Superman: Avistamiento en Kansas

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Guión: J.M. DeMatteis
Dibujo: Jamie Tolagson
Edición España: ECC Ediciones
Contiene: The Kansas Sighting Nº 1-2 USA
Formato: Tomo rústica 136 páginas
Precio: 12,95€
Valoración:

 

«…Superman es un misterio
que no se resolverá nunca»

En 2004, el trabajo del veterano guionista neoyorkino J. M. DeMatteis en La Liga de la Justicia Internacional, en una ya mítica etapa en la que colaboraría con su compañero Keith Giffen y Kevin Maguire, sería condecorado con un premio Eisner a la Mejor Publicación Humorística, un galardón que evidenciaba la capacidad de este autor para abordar diferentes proyectos más allá de las obras más llamativas que habían marcado y definido su carrera con historias dominadas por sus oscuras atmósferas y su profundo y punzante tono psicológico. Esta sería la tónica de su trabajo más reconocido hasta la fecha, La Última Cacería de Kraven, firmada en 1987, en la que J. M. DeMatteis, escoltado por los lápices de Mike Zeck, pondría en práctica todo lo que había aprendido en los años setenta, en sus primeras publicaciones, en cabeceras clásicas ligadas al género de terror como Weird War Tales o House of Mystery. Por lo tanto, la necesidad de indagar en la mente de sus personajes, en lo más profundo e íntimo de sus almas, siempre ha sido uno de los intereses y virtudes de este peculiar autor. Aunque, al mismo tiempo, en muchas ocasiones, también haya sido su misma perdición resultando sus aproximaciones en relatos herméticos, poco accesibles y catalogables dentro del cómic superheroico clásico mainstream, aunque no carentes de profusas e interesantes ideas, conceptos y matices.

Este podría ser el caso de Superman: Avistamiento en Kansas, una miniserie de dos únicos números guionizada en 2003 por J.M. DeMatteis, con el trabajo del norteamericano Jamie Tolagson a los lápices, en la que su autor se atreve a relacionar la naturaleza del sorprendente y asombroso Superman con el intrigante y misterioso fenómeno OVNI contemporáneo. La historia se centra en Kansas, Smallville, sobre la cual J.M. DeMatteis realiza un retrato costumbrista, cercano y realista, en sus formas y maneras, como pocos cómics del personaje han abordado anteriormente pese a ser un punto clave de la mitología de El Hombre de Acero. Todo ello para contarnos como la localidad natal de Clark Kent se convierte en un punto de interés para los ufólogos y expertos en la materia cuando uno de sus vecinos, el solitario y casi ermitaño Herbert Moore, aparece en el programa Misterios Extraños de lo Inexplicable contando como hace treinta años observó un objeto volador no identificado en los cielos de Smallville. Pronto, a raíz de estas declaraciones, una mujer sale a la palestra afirmando que su hijo fue abducido pocos años antes de ese suceso, lo cual además podría estar relacionado con visitas kriptonianas de Jor-El a la Tierra previas a la llegada de Kal-El. En base a esta sinopsis, en Superman: Avistamiento en Kansas encontramos una historia clásica de J.M. DeMatteis, en sus usos y maneras, para retratarnos el miedo a lo desconocido, un interesante punto de partida basado en el temor que podría suscitar el origen alienígena de Superman en la humanidad.

Por supuesto, en Superman: Avistamiento en Kansas J.M. DeMatteis nos regala un relato eminentemente cerebral, en el cual la acción pasa a un segundo plano para dibujarnos un amplio mosaico de personalidades, en las que el guionista estadounidense nos vuelve a deleitar con el exquisito y medido mundo interior de sus personajes que hemos podido ver ya desplegado en otras obras suyas. De esta manera, las dudas, anhelos y miedos de estos personajes, excelentemente caracterizados, quedan retratados través del un abusivo uso de los recuadros de pensamientos y un surtido de diálogos realmente precisos y afinados. La historia alimenta la intriga y el misterio, con un planteamiento muy cercano al cinéfilo clásico de la ciencia ficción Encuentros en la Tercera Fase (1977) de Steven Spielberg, la atmósfera opresiva e impermeable acompaña una estructura que también sirve al propósito sirviéndose de constantes flashbacks y revelaciones que parecen contradecirse unas a otras. Las ideas y conceptos que aporta J.M. DeMatteis, su interpretación de Superman en este cómic, nos adivinan una visión muy sugestiva del mismo, un ser al que aquí vemos presa de sus propios miedos y terrores existenciales como cualquier otro humano y enfrentado a una amenaza, a la que no puede derrotar por la fuerza, y que podría cambiar para siempre todo lo que sabe sobre sí mismo y su mundo. Pero, muchos de estos conceptos, se intuyan más que se expresan, no acaben por desarrollarse, y hemos de lamentar que la trama y el argumento sigan otros derroteros.

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Portadas de Superman: Avistamiento de Kansas de J.M. DeMatteis y Jamie Tolagson

No podemos decir que estos sean exactamente convencionales, más bien al contrario, pero J.M. DeMatteis pretende hacer de Grant Morrison sin lograrlo, ofreciéndonos como resultado una obra bien abordada en sus primeros compases, estupendamente narrada, pero confusa y, por desgracia, decepcionante en sus resoluciones. Esto, especialmente, en su acercamiento a la temática OVNI, excesivamente deudora de un tipo «literatura científica» perpetrada por autores como el danés Erich von Däniken, el cual ya subyugo en su época al gran Jack Kirby, o los españoles Javier Sierra y J.J. Benítez. Esto se combina, como comentábamos, con un profundo perfil psicológico e introspectivo, en el que no se teme en citar a figuras como Carl Jung, así como cierto armazón filosófico, no del todo bien llevado, con el cual J.M. DeMatteis intentar armar su historia, que si bien nos ofrece una lectura interesante y hasta cierto punto estimulante, aparenta más de lo que realmente acaba siendo. Esto, por desgracia, provoca inevitablemente un desajuste, a la hora de encajar los elementos citados con la parte más espiritual e innecesaria de la obra, e irremisiblemente todo parece derrumbarse dejándonos sólo la expectativa y la insatisfacción de lo que podría haber sido. Por supuesto, después de todo lo dicho, queda bastante claro que Superman: Avistamiento en Kansas no es una obra destinada al lector ávido de una simple y prototípica fantasía superheroica al uso, no es el objetivo de su autor y, por ello, no hace acto de presencia en casi toda la historia.

No obstante, por otro lado, este experimento de J.M. DeMatteis, sí puede captar el interés del aficionado que busque otras interpretaciones o acercamientos más humanos y menos condicionados por los clichés habituales del género superheroico. El apartado gráfico, como decíamos anteriormente, carga sobre los hombros de Jamie Tolagson, un artista al que conocemos, sobre todo, por sus colaboraciones con el sello Vertigo en series como Orquídea Negra, Shade. El Hombre Cambiante, Los libros de la Magia o Transmetropolitan. El dibujo de este autor en Superman: Avistamiento en Kansas puede recordar en parte al del filipino Francis Leinil Yu, aunque posiblemente sea una sensación acrecentada por el trabajo en el entintado de Sherilyn Van Valkenburgh y el color aplicado por Zylonol Studios. El resultado es un trazo fino, con tendencia a las formas geométricas, pero indefinido, tosco al mismo tiempo que elegante, definiendo una estética muy determinada para la obra de J.M. DeMatteis con la que comparte formas y sensaciones que estriban ambas entre el realismo costumbrista y los excesos de la fantasía lisérgica. En definitiva, Superman: Avistamiento en Kansas es una obra en la que confluyen las habituales virtudes de J.M. DeMatteis, pero también sus discutibles defectos, por lo tanto, el poder disfrutar de esta historia dependerá del grado de importancia o conexión que tengamos con la habitual narrativa de este autor y, sobre todo, el interés que pueda suscitar en nosotros leer sobre un Superman atormentado por lo desconocido y sus dudas existenciales.

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Kaulso
Kaulso
Lector
11 julio, 2013 10:51

¡Que fuerte! ¿Desde cuándo Aleta pública los comics de DC? 🙂

Ocioso
Ocioso
Lector
11 julio, 2013 11:47

Joder que portada. Cambiad mentalmente el azul del uniforme por color carne. Podeis dejar el tanguita fardapollas como está. Parece un tronista cachocarne haciendo la pose para pillar chonis. Si está sacando morritos y todo.
Hubo un tiempo en que Supes transmitía elegancia…

Deke Rivers
Deke Rivers
Lector
11 julio, 2013 15:05

Ya que estamos, es prácticamente imposible marcar abdominales así por muy ajustada que sea la ropa.

Es un mito que hay que empezar a desterrar 🙂