Un thriller luminoso, sin silencio pero con burbujas
«Te estás buscando problemas, Eva»
Comentaba el autor de Soy su silencio, el barcelonés Jordi Lafebre, que quería hacer un thriller que no fuera ni oscuro ni áspero, sino festivo y luminoso… y a fe que lo ha conseguido. Esta obra, protagonizada por la impetuosa psiquiatra Eva Rojas, es una acertada combinación de policiaco, con muchos toques de comedia y bastante aventura, que nunca cae en la parodia del género principal. La acción transcurre en la actualidad entre una luminosa y atractiva Barcelona y un Alt Penedès perfectamente reconocible.
Eva llega justo a tiempo a su sesión de evaluación terapéutica con el Dr. Llull. La semana anterior ha sido de auténticamente de locura. Se la ha pasado intentando ayudar a una paciente – la joven Penélope – y ha aceptado a asistir a la lectura del testamento en vida de la matriarca de su linaje vitivinícola, el clan Monturós. En la finca, el ambiente familiar de la paciente es realmente tóxico y todo empeora al producirse un asesinato. Eva odia los cadáveres, pero aun así decide “ayudar” a la policía realizando su propia investigación del crimen. Además, la joven psiquiatra nunca camina sola…
El relato policial es en diferido, ya que la protagonista lo va contando a su evaluador psiquiátrico, pero usa el tiempo presente en la narración. La interrupción de la acción a cargo de los dos personajes principales sirve de contrapunto a la investigación criminal y permite resumir la trama de una manera ágil, sencilla e ingeniosa.
La traslación de los principales personajes de la mitología griega al entorno de los Monturós resulta tan cautivadora como didáctica y la descripción histórica del pasado familiar de los corruptos fabricantes de cava, muy reveladora. Algunas escenas de acción resultan algo forzadas, especialmente la del barco y la de la autopsia, pero toda la trama resulta entretenida y está bien hilvanada.
Uno de los principales atractivos de Soy su silencio es la galeria de personajes secundarios que contiene. Desde el Dr. Llull, pasando por la subinspectora Merkel – perdón Alemany – o la hermosa camarera mulata del bar Vinilo. Sin olvidar el trio de voces que acompañan a Eva, cual parcas clásicas, y que están corporeizadas en su abuela y dos tías abuelas de trágico destino.
Jordi Lafebre introduce algunas notas de profundidad en el contenido, como son el impacto de las enfermedades mentales en las personas y su tratamiento o, también, el maltrato y la invisibilidad de las mujeres en el pasado y sus consecuencias ahora. Pero lo hace de una manera sutil, casi a hurtadillas, siendo lo más llamativo el título de la obra que se erige en un grito reivindicativo muy hermoso.
Quizás en sus próximas obras el artista barcelonés se atreva a aportar más densidad a estos argumentos.
En el aspecto gráfico narrativo, Soy su silencio es uno de los trabajos más bellos, ágiles y luminosos de Lafebre.
El artista divide sus planchas en un esquema básico de tres tiras con dos viñetas cada una, pero es un parrilla que altera frecuentemente, cuando la historia lo requiere. Sus personajes están dotados de vida propia y cada uno se mueve de una forma diferente y muy característica. Desde la propia Eva, que en ocasiones parece levitar, ya que le cuesta estar anclada en el suelo o Penélope a la que, por el contrario, parece que la tierra la atraiga de una forma irremediable o su tío Joan Monturós, permanentemente torcido. Todos tienen su acento, su particularidad.
La narrativa es ágil, funcional y clara. La ambientación es bastante aproximada a la realidad y podemos reconocer los escenarios por donde el autor hace transitar a sus personajes, sin caer en la tentación de componer una colección de imágenes para Instagram, y los recorridos se ajustan a los reales. El entintado es más ligero y nervioso de lo que el autor de Carta Blanca nos tiene acostumbrados en sus trabajos anteriores.
El tratamiento del color es uno de los apartados gráficos más logrados. La atmósfera cálida y soleada del conjunto está basada en la utilización de tonos ligeros del amarillo, del verde y el naranja. En las escenas nocturnas campestres predomina el violeta y los azules cercanos al añil y en los interiores iluminados abunda el marrón y naranja.
Jordi Lafebre realiza en esta obra un trabajo narrativo y artístico sobresaliente que potencia los puntos fuertes del guion y disimula los más flojos.
La confección técnica y material del álbum a cargo de Norma Editorial es excelente, es clavada a la francesa. El libro es en cartoné, tiene un tamaño generoso, está bien impreso y cuenta con un papel excelente. No contiene ningún tipo de material extra, ni gráfico ni escrito. Además, el precio está bastante ajustado para lo que se estila últimamente en las editoriales españolas.
Soy su silencio es un ejercicio de estilo perfectamente realizado, muy entretenido, atractivo y narrado gráficamente de una manera excelente. La mezcla de suspense y humor está bien administrada lo que consigue que leamos las más de 100 páginas de un tirón y hace que – aunque el autor asegura que no lo tiene decidido por el momento – deseemos ver más aventuras protagonizadas por la inestable psiquiatra Eva Rojas y su entorno de personajes materiales y espirituales. On verra…
Salut!
Lo mejor
• La acertada mezcla de thriller y comedia.
• La luminosidad y realismo de la ambientación catalana.
• El carisma del elenco que nos hacen pedir más.
Lo peor
• Algunas situaciones algo forzadas.
Guion - 8
Dibujo - 9
Interés - 8.5
8.5
Radiante
Un thriller ligero y divertido que se lee del tirón. Una obra burbujeante, llena de luz y de personajes carismáticos
¿Qué el precio está ajustado? ¿Cuánto debería ser entonces para que no lo estuviera, 30-35 euros? Hemos llegado a un punto en que nos mean por encima y decimos que llueve, y así nos va…
Gracias por la reseña.
Muy interesante la premisa y tremendo el arte.
Ahora bien, sin haber leido el comic pero al ver algunas de las páginas de adelantos creo que saber para donde va cierto aspecto de la trama, y eso lo hace por demás interesante.