Cuesta abajo y sin frenos.
No hay mejor manera de definirlo.
Tras una primera entrega muy prometedora y una segunda que resultó agridulce, nos llega la tercera que viene a poner los últimos clavos, más largos y gruesos, al ataúd en el que ha caído este trabajo de Miller. Una profunda decepción.
Podría dejarse en este punto, pero es necesario desahogarse y expresar de alguna forma todo el lodo emocional que destila esta entrega. Un lodo que hiede a malas ideas, mal ejecutadas y resueltas, en un cierre de historia absurdo, carente de alma y que desdibuja no solo a Superman sino a todos y cada uno de los personajes que aparecen.
Sí, se puede esgrimir la bandera de que se trata de un proyecto fuera de continuidad, una nueva incursión en el icono cultural que representa Superman bajo el auspicio del sello de Black Label. Que exigir ver al mismo Superman y secundarios que en su serie regular es una demanda sin fundamento. Cierto, es un proyecto libre, libre de ataduras, de continuidad, libre de seguir un canon y hasta ahí todo es indudablemente cierto. Esta obra es todo eso, pero carece de alma, carece de sentimiento, carece de reinterpretación del mito.
Reinterpretar no es sinónimo de retorcer, ni de desgajar, ni de mutilar, ni de seccionar, ni de maltratar. Reinterpretar es tomar un concepto y llevarlo por nuevos caminos, explorando nuevos conceptos, generado situaciones no vistas y dedicar tiempo a desarrollar para reimaginar al personaje. Y se puede hacer sin traicionarlo en todos sus aspectos. Y ahí es donde el primer libro donde Miller acierta plenamente; se hunde (es necesario hacer el chiste fácil) en el segundo y fracasa de forma absoluta en el tercero.
El primer síntoma de que algo no va bien es como discurre narrativamente la historia. De primeras se nota como si hubiera errores de montaje, saltos abruptos que rompen de lleno ciertos momentos que son especialmente interesantes, para apostarlo todo a un nuevo escenario como si las prisas por contar cosas lo justificaran todo.
El segundo síntoma es como se presentan a los personajes. Lois Lane, Luthor, Wonder Woman y Batman, son lanzados contra la historia de mala forma, con desidia, sin apenas entrada orgánica, lo que provoca que se atraganten. Tal vez el único que se puede salvar es Perry White, ya que de Jimmy Olsen es mejor no hablar para evitar que la bilis suba por el esófago.
Y el tercer síntoma es todo lo demás. Cuando hay un acierto, aparecen veinte errores que vienen a recordar el sin sentido en el que la trama ha quedado atrapada. Un sinsentido que se pone de manifiesto cuando aparece Wonder Woman y Miller la trata de forma absolutamente deleznable. Un insulto directo al personaje y lo que representa, afianzando la sensación de traición que Miller ejerce sobre los conceptos con los que trabaja. Lamentable.
Y con estos síntomas sobre la mesa no hay remedio que pueda evitar la neumonía vírica que infecta cada página cuajada de prosa poética, de palabras grandilocuentes, que lejos de estar armonizadas con la trama, se muestran como un estorbo más a superar a fin de llegar al final del tebeo.
Miller peca en todo momento de no ser capaz de justificar lo que pasa en la historia. Si bien se percibe cierta evolución forzada en el distanciamiento emocional de Clark, se siente de forma tangencial y más porque se dice que porque se desarrollen acontecimientos que de verdad se inserten y sean generadores de los cambios que van apareciendo.
El guionista de Batman Año Uno desmonta al mito fundacional de Superman y no logra volver a recomponerlo, en una tosca y chapucera disección que lo aleja de su propia actitud vital, la de Miller, alejándose de su propio camino con un panfleto que ni siquiera esconde entre sus páginas algo de moralina barata. Un cómic que viene a confirmar el ocaso de un genio, el final de una carrera que debe valorarse por todos esos momentos estelares de la historia del noveno arte de los que forma parte de manera ineludible el gran Frank Miller.
Hay algo que si se puede salvar de este barco: el dibujo de Romita Jr. El dibujante no ha hecho sino mejorar número a número, recuperando su característico estilo, algo mas refinado y estilizado, pero reconocible a la perfección, para formar sus mejores páginas en este tercer volumen, con viñetas que se insertan directamente en la retina del lector. No estamos ante un trabajo redondo, pero si digno de su figura y talento. Y sin embargo es totalmente incapaz de reflotar la historia de Miller.
Toda una oportunidad perdida la de juntar a estos dos grandes del cómic dado el resultado final de su obra. Un tercer acto que apenas contiene aspectos relevantes y que acabara sepultado por el tiempo y las arenas del olvido.
Decepcionante.
Guion - 4
Dibujo - 7.5
Interés - 5
5.5
Una tercera entrega que pone los clavos finales a un ataúd que comenzó a construirse en el Libro II. Un cómic fallido, carente de alma, sin apenas rasgos positivos y cuya razón para la compra radica en el afán completista.
Uuuf para que no te guste Gustavo debe de ser horrible este comic. Aunque yo lo único que e comprado de este autor después del 300 (su ultima gran obra) ha sido (y no me a disgustado del todo DKIII) ni me he comprado esta ni Xerxes por el tufillo que me daban. Este hombre por desgracia vive de su propia leyenda y como en DC necesitan ventas pues le dejan hacer lo que quiera por las ventas de su irreductible legión de fans que compran todo.
Personalmente lo que haría (a nivel metaforico o profesional) es darle ya el finiquito. Esto me recuerda a una película de Robin Hood con Sean Connery y Audrey Hepburn en que un viejo y cansado Robyn (Connery) herido y vencido por las fuerzas del nuevo Sherrif de Notthingam es envenenado por Lady Marian para luego llevar su cuerpo al bosque y asi evitar que se hagan con su cadaver y se carguen la leyenda del arquero defensor de la libertad. Asi entre la bruma y los bosques de Sherwood la leyenda sigue prevaleciendo. Y con Miller tendria que haber pasado lo mismo retirarse tras haber pergueñado 300 que fue su ultima gran obra.
Dura crítica. En mi opinión la narrativa de Miller ha visto mejores días y eso resiente mucho el conjunto porque es su punto fuerte. Pero es un tebeo sencillote, bastante original (teniendo en cuenta el tema a tratar) y con un puñado de buenos momentos. Junior salva los muebles realizando uno de los mejores trabajos de toda su carrera. Un ‘Pen Drop’ en toda regla
Pregunta: esta obra sigue su propia continuidad? Porque tenia entendido que es el mismo Superman de DKR, previo a su aparicion en All Star Batman y Robin
Sinceramente no sé si se pondrá en marcha una nueva tanda de episodios con este Superman que enlace con All Star. EL final de la obra deja al personaje en dirección opuesta a All Star, pero nunca se sabe. 🙂
A mi, personalmente, me parece muy alejado del que se puede ver en DK. El nivel de prepotencia que aquí muestra contrasta con el de DK que está al servicio del gobierno.
¿All Star Batman y Robin forma parte de la continuidad de DKR? No llegué a leerlo nunca, por eso pregunto.
Eso dijo Miller en su momento. Tienes:
Batman Año Uno: inicio de la carrera de Batman. Primer encuentro con Catwoman. Amenaza de Joker. Superman opera en Metropolis.
All-Star Batman y Robin: batman recluta a Robin. Joker, Catwoman, Canario Negro y la JLA estan en activo. Superman y WW mantienen una relacion.
Batman La Ultima Cruzada: Joker y Jason Todd. Catwoman. Hiedra Venenosa y Killer Croc estan en activo.
DKR: Batman regresa de su retiro. Enfrentamiento con Dos Caras, Joker, Superman. Carrie se convierte en Robin.
DK2: revolucion de Batman contra el gobierno. Con la JLA. Superman y WW tienen una hija. kelley es Catgirl.
DK3: ataque kryptoniano. Superman y WW tienen un hijo. Batman se retira. Carrie es Batgirl.
Golden Boy. Alianza Joker-darkseid. Equipo Batwoman (Carrie) con los hijos de Superman.
Si Superman Año uno estuviese en la cronologia se solaparia y superaria el Batman Año Uno
El Batman de Año Uno y el de DKR son bien distintos, pero, siendo principio y final del personaje, se puede entender que uno desemboque en el otro.
Mi sorpresa viene de que, según tengo entendido, el de All Star poco tiene que ver con el resto.
Algún día leeré el DK3, que The Golden Child me tiene pintaza.
Si y no. Me explico.
Desde un punto de vista argumental ha pasado un tiempo desde el Año Uno y el All-Star. Es un Batman pasadisimo de rosca y fuera de control en parte porque hace lo que le da la gana sin nadie que pueda impedirselo. En esa situacion la relacion con Dick Grayson le obligara a una catarsis. A nivel continuidad, punto fuerte: arroja luz a hechos que ocurren en DK2. Punto flaco: alguna cosa rara ppr puro fanservice, como la aparicion de Bruno. El mundo de DKR hasta ahora se ha centrado en momentos clave de un personaje que nace,envejece y se retira definitivamente, y eso tampoco esta mal.
Desde el punto de vista artistico. Ni Jim Lee es Mazzuchelli ni el Miller de ahora es el de antes. A mi me hizo gracia como comedia bizarra, pero como te acerques a All Star pensando en revisitar o continuar el Año Uno te sentiras entre estafado y furioso.
Pues, según declaraciones del propio Miller, este Superman año 1 es el Superman de Dark Knight. O eso dijo cuando se anunció, si ha cambiado de idea no lo sé, no lo he leído ni tengo intención de hacerlo.
Es el Superman de Dark Knight. O eso afirmó Miller cuando se anunció la obra.