Aprovechando que acaba de publicar con ECC Si bailáis, entenderéis mejor las letras hemos querido conversar con Lorenzo Montatore sobre el cómic y los motivos para hacerlo.
Entrevista con Lorenzo Montatore
¿Por qué los Talking Heads son tan importantes en tu vida y qué te lleva a dedicarles un cómic?
Cuando me propuse trabajar en un tebeo musical tuve claro que tenían que ser Talking Heads. No solo hace tiempo que nombrarles me resuelve la difícil pregunta «¿cuál es tu grupo favorito?” –para la que en realidad no tengo una única respuesta– , además me di cuenta del importante vínculo emocional que tengo con muchas de sus canciones. Han sido la banda sonora en momentos muy importantes de mi vida que cuento en el cómic.
¿A qué otro grupo o solita le podrías haber dedicado un cómic?
De hecho estuve barajando otros nombres: Moondog, Brian Wilson, Delia Derbyshire o el propio Brian Eno que también aparece aquí.
Me llama la atención que hayas optado por hacer un cómic mudo, ¿por qué tomaste esa decisión?
Como dice la cita que abre el libro: los tebeos son musiquilla, son ritmo. Me di cuenta de que eliminando el texto este ritmo debía acentuarse más, y que por lo tanto el resultado sería más musical. Quería hacer algo parecido a lo que consiguen en su película Stop Making Sense, donde sin un solo diálogo y a través de las canciones y puesta en escena se está contando una historia, la historia de la propia banda: desde las maquetas (el cassette), como se van incorporando otros músicos, el momento de mayor energía, un conato de separación en David sale del escenario… hasta el éxito y clímax final.
Además de esto, siempre intento imponerme auto-limitaciones, me sientan bien. Así que me dije: Un tebeo sobre “cabezas parlantes” en el que hay que “entender las letras”… ¡Pues sin palabras!
Una de las cosas que curiosas del cómic es que en ningún momento sientes la necesidad de dibujar la música con notas musicales o algún recurso similar, ¿por qué optas por hacerlo de ese modo?
Esta era otra de las limitaciones que te comento. No solo quería eliminar el texto, la ausencia de notación musical aún lo hacía más complicado, y más divertido de resolver. Intenté que el tebeo sonara sin emplear estos recursos y que fueran el exclusivamente el dibujo y la intuición del lector quien aportaran eso.
Aunque no veamos la música, todos los personajes bailan, ¿por qué es tan importante el baile para la historia? ¿Cómo coreografías esos bailes?
Los personajes en movimiento son fundamentales para conseguir esta ilusión musical. Pero lo más importante es que se trata de un cómic sobre Talking Heads y su música, aunque es compleja, provoca este impulso tan primario de bailar. La mezcla de estos dos elementos es lo que define a la banda, y quería reproducirlo en el tebeo.
En otros trabajos has usado a personajes que ya eran en gran medido una proyección tuya, pero aquí estamos ante la primera obra en la que apareces como personaje de forma directa, ¿Por qué has optado por aparecer en esta obra directamente? ¿Es la obra en las que ha volcado más de ti mismo?
Cuando decidí contar la historia con tres líneas temporales: biografía, ficción y autobiografía, tenía todo el sentido. No se hubiese entendido igual sin dibujarme a mí mismo en estos momentos. Era algo que iba a pasar tarde o temprano, aunque me he empeñado en esconderme bajo otros personajes, todo el mundo que me lee sabe ya que soy mismo, y que las historias que cuento me han ocurrido a mí.
En las páginas de la historia de ficción se ve la importancia de compartir, algo que también hizo contigo tu profesor, ¿tiene sentido la música o el cómic si no se comparte con otras personas?
Todo el sentido. Y está muy bien visto lo que comentas, porque ambas líneas cuentan en verdad lo mismo. Para mí, desde siempre, el disfrute de una obra, sea un libro, una película, o un disco termina cuando lo he compartido, cuando se lo he pasado o recomendado a alguien. Este cómic también es esto, es como mi manera de terminar de disfrutar a esta banda que tan buenos momentos me ha dado.
¿Cómo ha recibido el cómic Juan Bautista Gallardo – el profesor que le descubrió al grupo que protagoniza la imagen de encima-?
No se lo esperaba. Contacté con él a través de mi instituto, ¡llevábamos 25 sin hablar! Fue un momento muy emocionante. Él me recordaba y recordaba las cintas que me grabó, pero no tenía ni idea de lo importantes que han sido para mí.
¿Cuáles son tus canciones favoritas de los Talking Heads?
Esta es difícil, jaja. Te digo el Top 5 de ahora mismo, porque esto va cambiando:
1.- Life During Wartime
2.- Born Under Punches (The Heat Goes On)
3.- I Zimbra
4.- A Clean Break (Let’s Work)
5.- Slippery People
¿Qué música escuchaste durante la realización del cómic y qué estas escuchando ahora mismo?
Es curioso lo que me ha ocurrido, pero… trabajando en este cómic me he hecho más fan de Brian Eno, jaja. Me parece el auténtico genio, un caso aparte en la historia de la música. Es lo que más he escuchado.
Ahora mismo estoy muy metido en el disco en solitario de Geordie Green (de Black Midi). Aunque el disco de las navidades claramente va a ser A Peace of Us de Dean & Britta con Sonic Boom, que es otro de mis músicos favoritos.
¿Volveremos a ver esa versión tuya tan directamente autobiográfica en futuros cómics?
Pues mira, ya te puedo adelantar que sí. De hecho, estoy ya con una autobiografía que saldrá el año que viene, pero como te imaginarás no van a ser unas memorias muy ortodoxas. Es un disparate, mi intento más directo de hacer humor.
Reseña de Si bailáis, entenderéis mejor las letras
Una carta de amor a los Talking Heads.
Los Talking Heads son un grupo neoyorkino formado por David Byrne, Chris Frantz, Tina Weymouth y Jerry Harrison que durante su carrera que se prolongó entre 1975 y 1991 y que firmaran algunas canciones que forma parte de la historia de la música pop como Psycho Killer, This Must Be The Place, Stop Making Sense o Burning Down The House. Y son el grupo favorito de Lorenzo Montatore (Madrid, 1983), así que no es de extrañar que le haya dedicado Si bailáis, entenderéis mejor las letras, su último cómic recién editado por ECC y en que se puede apreciar el enorme amor que profesa por la banda y su música.
Normalmente en las reseñas de la web debajo del título ponemos un texto o un dialogo del cómic que nos gusta y que muestra algo de lo que os vais a encontrar en él, pero en el caso de este no es posible, ya que estamos ante un cómic en el que no hay diálogos ni textos de apoyo ni tampoco nos encontramos con nota musicales que traten de reflejar la música que suena. Esa falta de palabras conecta el cómic con Stop Making Sense, el documental de 1984 recientemente restrenado del que se reinterpretan algunas escenas en el cómic. Una ausencia de textos que una de las arriesgadas apuestas que hace el autor de la excelente Aquí hay avería (ECC), ya que no es lo que te puedes esperar en un cómic sobre un grupo musical. Pero cualquiera que haya tenido la suerte de sumergirse en el personal universo del autor ya sabe que nunca opta por lo fácil ni lo habitual, como pudimos ver La mentira por delante, la particular biografía de Umbral que publico en 2021 con Astiberri. Y algo así de original, pero completamente distinto es lo que nos encontramos en este cómic en el que se entremezclan actuaciones de la banda, con partes directamente autobiográficas por primera vez en la trayectoria de Montatore e historias ficticias que nos remiten su particular universo. A lo largo del cómic se van alternado con una estructura que asemeja cada capítulo a una canción de forma que todo forma un conjunto independiente pero solido como sucede con los mejores discos. El resultado es un todo sólido y coherente que trata de reflejar las emociones que transmite la música y su enorme poder para curar almas y cuerpos rotos.
Como ya hemos dicho no estamos ante un cómic biográfico usual, ya que no se preocupa de hacer un repaso pormenorizado por la carrera del grupo, sino que busca reflejar tanto la emoción de las canciones como la iconografía visual tan característica del grupo que tenía una poderosa identidad visual construida a través de sus videoclips, sus bailes y sus actuaciones. Algo que Montatore consigue reflejar perfectamente, en particular todo lo referente al baile, tanto de la banda como de su personaje lo que dota de musicalidad a la obra. Trasladar esas coreografías al cómic no resulta fácil, pero lo consigue gracias a una planificación de página muy cuidada y a una enorme capacidad para conseguir que sus personajes sean muy dinámicos y expresivos independientemente de si los dibuja de forma más cartoon o realista. Dos estilos gráficos que están muy presentes en esta obra con escenas del grupo bastante más realistas de las hemos visto en los últimos trabajos del autor, pero sin que los componentes del grupo dejen de resultar tan icónicos como los protagonistas de esas obras anteriores. En esta ocasión el trazo es más suelto y roto como si se moviera al ritmo de las canciones del grupo y que dota a la obra de carácter fanzinero, al igual que el uso de fotos y fotocopias para representar objetos y lugares reales que han formado parte de la vida del autor y del grupo.
A lo largo de la obra vemos la importancia de compartir e intercambiar, tanto la música como lo diferentes objetos que se encuentra el personaje protagonista de la parte de ficción, algo que posibilita que el autor de Queridos difuntos (Sapristi) haga un precioso homenaje al profesor (Juan Bautista Gallardo, al que dedica el cómic) que en su juventud le presto cintas de música que le permitieron descubrir a grupos como los Talking Heads.
En Si bailáis, entenderéis mejor las letras Lorenzo Montatore crea una historia muy personal e íntima en la que su personalidad como autor no se ve opacada por la del grupo. Algo que podemos ver por toda la obra en la que se cuelan algunas de sus señas de identidad como la presencia de Boskov o esas secuencias en las que se puede ver la influencia de los cómics de Bruguera, pero que también refleja muy bien la filosofía del grupo y esa comunicación que establecían sus canciones con quienes las escuchaban y las bailaban. El resultado es una preciosa carta, o canción, de amor al grupo de su vida.
Lo mejor
• La escena inicial en la que se puede ver todo el amor que Montatore tiene por el grupo.
• Lo bien intercaladas que están las tres caras del cómic.
• Todo lo que dice un cómic sin usar palabras.
Lo peor
• El papel transparenta bastante y hace que la lectura sea tan disfrutona como debería.