Mambo
«¡Qué empiece la fiesta!»
Se suele decir que Superman es un personaje muy difícil de escribir en continuidad. Su pureza moral, la simplicidad y contundencia de sus habilidades, su nivel de poder, su entorno (doble identidad, novia, orfandad, Kansas, Metropolis…) inamovible hacen que el margen del guionista de turno sea bastante rígido. La editorial se inmiscuye bastante, cualquier hecho mínimamente destacado encabeza telediarios.
Sin embargo, esto simplifica el trabajo, aclara el camino. No se puede divorciar a Lois de Clark pero si el guionista quiere meterse en el ámbito familiar, partiendo de ahí ya tiene media idea metida en el guion. Puedo centrarse en la rutina del matrimonio, en los celos… Superman es tan rígido como cualquier otro personaje. Los elementos inamovibles de Superman simplemente lo hacen más sólido y confrontarle es una tentación muy grande para los autores. Es un reto para la creatividad de los autores. Y los superpoderes… le permiten lanzarse contra cualquier enemigo, enviarlo a la profundidad de la galaxia como un náufrago…
Joshua Williamson es el guionista titular de la serie de Superman, como Phillip Kennedy Johnson lo es de Action Comics y Tom Taylor de la de Jon Kent. Cada uno tiene su parcelita. El guionista de la etapa más larga de Flash destaca por ser un autor que suele acumular ideas impactantes, solapándolas unas encima de otras, a cada cual más espectacular. A veces, la acumulación de creatividad no deja espacio a la digestión de conceptos y momentazos por lo que estos no suelen dejar poso en los lectores.
En el primer tomo de la nueva serie de Superman (publicado hace un año, eh, tela) se recopilaban los seis primeros números. Allí Williamson acompañado de Jamal Campbell desplegó una serie de ideas que nos hacían cabalgar página a página sin descanso. Lois Lane es la nueva directora del Planet. Superman pasa a dirigir Lexcorp. Jimmy Olsen es pareja de Silver Banshee… una detrás de otra. Molaba.
La historia de los personajes es tan extensa, rica, variable y emocionante, que cada hecho implica una serie de dudas, preguntas y especulaciones en los lectores. Es inevitable. El problema conWilliamson algunas ideas las deja allí a la deriva o las resuelve en un chispazo. Aunque merezcan más continuidad.
Pasa un año y llega el segundo tomo. Para empezar en la portada vemos una ristra de nombres. Al lector le recorre un sudor frío. Baile de dibujantes. Este volumen incluye el anual 2023. Eso explicaría la cantidad de artistas que asoman, pero no, la colección regular también se suma al carrusel de ilustradores.
No negaremos que hay nombres de primera fila. Bruno Redondo, David Baldeón, el propio Jamal Campbell, Mahmut Asrar… nombres que por si mismos justifican la compra. Pero tanto cambio supone una irregularidad, una asimetría, que no ayuda a la lectura, que nos desincentiva (si no lo hace ya ver la lista de nombres en la portada).
Puede que el cambio de dibujante sea un guiño al guion. Éste es variable, voluble y se define por la cantidad de cambios, por el tour de force de momentos, o mejor dicho, hechos impactantes. Nada mejor para alimentar la montaña rusa que un cambio constante de estilo y narrativa que nos lleva del clásico Asrar al dinámico Baldeón, pasando por Bruno Redondo… etcétera.
El apartado gráfico tiene muy buenos momentos, pero el conjunto da una sensación de desorden, de que lo que prima es sacar comics al mercado como sea.
Pero bueno, vamos a meternos de lleno en la mandanga.
En este segundo tomo empezamos por el anual. Éste nos permite situar a los personajes. El Parásito redimido. Superman enfrentándose al Juguetero. Lois de jefa. Ésta visita la cárcel donde una presa (La Nube Roja) la ataca. Livewire, la villana utilizada ya por Williamson en el inicio de la serie para criticar las redes sociales, la salva. Vemos también como subyacen las tramas de Injerto, Farma y Brainiac que se supone que estallaran en todo su esplendor en el futuro. Vemos la creación de una Kandor czarniana a partir de la sangre del último y más ilustre hijo de Czarnia. Williamson no ahorra en conceptos.
Continuamos con la serie regular (por el número 6 vamos). Superman libera a un personaje del pasado de Luthor. Un ser superpoderoso llamado el Encadenado, creado y confinado por Lex. Sumemos el secuestro como nuevo delito del villano. Se trata de un chaval alterado genéticamente para desarrollar poderes. En el presente emerge como una amenaza para Metropolis y Lex, debido al odio justificado que siente por este último.
El pasado de Lex emerge como un volcán subterráneo de porquería nauseabunda. El villano arrepentido debe hacer frente a los pecados del pasado, a los reproches de los suyos y a las sospechas de su nuevo aliado y enemigo íntimo, Superman.
Sin embargo, el lector no puede dejar de pensar que hay de sincero en el arrepentimiento de Luthor y sobre todo… cuando se desvelará el pastel y veremos la cara malvada de Lex. Williamson no nos da ninguna pista. Luthor ayuda a Superman para enfrentarse al Encadenado, a Farma, Injerto y a la madre de Lex con la clásica armadura verde y lila.
Es Superman, es Luthor… todo volverá a su cauce en algún momento. Pero es que este Luthor que acepta la humillación sin un atisbo de su grandeza y orgullo, este Luthor aliado que traga con todo lo que le dice ordena Superman, este Luthor acorralado y arrepentido de sus problemas familiares… no es Luthor. Y no se si ahí hay una clave (no sigo la serie USA) pero o nos engaña en un plan maestro final, o es otro personaje… o está mal escrito. Y no digo que no sea Luthor porque tiene que ser siempre igual, es que la han cambiado la personalidad sin explicar por qué de manera convincente.
Llagados a este punto, la impresión que puede dar es que este tomo no vale la pena, pero hay que decir que es un cómic muy entretenido, dinámico, pasan cosas, cambios giros y una trama subterránea de creciente interés que nos engancha y nos promete más, una explosiva concusión.
Muchos de los dibujantes del tomo nos dan una versión espectacular de Superman, Metropolis, las armaduras, los trajes nuevos. Sirve para pasar el rato, se disfruta la aventura y ya veremos si deja poso, si sirve como referencias futuras del personaje (tememos que no). Tenemos una pista: hay pocas etapas gloriosas con tantos cambios en el apartado gráfico. Aunque hay que decirlo, en la redacción hay una cordial division de opiniones. Tenemos a entusiastas con esta etapa, y otros algo mas suspicaces con que Williamson no nos la vuelva a colar.
Ahora solo tenemos que esperar otro año para ver si se confirman las sospechas.
Lo mejor
• Algunos nombres de los que salen en el tomo como Baldeón, Redondo o Asrar.
Lo peor
• El baile del dibujante.
A mí me ha gustado. Creo que este primer arco es claramente una transición para lo que realmente viene después y como tal, cumple muy bien su función.
Estoy de acuerdo en que el baile de dibujantes es excesivo y se agradecería algo más de estabilidad en ese sentido. También concuerdo en que Williamson introduce bastantes ideas y habrá que ver cómo se desarrollan si es que lo hacen.
Una duda, cuando dces «creación» de Livewire, ¿Te refieres a alguna actualización del personaje?
Yo también sigo pasándomelo muy bien y me encantan los guiños a todo el rico pasado de Supes
Te lo pasas Superbien?
Jaaaajajaja
Cierto con lo de Livewire, fallo mio. Por otra parte, he querido recalcar al final de la reseña que hay división de opiniones en la redacción porque si bien es cierto q Williamson va de golpe en efecto a golpe en efecto,algunos se lo pasan muy bien. Y al final de eso se trata también.
Gracias por comentar
Bueno, parece ser que han anunciado a Dan Mora como futuro dibujante regular de la serie, así que el baile de dibujantes acabará pronto… ¡y con un autor de primera!
No creo que Mora dure mucho porque está en la Justice League Unlimited con Waid y veo difícil que haga doblete. A no ser que solo se ocupe del primer arco.
No sería la primera vez que ha hecho doblete. Debe ser el único caso actual de dibujante que es capaz de encargarse de dos series regulares siempre que le echen una manita con un interludio de un numerito entre saga y saga.
Pues ojalá sea así porque sería una gozada.
Una locura el nivel y trabajo que este haciendo Mora, ¿en cuantos títulos estuvo estos últimos tres años?, y para colmo no resintió nada su nivel.