«No mires lo que quieres golpear. Golpea dónde quieras estar. Apunta al futuro.»
El roller derby es un juego realmente desconocido para el gran público, pero con una trayectoria más larga de lo que podríamos pensar. El término fue registrado por primera vez en 1922 para ser popularizado posteriormente por Leo Seltzer que estableció las primera normativa de este deporte y creó en 1935 su primera liga profesional. Los partidos se celebraban en distintas ciudades y se llegaron a retransmitir, primero en la radio, y más tarde en la televisión. El éxito de la propuesta decayó en 1970, pero ha sido con el inicio del siglo XXI que la pasión por el roller derby ha renacido; sobre todo gracias a la creación de diversas ligas femeninas que han acabado cristalizando en la llamada Women’s Flat Track Derby Association (WFTDA) que en la actualidad regula y establece las normas de la competición. La WFTDA organiza los campeonatos anuales y desde 2011 colabora también con la revista Blood and Thunder en el mundial de roller derby donde compiten multitud de equipos en representación de sus distintas naciones.
La mecánica del juego está pensada para dos equipos de no menos 6 jugadoras que compiten en una carrera sobre patines dentro de una pista ovalada. Tenemos cuatro defensas y una anotadora o «jammer» por equipo; las primeras deben bloquear el paso a las «jammers» rivales y estas a su vez buscar la manera de sobrepasar al grupo anotando un punto por cada jugadora rival a la que superen. El juego permite el contacto físico para obstaculizar el avance de los rivales por lo que estamos ante un deporte en el que la estrategia, la habilidad y el uso de la violencia se deben combinar para lograr la victoria. El resurgir de este deporte viene acompañado de una reivindicación feminista, de mujeres que hacen suyo un tipo de competición agresiva y dura que normalmente se ha asociado a lo masculino. Sus jugadoras construyen su personaje mediante un nombre de guerra y una estética muchas veces cercana al pin-up y el punk en la que predominan los tatuajes, los pierciengs, los pintalabios y sombras de ojo de colores llamativos.
Si queréis haceros una idea sobre este deporte tenéis numerosos vídeos y documentales en Internet, pero también podéis ver el filme de 2009 Whip It! dirigido por Drew Barrymore, protagonizado por Ellen Page y basado en la novela de Shauna Cross que nos habla precisamente de este fenómeno. Finalmente, gracias a Fandogamia Editorial, tenéis una tercera alternativa, dejando a un lado la que resulta más obvia: ir a ver este deporte en vivo y directo. La editorial española que ya nos sorprendió el año pasado con la licencia del Giant Days de John Allison, ha publicado la presente Slam!, obras sobre el mundo del roller derby publicada en Estados Unidos por Boom! Studios dentro de su sello Boom! Box. Slam! podría haber tenido un mayor recorrido pero, finalmente, su propuesta se ha quedado solo en una serie limitada de cuatro números que conforman el tomo autoconclusivo publicado en nuestro país por Fandogamia.
Slam! se centra en la relación de Jennifer Chu y Maise Huff, un par de amigas que se conocen en la iniciación para novatas de las Eastside Roller Girls. Las dos acaban siendo seleccionadas pero en equipos distintos lo que les obligará a sobrellevar su rivalidad si no quieren convertirse en sus peores enemigas. El roller derby les ayudará a vencer sus miedos y formar parte de algo más grande, aunque por el camino puedan romperse algún hueso. Esa es la positiva visión que promueve este cómic sobre este deporte, una historia de superación en la que no falta mucha acción y algo de romance. La obra viene firmada por la novelista y guionista Pamela Ribon responsable del guion de filmes animados como Moana (Vaina en Europa) y la secuela de ¡Rompe Ralph! quien también ha participado en la adaptación al cómic de Rick y Morty. El dibujo corre a cargo de Veronica Fish a la que hemos visto en cabeceras como Archie, Silk o Spider-Woman.
«Una cucharadita de fútbol americano, pon una pizca de hockey, añade un buen puñado de golpes y podrás probar el roller derby». Esa es la descripción que uno de los personajes de Slam! ofrece en un determinado momento de la historia sobre el roller derby, aunque la obra de Ribon y Fish no trata tanto de este deporte en sí como la manera en la que sus jugadoras compenetran su afición con su día a día. La vida de sus protagonistas es lo que sucede más allá de los entrenamientos y partidos con los equipos rivales, dando lugar a un slice of life de lectura entretenida que no logra acabar de encontrar el equilibrio entre la dualidad que nos propone. Hay comedia, tenemos algo de romance, drama ligero y algunas explicaciones técnicas sobre el roller derby, pero aunque por separado todos los elementos funcionan en conjunto se echa de menos algo de intensidad y rebeldia dada la temática principal del cómic. En su lugar, Slam! se acerca más al tono de esas producciones animadas en las que ha trabajado su guionista.
Hay una cierta falta de riesgo en la propuesta de Ribon y Fish lo que convierte un producto entretenido en algo simplemente correcto. El apartado gráfico resulta llamativo aunque no tanto por la frescura del trazo como por su color que tanto en sus portadas como en páginas interiores revisten de personalidad al conjunto. Brittany Peer, con la puntual ayuda de Laura Langston, elabora un cuidado trabajo en este campo haciendo difícil que pase desapercibido a primera vista, pero también propiciando una lectura agradable y fluida. El mejor golpe de un cómic cuyos personajes no acaban de librarse de su categoría de esbozo para tomar el mando. De esta manera, la gran virtud de Slam! es acerse eco de un deporte como el roller derby, darlo a conocer y ofrecernos una somera descripción del mismo. No obstante, para hacer equipo se necesita algo más, y lamentablemente sus autoras no han encontrado la manera y/o el espacio para poder llevarlo a cabo.
VALORACIÓN GLOBAL
Guión - 6
Dibujo - 7
Interés - 7
6.7
Ligera
La estética de Slam! y su temática es lo primero que nos llama la atención al acercarnos a ella. El trabajo de Veronica Fish y Brittany Peer en el apartado gráfico promueve una lectura fluida que reviste un guion de Pamela Ribon que no acaba de saber sacar provecho del espíritu roller derby. Slam! es un partido llamativo a primera vista pero que no acaba de golpear a la hora de la verdad.
Una lectura fresca y divertida, genial no sólo para pasar un buen rato, sino también para atraer la atención de muchas eventuales lectoras, en la línea de Giant Days o Wayward, con todas sus diferencias. ¡Qué bien lo están haciendo Fandogamia, Ediciones Dimensionales, Grafito y otras editoriales «menores», que de tal no tienen nada!
Muy de acuerdo, elBlueNules. Lo que más me gusta en el caso de Fandogamia es que además demuestra que se puede cumplir la máxima casi extinta de ediciones a precios populares. Este tomo de Slam! a 10,00€ (o los de Giant Days) invitan a comprar y probar, y sus características son iguales a otros productos que están publicando otras compañías. Así que espero que estas nuevas editoriales puedan crear escuela.