Semana HGO: La conciencia de un mundo mejor (Antoni Guiral)

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En el marco de nuestra Semana HGO, recordando la desaparición de este genial autor argentino hace ahora 30 años, publicamos hoy un artículo sobre la carga moral subyacente en el trabajo de Héctor G. Oesterheld, escrito para nosotros por Antoni Guiral.

Antoni Guiral ha ejercido como guionista, editor y estudioso de la historieta a lo largo de una dilatada trayectoria que suma ya varios años.

Actualmente, entre otros muchos quehaceres, se encuentra coordinando Del tebeo al manga, una historia de los cómics.

Desde aquí le agradecemos el interés que se ha tomado en redactar el siguiente artículo para todos nosotros.

Oesterheld: La conciencia de un mundo mejor


¿Debe un creador aplicar conscientemente su ideología a su obra?

Hay quien tiene muy claro que no, que la obra debe adolecer de ideología predeterminada, que la objetividad existe y es prioritaria, que cargar de contenido político una obra es entrar en el terreno del panfleto, el panegírico o la hagiografía, propuestas de pensamiento único e irreversible.

Pero hay quien opina, como yo, que cualquier acto de nuestra vida conlleva ideología; escribir guiones de cómics, también. Un acto artístico, como cualquier acción cotidiana, conlleva unos valores morales; transmite una forma de ver y de sentir el mundo, de cuestionar unas éticas y ponderar otras y esa conciencia puede ser, o no, un acto voluntario pero es, siempre, connatural al ser humano. Una cosa es, sí, abogar por una ideología o personaje excluyendo cualquier atisbo de crítica o matiz, escribir con la conciencia de que transmites unos valores unívocos e incuestionables con los que deseas incidir en el lector. Otra muy distinta es traicionarte a ti mismo y doblegarte al pensamiento mayoritario por necesidad u obligación; pero si escribes con o en libertad, con sinceridad, tus valores surgen como en un acto reflejo.
Hablando de guiones de cómics, no existen en este sentido diferencias ni distancias entre una obra de autor, personal, y una historieta de encargo, de género; siempre y en todos los casos esa obra conlleva un flujo de valores morales de los que el autor puede, o no, ser consciente, al igual que el receptor, pero esa ética está ahí.

Creo que Héctor Germán Oesterheld era un guionista sincero y valiente, consciente de que su obra era una correa transmisora de valores, un guionista inteligente sin vocación manipuladora; al contrario, escribía lo que llevaba dentro, y ese acto de sinceridad jamás rebaja al lector, es, a mi juicio, una forma de respetarte a ti mismo y, por tanto, de respetar a ese lector. Aunque su mensaje ideológico fuera acrecentándose con el tiempo, al menos en obras muy concretas, desde sus primeros guiones hay por su parte una vocación de romper con los tópicos sin darles del todo la vuelta, proponiendo valores como la integridad, la libertad de conciencia y la amistad, siempre en un terreno de igualdad. Los suyos son personajes morales, sí, porque conllevan y transmiten valores, como absolutamente todos los personajes de cómics, como absolutamente todos los seres humanos, sólo que esos valores, en Oesterheld, no buscan adocenar sino favorecer un humanismo integrador. Sus personajes no son entidades perfectas, porque encierran todas las contradicciones de la humanidad, las de Oesterheld incluidas, pero en esa lucha por los matices y, en ocasiones, por ciertas verdades absolutas, está la inquietud de una persona, de un guionista, que sabe que se puede luchar por otro mundo, que el camino está, precisamente, en esa búsqueda.

Oesterheld era un creador con ideología, sí, como la tienen hasta los que renuncian a ella y favorecen otro tipo de ideología, pero él era consciente de ello y, repito, sincero con su forma de ver el mundo, una forma reflejada en miles de páginas y cientos de personajes que, además de procurar buenos ratos de ocio, nos cambiaron un poquito, aunque sólo sea por habernos hecho reflexionar. La fuerza de Oesterheld está, creo, precisamente ahí, y por eso su legado estará siempre vivo, al menos mientras haya gente decidida a pensar que, quizá, existen mundos mejores.

Antoni Guiral

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sputnik
sputnik
18 octubre, 2007 13:58

Muy bien. Buen artículo, gran homenaje, gran guionista, gran ser humano. Pero, ¿cuantas obras hay publicadas de Oesterheld en España?
Lo digo sin afán malrollista, es solo que me extraña tanta admración por un lado y por otro que «el eternauta vaya a ser publicado en breve en España», como si no debiese estar ahí desde hace tiempo (o eso dicen, yo no lo he leído por esto mismo).