¡Feliz Navidad queridos lectores! Dejad que el espíritu de estas fiestas os contagie, y regalaros unos cuantos cómics, que nunca tenemos suficientes.
Hace algo más de un año, publicaba en esta santa casa una reseña, que podéis consultar aquí, en la que os contaba el retorno al Universo Marvel del Spiderman Superior, de ese Otto Octavius en el cuerpo de Peter Parker que gracias a los eventos de la Conspiración Clon había vuelto a llevar el cuerpo de Peter (concretamente un cuerpo clonado del mismo con unos ajustes aquí y allá que le otorgaban lo mejor del arácnido y lo mejor del pulpo) y que tras Imperio Secreto decidía mudarse a San Francisco donde se convertiría en el Spiderman de dicha ciudad, a su particular modo de ver las cosas.
Este curioso regreso no se le confiaba a un escritor cualquiera, si no que estaba depositado en las sabias manos de Christos Gage, guionista que coguionizó con Dan Slott muchísimos números de su larga etapa al frente del lanzaredes y que, por eso mismo, conoce al Spiderman Superior mejor que nadie, con permiso, quizás del propio Slott.
En la anterior reseña os contaba el inicio de esta serie, que presentaba a Otto en este San Francisco desprovisto de héroes, que compaginaba su actividad de vigilante petulante con la de profesor en la Universidad Horizon, actuando Ana María Marconi como Pepito Grillo de su personalidad siempre tirante a la villanía (recuperándose así a los secundarios más interesantes de la etapa Slott-Gage al frente del trepamuros).
En los números a los que esa reseña estaba dedicada veíamos como el ingenio de Otto llegaba a superar a alguien tan poderoso como Terrax, anterior heraldo de Galactus, y como conseguía junto con el Doctor Extraño salvar San Francisco de la debacle de la Guerra de los Reinos. Todo parecía ir bien en la vida de este nuevo Otto que bajo otro nombre nuevo había limpiado su alma de mal y había conseguido ser un héroe digno de San Francisco, a la par que iniciaba una relación amorosa con una mujer que no huía frente a la revelación de su pasado, por lo que ya estaba preparado para que la suerte Parker, o más bien, la suerte arácnida destrozara su vida por completo.
La perdición en este caso, se llamaba Norman Osborn, solo que no el Osborn clásico, si no uno procedente de un Universo alternativo al que Otto tocó bastante las cosquillas en sus anteriores aventuras multiversales, y que decide llegar para destruir toda la vida de Octavius a su paso.
En este punto no sé si hablamos de recurso manido, de maniobra inteligente, o de trama sin sentido, pero soy de aquellos lectores que disfrutan muchísimos los paralelismos y las contrareferencias, y que cuando leí estos números en los que un Spiderman que no era Spiderman pero que había aprendido a serlo, veía su vida puesta patas arriba por un Norman Osborn monstruoso que tampoco era Norman Osborn ni el Duende, si no que de hecho era más arácnido que el propio Otto disfruté a rabiar. Y al fin y al cabo, de eso se trata esto de los cómics, de disfrutar a rabiar, de pasárselo realmente bien durante la lectura de unas cuantas grapas.
El dibujo de Mike Hawthorne por su parte es solvente sin ser excelente (y siendo inevitable compararlo con Humberto Ramos o con Ryan Stegman muy superiores y nunca mejor dicho a Hawthorne) en unos cómics que nos llevan de vuelta a una de las colecciones arácnidas más queridas de la década pasada.
El problema de todo esto, es la solución que Gage busca a un problema que Otto no puede resolver. Dejadme que ponga la pestaña de spoilers y acabe aquí mi reseña, limitándome a recomendaros pese a todo, y a lo que aquellos que os llamáis valientes leías ahora. Vaya por delante, que es mejor entrar en este breve apartado de spoilers después de haber leído el cómic en cuestión, pero a vuestro juicio lo dejo.
Aviso de Spoiler |
Guión - 7.2
Dibujo - 7
Interés - 7
7.1
Superior
Chistos Gage y Mike Hawthorne nos cuentan la epopeya final de este Spiderman tan particular.
Esta es la tipica serie que me apetecia leer, pero como no se puede leer todo me limitaba a ir spoileandome para ver hacia donde iba el personaje. Y el final me parece una tomadura de pelo enorme.