Como si una niña de esa edad fuera a saber lo que es la guerra.
Denis Lapière es un guionista belga nacido en 1958. Es un autor de una larga carrera en Francia pero que aquí hemos visto con cuentagotas, aunque todo lo que nos ha llegado es de alta calidad. Entre sus obras destacan las que sitúa en los distintos conflictos que ha experimentado el mundo en el siglo XX, denunciando por igual las tropelías cometidas tanto por la izquierda como por la derecha. Algo que hemos podido ver tanto en sus colaboraciones con Rubén Pellejero: Un poco de humo azul y (Astiberri), El vals del gulag (Astiberri); como en su colaboración con Eduard Torrents en El Convoy (Norma).
Ricard Efa es un historietista nacido en Sabadell en el año 1976. Tras unos inicios en los fanzines en los noventa y algunos trabajos en el campo de la animación, muy pronto da el salto al mercado franco-belga, donde lleva desde 2001 publicando diversas series. Su debut se produce con la serie Les Icariades, con Toni Termens a la que le siguen Rodriguez y L`Áme du vin, ambas como autor en solitario. En la serie Kia Ora dibuja guiones de Virginie Ollagnier y Olivier Jouvray. A ésta le sigue Yerzhan con guiones de Régis Hautière y varios números de la colección Alter Ego donde comienza su colaboración con Denis Lapière. Vuelve a colaborar con Olivier Jouvray en El soldado que es su primera obra publicada en nuestro país de la mano de Norma, que también nos trajo la obra que le valió una nominación a los premios Eisner en la categoría de mejor pintor/artista multimedia: Monet. Nómada de luz con guion de Salva Rubio. Sola es su último trabajo publicado.
Sola nos cuenta la historia real de Lola, una niña de siete años que vive con sus padrinos en Isona, un pueblo de Lleida. Vive con ellos desde los inicios de la Guerra Civil, para huir de la miseria y peligros de las ciudades durante la guerra. Intenta no olvidar las caras de su hermana y sus padres, uno en el frente y las otras en la ciudad, pero el tiempo corre inexorable y cada vez le resulta más difícil. Esta vida ideal y bucólica se verá truncada por la llegada al pueblo de los soldados nacionales que lo arrasarán y le obligarán a refugiarse en un pueblo vecino. Allí por diversos factores acabará sola cuando la guerra termine y asistirá al comienzo de la represión franquista…
Sola es una historia que trata sobre las pérdidas a las que inevitablemente contribuyen las guerras, que no solo roban vidas sino que también son las responsables de robar la infancia a muchos niños, destrozar pueblos o enfrentar familias. Un viaje iniciático donde el peaje a pagar es la inocencia de la infancia que nunca se vuelve a recuperar. Para ello no es necesario recrearse en la violencia o en el horror de la guerra, recurso fácil en el que no caen los autores, sino simplemente se limitan a mostrarnos unas pinceladas, lo justo para conseguir trasmitir su mensaje. Todo ello lo consiguen desde la mirada limpia y sin contaminar de Lola, consiguiendo que sea imposible no empatizar con ella.
Vemos cómo era la vida en la retaguardia, una zona alejada de la épica y el romanticismo de la batalla pero que sufría por igual las consecuencias de la guerra. La vida precaria pero feliz se ve asaltada por la guerra que arrasa con todo y nos nuestra la deshumanización que sufrimos los seres humanos en momentos de conflicto donde dejamos atrás todo sentimiento, presas del odio y la sinrazón, algo que podemos ver en los soldados nacionales o en la madre de Lola. Pero no solo vemos eso, ya que además nos muestran el lado más humano de las personas encarnado en Ventura, el padrino de Lola, en los Calxic que los acogen o en el Comisario que le da de comer y le enseña a leer.
A pesar de vivir circunstancias terribles, en la obra se respira por momentos una sensación de paz y felicidad producto de los fantásticos paisajes que dibuja Efa y de la deliciosa inocencia de Lola y de la humanidad de sus padrinos y vecinos. Una inocencia y una alegría de vivir que nunca pueden arrebatarle. Algo que siempre está presente en el trabajo de Lapière que nunca permite que la oscuridad lo engulla todo y nos deja un halito de esperanza.
Lola es un personaje que nos recuerda mucho a las protagonistas de las películas de Miyazaki, que a pesar de sufrir penurias y problemas siempre consiguen salir adelante conservando su capacidad de seguir siendo niñas.
Estamos ante una obra emotiva, que nos debería hacer reflexionar sobre el trato que como sociedad estamos dando a los inmigrantes que, como Lola, huyen de un conflicto que ni entienden, ni provocaron. A pesar de ser una obra que se desarrolla en la Guerra Civil, las situaciones que se viven son extrapolables a cualquier conflicto y la acogida que se dio a los exiliados republicanos fue mucho más generosa de la que hemos dado a las personas que venían a buscar una vida en paz a nuestro país en los últimos años.
El trabajo de Efa destaca por su uso del color, sobre todo en los paisajes que nos remiten a los pintores impresionistas, por algo fue el encargado de dibujar la biografía de Monet. Gracias a su dominio de la luz vemos pasar las distintas estaciones con sus cambios en los paisajes. Pero no solo se queda en eso sino que también hace un uso narrativo del color potenciando los sentimientos y consiguiendo que nos sumerjamos de lleno en la historia. Su entintado recuerda mucho al que relizó Pellejero en sus colaboraciones con Lapière y sus personajes, en especial Lola, parecen sacados de una película de Miyazaki, la mezcla de todos estos elementos hacen de su trabajo algo único y muy destacado. Su habilidad para reflejar las emociones que está experimentando Lola la potencian, logrando que empaticemos con ella, sufriendo y gozando cuando ella lo hace. Un trabajo notable que lo consolida como un autor al que no perder de vista.
Norma Editorial hace una buena edición con una reproducción y papel que nos permite disfrutar del color de Efa. Un nuevo álbum en su catalogo que nos demuestra que la bd no es solo aventuras, sino que ofrece mucho más.
Sola es una historia de pérdidas, no solo de inocencia, sino también de guerras, sueños e ideales. Lo consigue poniendo el foco en la retaguardia donde casi nadie nos ha mostrado lo que sucedió. Con un final que sirve para llenarnos de esperanza, sobre todo en estos días cada vez más sombríos. Ojalá lleguen nuevos aires tan luminosos con las páginas de Efa que se vuelve a postular para distintos premios.
Guión - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 7.5
7.8
Inocencia
Lapière y Efa firman una historia emotiva sobre las terribles consecuencias de las guerras, sobre todo para los niños. Efa firma unas páginas que mezclan a la perfección la ternura con la cruda realidad.
Me cuesta hacerme a este estilo de dibujo, pero quizás haya que darle una oportunidad porque la historia parece que lo merece