Sin City: Ese cobarde bastardo. Negro absoluto

Ese cobarde bastardo es la última obra maestra de Frank Miller. Una historia excesiva, dura y sin concesiones que bebe tanto de la narrativa de Mickey Spillane como del arte de José Muñoz.

1
5345
 

Edición original:That yellow bastard #1 A 6 (Dark Horse, 1996)
Edición nacional:Ese cobarde bastardo #1 a 6. Norma Editorial, 1996
Guion:Frank Miller
Dibujo:Frank Miller

 

Todo lo bueno se acaba y Frank Miller fue durante un tiempo muy, muy, pero que muy bueno. Sin embargo, en un momento del 1996 decidió que ya no quería pasar tantas horas delante de un tablero de dibujo, que no quería destrozarse más la espalda, ni quemarse las pestañas, tampoco quería dejarse la vista y decidió levantar el pie del acelerador.
Antes de tomar esta decisión nos dejó dos historias genuinamente “made in” Miller. Un relato largo y otro corto que suponen el testamento artístico de uno de los artistas fundamentales de la década de los 80 y principios de los noventa. Estos dos relatos forman parte de una serie que se llama Sin City. Son concretamente el episodio titulado Ese cobarde bastardo (1996) – sexto de la serie – y una historia de 26 páginas de sugerente título; Noche de paz (1995) que le sirve de prólogo.

Biografía de Frank Miller.

Frank Miller nació en Olney, Maryland en 1957 en el seno de una familia irlandesa de tradición católica. Estuvo casado hasta el año 2005 con Lynn Varley, colorista de muchas de sus obras.

Su infancia la pasó en Montpellier en Vermont leyendo cómics de Marvel, DC y novelas policíacas de Mickey Spillane. A los 21 años publica su primer trabajo en la editorial Gold Key y casi inmediatamente empieza a trabajar para DC en sus revistas dedicadas a los cómics bélicos. Ya en noviembre de 1978 publica su primera historia en Marvel donde alcanzará su primera etapa de popularidad. En La Casa de las Ideas se ocupará de realizar fill-ins (episodios de relleno) para varias series, entre ellas Daredevil y The Spectacular Spider-Man donde empezará a familiarizarse con su primer personaje fetiche. En mayo de 1979 debuta como dibujante de la serie regular Daredevil, en el número 158, ilustrando los guiones de Roger McKenzie y 10 episodios más tarde toma las riendas de toda la serie encargándose del guion y dibujo con la ayuda indispensable de Klaus Janson a las tintas. Durante esta primera etapa con el personaje, Miller establecerá las bases de su estilo seco, directo, emocionante y sin concesiones además redefinirá el personaje hasta hacerlo uno de los más importantes de la editorial y se convertirá en uno de los autores más cotizados del momento. Esta etapa finaliza con el número 191 de febrero de 1983 tras casi cuatro años de continua progresión. Retomará esporádicamente los guiones de la serie. La aportación más trascendente se titula Daredevil, born again (números 227 a 233 de febrero a agosto de 1986) donde realiza una completa revisión del personaje en clave casi religiosa. Este enfoque ha marcado las futuras aproximaciones de todos artistas encargados de esta franquicia hasta la actualidad. Esta historia la dibuja primorosamente David Mazzucchelli.
Paralelamente a su trabajo en Daredevil, Miller realizó varias colaboraciones más para Marvel. Destacan una serie limitada sobre Lobezno titulada Honor con guion de Chris Claremont y dos anuales para The Amazing Spider-Man.
Fue entonces cuando empezó a reivindicar el derecho de los autores a conservar la propiedad de sus personajes por lo que buscó editoriales donde aceptaran sus condiciones. Su primer proyecto de esta índole lo publicó en DC y se tituló Ronin. Se trata de una miniserie escrita y dibujada por Miller y coloreada por su esposa Lynn Varley, donde explora más a fondo su pasión por el manga que ya había demostrado en algunos episodios de la serie regular de Daredevil.
En 1986 realiza para DC otra de sus grandes obras; Batman, The Dark Knights Returns donde vuelve a contar con la ayuda de Klaus Janson en el entintado y Linn Varley con los colores. Junto a Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons, esta novela gráfica revolucionará el medio de los superhéroes dándoles un enfoque más crítico, más oscuro y más decadente.

Acepta proyectos puntuales para Marvel como las miniseries Daredevil: Love and War y Elektra: Assassin ambas con dibujos de Bill Sienkiewicz o la novela gráfica Elektra lives again escrita y dibujada por él y coloreada como casi siempre por Varley.
Finalmente, esta segunda etapa de su carrera centrada en DC se acaba con otra gran obra titulada Batman, year one (1987) donde repite la fórmula de Daredevil, born again y realiza un excelente guion para que lo dibuje David Mazzucchelli redefiniendo ejemplarmente el origen del justiciero de Gotham City.
Asqueado por la política de las grandes editoriales respecto a los derechos de autor, Miller decide desvincularse de ellas y asociarse con Dark Horse donde producirá varias series. Hard Boiled (1990) con dibujos de Geoff Darrow y Give me liberty (1990) con el arte de Dave Gibbons son las primeras. Es en esta época que empieza su colaboración con las productoras de cine de Hollywood y se encarga de los guiones de RoboCop 2 y 3. Esta colaboración le llevará a dirigir varias películas como Sin City (2005) codirigida con Robert Rodríguez y su secuela Sin City: a dame to kill for (2014) realizada por el mismo equipo. También dirigió en 2008 la película The Spirit, basada en el personaje de cómic creado por Will Eisner con la que cosechó críticas muy negativas.
Paralelamente a su carrera en Hollywood, Miller siguió trabajando en los cómics y en 1991 empezó a publicar en la revista Dark Horse Presents una serie escrita y dibujada por él con el título de Sin City. Esta serie tendrá numerosos episodios que aparecerán publicados posteriormente en álbum destacando: Sin City, el duro adiós; Moriría por ella; Ese cobarde Bastardo; Valores familiares o La gran masacre. En esta serie, de genuina inspiración policíaca, Miller demuestra su admiración por los escritores Raymond Chandler y Mickey Spillane y por los artistas argentinos Alberto Breccia y José Muñoz.

En 1993 escribe el guion de Daredevil, el hombre sin miedo que dibuja John Romita Jr y en 1998 realiza en solitario la novela gráfica 300 con los colores de Lynn Varley, una novela gráfica que el director Zack Snyder llevará a la gran pantalla en 2006.
El nuevo milenio supone una ralentización en su actividad en el medio del cómic absorbido por el cine y limitado por sus problemas de salud. Los trabajos más destacados hasta la actualidad son: Batman, the Dark Night strikes again (2001-2002) que es la segunda parte del The Dark Nights returns, All Star Batman & Robin, the boy wonder (2005) dibujado por Jim Lee y The Dark Knight III: The master race (2015-2017) ayudado por Brian Azzarello a los guiones y dibujado por Andy Kubert y Klaus Janson.
Actualmente su delicado estado de salud le obliga a tomarse el trabajo con calma por lo que sus proyectos son cada vez más escasos.

El martirio según San Miller.

Desconozco si Miller es católico practicante, lo que sí tengo claro es que proviene de un pensamiento de raíz cristiana. Cada obra importante que realiza se basa en mito de la vida de Jesús, especialmente en la parte final de su evangelio, la que corresponde al martirio y a la resurrección.

Desde Born Again el de Maryland explica aproximadamente la misma epopeya cambiando el género, los protagonistas y la ambientación. El héroe milleriano es una persona de una pieza, honrada y tozuda que lucha contra un entorno hipócrita, corrupto y voluble.
El inspector John Hartigan de Ese cobarde bastardo, no es muy diferente del Matt Murdock o del Bruce Wayne de Miller, tampoco diverge demasiado de los 300 espartanos o incluso del joven guardaespaldas que protege al señor Ozaki en la novela gráfica Ronin. Son personajes elementales que encarnan el Bien sin matices y son cruelmente perseguidos por ello hasta su aniquilación total.
Lo atractivo este planteamiento es la descripción de este entorno hostil, del Mal. Una descripción dura, descarnada y llena de verdad.

La sociedad descrita por Frank Miller es un hábitat dominado por la corrupción extrema. Los poderosos son intocables, son crueles y crecen oprimiendo a la mayoría de la población. En la serie Sin City esta jerarquía está representada por la familia Roark.
La ciudad de Basin City donde transcurre la mayoría de las historias de esta serie fue construida por diferentes familias de mineros. Una de estas familias, los Roark, trajeron una cantidad ingente de prostitutas que se asentaron en el centro de la población, el llamado Barrio Viejo. A lo largo de las décadas posteriores la familia Roark controló todos los negocios lícitos e ilícitos de la ciudad dominando además su estructura política y social a golpes de amenazas, sobornos y nepotismo. En el momento que transcurre la acción de Ese cobarde bastardo, los Roark cuentan con un senador, un fiscal general y un cardenal entre los miembros más preeminentes de su familia.
Contra todo este poderío se enfrenta un inspector de policía a punto de retirarse. Enfermo del corazón, sufre ataques repentinos que le paralizan temporalmente, pero John Hartigan no quiere despedirse del cuerpo sin rescatar a niña de 14 años Nancy Callahan de las garras del pederasta y asesino Roark Jr, hijo del senador Roark. Finalmente, Hartigan consigue rescatar a la chica, herir de gravedad y mutilar genitalmente al secuestrador, recibir él mismo varias balas de su compañero y ser acusado del secuestro de Nancy y tres chicas más por el poderoso engranaje político-judicial al servicio de los Roark. Hartigan sigue vivo, pero pasará un calvario de 8 años en prisión por deseo de los Roark y como única forma de mantener a Nancy Callahan a salvo de sus garras. Hasta que un día Roark Jr, convertido en un monstruo por las heridas causadas por el policía, decide vengarse del inspector usando a la chica como chivo expiatorio obligando a Hartigan a confesar para salir de la prisión y ayudarla. El martirio según Frank Miller se ha completado. El héroe integro ha claudicado, su imagen está hundida en el fango y todos le repudian. Ahora sólo queda esperar la resurrección. Que será violenta y explosiva.

En Ese cobarde bastardo todo es excesivo. Los personajes casi siempre gritan, las acciones son siempre violentas y sus consecuencias irreparables. Hartigan completa su martirio y consigue la redención mediante el único sacrifIcio que le queda por hacer. Es un punto y final casi sin esperanza. Casi negro total…

El blanco y negro furioso.

Para expresar esta grandiosa epopeya Frank Miller usa un estilo radical. Por primera vez en su carrera, con Sin City se plantea dibujar una historia en blanco y negro y para hacerlo se fija en los grandes maestros. De Will Eisner incorpora su planificación, los encuadres arriesgados y la tendencia a crear escenarios teatrales para ubicar las acciones. De Johnny Craig busca emular la atmósfera y la tensión ambiental de las situaciones, dándole además una especial importancia a los fenómenos climatológicos como la nieve o la lluvia, de Alberto Breccia importa desde argentina el expresionismo y la capacidad de ver la realidad en un blanco y negro sin grises, sin matices. Finalmente de José Muñoz toma la iluminación agresiva y el estilo de blanco y negro radical que el argentino elevaría a la categoría de Arte con mayúsculas en Alack Sinner.
Ese cobarde bastardo está planificada de manera operística, una ópera expresionista. Cada escena tiene un decorado esencial a penas esbozado, con una iluminación dura, tanto natural como artificial, muy contrastada, que resalta poderosamente los personajes principales, que les da una forma casi escultórica y que oculta entre densas sombras todo lo demás, todo lo superfluo.

Miller explica en una entrevista que para resaltar la sensación de aislamiento de su protagonista cuando está en la cárcel lo dibuja como metido en una jaula, solo rodeado de barrotes y no se molesta en dibujar el resto del escenario porque así dirige al lector hacia la idea esencial y lo aparta de distracciones molestas. Como no está restringido por un número determinado de páginas no le asusta utilizar el recurso de la splash-page o incluso la double splash-page para subrayar la importancia del momento. Un ejemplo de lo que es un recurso extraordinario que más tarde se convertirá en cliché son las páginas 11 a 14 del primer capítulo. Al protagonista le da un amago de ataque al corazón y está a punto de desmayarse. Miller parte de una splash de Hartigan en plano figura tambaleándose, para seguir en la siguiente página con una viñeta de gran tamaño que ocupa el tercio central de la plancha y todo el resto en negro, la siguiente contiene una sola viñeta situada en el tercio inferior, mucho más pequeña y con un primer plano del policía angustiado. Acaba la secuencia con una página donde sólo vemos una minúscula cartela en un fondo totalmente negro con la expresión “Ahora no”. La sensación de ahogo es casi insoportable. También se permite pintar de amarillo exclusivamente el personaje de Junior, el bastardo pederasta que Hartigan mutila cruelmente. En el argot norteamericano yellow significa cobarde, además de amarillo, y con todo ello Miller enfatiza la miserable condición del hijo del senador Roark.

Desde el punto de vista literario Miller reconoce que se basó en las novelas de Raymond Chandler protagonizadas por Philip Marlowe para construir su serie Sin City. Esta influencia es palpable en las dos primeras entregas, El duro adiós y Moriría por ella, sin embargo tanto en Noche de Paz como especialmente en Ese cobarde bastardo las dos principales referencias son la obra de Mickey Spillane y la serie cinematográfica protagonizada por Harry el sucio.

Noche de paz. Un grandioso prólogo.

Antes de empezar a explicar la epopeya de John Hartigan, Miller nos muestra un episodio a modo de prólogo protagonizado por Marv. El expeditivo y psicótico héroe de la primera historia de la serie, rescata de las garras de unos traficantes de menores a Kimberly, una niña de unos 12 años. Después de matar a todos los secuestradores coge amorosamente la menor en brazos para devolverla a su hogar. Los dos se alejan lentamente por una calle completamente cubierta por la nieve.

Noche de Paz (Silent night) es una historia de 26 páginas. Miller la estructura casi exclusivamente en splash-pages que pueden contener desde planos generales a primeros planos. Se trata de una historia prácticamente muda donde sólo escuchamos la voz de Marv para tranquilizar a la niña una vez está liberada. Con todos estos condicionantes Miller consigue emocionarnos a base de acción salvaje y gestos elocuentes. Su dominio del blanco y negro es espectacular y su sentido del ritmo prodigioso. Como en los peores momentos de las novelas de Mike Hammer, Marv aplica la Ley del Talión de una manera inmisericorde, lo que salva el mensaje del autor de Ronin es que no nos justifica en ningún momento los hechos.

Noche de paz es un prólogo prodigioso a la última gran historia de Frank Miller.

Conclusión.

Algunos especialistas han definido esta etapa de la obra de Frank Miller como la de las tragedias artificialmente estiradas. Explican que es un derroche de espacio el destinar una splash a un primer plano o a un plano detalle como hace a menudo en Ese cobarde bastardo. Y que este hecho refleja una pereza narrativa imperdonable. Yo no soy tan radical. En el caso de las dos obras que nos ocupan, me parece que la narrativa se corresponde perfectamente con la historia explicada y que además le aporta un incremento de emoción poco habitual en el cómic norteamericano de entonces y de ahora. A diferencia de los de la generación de ImageMcFarlane, Lee, Charest y compañía – Miller no utiliza la espectacularidad de manera artificial para asombrarnos, sino que nos obsequia en Ese cobarde bastardo con una epopeya perfectamente narrada y dibujada con un respeto absoluto a la mejor tradición de los maestros del blanco y negro. Luego vendrán los 300 y The Dark Night strikes again, pero como dijo Moustache: “Esto es otra historia”… y no necesariamente mejor.

  Edición original:That yellow bastard #1 A 6 (Dark Horse, 1996) Edición nacional:Ese cobarde bastardo #1 a 6. Norma Editorial, 1996 Guion:Frank Miller Dibujo:Frank Miller   Todo lo bueno se acaba y Frank Miller fue durante un tiempo muy, muy, pero que muy bueno. Sin embargo, en un momento del…
Guión - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 9.5

8.8

Wagneriano

Una furiosa epopeya ambientada en la ciudad del pecado

Vosotros puntuáis: 8.12 ( 6 votos)
Subscribe
Notifícame
1 Comment
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
Gabriel300
Gabriel300
Lector
16 diciembre, 2017 5:55

Por suerte este año tuve la ocasión de leerme Sin City completo y debo decir que me encanto.
Se convirtió en uno de mis comics preferidos de Miller.
Gracias por la nota.