No…No oigo nada la explosión… Estoy sordo
Astiberri Ediciones recupera dentro de su colección Sillón Orejero
David Muñoz es además de historietista un profesor de guion, teórico del cómic y guionista de cine (es coautor del guion de la película El espinazo del diablo) y televisión nacido en Madrid en 1968. Entre sus obras en el mundo del cómic destacan: Miedo (Glenát) y Residuos (Glenát) coescritas con Antonio Trashorras y dibujada la primera por Javier Rodríguez y la segunda por Luis Bustos, ambas pendientes de una necesaria reedición. También ha realizado guiones para el mercado franco-belga como Tierra de Vampiros (Yermo) con dibujo de Manuel García o sus colaboraciones con Tirso Cons: La Casa de los Susurros (Yermo) y Trackers (Yermo). Para ese mercado este año ha publicado Éternel hiver con dibujo de Rafael Vargas que esperemos que no tarde en aparecer por esto lares. Como teórico del cómic hace poco ha publicado el libro El guión del cómic (Diminuta Editorial) junto a otros ilustres guionistas de nuestro país.
Rayco Pulido es un historietista nacido en Telde en 1978. Tras licenciarse en Bellas Artes comenzó su carrera en el mundo del cómic. Tras presentar varias historias a diversos concursos, en 2004 debutó con Final Feliz (Ediciones de Ponent) con guion de Hernán Migoya. En 2008 vio la luz Sordo y hasta 2011 no tuvimos noticias de él cuando publicó Sin título. 2008-2011 (Ediciones de Ponent) en la que era autor completo. En 2013 publicó Nela (Astiberri) la adaptación de la novela Marianela de Benito Pérez Galdós. En 2016 apareció Lamia (Astiberri) que le valió el Premio Nacional de Cómic 2017. Estos años también ha ejercido como ayudante de su hermano Javier Pulido en sus trabajos para el cómic americano.
La historia comienza en 1944 con un grupo de maquis preparando una acción de sabotaje, pero que produce un accidente y Anselmo, el protagonista de la historia, se queda sordo y aislado de sus compañeros. En esa precaria situación, sordo, sin armas, ni comida, ni ropa de abrigo, se queda escondido en la montaña en pleno invierno mientras duda si emprender la huida hacia Francia, ya que todavía tiene asuntos sin resolver. Cuenta con la ayuda de la mujer de uno de sus compañeros, pero la situación se complicará cuando descubre que no sabe todo lo ocurrido a sus compañeros tras el accidente.
Sordo es una historia prácticamente muda en su totalidad donde lo más importante es lo que no se dice. Desde el momento en que Anselmo se queda sordo, también lo estamos nosotros como lectores, ya que compartimos su sordera y solo escucharemos lo que él diga, así no tendremos más información que el protagonista. Un historia de silencios y miradas, donde el miedo y las emociones del protagonista se trasladan al lector, que al igual que Anselmo se siente totalmente aislado mientras comparte sus peripecias y su sufrimiento. No conviene olvidar que el cómic es sobre todo un medio visual y esta ausencia de texto hacen que se potencie el plano visual, convirtiendo a este cómic en único y muy destacado.
Se sitúa durante los años inmediatamente posteriores a la guerra civil española y nos muestra a un grupo de maquis, en un tiempo donde los resistentes republicanos todavía creían que los aliados podrían liberar España del yugo franquista, algo que ya trató con más detalle Paco Roca en Los Surcos del Azar. Pero no es algo que condicione el desarrollo de la historia ya que bien se podría desarrollar en cualquier otro lugar y fecha. Aunque queda bien reflejada la situación que se vivía en los pueblos pequeños, donde la represión, el revanchismo y la miseria que ejercía el bando ganador eran el pan de cada día. Además en cierta manera la sordera y el aislamiento de Anselmo no es sino un reflejo de la situación en la que se encontraba España en eso momento, aislada del mundo y sin aliados.
En el guion destaca sobre todo la tensión que Muñoz es capaz de imponer a algunas escenas que nos recuerdan a las mejores historias de misterio, en especial al cine de Hitchcock. Pero el eje central de la historia es el descenso a la locura que experimenta Anselmo al verse privado de contacto con el exterior, y al bien en un miedo constante. Una deshumanización que no frenará ni siguiera el amor o la esperanza de huida algo que está reflejado en sus sueños cada vez menos terrenales y más paranoicos. Y es que Anselmo llegará a un estado en el que es más animal que hombre, atrapado por un entorno natural al que no logra adaptarse. Esto provoca que la acción y violencia de la obra pierda cualquier atisbo de épica, y sea sucia y descarnada.
Rayco demuestra su gran capacidad para el blanco y negro, con el que consigue trasladar el entorno natural donde transcurre gran parte de la obra, algo nada fácil. Usa gran cantidad de texturas para dotar a la obra de armonía y que no parezcan páginas llenas de manchas negras sin sentido, acercando Sordo al expresionismo. También maneja muy bien el tempo de las escenas para dotarlas de tensión, una parte en la que el mérito es compartido por el guionista y el dibujante. Y sale airoso de la parte más complicada del cómic, que es que los personajes consigan transmitir sin necesidad de hablar, destacando en especial Anselmo, que transmite cada una de sus emociones. Todo ello hace que la historia sea fluida y que se comprenda a la perfección. Es un cómic en el que atisbamos los recursos que luego empleará en Nela y Lamia. Las dos páginas nuevas que se han introducido están perfectamente integradas en la obra siendo casi imposible saber cuales son aunque realmente no me parecen necesarias. La primera sirve para adelantar información que más adelante se sabe y la segunda es una transición entre escenas no muy necesaria. Pero si como dice Muñoz a él le aportan tranquilidad y las considera necesarias bienvenidas sean. Un trabajo notable de Rayco que deja ver gran parte de lo que nos mostraría en sus obras posteriores.
Astiberri hace una gran edición que mejora a la anterior de Ediciones de Ponent en todos los aspectos, sobre todo al no usar papel satinado, pero además tiene mejor diseño, mejor portada y unos extras muy interesantes. Esperemos que ellos u otras editoriales se animen a recuperar más obras de la tristemente desaparecida editorial, ya que tenía un catálogo muy interesante.
Sordo es una historia minimalista entre el hombre y la naturaleza, que más que leer se siente, que te atrapa en la espiral de locura en la que entra Anselmo, preso de un pasado y una soledad de la que no se puede librar. Un buen guion de David Muñoz donde Rayco Pulido nos daba muestra de su gran potencial, que alcanzaría en sus siguientes trabajos.
Guión - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5
7.5
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Sordo es una reflexión sobre las locuras a las que nos lleva el aislamiento, que hace que nos alejemos de la realidad. Un reedición necesaria con alta calidad que hace justicia a la obra.