“¡El imperio ha agotado todo su crédito! ¡Y la rebelión paga en efectivo!”.
Cuando un álbum de cómic de 272 páginas vale 50 euros tiene que contener una obra mayúscula y estar editado de forma impecable. Con
Este es el primer tomo de una colección de tres volúmenes que la editorial Planeta tiene previsto publicar y que contiene las tiras diarias y las páginas dominicales de esta serie comprendidas entre el 11 de marzo de 1979 hasta el 05 de octubre de 1980. Es la etapa en la que Russ Manning se encargó de la realización gráfica y del guion de los tres primeros episodios. La serie finalizó el 11 de marzo de 1984, exactamente cinco años después de su estreno, con el dúo formado por Archie Goodwin y Al Willamson encargándose de la última etapa.
En la fase inicial los argumentos de las tiras diarias y de las páginas dominicales eran distintos hasta que convergieron en la tira del 10 de septiembre de 1979, tras el desarrollo de una sola aventura en las dailies y de dos en las sundays.
La serie se caracteriza por unos guiones sencillos y planos y por una realización gráfica eficaz, elegante pero irregular. Russ Manning alternó durante varios meses la producción de esta strip con la de Tarzán, que llevaba realizando desde finales de 1967. Este hecho y los constantes controles editoriales que padecía por parte de las empresas explotadoras de la franquicia de Star Wars hicieron que su trabajo se resintiese. Para poder aumentar la calidad, abandonó la serie de Tarzán y empezó a colaborar con diversos guionistas. El primero fue Steve Gerber que aportó algunas gotas de su talento a los argumentos y especialmente a los diálogos pero que escribió escasamente una historia y finalmente se incorporaron dos escritores escogidos por el syndicate como Russ Helm y Don Christensen. Las dos últimas aventuras de este tomo están realizadas gráficamente por Rick Hoberg y Alfredo Alcalá, respectivamente, que tomaron momentáneamente las riendas de la serie debido a los graves problemas de salud de Manning que acabarían ocasionándole la muerte.
La primera historia publicada en formato de tiras diarias, titulada El mundo de los jugadores presenta una premisa sencilla que se desarrolla de una manera confusa y acaba de manera abrupta e incompleta para poder acoplarse a las páginas dominicales. Las dos historias de las sundays son más homogéneas pero no pasan de ser meras anécdotas donde se presentan algunos personajes como Han Solo o Chewbacca. El primer relato con los dos formatos convergiendo se titula Viaje a Tatooine y supone un salto cualitativo argumentalmente. Steve Gerber construye un relato algo más denso y sólido que Manning puede desarrollar con más extensión y espectacularidad.
Atrás quedan, sin embargo, algunos aciertos como los personajes de Blackhole, la supercomputadora Mnemos, Sharlee; la guerrera espacial, los stormtroopers negros o Anduvil de Ogem, una aventurera fabricada casi con el mismo molde que el de Dragon Lady o Lille DeVrille. Otro aspecto destacable es el diseño de un universo nuevo. En 1979 había poca producción gráfica de la franquicia; solo una serie mensual realizada por Marvel Comics y algunas novelas por lo que Russ Manning disponía literalmente de un universo entero que explorar. Sus paisajes urbanos y naturales, sus naves espaciales, los decorados y el vestuario inventado por el dibujante de Magnus Robot Fighter constituyen un despliegue de imaginación y talento considerables que acaban convirtiéndose en lo mejor de esta etapa de la strip.
Narrativamente y gráficamente la serie va sufriendo varios altibajos que acaban desluciendo el enorme trabajo de sus autores. La dificultad de combinar dos series tan exigentes como Tarzán y Star Wars en el inicio de esta segunda strip y los problemas de salud de Manning de sus últimas etapas, hacen que afloren algunas tiras o algunas páginas dominicales de peor calidad gráfica y que algunas secuencias acaben resolviéndose de manera torpe; especialmente cuando sus ayudantes toman demasiado protagonismo.
Sin embargo en este tomo también podemos encontrar bastantes momentos que nos recuerdan el gran talento gráfico-narrativo de Manning, dotado de un toque especial para el cómic de ciencia ficción o de fantasía y con una capacidad única para describir lo insólito, para traducir lo asombroso al papel. Estos aciertos se encuentran mayoritariamente en las páginas dominicales.
Russ Manning nació en California en 1929 y murió en 1981 también en California. Estudió en el Los Angeles County Art Institute, fue movilizado y destinado en Japón donde dibujó para los periódicos militares y en 1953 entró en la editorial Western Publishing donde empezó a realizar sus primeros trabajos para el sello Dell Comics.
En 1963 crea su primera gran serie Magnus Robot Fighter 4000 A.D de la que realizará los 21 primeros números y en 1965 se encarga para Gold Key de la serie Tarzán para los comics books ocupando el puesto del limitado pero influyente Jesse Marsh. Su trabajo en los comic books le sirve para que la Edgar Rice Burroughs Inc. le encargue las tiras diarias (de diciembre de 1967 a julio de 1972) y las páginas dominicales (de enero de 1968 a junio de 1979.) Estos casi 12 años de trabajo en la prensa constituyen su culminación como autor y lo sitúan a la altura de Dan Barry y su Flash Gordon, Leonard Starr con Mary Perkins, on Stage o Warren Tufts con Casey Ruggles, para citar algunos de los más grandes autores de series para la prensa de la postguerra. Más tarde realizaría cuatro álbumes del personaje para el mercado europeo de los que solo los dos primeros fueron publicados por Dark Horse en los E.E.U.U. Escribió y dibujó la adaptación al formato comic strip de la serie Star Wars, trabajo en el que estuvo poco más de un año ya que falleció en diciembre de 1981 a los 52 años, cuando estaba a punto de cumplir los 53. Demasiado pronto.
La edición a cargo de Planeta Cómic no es todo lo buena que podría parecer a simple vista. El álbum es en formato apaisado, con tapa dura, cuenta con un papel adecuado y está bien impreso, aunque el color de las sundays parece algo apagado. Incluye también dos artículos introductorios a cargo de Rich Handley y de Henry G. Franke III que nos sitúan adecuadamente en el contexto de la obra, aunque estén realizados desde la óptica de sendos especialistas en las franquicias de Star Wars y de Tarzán, y no tanto desde el punto de vista del experto en cómics. El segundo, pese a todo, realiza un excelente retrato de Russ Manning y de su carrera.
El principal problema que presenta esta edición lo encontramos en las páginas que contienen las tiras diarias. Escudriñando originales en la web he podido comprobar empíricamente que las tiras reproducidas en esta edición están comprimidas por los lados. Cada daily presenta un largo menor de lo que debería tener, como si en el diseño de producción el maquetador no hubiese trasladado adecuadamente el ancho de cada tira a la página. Esto supone que los personajes aparezcan extrañamente alargados, como si fueran protagonistas de los cuadros del pintor clásico conocido como El Greco.
Este es un error que se da demasiado a menudo en la edición de material de prensa y que resulta muy molesto puesto que parece que genios del dibujo anatómico como Russ Manning no sepan dibujar correctamente la figura humana, con sus proporciones adecuadas. Si bien es cierto que comparando la edición española con la original norteamericana a cargo de IDW y con la francesa producida por Delcourt, comprobamos que este defecto es común a todas ellas.
Por otro lado, no está de más recordarle a los traductores de la editorial planetaria que el término sunday page – o simplemente sunday – se traduce por página dominical y no por tira dominical. Las únicas tiras que existen son las diarias (daily strip) y el global – la serie completa – se llama comic strip o simplemente strip. Y por último, como comentábamos en el inicio de la reseña, el precio es excesivo. La calidad de la edición no justifica pagar este producto como si fuera un artículo de lujo.
En definitiva nos encontramos ante un producto interesante pero que refleja una etapa decadente en la fértil historia de las comic strips norteamericanas, muestra además las dificultades organizativas que tuvieron los autores con los poseedores de los derechos de la franquicia y también los crecientes problemas de salud de su principal responsable. Los numerosos aciertos de esta strip se ven empañados por un desarrollo argumental errático y por una realización gráfica irregular. Además, la discutible edición a cargo de Planeta Cómic no ayuda a mejorar el producto. Esperemos que los errores técnicos se subsanen en los dos próximos volúmenes ya que la continuación de la serie cuenta con un equipo fijo de autores, con una visión más sólida y estable del rumbo de la strip, que acabará dándole un salto cualitativo apreciable en su resultado final.
Salut!
Guion - 5.5
Dibujo - 8.5
Interés - 6.5
6.8
Descuidado
Para amantes incondicionales de la franquicia galáctica y completistas de la obra de Russ Manning
Pues yo no aprecio diferencia apreciable en las viñetas donde muestras la original y la de aquí, en fin sera mi vista, yo lo que peor he llevado es la repetición de viñetas a modo de resumen de lo ocurrido y que leído de seguido no tiene ningún sentido, por lo demás dibujo magistral y guiones de la época como en tantas otras obras y que sin embargo no son penalizadas. Si te gusta star wars imprescindible y se me olvidaba las dibujadas por Alcala son de 10.
Extraordinario artículo, Tristán, como no podía ser menos viniendo de un especialista como tú de la obra de Manning.
Planeta no está acertando con algunas ediciones, y es una pena porque ellos tienen medios y capacidad para hacer las cosas muchísimo mejor.
En efecto, esta etapa de Russ no es muy brillante, aunque considero que su maestría gráfica esta siempre presente de alguna manera. Qué lástima, porque si las cosas hubieran rodado mejor y Russ hubiera estado en forma y sin su enfermedad asomando, el resultado podría haber sido muy distinto.
Un abrazo