Superman contra el Klan

Superman se enfrenta al enemigo más vil y cobarde de la historia de los EEUU (y del mundo): el racismo.

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Edición original: Superman Smashes the Klan (DC Comics, 2019-2020)
Edición nacional/España: Superman contra el Klan
Guion: Gene Luen Yung
Dibujo: Gurihiru
Traducción: Jaime Valero
Formato: Rústica. 240 páginas. 14,95€

Superman contra el mal del todos

«¿Eres japonesa o china?»

Superman es, ante todo, un chico de Kansas. El boy scout definitivo, protagonista del relato perfecto de héroe que consigue inspirar al resto, como leyenda y símbolo de unos valores éticos incontestables. No es lo que somos, es lo que aspiramos a ser, a convertirnos. Es lo mejor que llevamos cada uno de nosotros dentro. Por su propia idiosincrasia, sus historias pueden ir desde la ciencia ficción pura y elemental hasta otras con un contenido social pronunciado. No es algo nuevo. En el propio Action Comics 1 (1938), Superman se enfrentaba a un maltratador a punto de propinar una nueva paliza a su esposa, mientras que en el celebérrimo serial de radio Las Aventuras de Superman (1946), le podíamos ver enfrentar al grupo de odio más vil, cobarde y repulsivo de la historia de los Estados Unidos de América, el KKK. Es esta última la que inspira a Gene Luen Yang a construir su historia, aportando su propia visión y experiencia como orgulloso descendiente de chinos.

La historia es sencilla, no exhibe en ningún momento muestra de exceso o trivialidades y sabe dónde poner el ojo crítico, en una lección brillante de estilo por parte de su escritor. Todo funciona a la perfección, empezando por la caracterización de Superman. Uno de los temas principales del cómic es precisamente este, la búsqueda de identidad por parte de Clark, con reminiscencias constantes a su pasado, a su infancia en Smallville y aprendizaje al lado de Pa y Ma Kent. Se intercalan las escenas en retrospectiva con el presente, con protagonismo para las relaciones que entabla con su ya octogenaria galería de secundarios, desde el inefable Jimmy Olsen hasta Lois Lane. En este apartado, tenemos ciertos diálogos y escenas que, adaptadas a los tiempos actuales, recuerdan a las primigenias aventuras del Hombre de Acero (Lois celosa porque Clark aparentemente se encuentre fijándose en otra chica, por ejemplo) y resultan una delicia, esa mecánica de screwball comedy que, por tratarse de ámbito periodístico, tiene trazos de obras maestras como Luna Nueva (1940) de Howard Hawks. Tenemos a una intrépida, sagaz y altanera reportera de éxito y al torpe bonachón que la acompaña y no sabe replicarla.

Junto a esto, contamos con el primer rasgo ligado al racismo, tema principal de la obra: los problemas de Superman para aceptarse como hijo de Krypton, además de Kansas. Fuera de la burbuja de protección y valores de la familia Kent, Kal-El es un inmigrante. Más aún, es un inmigrante ilegal, un potencial peligro irrefrenable para la familia nuclear americana y los valores tradicionales, un atentado a la razón y la humanidad malentendida y mayoritaria, comprendida con carácter reduccionista a lo que se ve con carácter inmediato. No solo es que sea alguien de fuera de los EEUU, es además extraterrestre, algo inaceptable en primer lugar para el propio héroe. Combatir sus propios prejuicios es la batalla principal que ha de librar a lo largo del tebeo para poder aceptarse y entender que lo que le hace distinto no le convierte en inferior al estadounidense medio, que es la combinación de ambos mundos la que en última instancia le hace ser quien es.

Fuera del núcleo de Superman, tenemos a tres personajes destacables, cada uno con una experiencia distinta con el racismo. En primer lugar, tenemos a Roberta, niña que siendo de una minoría asiático americana, cuenta con el problema mayúsculo de no encajar con los chavales de su edad. Vive en primera persona la repugnancia del odio engendrado por el racismo más que ningún otro personaje en toda la obra, convirtiéndose en un símbolo para el propio héroe de la capa roja y en la verdadera protagonista de la acción principal. Su hermano, Tommy Lee, a diferencia de ella sí encaja en los cánones socialmente aceptados. Es muy significativo, en este sentido, el modo en el que el conjunto de compañero recibe a uno y otro después del primer escarceo. Pero no por ello menos insensible al odio. También él tendrá que madurar interiormente y combatir en la batalla del día a día como persona integrante de una minoría racial.

En último lugar, tenemos a Chuck. La familia del chico, especialmente su tío, se mueve en un entorno de odio al diferente y supremacía blanca, infame y detestable desde el punto de vista ético, pero difícilmente asimilable como tal para un simple niño. La evolución que tiene a lo largo de la obra, desde la repetición de conductas asimiladas en casa hasta la progresiva aceptación de errores y culpa se encuentra entre lo más interesante de Superman contra el Klan, sin ninguna duda. Gene Luen Yang, de manera muy hábil, introduce a este personaje como un símbolo de que el racismo puede nacer en cualquier entorno y para cualquier persona, que puede filtrarse por cualquier rasgo hasta convertirse en un problema real.

Otro elemento muy significativo se encuentra en las interacciones del padre de los dos primeros con el inspector de policía negro. Gene Luen Yang utiliza estos encuentros para esbozar la idea de que el racismo nace en todo lugar posible y que por eso es tan importante combatirlo. La caracterización del KKK engloba varias ideas, desde cierta ridiculización como no podía ser de otra manera (esos trajes comprados en rebajas) hasta otras más serias, sin un ápice de humor, como vemos en la escena de la bomba.

En el arte, contamos con la dupla artística Gurihiru, de Chifuyu Sasaki (dibujo y tinta) y Naoko Kawano (color). El diseño de Superman, en primer lugar, resulta muy acertado, tanto cuando ha de ser grandilocuente (para ello se opta por splash page muy concretas) como cuando ha de resultar humano y proporcionado a su entorno. En cuanto a la definición del espacio y resto de personajes, se opta por una paleta predominante de colores más vivos para, cuando la acción se torna en peligros para los héroes, ir bajando el nivel de los mismos. El dibujo es, de igual manera, una delicia, sin detalles innecesarios o complejidad añadida, centrándose en una línea de trabajo continuista con la línea joven adulto. Muy acertado.

Estamos, por tanto, con una obra imprescindible, profundamente humana y actual. Desde la honestidad absoluta y la aparente sencillez, se construye un relato verdadero, profundo y necesario. El racismo es un parásito con demasiadas vías de entrada en una persona, un mal indefendible sobre el que no se puede hacer concesión alguna. Un tebeo no puede cambiar al mundo, ojalá así fuera pero no es posible. No obstante, sí puede hacernos ver puntos de vista distintos, así como llevarnos a descubrir voces de creadores que tradicionalmente se han visto alejados de la cultura mayoritaria. Superman contra el Klan es una prueba de ello.

El 22 de marzo, de la mano de Editorial Hidra, podréis comprobarlo.

Lo mejor

• El excelente tratamiento del racismo.
• La caracterización de Superman.
• La extraordinaria galería de secundarios.

Lo peor

• Que obras tan valientes como esta no reciban la atención necesaria.

Edición original: Superman Smashes the Klan (DC Comics, 2019-2020) Edición nacional/España: Superman contra el Klan Guion: Gene Luen Yung Dibujo: Gurihiru Traducción: Jaime Valero Formato: Rústica. 240 páginas. 14,95€ Superman contra el mal del todos "¿Eres japonesa o china?" Superman es, ante todo, un chico de Kansas. El boy scout…

HEROICA

Guion - 9
Dibujo - 8
Interés - 9.5

8.8

Un cómic maduro, sincero y brillante. Con personalidad y buen pulso, sus autores nos han dado una grandísima obra a descubrir.

Vosotros puntuáis: 8.96 ( 10 votos)
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Xlin
Xlin
Lector
23 abril, 2021 12:24

Bueno, pues lo leí ayer y ha sido una grata sorpresa.

Tenía mis dudas puesto que había leído alabanzas, como las de este artículo, pero también criticas del tipo «para una buena historia que sacan de Superman y se tiene que limitar a una historieta infantil».

Me ha encantado, una obra muy completa y de agradable lectura.

Gracias por la reseña!