Edición original: Marvel Comics / Image Comics – noviembre 1996
Edición España: Planeta DeAgostini Comics – noviembre 1997
Guión: Peter David
Dibujo: Stuart Immonen
Entintado: Andrew Pepoy, Stuart Immonen, Cam Smith
Color: Joe Rosas
Portada: Stuart Immonen
Precio: 395 pesetas (número único en grapa de 48 páginas)
La maniobra comercial Heroes Reborn -pactada entre una Marvel Comics con serios problemas de subsistencia y los estudios comandados por Jim Lee y Rob Liefeld- sirvió para que las tensas relaciones entre la casa de ideas e Image Comics se vieran atemperadas, al menos en lo que se refería a algunos de los sellos integrados en la misma. Fruto de este momento de entendimiento fue la realización de varios tebeos en los que personajes de Marvel se topaban con o contra personajes de
A mediados de los noventa, el trepa-muros blaugrana salía de uno de sus momentos más movidos. La franquicia acaba de salir de la polémica saga del clon, recuperando al Peter Parker que había protagonizado las colecciones arácnidas los veinte años anteriores y dejando fuera de juego al pobre Ben Reilly. Por su parte, Gen 13 era un grupo de superhéroes vinculado al universo Wildstorm compuesto por cinco adolescentes y su mentor –en una versión noventera de la premisa de la Patrulla-X original-.
Los responsables artísticos de este encuentro fueron autores que, en ese momento, estaban bastante alejados de lo que representaba la Image de Gen 13. Así, el guionista
Uno de los problemas que tienen este tipo de tebeos es que hay que conseguir un adecuado equilibrio entre los protagonistas y hay que asumir que lo que en ellos se vea no va a tener mayor trascendencia en los devenires de los personajes. Ya sea en un enfrentamiento ínter-dimensional, ya sea asumiendo que viven todos en el mismo universo, cada mochuelo volverá a su olivo y aquí paz y después gloria. Así pues, solo queda intentar disfrutarlo por sus valores intrínsecos que en el caso que nos ocupa son algunos. No es, ciertamente, el mejor trabajo de sus autores ni uno por el que hayan de pasar a la posteridad, pero teniendo en cuenta el material de partida, Peter David juega con una reflexión que, en cierto sentido, era reflejo de la que se planteaba hace veinte años y, si me apuran, existe en el medio de forma permanente: las relaciones inter-generacionales. En mi opinión, cada hornada lectora tiene derecho a sus propios tebeos, a su propia versión de los personajes, adaptada a las circunstancias de su mundo, debiendo asumir que quien venga detrás tendrá idéntico derecho a pedir exactamente lo mismo. La pretensión de que nuestras colecciones y / o personajes favoritos deban mantenerse en el momento en el que llegamos a ellas y conocimos de ellos es humanamente comprensible, pero objetivamente absurda. Spider-Man fue el personaje fetiche de varias generaciones, pero a mitad de los noventa eran colecciones como la protagonizada por Gen 13 las que gozaban con el favor del momento. Cuando Grunge expresa a Spidey la admiración que sentía por él desde su infancia, está reflejando el hecho de que Peter Parker lleve en ese momento más de treinta años en el mercado, mientras que los jóvenes poderosos de Wildstorm llevaban apenas dos. Hay un desfase generacional que hace que el trepa-muros sea consciente del tiempo que lleva con sus mallas azulgrana y de la edad que les separa de esos adolescentes un tanto descarados. Uno y otros son, después de todo, hijos de su tiempo. Con ello, este tebeo se convierte en un buen objeto de revisión para recordar cómo estaba el sector hace dos décadas.
Poco después de la salida de este tebeo, el acuerdo entre Marvel y Wildstorm llegaba a su fin, al no plantearse su renovación. Se habló de la posibilidad de que Jim Lee relanzara los Defensores, pero poco después su sello pasó a incorporarse a las filas de la distinguida competencia. La reconfiguración del universo DC operada en Flashpoint supuso la incorporación de los personajes de la escudería del caballero coreano-estadounidense al panteón icónico por antonomasia, pero también su práctica desaparición. A día de hoy, Spider-Man sigue siendo una franquicia sólida y hasta cierto punto atemporal –como testimonian películas, series de animación o videojuegos- en tanto que Gen 13 constituye más bien un recuerdo de una época. Grunge, el simbólico personaje de esos tiempos –y probablemente, uno de lo más populares de la alineación original-, toma su nombre de un estilo musical de gran éxito en los noventa, pero actualmente en proceso de recuperación tras un bache en su popularidad. Una curiosa metáfora, sin lugar a dudas de las franquicias y creaciones demasiado apegadas al momento de su creación. Sea como sea, a día de hoy las relaciones entre Marvel y DC impiden que podamos ver una continuación o revisión de esta historia que, igualmente, es un tanto difícil de reeditar por las cuestiones indicadas.
Yo soy uno de los que descubrió accidentalmente a este quinteto y se enganchó a ellos, precisamente por ser un punto de partida fresco y no tener la carga de todos los años de los personajes Marvel, los cuales siempre me gustaron más. Precisamente Spider-man como personaje individual y los X-men como grupo.
Y los disfruté el tiempo que duraron. Me encantó el dibujo de Campbell, las historias pasadas de rosca. Tengo la colección original, los bootleg, los especiales de Adam Warren.
Cierto es que son hijos de su tiempo y no han salido de él, no han conseguido adaptarse y convertirse en leyendas como los personajes de la casa de las ideas, pero cuando te apetece una hamburguesa, la disfrutas en el momento sin importarte de que mañana no te vayas a acordar de ella como si lo harías con una comida más elaborada, o con la tortilla de tu madre.
Esta bien saber que estos cómics crossover entre Marvel y Gen13 pueden ser objeto de colección. De ningún valor, pero de colección.