Un homenaje a su obra y a sus lectores
«¡Dios mío, todo esto se parece cada vez más a un cómic de George Pérez con muchos detalles!»
En este día de tributo y reconocimiento a George Pérez no podía faltar Sirens, su último trabajo publicado, el cual al ser leído en perspectiva se siente mucho más que en su lectura original como una obra de despedida. La sensación de (auto) homenaje está presente en todo el cómic; de hecho, comenzando por los mismos créditos del libro el autor se lo dedica a los fans, que a través de los años lo apoyaron y le dieron una vida y una carrera mejor por haber sido parte de ella. Las referencias a su trayectoria y su bibliografía se multiplican de diversas maneras, en diferentes momentos de la historia que aquí se narra y en todas las aristas imaginables a lo largo de estas páginas. Seguramente no será la mejor obra ni la más recordada de Pérez, pero tampoco hay dudas de que a modo de trabajo de despedida y homenaje funciona a la perfección.
Un primer gran aspecto que define al cómic en ese sentido, es que nos encontramos al autor escribiendo y dibujando lo que desea, sin restricciones ni ataduras. Esto se evidencia desde el comienzo en los escenarios de distinto contexto de espacio y tiempo que nos encontramos en la primera página con escenas de vikingos, romanos, norteamericanos de fines del siglo XIX, otra Norteamérica de posguerra, y todo ello intercalado con una observación desde un espacio-tiempo exterior; y esto no hace más que ampliarse y multiplicarse en toda la miniserie. En cada uno de esos momentos y lugares, aparece una de las sirenas protagonistas y con ello también se da el gusto de dibujar distintos trajes, de diseñar personajes con cualidades visuales muy diferentes. Un detalle respecto a todas ellas que amplifica el concepto de homenaje es que están realizados inspirándose en amigos y familia reales del autor incluyendo a Carol Flynn, la esposa de George Pérez, que ocupa un rol central en toda la serie.
Otro elemento interesante de las protagonistas, que por supuesto es otra referencia a su bibliografía, es que el eje de toda la narración gira en torno a personajes femeninos fuertes, que en su trasfondo han tenido que sortear dificultades y sobreponerse a distintas maneras de opresión. En última instancia no solo tendrán el poder para decidir sobre sus propias vidas sino que en conjunto serán ellas quienes salven al universo de la amenaza de esclavitud o destrucción total.
Los párrafos anteriores dejan entrever asimismo que en la trama de Sirens hay elementos que deliberadamente refieren a grandes obras de la bibliografía del autor. Con una historia de un grupo de personajes debiendo reunirse en una particular nave espacial para resolver una situación de amenaza total a la existencia, con paradojas temporales y líneas de tiempo alternativas, en lo personal me es inevitable pensar en una de los trabajos máximos de la carrera de Pérez como es Crisis en Tierras Infinitas, creada junto a Marv Wolfman para DC Comics. Pero con lo referido recién más los demás elementos narrativos que atraviesan a la miniserie se puede relacionar a Sirens con tantísimos trabajos del autor como el lector quiera; realmente tiene un poco de cada cosa.
El enlace con los cómics de la década de 1980 no está únicamente en similitudes temáticas o de desarrollo de la historia, sino que promediando el libro Pérez se introduce en un juego metanarrativo disponiendo a una de las Sirenas protagonistas en una línea temporal en la que es guionista de los cómics de ellas mismas, imitando la estética de las páginas de la época, deshaciendo el proceso desde el coloreado hasta el bloqueo de la autora de no saber cómo resolver el conflicto en el que están sus personajes, conversando con su editor y hablando de nosotros, los lectores y fans de la cultura pop.
Además de ser una clara intención de aludir a su época de trabajo más gloriosa (y no por eso menos esforzada), es también un gran recurso para encauzar el relato que se elabora con numerosas idas y vueltas espaciotemporales, que en ocasiones resulta algo confusa y el autor se esfuerza en explicar y comunicar de la mejor manera posible, lo cual redunda en diálogos sobrecargados (que tampoco podemos negar como una manera de rendir tributo a una faceta no tan amable de los cómics de aquellos años). Esto no quita que implique que la lectura del cómic sea un proceso más lento de un modo innecesario, aunque como efecto positivo nos quita atención de los textos y posa todo nuestro interés en disfrutar de los dibujos de Pérez. En este apartado, sin llegar a lo que fuera su mejor momento, es igualmente un enorme trabajo digno de lo que fue toda su carrera como dibujante, entintador y narrador, con viñetas cargadas de personajes, fondos, acciones… permitiéndose incluso auto elogios como el de este recuadro:
Con este entramado de historias diversas, que se entrecruzan y se mueven entre líneas temporales alternativas incluso generando reboots y retcons internos, George Pérez elabora una obra que como decíamos al comienzo homenajea a toda su trayectoria, nos permite conectar con sus grandes trabajos que quedarán para siempre grabados en nuestra memoria y nuestras retinas y de este modo también nos rinde homenaje a los lectores que dimos más vida a sus páginas. Generar todas esas sensaciones desde un nuevo cómic, que lo contiene todo, resulta una excelente manera de honrar su extensa bibliografía de enorme calidad.
Que George Pérez sea leído y disfrutado para siempre.
Lo mejor
• Leer a George Pérez divirtiéndose al máximo haciendo su cómic.
• El dibujo, como siempre con este autor
Lo peor
• Diálogos sobrecargados y algo confusos, pero se lo perdonamos porque es parte de su homenaje.
• No tiene edición en español.
Guión - 7
Dibujo - 9
Interés - 8
8
Una obra que todos los admiradores del trabajo de Pérez disfrutarán de leer, con especial detalle a su dibujo y su narrativa espectacular.
No tenía noticia alguna de esta obra, pero ahora tengo unas ganas tremendas de leerla (a ser posible, en castellano). Ojalá alguna editorial de aquí lea este artículo y se anime a publicarla…
+10, gracias Mariano!