Sentry (2018) #1, de Jeff Lemire y Kim Jacinto

 

Edición original: Marvel Comics.
Guión: Jeff Lemire.
Dibujo: Kim Jacinto.
Color: Rain Beredo.
Formato: Grapa, 20 páginas.
Precio: $3.99.

 

Cuando crearon al Vigía al comenzar el nuevo siglo, Paul Jenkins y Jae Lee ignoraban el destino que le esperaba a su criatura. Con la llegada de los Nuevos Vengadores de Brian Michael Bendis, pasó a formar parte de los Vengadores. Durante seis años fue uno de los héroes más importantes para el devenir del universo Marvel. Tras su muerte en el evento Asedio, Rick Remender lo resucitó en Uncanny Avengers, pero nadie más tenía interés en él. Hasta que hace unos meses reapareció por sorpresa en Doctor Strange, listo para reincorporarse a lo grande al universo Marvel, incluida una serie mensual.

Jeff Lemire, uno de los mejores talentos del panorama actual, vuelve a la Casa de las Ideas después de tomarse un buen descanso. En su genial etapa en Moon Knight -leedla si os consideráis amantes de los buenos cómics- supo hacer buen uso de la enfermedad mental de su protagonista, lo que hace de él un guionista apropiado para una serie regular del Vigía. Además, como atestigua Black Hammer, también sabe escribir a superhéroes atormentados. Pero por si aún había dudas, su primer número es una clara demostración de ello.

Lemire comienza su serie con un número de presentación lento y expositivo. Nada extraordinario y aun así sabe ganarse nuestro interés. Al comenzar la historia, el Vigía ha renunciado a usar sus poderes en el mundo real por mucho que anhele los viejos tiempos con los Vengadores, un conflicto interior que Lemire muestra estupendamente en su guion. Con dramatismo, como exigen los cómics de superhéroes, pero sin caer en exageraciones irrisorias. Bajo la pluma de Bendis y otros escritores el Vigía era demasiadas veces una cuestionable caricatura de las personas afectadas por trastornos mentales, una tendencia a la que se pone fin aquí.

En general, Lemire limita sus influencias a la miniserie de Jenkins y Lee, una de sus series de cómics favoritas. El Vigía era un héroe adicto a sus superpoderes en aquella serie, un concepto similar al que se nos propone en este número. Vuelve Scout, el sidekick que nos presentaba la miniserie y de quien nadie más se acordaba. El Vacío, la némesis del Vigía, parecer haber revertido a su versión original: una ser que encarna las inseguridades y defectos del Vigía y que aparecía cada vez que este se transformaba en superhéroe. En comparación, Bendis lo escribía como a un ser oscuro que habitaba en el interior del Vigía, dispuesta a tomar el control en cualquier momento. Y ese no es el único cambio que se revierte, pero decir más sería revelar spoilers.

Cuando se anuncio la participación de Kim Jacinto esperaba un dibujo imitando a Olivier Coipel. Pero para mi sorpresa, el dibujante se aleja de su mayor influencia, estrenando un estilo más oscuro y sucio que el que presentaba en sus anteriores trabajos. Aunque no me termina de convencer el resultado final, agradezco que quiera ser algo más que un clon de otro autor y es evidente que ha sabido adaptarse a las exigencias del guion. Su Vigía, gordo y con el ceño fruncido, exuda resignación de una forma que copiar a Coipel no lo hubiese permitido. Los escenarios que dibuja saben transmitir una sensación de cotidianidad que contrasta con varios momentos situados dentro de los pensamientos del Vigía. A todo eso contribuyen los colores apagados de Rain Beredo.

Todavía es pronto para decidir si Jeff Lemire ha vuelto a Marvel por la puerta grande, pero no debería haber motivos para dudarlo. El guionista está en su salsa, escribiendo la clase de historias que mejor sabe hacer, y tiene con él a un equipo artístico motivado y con talento. Por no hablar de que esta es la clase de serie que suele mantenerse alejada de eventos y demás interferencias editoriales. Como fan de la miniserie donde nació el Vigía, la referencia de Lemire, no podría estar más contento.

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