Edición nacional/ España: Editorial Ivrea.
Guión: Kazuto Okada.
Dibujo: Kazuto Okada.
Formato: 192 páginas, B/N.
Precio: 7,60 €.
Hace pocos meses el Código Penal español consideró pornografía infantil cualquier dibujo con fines sexuales de quien pareciera ser un menor, lo que incluye el manga, como uno de los principales objetivos a censurar. En palabras textuales de esta ley, que aún tiene que ser aprobada por el Senado, se prohibirá: “Todo material que represente de forma visual a una persona que parezca ser un menor participando en una conducta sexualmente explícita, real o simulada, o cualquier representación de los órganos sexuales de una persona que parezca ser un menor, con fines principalmente sexuales, salvo que la persona que parezca ser un menor resulte tener en realidad dieciocho años o más en el momento de obtenerse las imágenes”.
Dicho esto, y sin llegar a entrar en profundidad sobre cuestiones jurídicas, que no vienen al caso, ni son de mi competencia; ni mucho menos entrar en discusiones culturales sobre la imagen infantil sexualizada que vende Japón, es importante saber, que si esta ley se aprobara, muchos mangas estarían en el punto de mira, y Sundome, no sería menos. Quizás mangas míticos como Dragon Ball, donde desde el número uno hay referencias sexuales con menores (véase Bulma menor de edad desnudándose frente a Muten Roshi, o Goku durmiendo en el entrepierna de Bulma) pudieran ser censurados y no editados en España. Esperemos que la ley, si se llega a aprobar, sea aplicada con la mayor coherencia posible.
El momento justo antes de eyacular
Cuestiones legales aparte, Sundome es un manga curioso. ¿Es verdad que hay continuas referencias sexuales y eso pueda cansar un poco? Si, pero es que así es este género de manga. ¿Que también es verdad que el humor hace que la historia se sobrelleve de una manera dinámica? También. Hay continuos guiños, chistes, bromas, y demás recursos que harán que si el lector no conecta con la parte sexual, lo haga con la humorística. Sexualidad y risa, una curiosa mezcla, aunque no nueva.
Su autor, Kazuto Okada, es un mangaka especializado en historias de corte adulto, en muchas de las cuales predomina el contenido ecchi (obras con connotaciones sexuales). Ha desarrollado la mayor parte de su trabajo en la revista Young Champion de la editorial Akita Shôten.
El argumento principal es sencillo. La trama presenta a Hideo Aiba, un joven que va al instituto, miembro del Club Roman y actual presidente del mismo, y su compleja y bizarra relación con una
estudiante de intercambio recién llegada, Kurumi Sahana. Aiba es un estudiante más. Un buen estudiante de los que van a clase y llevan todo al día, con una personalidad introspectiva que no le hace ser muy sociable ni muy popular, ya que sus compañeros apenas le perciben. Tampoco ayuda que sea miembro del Club Roman, club integrado por frikis y fetichistas. El nacimiento del club se debió a la investigación y a la verificación de los mitos que existen en el mundo, desde cuestiones paranormales a extraterrestres, todo visto desde el corazón de un niño. Lo componen individuos tan bizarros como pervertidos. Kattsun, es un fetichista puro de los culos, voyerista y fetichista de las tetas pequeñas. Tacchan es el fetichista de las piernas y no suelta bajo ningún concepto a su muñeca Aimu. También cabe recordar, una de las reglas fundamentales del club, ser virgen. A cambio de esa castidad, al finalizar sus años de instituto, los antiguos miembros del club, usarán sus medios y recursos para ayudarles a conseguir el puesto de trabajo deseado. Existen rumores de que los antiguos miembros del club, envían chicas para tentar a los miembros y prevenir que consigan terminar castos y que ese es el motivo por el que en los últimos seis años nadie se haya graduado con éxito.
Conocer a su nueva compañera de clase, marcará para Aiba, una nueva etapa en su vida, donde explorará los caminos de la experimentación sexual a través de los juegos de dominación que Sahana realizará sobre él. Kurumi instrumentaliza la relación de deseo sexual y de amor en un quid pro quo para que Hideo se desarrolle como hombre tanto física como mentalmente. Es en ese momento donde Hideo acepta su rol de juguete sexual. Un juego donde Kurumi excita a Hideo pero se detiene justo antes de que él eyacule. Como ella bien explica “Por más que llores y supliques, nunca dejaré que te corras”. En caso contrario, Hideo nunca más tendrá ningún tipo de relación con ella. La historia se va complicando cada vez más, con el ingreso de un par de chicas en el Club Roman, y los diferentes problemas que cada personaje irá encontrando a la hora de relacionarse.
Aunque esta historia no contó con una adaptación animada, sí que ha servido de inspiración para un live-action. Una serie de cuatro películas que llevaron a la gran pantalla la historia de Hideo y Kurumi, cuyo director fue Daigo Udagawa, que además de dirigir, escribió el guión.
Sundome, muestra como ningún otro manga (incluyo aquí también La chica a la orilla del mar, de Inio Asano), el sexo entre la juventud, o al menos, la sexualidad como un juego, en el que cada uno va descubriendo según la situación, partes de sí mismo que desconocía, y va desarrollando su personalidad y descubriendo sus necesidades. Un buenísimo manga de ocho volúmenes que no debe faltar en la librería de cualquier pervertido. ¿Dije pervertido? Quise decir, estudioso del manga.
Guión - 6.5
Dibujo - 6
Interés - 8
6.8
Este manga huele a sexualidad reprimida, a juegos de dominación, a bragas usadas como regalo, a perversión. Tetas y risas, una combinación perfecta
Gracias por la reseña. Pero no puedo evitar una reflexión política al hilo de la posible polémica: ojalá que antes de que acabe el año esa organización mafiosa que es el PP sea expulsada democráticamente del gobierno, se derogue la «Ley Mordaza» y la cultura no sea un lujo incluso proscristo, con perdón del porno y el fútbol, claro, que siendo también cultura, es la que al PP sí le interesa mantener baratita porque mantiene mansas a las masas.