Edición original: Marvel Comics – septiembre-diciembre 1996 Edición España: Comics Forum – mayo 1997 Guión: J. M. DeMatteis Dibujo: Mike Zeck Entintado: Bob McLeod Color: Christie Scheele Portada: Mike Zeck Precio: 925 pesetas (tomo en tapa blanda de 112 páginas)
Dentro de la larga sucesión de eventos destinados a fomentar el eterno retorno de las franquicias superheroicas a sus orígenes, merece especial atención la segunda saga del clon, que removió los cimientos de la escudería arácnida a mediados de la década de los noventa del siglo pasado. Mucho se ha hablado por aquí de la polémica decisión que convirtió al Peter Parker que varias generaciones de lectores había conocido en un clon y trajo a colación a un presunto original que se había pasado un lustro de tiempo marveliano recorriendo la Norteamérica profunda al estilo Kwai Chang Caine / David Banner. La reacción, mayoritariamente negativa, convirtió la decisión en un experimento de un año y recuperó el statu quo existente antes de que Ben Reilly llegara a nuestras vidas. Sin embargo, el “hermano rubio” de Parker dejó un grato recuerdo en una parte de la afición, aunque durante mucho tiempo la historia clónica y sus secundarios fueron “tabú”. Sería el guionista de la miniserie de la que toca hablar hoy el que lo hiciera –enmendándose a sí mismo la plana respecto de cierto clásico cinegético de los ochenta, pero me estoy desviando de la ruta-. En mi opinión, la saga del clon fue hija de su tiempo: premisa polémica pero interesante, desarrollo pésimo y un par de episodios memorables. Uno fue la espectacular Los años perdidos y otro su continuación que tenemos por aquí: Redención.
Como recordarán, la miniserie que contaba el inicio de los vagabundeos de Ben Reilly, terminaba con un esperanzado final en el que el caballero había hecho honor a su fibra moral y encontrado un futuro junto a Janine Godbe, la pelirroja –cómo no- que había conocido poco antes. También, por motivos de coherencia con la sacrosanta continuidad, seguía vivo el amargado y violento Kaine, el primer y fallido clon de Parker fabricado por el Chacal. Redención retomaría a estos tres personajes para dar a la parroquia lo que quizá no le estaban dando las series regulares de la franquicia de la telaraña.
La miniserie comienza con la presentación de un Ben Reilly que ya viste su versión del manto de Spider-Man (diseñado, si no me falla la memoria, por un Dan Jurgens que venía con la vitola de autor estrella del proyecto y se fue muy pronto). Para diferenciarse de su “primo” Peter se ha teñido el pelo de rubio (y ambos cuentan a propios, extraños y curiosos en general que sus padres eran hermanos gemelos). Marvel ha recuperado al trepamuros “pupas” y con problemas monetarios del pasado corregidos y aumentados: su falta de práctica como lanzarredes le juega malas pasadas (pues su presunto clon ha participado en todos los eventos importantes desde las guerras secretas hasta la trilogía del infinito) y sus penurias económicas le sitúan en una indigencia nivel “Carpanta”. Un deteriorado Kaine vuelve a su vida para intentar morir matando. El hijo primogénito de Warren fue descartado rápidamente por su condición de experimento fallido y las consecuencias de ese error convierten al primer clon de Parker en un ser cuya existencia es una tortura: dolor y degeneración, pero también una fuerza fuera de lo común que emplea con creciente brutalidad.
Este nuevo capítulo en el duelo entre Reilly y Kaine sirve para conocer cuál ha sido el destino de la amada del primer, la joven Janine Godbe. Aquí, DeMatteis aprovecha para contar por qué la dama no estaba con Ben cuando este retornó a Nueva York, al tiempo que utiliza su ausencia para encajar otra pieza que explique la estrategia del salvaje Kaine respecto del nuevo Spider-Man. Así como el vástago repudiado está condenado a morir dolorido, solo y presa de un salvaje ansia de violencia, Reilly también debe experimentar idéntica odisea. ¿Maldición de Parker o destino de clones? ¡Quién sabe! Cuando la miniserie veía la luz, el destino del nuevo lanzarredes estaba ya sellado y su último número coincidió con la publicación de la saga Revelaciones. El esperanzado pensamiento de Ben contrastaba con su dramática muerte en el número septuagésimo quinto de Spider-Man. En España, por fortuna, Forum adelantó con su edición en tomo la serie limitada, de modo y manera que aún tuvimos Reilly para un rato no muy largo.
Redención es una digna continuación de Los años perdidos, pues don J. M. demostró una vez más sus cualidades para contar historias en las que desarrollar y dar riqueza psicológica a sus protagonistas. Un héroe de ambiente urbano es la excusa perfecta para contar un pequeño relato de suspense en el que hay espacio para la investigación criminal, la trama judicial y los giros inesperados. Solo por estas dos miniseries mereció la pena padecer (o quizá no tanto) la segunda saga del clon.
En la parte gráfica hay que destacar la sustitución de JRJR por otro artista igualmente notable: Mike Zeck. Este caballero ya había colaborado con DeMatteis en la colección del Capitán América (recopilada no ha mucho en España por Panini) y en la mítica Última cacería de Kraven. Aquí, bien secundado a las tintas por un profesional de la talla de Bob McLeod, desarrolla una labor sobresaliente que adapta a la perfección el guión de su colega y conforma un producto que, veinte años después, sigue siendo igual de disfrutable.
En conclusión, hay que indicar que las aventuras del pasado de Ben Reilly constituyen, en mi opinión, lo mejor de una época convulsa y aciaga en la franquicia del héroe azulgrana.
Edición original: Marvel Comics – septiembre-diciembre 1996 Edición España: Comics Forum – mayo 1997 Guión: J. M. DeMatteis Dibujo: Mike Zeck Entintado: Bob McLeod Color: Christie Scheele Portada: Mike Zeck Precio: 925 pesetas (tomo en tapa blanda de 112 páginas) Dentro de la larga sucesión de eventos destinados…
La verdad es que esta miniserie no estuvo mal, un poco peor que la de los años perdidos, pero me gustó. La verdad dan ganas de releerlas, a ver si las busco. Me parece que las dos son bastante recomendables.
La verdad es que esta miniserie no estuvo mal, un poco peor que la de los años perdidos, pero me gustó. La verdad dan ganas de releerlas, a ver si las busco. Me parece que las dos son bastante recomendables.