Ponent Mon continúa recuperando una de las series más interesantes que surgió de las páginas de la revista Tintín a finales de los años 70, Simón del Río de Claude Auclair. Una serie de aventuras ambientadas en un futuro distópico con una fuerte carga reivindicativa y un poderoso mensaje de retorno a la tierra. Una serie excelente que nunca llegó a publicarse de forma completa en España y que la editorial nos presenta en unos cuidados tomos integrales.
La obra de Claude Auclair está profundamente marcada por sus orígenes (nació en una zona rural de Francia) y sus fuertes convicciones sociales. Es fácil encontrar en todas sus obras ese punto de crítica a la sociedad de consumo y al capitalismo liberal. Simón del Río no es una excepción dentro de esta tónica de crítica social, pero su envoltura de relato de ciencia ficción postapocalíptica le añade un interés especial por lo atractivo de su ambientación y por la naturaleza de su protagonista, creado a imagen del Jeremiah Johson de Robert Redford.
Este segundo tomo reúne tres álbumes de la serie original: Maïlis, Peregrinos y Ciudad N.W. nº3. En ellos Simón prosigue la búsqueda de su mentor Charles, secuestrado por los soldados de la ciudad. En su camino se encontrará con diferentes comunidades que han abandonado las viejas costumbres y han regresado a una vida más apegada a la tierra y a la naturaleza. Comunidades donde encontrará nuevos maestros, aliados e incluso el amor. Pero su viaje no estará exento de peligros y los vestigios de la antigua civilización y la codicia de los herederos de la misma pondrán a prueba las habilidades y la determinación de Simón.
La prosa de Auclair es poderosa y su mensaje de retorno a la tierra resuena en cada uno de los relatos protagonizados por Simón, un personaje que representa todo lo que defiende el autor pero que no siempre se erige en protagonista de los relatos. Esto le da más peso a la historia en sí que se sustenta tanto en la acción como en el desarrollo de la ideas de Auclair a través de tramas donde el conflicto entre los hombres y las diferentes formas de abordar la relación con el mundo (la integración o la dominación) son capitales.
En los álbumes incluidos en este tomo este mensaje se hace más evidente que nunca, sobre todo en los dos primeros. En Maïlis hace un duro alegato contra la energía nuclear (tema candente a finales de los 70) mientras que en Los Peregrinos elabora un retrato directo de las virtudes de la vida rural y de la hermandad que surge del trabajo comunitario de la tierra. Puede que algunas de las ideas planteadas por Auclair hayan quedado un poco desfasadas pero eso no resta ni un ápice de la fuerza que desprenden estos relatos, deudores de su tiempo pero cuyo fondo aún está vigente hoy en día.
Lo que se mantiene intacto a pesar de los 40 años que han pasado desde la publicación de la primera de estas historias es el espectacular arte de Auclair, realista y expresivo, profuso en detalles y que presta una atención especial a los escenarios y paisajes. Hay que admirar la maestría del artista para trabajar la profundidad de campo en algunas viñetas que transmiten la grandeza de la naturaleza como pocos autores pueden hacer.
Como apunte sobre la edición de Ponent Mon, excelente a partir de la edición de Lombard, mencionar que se ha respetado el coloreado original por lo que éste no es uniforme a lo largo de los tres álbumes. Esto se nota sobre todo en el último, donde se aprecian notables diferencias en algunas páginas.
Sin duda estamos ante una obra muy interesante, de un autor a reivindicar, que por fin recibe el tratamiento que se merece en nuestro país.
Valoración
Guión - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.5
Excelente
Integral que recoge los álbumes más personales que el autor dedicó al personaje, con un profundo mensaje humanista sustentado en un excelente dibujo
