Edición nacional/ España: Ivrea.
Guión: Norio Nanjo
Dibujo: Yakuyuki Yamaguchi
Formato: Rústica con sobrecubiertas. B/N. 200 páginas
Precio: 08,00€
El samurái, esa figura casi mítica que siempre asociamos cuando pensamos en Japón; su estricto código de conducta, la ferocidad, la valentía, el honor… Por suerte, hay grandes dibujantes y guionistas que han dedicado gran parte de sus esfuerzos en mostrarnos una cara menos hollywoodiense del guerrero: sus miedos, el rechazo a los valores, la humanidad que muy comúnmente parece abandonada cuando pensamos en un tiempo pretérito; es difícil decir si estas versiones más humanistas y compasivas son tan solo un punto de vista moderno incorporado a un personaje antiguo, de una desvirtualización del hecho histórico —aunque me niego a pensar que la imagen que tenemos en occidente del samurái, que se extrapola a la cultura japonesa en general (ese comentario rancio sobre su actitud, su seriedad, su introversión) no sea más que una generalización más— que lleva a crear personajes del siglo XV que piensan como personas del XXI.
Es difícil buscar mangas sobre samuráis y no encontrar varias decenas de ellos. Y los hay de todos los tipos: Vagabond, por ejemplo, nos habla de la búsqueda que el protagonista hace de uno mismo a lo largo de muchas, muchas páginas; Musashi necesita encontrarse a sí mismo y descubrir sus límites en un viaje lleno de violencia pero también de reflexión. Las obras de Hiroshi Hirata pretenden plasmar una versión objetiva del guerrero samurái y el contexto en el que vivió; por otro lado, Takemitsu Zamurai, de Taiyô Matsumoto y Essei Eifuku recrea un tapiz mucho más poético de la época y a un personaje que reniega de sus virtudes como espadachín en búsqueda de una vida tranquila y alejada de toda trifulca. Por cada manga ambientado durante una época de la historia japonesa en la que los samuráis aún existiesen, aparecerá un nuevo punto de vista, una perspectiva desde la que contemplar el tema: no todas serán realistas ni subjetivas, ni todas pretenderán.
Shigurui, el manga que nos ocupa hoy, está situado en una época de supuesta paz en la historia japonesa: el periodo Edo instaurado por el shôgun Ieyasu Tokugawa. En 1629, el hermano del shôgun Iemitsu Tokugawa, Tadanaga Tokugawa, inicia un torneo a muerte entre las paredes del castillo de Suruga en el que los espadachines más diestros se retarán a muerte, algo completamente inaudito si tenemos en cuenta que los duelos se realizaban con espadas de madera para no desperdiciar la vida de los luchadores. La obra se centrará en la vida de dos personajes que se verán destinados a luchar en una contienda innecesariamente cruel organizada en ausencia del shôgun.
Pero no esperéis encontrar un Japón realista, ni batallas fieles a las costumbres de la época, ni una caracterización especialmente medieval; tampoco hallaréis a unos personajes especialmente complejos ni trazados con profundidad: la virtud del cómic reside, a mi parecer, en esa superficialidad, en esa pose que Takayuki Yamaguchi alcanza con miradas penetrantes en lugar de conversaciones sutiles, con músculos, desnudos, muñones y vísceras y no con verosimilitud. Y aunque parezca esto una lista de todo aquello en lo que el cómic falla, la realidad es completamente opuesta: Shigurui es una celebración del exceso, un exageración absoluta, una pose: ¿quién busca realismo cuando lo que nos ofrecen es el otro extremo? Esta no es una obra que necesite ser descrita con muchas palabras: es una obra visceral y excesiva y hay que disfrutarla como lo que es.
Un último apunte: el manga está basado en la novela Shigurui. El torneo del castillo Sunpu (Quaterni, 2014) de Norio Nanjo que, aunque aparece acreditado como guionista, su participación en este cómic es nula, con lo que me parece injusto acreditarlo más allá del «novela original de Norio Nanjo. Adaptación al manga por Takayuki Yamaguchi».
Edición nacional/ España: Ivrea. Guión: Norio Nanjo Dibujo: Yakuyuki Yamaguchi Formato: Rústica con sobrecubiertas. B/N. 200 páginas Precio: 08,00€ El samurái, esa figura casi mítica que siempre asociamos cuando pensamos en Japón; su estricto código de conducta, la ferocidad, la valentía, el honor… Por suerte, hay grandes dibujantes…
Shigurui
Shigurui
2015-07-31
Jesús Játiva
Guión - 7
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5
Vosotros puntuáis: 8.92 ( 12 votos)
Este manga despues de leerlo entero me gusto mucho,es crudo,crudisimo,,mostrandonos que en epoca de paz el Japon antiguo era durisimo,aqui a pesar de la fantasia da cierto toque realista al mundo que lo rodea y los asqueable que era todo.
Ademas aqui todo duele,una lucha de espadas deja consecuencias,y aqui los dos protagonistas y rivales lo muestran fisica y mentalmente,y en ese punto es donde mas destaca,al final uno es como un perro de presa y el otro con un problema de bipolaridad grave,pero esta tan bien justificado el camino para ser como son que asombra.
Eso si,alejaros de la lectura estomagos sensibles,que aqui veras amputaciones,violaciones,tortura.locura y despellegamientos (algo que aqui es muy muy desagradable),mencion especial a
la limpieza del brazo de gennosuke para dejarle el muñon,dios si me dolio hasta a mi cuando le sierran el hueso
Por lo demas si que hay algo que no me gusto,es un spoiler del final del manga
estaba claro que uno de los dos moriria,pero el suicidio de la chica no se aclara porque es,si es porque por fin veia su venganza realizada y ya no le quedaba nada en el mundo por hacer o porque tambien al final odiaba a gennsosuke por el intento de violacion y no queria cumplir la promesa,ademas el combate final despues de tanto esperandolo se queda corto,le faltaban paginas a esto,y por eso se siente algo anticlimatico
Una cosa,hay un anime de este manga con una animacion cojonudisima,pero esta incompleto pues no hay segunda temporada ni OVAS para concluirla,esto es algo que odio de los animes,pasa esto mucho con las series que vienen de un manga,que los dejan sin final principalmente porque los lanzan demasiado deprisa y alcanzan al manga rapido y pronto se quedan sin material.