Hemingway por Jason
«¿Alguna vez has deseado ser otra persona? ¿Llevar otra vida?»
En las últimas décadas hay pocos autores de cómic que dejen ver a lo largo de su carrera una personalidad tan marcada y reconocible a simple vista como el noruego afincado en Francia
La novela gráfica comienza en el Paris de 1925, en concreto al día en el escritor conoce de manera fortuita a Athos, un personaje recurrente en la obra del autor noruega que ya había aparecido en El último mosquetero y Athos en América, mientras está sentado en una terraza junto a algunos amigos planeando un viaje para celebrar los Sanfermines. Un encuentro que cambia su vida ya que Athos acaba uniéndose al viaje a Pamplona, un lugar que el noruego ya había mostrado en Un noruego en el Camino de Santiago, y ejerce una enorme influencia en él, ya que ve en el inmortal mosquetero una versión de sí mismo que no tiene ninguna de sus debilidades, ni mezquindades, convirtiéndose en un fantasma inalcanzable al que perseguirá durante toda su vida mientras busca crear su propia identidad y cambiar el mundo gracias a sus libros y reportajes. Una quimera que nunca conseguirá lograr que le ira sumiendo en el desencanto.
Los otros dos momentos que Jason nos relata de su vida son el día de la liberación de París en 1944, en el que un Hemingway más maduro trazo un plan para emprender una misión para asesinar a Hitler y acabar de una vez por todas con la guerra en giro de guion muy sorprendente y que nos deja ver al Jason más divertido; y un último episodio que nos relata los momentos finales de su paso por Cuba en los años 50 cuando, en su ocaso, ya era consciente de que nunca podría convertirse en alguien tan noble y luminoso como Athos que desde que se separaron tras el viaje a Pamplona se ha convertido en una figura cuasi mítica que ha pasado todos esos años luchando contra las injusticias por todo el mundo, algo que el escritor nunca ha conseguido y que lo atormenta.
A lo largo de las páginas de Siempre nos quedará Pamplona vemos aparecen algunas de las personas que compartieron su vida con el escritor como sus diferentes mujeres, un joven Scott Fiztgerald que se convertiría en el otro puntal de la llamada generación perdida junto al propio Hemingway, y otros amigos del escritor como Pat Guthrie o Duff Twysden, además del viaje a Pamplona que servirá como inspiración para su novela Fiesta de la que Jason integra varios pasajes en el cómic uniendo la ficción creada por el escritor con sus vivencias. Aunque el protagonista indiscutible de la obra es el escritor, el elenco de personajes que aparecen en la obra juegan un papel muy importante y están realmente muy bien definidos.
Jason crea una obra que sirve como homenaje a Hemingway, pero sin convertirse en una hagiografía que solo deje ver sus cualidades, ya que también vemos los aspectos más oscuros de su personalidad. Pese que la figura del escritor es inmensa no opaca la personalidad del noruego ya que está patente en cada una de sus páginas, no solo por su marcado estilo gráfico, también porque tiene esa mezcla de realidad y la ficción más loca e imprevisible que hacen a sus trabajos únicos e inimitables. Como en casi todos sus trabajos la obra respira un ambiente de melancolía, que es una de sus marcas de fábrica junto con un peculiar sentido del humor.
En el apartado gráfico nos encontramos con el estilo hace mucho tiempo consolidado de Jason marcado por la línea clara y sus habituales animales antropomórficos con esa expresión de perene tristeza. Como es habitual está muy bien narrada, con las pausas necesarias para que sintamos las emociones contenidas de los personajes y los momentos en los que los silencias dicen mucho más que las palabras. Durante toda la obra vemos una estructura de página fija de una cuadricula de cuatro viñetas, un recurso que ya había empleado en anteriores trabajos y que dato al cómic de un cierto aspecto teatral, a lo que contribuye la estructura en tres actos de la obra.
La edición de Astiberri mantiene el formato de los últimos trabajos que han publicado del autor noruego y la portada tiene un diseño que se puede asemejar en cierta forma al de una novela.
En Siempre nos quedará Pamplona Jason nos acerca de una manera muy novedosa a la figura de un escritor que con el tiempo se ha convertido una figura con una aureola de leyenda, pero sin dejar atrás su personalidad como autor. Quizás no sea su obra más redonda, pero ofrece algunos momentos realmente brillantes que nos recuerda el enorme talento que atesora.
Lo mejor
• La manera en la que Jason entremezcla la realidad con la ficción.
• El magnífico uso de los silencios y las pausas.
Lo peor
• No está al nivel de sus mejores trabajos.
Guión - 7.5
Dibujo - 7
Interés - 8
7.5
Jasoniana
Jason nos vuelve a demostrar su pericia como autor en su peculiar revisión de la vida de Hemingway.