por otra parte, y como ya se apunta en el articulo y menciona Daniel Gavilán en su critica, tambien hay que decir que Hickman tiende a dejar una gran cantidad de conceptos interesantes que luego quedan en el limbo, o algunos saltos argumentales que quedan sin explicar. Entre ellos los siguientes (en spoiler por si acaso)
1. Black Swan: supongo que se entiende que no dejan de ser seguidores de Rabum Alal (aka Doom), pero es un personaje que se da a entender como bastante importante cuya importancia acaba desapareciendo
2. Beyonders: el concepto de los Beyonders como una raza creo que se explora muy poco. Son ellos los creadores del Multiverso?
3. El viaje temporal del Capitan America en Avengers. Igual tendria que releermelo pero asi a primera vista no entiendo su significado en el contexto de la historia.
4. Inicio de las incursiones: el New Avengers#33 es basicamente una explicacion de porque esta pasando lo que esta pasando. El Hombre Molecula es una bomba de relojeria puesta por los Beyonders para acabar con el multiverso de manera simultanea. En ese contexto, se habla de que matar al Hombre Molecula de cada universo de manera masiva es lo que acaba provocando las incursiones. Sinceramente, no acabo de entender muy bien que relacion tienen las dos cosas pero bueno, supongo que estoy siendo algo rebuscado.
5. Destruccion de los Beyonders: en el mismo New Avengers#33 Doom habla de que los Beyonders son lineales y se entiende que para destruirlos usa una combinacion de los cuerpos de los Hombres Molecula con su maquina del tiempo. Pero en ese comic se ve que algo no funciona como esta previsto y vemos como una el numero de universos se reduce de golpe a 22. La proxima vez que se habla del tema eso no se menciona y vemos a Doom con el poder de los Beyonders. Curiosamente en http://marvel.wikia.com/wiki/Beyonders se dice que esta intentona falla (algo que cuadra con lo que se ve en el comic) pero que se los carga luego (sin que eso se vea en ninguna parte)
6. La escena final de T’Challah que evoca el New Avengers#1 no queda muy claro como encaja con el resto de la historia. El propio Hickman dice que no sabe si utiliza la gema Realidad o Tiempo.
[\spoiler]
Si alguien me puede ayudar con esas dudas lo agradeceria. Aun asi, el final me parece muy bien traido y es una lectura muy recomendable.
Lo mismo opino yo del tema gemas… ¿carga una copia de seguridad por así decirlo de un universo sin incursiones?, ¿y por qué leches no hizo eso con las gemas de la 616?[\spoiler]
Muchas gracias por el articulazo!!!
Se saleeeeeee !!!
Estoy a falta de leer el 9º y último número, espero que llegue pronto a mi librería…
A pesar de lo cual, por lo visto hasta ahora, teniendo en cuenta la dimensión y escala de la historia de Hickman, el increíble arte de Ribic y las repercusiones para todo el Universo Marvel, y los comentarios mayoritariamente positivos del final, me atrevería a decir que estamos antes el mejor evento de la historia Marvel. Hasta ahí llegaría.
En mi caso, lo principal es que las Secret Wars me han devuelto la ilusión por leer tebeos de Marvel y probar conceptos nuevos, no solo por la serie principal, sino gracias a las miniseries del Mundo de Batalla. Tras haberlas leídas todas, diría que hay 10-15 series que las valoraría de buenas o muy buenas, lo que para mi es un % bastante bueno. Y realmente malas, solo calificaría un par o tres, entre las que está el Ultimate End de Bendis, triste final para el Universo Ultimate.
Gracias a las SW y el punto de entrada que va a ser el relanzamiento All-New All-Different, tengo ganas de probar series nuevas que hace años que no compro (p.ej Hulk o Iron Man) y comprar nuevas series como Doctor Extraño o Vision, de momento es el Sleeper del año.
Pues la verdad que yo no se como puedo tener una opinión tan distinta de la vuestra. Por ejemplo yo no veo el ritmo trepidante por absolutamente ningún lado, es más siendo exagerado diría que llevo 7 números,los 7 de la edición en España, esperando a que pase algo . Que en estos 7 números los spideys sólo hayan salido para dar una hamburguesa…que valeria los deje pasar ¿porque? Porque así avanza la historia vale ,pero si me estas planteando una historia durante bastantes números espero que evolucione con coherencia en las reacciones de los personajes.en definitiva porque llevo 7 número y me faltan 2 pero lo llego a saber y no compro ninguno y la razón es esa no leo a los personajes que quiero leer y no pasa nada que no esperes, más o menos,que ya hemos leído muchas crisis finales e infinitas y no somos fáciles, pero es que además pasa con un ritmo lento .en fin para gustos colores, yo ya votado a hickman vete ya jeje. Que por cierto el informativo nocturno lo mejor que he leído de este hombre
Estoy de acuerdo. Me está pareciendo bastante lenta y poco emocionante
Pero estoy disfrutando como un enano de muchos de los tie-ins, muchos muy superiores a la serie central
tremenda currada,sr.monje.
felicitaciones.
#articulazoluegomeloleo.
Madre mía qué salvajada de artículo… ¡Currazo de Pedro! Enhorabuena. En cuanto a la serie en sí, pues bueno… ni era el fin del Universo Marvel, ese punto y final que daría sentido a todo, ni tampoco es Axis o Pecado Original. Eso sí, el dibujo, de 10. Y lo que yo siempre digo, que esto de los cómics seriados están para eso, para ir leyéndolos según salgan, comentándolos, intentando adelantarte al guionista… Y en ese sentido, Hickman nos ha dejado (al menos para mí), cuatro añazos muy entretenidos. E Infinito, uno de los mejores crossovers de los últimos años, para mí…
«Y llegó un día, un día como ningún otro, en el que los redactores más poderosos de Zona Negativa se unieron para abordar un evento de escala cósmica, para hacer una crítica que ningún redactor en solitario podría hacer. Ese día es hoy». Felicitaciones a todos los redactores por este impecable y maravilloso articulazo! Desde ya, mil gracias por este enorme esfuerzo por traernos a los lectores este resumen/análisis de tan vasto macroevento.
Mi enhorabuena por un fantástico artículo. Tan lleno de información, detalles y pasión, que dan ganas de comprar algunas cositas. Sólo había picado con Escuadrón Siniestro, AVX de Scottie Young y Renueva tus Votos, pero creo que voy a probar alguna cosa más. Un saludo.
Una auténtica pasada en conjunto, esto hay que hacerlos más veces!!!
Increible artículo se mandaron, un trabajo impresionante, los felicito!!, lamentablemente, en esta oportunidad yo no comparto la misma opinión sobre este evento, al haberlo terminado de leer me pareció un evento mediocre, tranquilamente podía haber quedado enmercado como una historia exclusiva de los 4F.
Hay muchas cosas que no me terminan de cerrar y para colmo esta lleno de «homenajes» a otro eventos como son el caso Secret Wars original, Crisis en tierras infinas, Flashpoint o Chaos War por poner solo unos ejemplos, como ustedes bien mencionan.
Intentare no dar muchos spoilers, para que no haya problemas con los que todavia no terminaron de leer todo esto, pero como no se bien ahora como se colocan los mismos pongo cartel, a partir de aquí:
¡¡¡¡¡¡¡SPOILERS!!!!!!!
Partiendo de lo que intento cocinar Hickman en sus distintas cabeceras en los Avengers, la historia allí dejo demasiados cabos sueltos e idas y venidas sin sentidos, empezando por el masivo reclutamiento que quedo a medias, el viaje temporal de Steve, las alianzas y contra alianzas que estaban a la orden del día, los huecos entre hechos que se iban dando, las benditas incursiones, el juego del gato y el raton de Stephen Strange y Doom, Rabum Alal o los Beyonders (por solo mencionar algunos) y que núnca explica en forma coherente dejaba un mal precedente para iniciar todo esto.
Le reconozco que Infinito para mi es el mejor evento de Marvel de los últimos años y que a uno lo deja cebado en saber como sigue todo eso, pero a partir de ahí fueron solo promesas.
Aquí el autor repite los mismos errores, a lo que voy es que intenta abarcar un gran número de subtramas que no termina de resolver ni de explicar en forma coherente (hay que tener presente que intenta emular a Morrison y no le sale, por no decir que le sale muy mal), el ritmo es siempre el mismo y no hay evolución de la trama, con todo el poder que tiene Doom, en dos minutos todo se cae a pedazos como si nada y él no puede hacer nada salvo rebajarse al nivel de sus adversarios ¿en serio?
El final para mi es un calco a lo que lei en otras tramas, no hay nada original y hasta cierto punto uno cuando empieza a leer los primeros números se ve por donde va a ser el final, todo demasiado obvio.
Y como si fuera poco dos de los mayores villanos del universo marvel como son Doom y Thanos se encuentran desdibujados, Doom cometiendo una vez más los mismos errores (parece que los villanos núnca aprenden) y el titán loco siendo una sombra de lo que era.
Entiendo la gran publicidad que empleo Marvel con todo lo cocinado, y todo el empeño del autor pero más allá de eso sigue siendo un evento decepcionante por donde se lo mire.
Mención aparte para los dibujos de Esad Ribic, que son increibles, y es lo único que vale la pena de todo este evento en general.
Respecto de la miniseries que editaron solo contabilizo muy pocas entre las que marcan la diferencia y son realmente buenas y recomendables, como son el caso de:
Futuro Imperfecto: Peted David demuestra una vez que no le falla el pulso para hacer una historia muy interesante con muchas vueltas de tuerca, aparte que maneja a la perfección a Maestro como villano, tengo que admitir incluso que Greg Land logra un nivel muy por encima de lo que nos tiene acostumbrados.
Escuadrón Siniestro: como ya comente en otra nota, en este comic logran conjugar un muy buen guión con excelente arte, se agredece que luego de este evento lanzaran una serie sobre este grupo.
Donde Acechan los Monstruos: Quizás una de las mayores sorpresas, no esperaba nada y resulto un gran comic, me encantaria ver más aventuras de este personaje escritas por Ennis.
Planet Hulk: gran historia, con el plus de tener nuevamente a Steve Roger como personaje principal de la trama, tal vez la combinación pueda resultar extraña al principio, pero funciona muy bien en todo momento.
Korvac Saga: que se puede agregar a lo dicho en la nota, gran comic, Abnett vuelve a demostrar que no hay encargo que le quede grande (me gustaria verlo en un futuro no muy lejano a cargo de alguna de las innumerables colecciones de los Avengers) y Otto Schmidt aunque parecia una elección extraña para el caso, por lo menos a mi me gusto lo que hizo.
De las que lei y no me gustaron, puedo reseñar a:
Asedio: cuando lei que Gillen lo iba a guionizar esperaba grandes cosas, pero el guión hace agua por todos lados, resulta un engaño a toda regla, se nota que el autor no estaba inspirado y del aspecto gráfico mejor ni hablar.
Thors: si uno sigue lo hecho por Aaron, notara la manera en como desarrolla sus historias, y ya desde el primer número se veia venia por donde iba la trama, quizo hacer una mezcla de generos terribles, un poco de True Detectives, otro poco de Green Lantern Corps en conjunto con demasiados Thors es una de las cosas más absurdas que se le pudo ocurrir, que solo sirve como excusa para introducir al nuevo universo otro martillo para seguir explotando la idea de Thor Corps en un futuro demasiado cercano..
Hail Hydra!: Remender sigue sin dar en la tecla, miniserie completamente innecesaria, y que el autor hizo más por obligación editorial que por voluntad propia.
Inferno: terrible por donde se la mire, completamente olvidable, no esperaba mucho de esta miniserie, pero aquí no cubre ni por asomo las expectativas, la historia va para atras.
Mención aparte como la gran decepción al Loki Agente de Asgard: esperaba mucho más del capitulo final de este título, me gusto mucho su comienzo y desarrollo, un Loki que núnca termina de definir a que juega, y que no hay poder en los nueve reinos que lo mantenga a raya, pero justo en el último capitulo se vino abajo, me da toda la sensación que Ewing tenía otra idea para concluir con el destino de este personaje pero por mandato editorial tuvo que cambiarla y dejar un final abierto.
> Partiendo de lo que intento cocinar Hickman en sus distintas cabeceras en los Avengers, la historia allí dejo demasiados cabos sueltos e idas y venidas sin sentidos, empezando por el masivo reclutamiento que quedo a medias, el viaje temporal de Steve, las alianzas y contra alianzas que estaban a la orden del día, los huecos entre hechos que se iban dando, las benditas incursiones, el juego del gato y el raton de Stephen Strange y Doom, Rabum Alal o los Beyonders (por solo mencionar algunos) y que núnca explica en forma coherente dejaba un mal precedente para iniciar todo esto.
En mi post ya he comentado algunas de las cosas que mencionas tambien como puntos argumentales que quedan colgados. La verdad es que es algo decepcionante y me parece que muchas de las cosas que pasan en Avengers quedan bastante fuera. El final de Avengers, con el Capi y Iron Man matandose el uno al otro mientras todo el mundo se va a la mierda me gusto bastante, eso si.
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> Partiendo de lo que intento cocinar Hickman en sus distintas cabeceras en los Avengers, la historia allí dejo demasiados cabos sueltos e idas y venidas sin sentidos, empezando por el masivo reclutamiento que quedo a medias, el viaje temporal de Steve, las alianzas y contra alianzas que estaban a la orden del día, los huecos entre hechos que se iban dando, las benditas incursiones, el juego del gato y el raton de Stephen Strange y Doom, Rabum Alal o los Beyonders (por solo mencionar algunos) y que núnca explica en forma coherente dejaba un mal precedente para iniciar todo esto.
En mi post ya he comentado algunas de las cosas que mencionas tambien como puntos argumentales que quedan colgados. La verdad es que es algo decepcionante y me parece que muchas de las cosas que pasan en Avengers quedan bastante fuera. El final de Avengers, con el Capi y Iron Man matandose el uno al otro mientras todo el mundo se va a la mierda me gusto bastante, eso si.
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Coincidimos en varios puntos salvo en lo del final de Avengers…
El mundo se viene abajo y ellos siguen dandose de lo lindo como si nada, menudos heroes, para colmo el tema de resolver las cosas mediante dialogos y actuar en equipo no existe para ellos
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Si, a mi me parece bastante exagerado que el Capi este mas centrado en su odio a Tony que en ayudar.
Lo del martillo, más que Thor Corps, empiezo a pensar en un tipo barbudo con brazo de metal al que le quedaría de lo lindo un Mijolnir de ese tamaño. Vamos, que me supongo que hay interés en mantener a Thor y Jane simultáneamente en activo.
Es justo lo que comentaba ayer en el nota que armaron sobre la nueva serie de Steve Rogers como Capitan America, apuntan a eso sin lugar a dudas.
Igual me parece una pesima decisión, porque seguimos echando nafta al fuego, en vez de intentar darle un corte a toda el absurdo que ideó Aaron con el tema de ser indigno por un solo susurro y la abominación de la nueva Thor, ahora resulta que redobla la apuesta dandole un martillo de segunda al Thor original, con eso realmente suponen que arreglan todos los desastres…
Pues a mi el personaje de Thora me gusta, su diseño es impecable y el trasfondo trágico en la más impecable tradición Marvel.
Si hubiera coincidido con otra etapa de Thor me hubiera encantado pero la sacaron justo cuando Aaron había presentado sobre la mesa un escenario en Thor la mar de entretenido, con un Old Thor espectacular y un versión joven que daba mucho juego. Esos conceptos (aunque encajan en el brazo de metal y en el hecho de que recuperará el martillo) están tan aparcados que dudo que vuelvan a aparecer, sustituidos por una guerra que no engancha, por no hablar de lo poco amenazadores que me resultan Malekith y Minotauro (confío más en Laufey para el final).
En cualquier caso, por malo que fuera Pecado Original, la etapa de Aaron en Thor es de una calidad indudable. Será que todo lo que hace Ribic gana enteros pero sus primeros arcos están entre lo mejor de Thor en el S XXI, y ya veremos como termina toda esta historia para valorarla como merece. Mientras esté por revelarse el quid de la cuestión le doy el beneficio de la duda.
Lamentablemente, no coincidimos aquí, Aaron a aprtir de Original Sin ha hecho un desastre tras otro, con sus famosos ejercicios de retro continuidad y las pesimas caracterizaciones.
En cuanto al personaje de Thora, me parece espantoso como la agrego sin explicaciones, Jane era un personaje de cuarta que ya no tenía nada más para dar y que tranquilmente la podia haber sacado del medio sin tantos problemas.
Yo le devuelvo el crédito recien cuando explique y solucione en forma acertada todos los desastres que hizo hasta ahora.
Vaya por adelantado la enhorabuena por el trabajo que han hecho los compañeros de ZN cubriendo cada una de las esquinas de este gran evento marveliano. Así da gusto.
Yo personalmente me siento como el camarada Pau, he leído entero el evento y aunque ha tenido grandes momentos, me he quedado con la sensación de que faltaba algo. Lo he leído con interés pero son contados los pasajes que me han emocionado. Sospecho que la forma que Hickman tiene de escribir no es la que más disfruto, ya me ocurrió con Los Vengadores y Nuevos Vengadores (lectura que aún tengo por terminar, así tengo el percal, y síntoma de que tampoco me está volviendo loco de placer) y me ha ocurrido con Secret Wars. Demasiados personajes y demasiado trasfondo. Ya menciona Pedro los diferentes conceptos y personajes introducidos por el escritor en su periplo vengador, que no me parece mal, pero es que el desarrollo es lento, denso ¡Quiero leer más cosas! Es como una inmensa bola de nieve que crece y baja montaña abajo, pero lentamente.
Después de leer SW lo comparo con el último evento marvelita que disfruté de pleno, Civil War, y no tengo el mismo tipo de sensaciones. No digo que Hickman haya hecho un mal trabajo, pero a mi no me ha hecho saltar de la emoción. Sin duda me espera una relectura del tirón de todo el evento para madurar mi opinión, pero creo que ese es otro síntoma de que algo no termina de funcionar para mi. Son pocas las veces que tengo que hacer esto para recapitular, rengancharme a la trama y finalmente disfrutar de la serie. Ojalá sea así.
Yo también le doy gracias a Hickman por su trabajo, pero no lo voy a echar de menos en los Vengadores. In Waid I trust.
«Es hora de dejar de ser superhéroes durante un tiempo y ser exploradores. ¿O es que no lo veis?»
No lo veo. De hecho diría que un demiurgo es la antítesis de un explorador.
Cuatro cosillas:
– Ganas de acabar los exámenes y leer lo de Aaron en Weirdworld y Ennis en Where Monsters Dwell. Parece que Alonso no ha olvidado que uno de los mejores momentos creativos de la editorial fue con la diversificación setentera.
– Con la broma se han quitado de encima lo que hizo Alan Moore en Capitán Britania
– No entiendo ese empeño en que el Universo Marvel empezó en el 61. Por mucho que el concepto se origine entonces entonces, hay historias de Namor, Antorcha Humana y Capitán América en continuidad (y no sé si algo de Patsy Walker o todo se considera ficticio). El universo empieza en el 39.
– No me va el gore, pero disfruto viendo a Don Victor reventando al necrófilo.
Un artículo excelente. Felicitaciones a todo el equipo por el gran trabajo y gracias por ahorrarme tener que leerme la etapa de Hickman al frente de los Vengadores para ponerme al día de los acontecimientos que han llevado a estas Secret Wars. Reconozco que Hickman no es santo de mi devoción y aun me estoy pensando si leerme este evento o dejarlo pasar y dedicarme a buscar alguna serie de All New All Different que me pueda llamar la atención
Gracias a Zona Negativa por tres cosas:
Primera, por el ENORME trabajo que os habéis montado para realizar este artículo. Ha sido un placer leerlo y es de alabar el tiempo y recursos que habéis utilizado para realizarlo para nuestra lectura y disfrute. Chapó.
Segunda, por desvelarme la trama de SW y ahorrarme el tiempo de leerla al completo. En serio, gracias. Habéis confirmado la opinión que tenía al leerme los dos primeros números. A pesar del dibujo, que es magnífico. Es una historia sobre el buen Doctor y nada más, que repite paso por paso la historia de su vida. Combate, triunfo, caída. Combate, triunfo, caída. Etc… Y encima finiquitando su amarga rivalidad con el sienes adornadas (y no me refiero a las canas) de Mister F. Bien llevada pero con un elenco demasiado amplio que lo complica todo. Demasiada gente. Las SW originales se limitaban a doce personajes como mucho por bando contando a los mutantes, que se separan más tarde como todos sabemos, y basta. Se trata de un Crisis en Tierras Infinitas cualquiera de la competencia con la salvedad de que aquí solo hay que finiquitar un universo (el agonizante ultimate) porque los demás, siempre y cuando no haya spider personas en él y ha veces ni ellos se salvan, los han ido finiquitando a lo largo del tiempo. Bien llevada pero algo vacía. Y lo de la hamburguesa ya es apoteósico…
Tercera, por mostrarme un plan editorial/ coleccionista a seguir. Por supuesto que Allí donde moran los Monstruos caerá. Es totalmente pulp, una gamberrada fuera del mainstream y si la publican aquí pa´ mi casa. Ennis siempre falta en la hemeroteca de uno. Los de WeirdWorld y especialmente Caballero Negro también. Soy fan de la capa y espada desde siempre y una publicación así me faltaba entre tanto superpijama y todo eso. Otras ya se verá pero las dos primeras de la lista son Spider-Gwen y Silk. Y eso que no me van la spider gente.
Lo dicho, un gran trabajo y un disfrute total leerlo. De nuevo, gracias.
Impresionante artículo, impresionante, para quitarse el sombrero.
Después de leerlo sin embargo veo la opinión de muchos lectores y no me queda claro si estamos ante una obra maestra ( cómo parecería si solo lees artículo de la opinión de los articulistas) o ante un crossover mas con demasiado hype,supongo que tendré que leerlo para tener una opinión, pero el hecho de haberme comido muchos spoiler (a sabiendas) hace que se le quite mucha emoción a la cosa.
Lo que sí me ha llamado la atención es que se ha comentado el nivel de guión y dibujo de todas las series, menos la del Escuadrón Supremo, que no han dicho nada del dibujo de Carlos Pacheco ¿ ha sido algo intencionado? ¿qué tal está? Hace mucho que no leo nada de él.
Pedazo de curro os habéis pegado, sois unos máquinas.
Una lástima que la serie por la que os habéis pegado el curro no me parezca merecedora de él. Tras todo el rollo que Hickman se ha marcado en los Vengadores al final la cosa queda como algo de los 4F y encima la mitad de los conceptos introducidos o no sirven de nada (Cisne negro, Starbrand y ExNihilo no van a ninguna parte más allá de carne de cañón, por ejemplo) o no se exploran (la raza de los Todopoderosos), y cuando se resuelven es de un plumazo y quitándoles toda la épica que podían haber acumulado, o bien la manera de encarrilar las caracterizaciones es forzada, duele ver en modo dios a un personaje como Richards, cuando se ha pasado desde el primer día pagando por pasarse de listo en el primer vuelo y siempre autolimitando los efectos de que los humanos se pongan a jugar a ser dioses (como Muerte como principal némesis en ese aspecto, pero no el único), Sue como florero que casi parece que necesite que le hablen despacio con palabras simples (hay una conversación con Valeria que viene a decir eso mismo), Valeria en plan niña rara porque sí, y así casi todos un montón.
No es que los personajes, dentro de la lógica interna de lo contado por Hickman desde los 4F, estén fuera de su personalidad, es que Hickman les ha cambiado la personalidad desde el principio y a algunos los ha ninguneado cosa mala sin que me parezca que sale al final algo que merezca la pena. Como se decía en el pueblo, para cagar no hace falta tanto culo. Esa es mi percepción de la etapa completa de Hickman al frente de los 4F y Vengadores hasta llegar a Secret Wars, lo siento porque al principio me pareció interesante lo que contaba pero con el tiempo me ha ido chirriando cada vez más y este final me parece uno de los puntos más bajos de Marvel con respecto a su propio legado.
El dibujo muy bueno en general, que una cosa no quita la otra.
Al margen de otros aspectos de tu comentario con los que no estoy del todo de acuerdo, una cosa que comentas sí me ha llamado la atención: «duele ver en modo dios a un personaje como Richards, cuando se ha pasado desde el primer día pagando por pasarse de listo en el primer vuelo y siempre autolimitando los efectos de que los humanos se pongan a jugar a ser dioses»
Reed Richards siempre se ha autolimitado. En alguna ocasión durante estos años se ha planteado con este personaje el dilema moral de la inacción, ya que se entiende podría haber inventado cosas que salvaran (o mejoraran) millones de vidas, quedando sobre la mesa el concepto de que se impone límites. Siempre una enorme modestia (por citar un ejemplo su renuncia a dirigir a los héroes en las primeras SW) que durante los últimos años se ha ido cuestionando. Hickman en su colección le hace debatirse sobre la necesidad de encontrar una solución a todos los problemas, de ir un paso más allá, para terminar volviendo a la base inicial: su prioridad es su familia. Incluso en el universo Ultimate lleva ese concepto hasta el extremo con un Richards desatado y megalómano.
Es en SW, perdida su familia en el #1 y enfrentándose a un todopoderoso Muerte cuando termina reconociendo que él lo habría hecho mejor. Que él podría haber hecho lo que ningún otro podría. Y es justo lo que ocurre en el epílogo, un salvador multiversal arreglando el mayor de los «problemas», el fin de todo.
Es una evolución enorme desde el cosmonauta accidental de los 60 o el explorador dimensional de los 80, pero me resulta orgánico y natural. Una reivindicación del primer superhéroe moderno, padre del nuevo Universo Marvel. Y sí, es una lástima que por ello deje de ser Mr Fantástico… pero sinceramente no creo que nadie piense que esto es para siempre. Al fin y al cabo es el ser más poderoso de la creación, puede volver cuando le de la gana.
Yo ahí no veo una evolución del personaje, veo una incomprensión porque Richards, más allá de que se haya dedicado a construir trastos para mejorar la vida humana o no (la mayor parte de guionistas han obviado esta derivada, salvo Joe Casey, si no recuerdo mal, en un especial que la usaba de punto de partida), es alquien que se define por ponerse unos límites para evitar herir a sus familiares (la cosa y el contrapeso que ejerce en la personalidad de Richards son fundamentales ahí) y que ve cómo otros que no tienen esas limitaciones cruzan siempre esa barrera afectando negativamente al resto y debiendo ser detenidos (Muerte o el Amo de las marionetas, por poner ejemplos de esto a diferentes escalas). Matar mundos, ocultarlo a su familia y, por último, reescribir la realidad me parecen acciones que están fuera del personaje que solía ser Mr. Fantástico, que parecía siempre decidido a sacrificarse para no llegar a esa solución última que aquí se nos presenta como la única por las circunstancias. Opino que Mr. Fantástico habría intentado tomar otro camino y que, si no lo hubiera conseguido, habría tenido una reacción bien distinta a la que Hickman le ha dado (pero bueno, lleva tantos años fuera de lo que considero que es el personaje que ya casi da igual, hasta Waid creo que la cagó al reflejarlos a él y a Muerte en su etapa).
Sigo diciendo que al principio, con el consejo de Reeds y tal (porque todo lo que ha hecho Hickman en Marvel ha sido un todo, no etapas separadas, una de los 4F y otra de los vengadores, otra de Shield,…), me interesó como pocas me han interesado pero que poco a poco me ha ido chirriando y, a veces, irritando al ver el uso de los personajes y por los hilos abiertos que nunca ha finalizado (que tenían implicaciones más interesantes que lo contado). En sí mismo es un todo coherente, pero para mí, después de tantos años, es más un todo dentro de una burbuja separada que un todo dentro del universo marvel y elevar esos errores a hito de la historia y piedra fundacional del nuevo universo marvel post SW me parece un error de concepto.
Esa es mi opinión y dudo que a Tom Brevoort, a Hickman o a Quesada les importe un pito, porque es sólo eso, una opinión y ellos son los que dirigen la compañía y han decidido tirar por ahí.
ARTICULADO,que no me puedo leer para no comerme ningún spoiler, ya que voy a ritmo patrio, mi más sincera enhorabuena por el mega currazo.
Si uno ama a los 4F y a Victor Von Doom como un servidor, no puede mas que agradecer y aplaudir hasta sangrar a Hickman y a su madre por tan soberbio broche final (no me hice caca encima como con Franklin contra los celestiales, peeero …).
Solo me queda seguir rezando porque los derechos cinematográficos de la primera familia vueltan a Marvel. Porque al margen de los hechos, parece que nadie esta valorando lo que sucede con este desenlace y la cabecera perjudicada: la disolución indefinida de los 4F como equipo. Reed y Sue y los niños pariendo universos, Ben en los Guardianes de la Galaxia, Johnny a su bola y el edificio Baxter como sucursal de Parker Industries.
Disolución que por muchos experimentos argumentales con que quieran excusarse, al final se trata de una mera jugada de marketing para restar publicidad a cualquier cosa que decida hacer FOX con la franquicia en el cine.
Un cómic que sólo se vende en librerías especializadas y que no pasa de las 30000 unidades en todos los EEUU no es publicidad de nada. Se han cepillado los 4F a saber por qué, no discuto que quizá sea rabieta, pero a lo mejor no sabían qué hacer con la colección. Pero por no hacer marketing de películas de FOX me cuesta creerlo
Lo mismo que están sustituyendo mutantes por inhumanos, quitado sus hijos a Magneto, cambiado el aspecto a todos los X-Men, matado al Lobezno original, reducido el numero de cabeceras mutantes… creeme es por joder a Fox, mira como desde el acuerdo con Sony se han multiplicado los títulos aracnidos.
Seguirán con Fundación Futuro o lo que quieran, pero de 4 F olvidate.
Puede ser. Lo de Inhumanos entiendo que es porque han barajado la idea de crear una saga de películas basados en los personajes pero heredando parte del espíritu de los mutantes, para lo que llevan sembrando editorialmente a ver si alguna idea cuaja (sin éxito).
Pero los 4F no se solapan conceptualmente con ninguna otra serie del UM, salvo esos Ultimates de Pantera Negra y no creo que vayan a lanzar una película basada en esa premisa… O quizá sí. Y aunque así fuera los 4F siempre han tenido su propio microcosmos, no obedece a lógica alguna cancelarlo.
Sólo por rabieta, eso sí. Pero es tan imbécil que no me lo creo.
hay mucho debate sobre esto.lastima que no se pongan las cartas sobre la mesa.ojalá alguna vez ALGUIEN arroje luz sobre el asunto.
aquí un «conspiranoico» que piensa que algo de el supuesto boicot hay.
Pedazo de artículo. Lo venía echando en falta desde que leí el #9 pero entiendo de sobra el tiempo que os ha llevado. De hecho se notan las prisas por compartirlo (alguna errata en el texto) y lo comprendo.
La serie me encanta, ya lo he dicho muchas veces. El final más. Reed y Muerte en un enfrentamiento que debería ser definitivo y, al mismo tiempo, satisfactorio.
No veo tantos agujeros de guión como muchos denuncian. Sólo lamento la elipsis narrativa entre dos de los números, que asumo culpa de una obra más grande que lo que estaba pensada en inicio.
Por ejemplo, Thanos me parece que hace su función y punto, estando fuera de la liga de poder que se maneja en el enfrentamiento final. No entiendo cómo hay gente que considera que se le ha «tratado mal» por parte de Hickman, cuando muere ante un señor que mantiene de mascota a Galactus.
Otra cuestión polémica, la hamburguesa, tampoco comparto el dilema, ya que no tiene influencia en el desenlace final. Es un guiño para justificar la vuelta de la madre de Miles. Si eso es una afrenta a las aventuras vividas del personaje lo desconozco porque no he tenido la suerte de leer esa etapa de Ultimate Spiderman. En cualquier caso está claro que esa decisión viene de Bendis y sus planes para el personaje en el futuro, y la gracia de la comida tiene como fin dar líneas de diálogo a la pareja Peter-Miles que siempre se agradecen.
Por último, el uso de la gema de la ¿Realidad? ¿Tiempo? del final está por explicar. Es confuso de manera voluntaria y supongo que será narrado en otro lugar qué hizo exactamente, pero sirve narrativamente para cerrar el círculo de NA#1, un detalle que me ha gustado.
Respecto a sus distintas etapas que cierra SW, me parece que se han revalorizado con la conclusión. Por ejemplo yo no veo desdibujados a los 4F. De hecho Hickman les ha dado una dimensión que no tenían desde Byrne. Su Reed Richards me parece consecuente, con su dilema de la búsqueda de un bien mayor y la conclusión del mismo al final de SW.
En Nuevos Vengadores se presentaron muchos conceptos y todos quedaron explicados, aunque evidentemente no todos tenían importancia para el desenlace y algunos estaban especialmente inflados con respecto a su relevancia real.
En cambio Vengadores decepciona. Hasta Infnito no, porque es donde se plantean los conceptos de Constructores y sus creaciones (desde ExNihilo a la inclusión del Nuevo Universo en continuidad), pero desde entonces no aporta nada. Especialmente el viaje temporal del Capitan América me sobró, por confuso pero, sobre todo, por desviar tantos meses la cuestión que se llegó a perder el hilo del problema. Me pareció un relleno que a punto estuvo de hacerme bajar del carro. Y la posterior guerra Stark-Rogers igualmente sin importancia para la trama y no particularmente interesante para mí.
Basicamente de acuerdo. Elogios a Hickman por haber construido una historia de los 4F tan grande.En su inicio en los 4F habla de Solucionarlo Todo, y se puede decir que en el fin de las SW hace exactamente esto. Si bien para mi la elipsis narrativa del final de los Todopoderosos me jode bastante, pues basicamente son la causa del End of Everything, la gran amenaza y tal y pascual, y luego resulta que su final es contado como una elipsis narrativa. Tocate los huevos. Y si, coincido en que la serie Vengadores es la mas floja de todas. El conflicto Capi-Stark me parece exagerado.
Lo de que T’Challah es confuso de manera voluntaria espero que tengas razon. Veremos.
Muchas gracias, que maravilla, que barbaridad, que exageración,… se quedan cortos los calificativos, positivos XD, para tanto esfuerzo.
Muchísimas gracias por el trabajo. No me puedo ni imaginar el esfuerzo que conlleva este artículo. Gracias por estar siempre ahí, y siempre mejorando.
¡Menudo artículo! Mis felicitaciones por este exhaustivo trabajo. Leerlo entero me ha llevado bastante tiempo.
Pedazo de articulo!!!!! Se han pasaoooo!!! Lo leere con detenimiento más tarde que ahora me secuestro la mente El Principe Lestat.
Semejante artículo merece estar en mis bookmarks.
Enhorabuena, sin duda un artículo que rebosa calidad e información a partes iguales.
Como única pega, me parece que hay algo importante del final entre la historia entre Reed y Víctor que está mal entendida. Víctor nunca admite que Reed sea mejor que el. (En el ámbito en el que ser mejor para ellos significa, es decir, quien es más listo o genial)
Reed responde a una pregunta en la que Víctor le pide que le diga si cree que él podría haber hecho mejor en esa situación en concreto y ante la respuesta positiva admite que es así.
Pero esto ya se veía venir desde el número 3 cuando el deja entrever a Susan que es mal Dios y que quizá debió hacer las cosas de diferente manera.
Quizá lo que Hickman intenta hacer ver en la historia es que cada uno tiene su papel y es intransferible. Solo Víctor pudo evitar que todo se destruyera pero solo Reed podía restaurar desde el caos.
Aun así, creo que si consideramos una saga total todo lo que ha hecho Hickman desde que empezó con los 4f hasta este último número de secret wars, estamos por calidad ,cantidad y complejidad ante una de las mejores etapas de la historia del cómic pijamero.
Simplemente sensacional
P.d: leo las nuevas series de los vengadores y simplemente me entran ganas de llorar. Es volver al Chopped después de haber comido en Zalacain. Vuelve pronto Jonathan….el mundo del cómic te necesita
Así me quedé cuando acabaron sus 4F … snif, voy a tener que leerme God is Dead para quitarme el mono
¡Espero que no se considere spam! ¡Pero, para el que pueda estar interesado, aquí una opinión y análisis del evento en formato extendido! https://www.youtube.com/watch?v=FcgAu8n-oNI Una opinión un tanto contraria a la que estoy leyendo por norma general por lo que veo… ^^U
El final ha sido sublime grande Hickman, grande.
Tengo este pedazo de articulazo guardado desde hace semanas, esperando a poder leer el número 9 de Panini para leerlo y opinar.
Y he de decir que estas Secret Wars me han gustado mucho, pero lo que las hace sublimes para mí ha sido el camino hasta llegar aquí. Aguanté como un campeón durante un par de años sin leerme las etapas de Hickman en Vengadores y Nuevos Vengadores para poder leerlas del tirón.
¡Y qué etapa, señores! A los que las hayáis leído mes a mes puedo entender que se os haya podido hacer larga, que es la crítica más común que he leído por ahí, pero leída del tirón es una experiencia maravillosa. Cómo las cosas que parecían no tener sentido, o las que parecían quedar colgadas se ajustaban tantos números después… Un trabajo de orfebrería el de Hickman, que me consiguió devolver a «mis» Vengadores, a los que perdí con la llegada de Bendis a la franquicia. Un 10 para el bueno de Jonathan.
El evento en sí ha estado muy bien en general, aunque para mí pierde gran parte de la magia previa. Aun así, se disfruta una barbaridad. Qué queréis que os diga… yo he echado mucho en falta al Capi y a Iron Man (uno era vida, el otro era muerte…), porque muchos de los personajes de las balsas son totalmente anodinos y prescindibles en la historia salvo momentos muy puntuales.
Hickman me ha reconciliado con la franquicia y con el universo Marvel en sí, aunque ya es tarde para mí. Llevaba tres o cuatro años dándole muchas vueltas a pasar página, a dejar de comprar cómics indiscriminadamente, porque ya no me hacían sentir lo mismo. Y este canto de cisne de Hickman -y el ver lo que viene a continuación, que creo que ya no es para mí- ha sido mi epígrafe perfecto. Alguna cosa caerá de vez en cuando, pero tras más de treinta años de Marvel a mis espaldas y 7500 cómics, abril es el primer mes en que no voy a comprar ningún tebeo de Marvel desde 1983. (Perdón por el coñazo sentimental, pero espero que alguno de vosotros pueda comprenderme, ya que en el mundo real que me rodea, es totalmente imposible hablar con alguien de esto).
Un abrazo.