¡Vuela sobre el techo del mundo, libre como el propio viento! Contemplad al ser oriundo de las estrellas, que ha recorrido incontables galaxias… Al errante forastero de los más lejanos confines del espacio… Es el brillante buscador de la verdad al que los hombres llamarán siempre… Silver Surfer.
Seguimos de luto celebrando el #StanLeeZNDay, rindiendo homenaje a una figura clave en el desarrollo del cómic de superhéroes. Y le toca el turno a una de sus últimas grandes obras que permanece bastante olvidada.
En 1998 Cómics Forum publicó la novela gráfica
Hablar a estas alturas de Kirby, Sinnot y Lee está de más, simplemente nos resta quedarnos con sus cómics y el universo que crearon y vendieron como nadie había hecho antes, quién hizo qué es una pregunta a la que deberán responder los historiadores, así que mejor centrémonos en la diversión y la fantasía que nos proporcionan sus páginas. Si queréis saber más de Estela, este artículo de mi compañero Miguel Ángel Crespo os resolverá todas vuestras dudas.
Esta novela gráfica nos vuelve a contar la llegada de Galactus a la tierra junto a su heraldo, Estela Plateada, con la diferencia de que en este mundo no están Reed, Sue, Ben, Johnny y Alicia para salvar la tierra. Ya que es un mundo donde no existen los superhéroes. Esta diferencia con los sucedido en la continuidad oficial del Universo Marvel provoca que se potencie mucho más la parte religiosa-filosófica de la historia, haciendo que se pueda jugar con la idea de Estela como Ángel caído y Galactus como Dios. Pero por algún motivo a mitad de historia hay una secuencia que trata de humanizar a Galactus, algo que chirría un poco, ya que deja de ser Dios para ser un villano clásico, algo que perjudica a la historia.
El desarrollo de la historia es similar a la del Universo Marvel pero con la diferencia de que aquí no queda tan bien definido el por qué Estela, tras muchos años al servicio de Galactus, decide revelarse contra él, al no existir una figura como la de Alicia que ejerza de catalizador. Tras su rebelión Galactus le castiga a quedar confinado en la tierra donde verá las grandezas y las miserias de la humanidad, algo muy habitual de la primera serie de Estela. Aquí es donde Lee va más lejos de lo que nunca fue en la historia canónica del personaje haciendo una critica bastante más severa a la humanidad en general y a la sociedad americana en particular. Sin duda lo mejor de la novela gráfica es el personaje de Ardina, que sirve para tentar a Estela con una vida mejor, lo mismo que le sucedió a Jesucristo en su travesía por el desierto, lo cual convierte a Galactus de alguna manera tanto en Dios como en Diablo. Esa falta de definición de Galactus que fluctúa entre villano tradicional, dios y demonio provoca que la historia cojee un poco. Pero el resultado final es más que satisfactorio.
Lee cae muchas veces en ese fallo tan típico suyo y de otros tantos guionistas de la época, de reiterar en los textos, tanto de apoyo como diálogos, lo que ya vemos en el dibujo, provocando que la narración pierda fluidez. Algo que era parte de su estilo pero en esta obra es mucho más marcado que en otras, quizás porque en esta tuvo más tiempo y quiso dejar claro su estilo que hacía tiempo que ya estaba superado por el mundo del cómic. Su otra marca de serie, los diálogos pomposos y rimbombantes aunque muy teatrales, siguen funcionando muy bien al tratarse de extraterrestres, lo mismo que sucede con Thor. Otros personajes más terrenales que ayudó a crear nunca acaban de sonar bien, provocando que parecieran actores sobreactuando. Siendo Estela el protagonista y Lee el escritor tampoco pueden faltar las reflexiones introspectivas que caracterizaron su maravillosa colección con Big John Buscema.
El Estela Plateada de John Buscema era un trágico dios estilizado, el de Moebius un alien y el de Allred un humano perdido, pero su creador, Jack Kirby, nos lo mostró como el poder encarnado, con una angustia que lo devoraba por dentro. Si el estilo literario de Lee ha envejecido mal, no sucede lo mismo con el dibujo de Kirby pleno de fuerza y energía, demostrando que nadie ha dibujado la acción superheroica como él. Narrativamente es un prodigio, mezclando legibilidad y espectacularidad. En la composición de página, prima las tres tiras de viñetas aunque no es una estructura rígida y se la salta con frecuencia para potenciar la narrativa. Además es una historia plagada de las maravillosas máquinas que inventaba Kirby. El entintado de Sinnot sirve para que su punto más débil, que son las caras ya que siempre le salían expresiones severas, quede dulcificado. El color de Glynis Wein potencia la sensación de maravilla pop que tenía el dibujo de Kirby, aunque las condiciones de reproducción de la época no eran las idóneas, esperemos que si en un futuro se vuelve a publicar la serie lo restauren en lugar de rehacerlo.
La edición que hizo Forum es bastante similar a las de la colección Selecciones Marvel aunque también contó con una edición limitada en cartoné de 700 ejemplares para celebrar el 15º aniversario de la editorial. Además de la novela gráfica el tomo tiene una introducción de Stan Lee donde cuenta los orígenes de la historia y hace lo que mejor se le daba, que es venderse a sí mismo. Ya toca que Panini la reedite en un formato que haga justicia a los cuatro titanes que la realizaron.
Estamos ante una novela gráfica que no puede engañar a nadie ya que ofrece lo que podíamos esperar de los autores involucrados, diálogos pomposos, soliloquios gritando, acción desenfrenada, Kirby dando clases maestras de cómo se dibuja la acción, etc… Pero además tiene una carga de profundidad sobre el poder y la religión que nunca se vio en el Universo Marvel oficial además de un final que nunca publicarían.
Guión - 7
Dibujo - 8.5
Interés - 7.5
7.7
Dream Team
Remake de la llegada de Galactus pero sin superhéroes, más profundo que la historia original pero que no termina de arrancar por algunas inconsistencias de guion. Kirby está soberbio llenado las páginas de acción y energía.