Superman: El hombre de acero vol. 4 de 4

Reseñamos el último tomo del Superman de Byrne

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Edición original: Superman núms. 17-23 USA, Adventures of Superman núms. 440-444 USA, Action Comics núms. 599-600 USA, Wonder Woman núm. 16 USA, World of Metropolis núms. 1-4 USA, Superman Annual núm. 2 USA, Doom Patrol núm. 10 USA (DC Comics, 1988)
Edición nacional/España: Superman: El hombre de acero vol. 4 de 4. (ECC Ediciones, 2021)
Guion: George Pérez, Len Wein, John Byrne, Paul Kupperberg, Roger Stern
Dibujo: George Pérez, Jerry Ordway, Ross Andru, John Byrne, Dick Giordano, Mike Mignola, Ron Frenz, Curt Swan, Kurt Schaffenberger, Win Mortimer, Erik Larsen, John Statema
Tinta: Keith Williams, Bob Smith, John Beatty, Murphy Anderson, Karl Kesel, Frank McLaughlin, Sal Trapani, Dennis Janke, Andy Kubert, Doug Hazlewood, Brett Breeding, Gary Martin, P. Craig Russell
Color: Petra Scotese, Carl Gafford, Anthony Tollin, Tom Ziuko, Julianna Ferriter, Shelley Eiber
Traducción: Francisco San Rafael Simó y Guillermo Ruiz Carreras Formato: 560 páginas. A color. Cartoné. 45,50 euros

El final del principio

«¿Superman? ¿A qué venía todo esto?»

En 2021, ECC Ediciones concluía su recopilación del llamado Superman de John Byrne (que en realidad incluía mucho más). Al no haber concluido con la reseña de la totalidad de la etapa, que llegó en esta página hasta el tercer tomo, desde Zona Negativa hacemos lo propio ahora a modo de cierre y reivindicación de una época fundamental para el bueno de Kansas. Aquí puedes leer la reseña del primer y segundo tomo.

El tomo arranca con una historia, Superman y los Metal Men, que no es sino un perfecto adelanto de lo que va a ser la tónica general de la recopilación. Byrne continua al mando del guion y la tinta de los personajes, mas la de los fondos corre a cargo de Keith Williams. Se trata de una historia simple, sin potencial por explotar, carente de otro atractivo que no sea parecer una aventura funcional de superhéroes, adecentada levemente por algún aporte en la caracterización de Superman y Luthor por parte del autor. La tinta del dibujo demuestra un acabado confuso hasta el punto de perjudicar gravemente la imagen general del número. Lo visual carece de emoción, pero tampoco se aborda prácticamente nada relevante desde el argumento.

Para la colección Superman, Byrne eleva su participación e interés en el modo de presentar los personajes. Con los fondos negros predominantes bajo un halo de misterio absoluto sobre un cuerpo que lleva muerto diez años. Al escritor siempre le gustó el personaje de Maggie, volcando sobre ella parte importante de su concepción sobre los personajes femeninos. Fuertes para su época, independientes hasta el paroxismo y con un punto vulnerable.

Otro elemento satisfactorio está en la “aparición” de Batman. Durante la etapa, el autor mostró un lado muy interesante a la hora de hacer a Superman partícipe del Universo DC, en muchos casos jugando con las expectativas del lector. Esta ocasión es un buen ejemplo de ello, al presentar al murciélago solo para descubrir en pocas páginas que no se trata de él, sino de una nueva argucia de Clark. Con posterioridad en la recopilación, les juntará, esta vez sí, para hacerles avanzar como compañeros y amigos.

La siguiente historia guarda el dibujo de Jerry Ordway, al que además se acredita al argumento. Aunque habitualmente esta época para el Hombre de Acero haya quedado ligada plenamente al nombre de John Byrne, es de recibo poner en valor el trabajo de Ordway y reivindicar sus aportaciones. No solo a nivel de concepción de historias, dado que en este punto de la relación Byrne-Superman, la originalidad y ganas por construir habían decaído, sino al dibujo también. Antes de entrar en la celebración del 50 aniversario, tenemos una página completa del beso del personaje con Wonder Woman, menos icónica que la que viene a continuación, en el aniversario. Es relevante comparar ambas viñetas, pues no coinciden en absoluto en su disposición.

Con George Pérez para los retoques, nos adentramos en la Primera cita, entre Mundos diferentes, con una odisea de la Amazona y el de Kripton, hasta dar con sus huesos frente al todopoderoso Darkseid. Esta celebración es el primer punto de verdadera fuerza en una aventura contenida en el tomo. En primer lugar, por el dibujo. Lejos de una estructura anclada en formulas de página y viñeta habituales y jugando de un modo notable con las posibilidades del entorno, se demuestra garra y autentica ambición por despertar emociones. En segundo, por cerrar la puerta al amorío (lo referido a esto es sin duda uno de los aspectos más negativos de la época, no solo por haber envejecido regular, sino porque en ningún caso el guion sostiene escenas potentes, solo añadidos de fantasía adolescente). La presentación, ahora sí, de Clark y Diana, es una página histórica, que demuestra el fundamento de esta etapa para entender la década posterior para el personaje en todos los elementos posibles.

Acompaña, a continuación, una serie de historias con los principales secundarios de la época. Destaca “A qué juega la gente”, con dibujo de Dick Giordano. La trama versa acerca del secreto de la sexualidad de Maggie, y cómo la capitana ha de hacer frente al chantaje de Luthor.

Perfecta para entender al personaje, las inquietudes de su autor y, asimismo, poner en valor la aportación del mismo a las temáticas del momento en DC Comics. La entrada a una concepción adulta, arriesgada y difícil.

Destaca, en segundo lugar, con la tinta de Kesel, El regreso a Kripton, que de nuevo eleva el nivel con respecto a las primeras historias comprendidas en el tomo y con las que la acompañan en el tramo medio. Finaliza con la síntesis, para bien y para mal, de la caracterización que da el autor al personaje. Con ese “ser un hombre siempre es más importante que ser Superman”.

Asimismo, en Superman, se pone en valor a Supergirl, que será importante en el tramo final.

Al ser un número extrañísimo, destaca negativamente el número de The Aventures of Superman, La monstruosa y minúscula meca del cine, con Mxyzptlk. Se abusa del efectismo de plantar cameos que no encajan y se termina por confundir más al lector que al propio Hombre de Acero.

Byrne continúa entregando historias funcionales, discretas, a las que le falta un punto de ambición. Entendiendo el paso del tiempo bajo su etapa y los elementos que una de estas características, profundamente iniciática y revolucionaria en planteamiento, carece en este momento de avance en las ideas lógicas. Es en esta situación en la que opta por una ruta más efectiva y dolorosa para los intereses a futuro del personaje.

Como es tónica habitual, previo al final, lo mejor es lo que acontece a Maggie, con el número Que duro es el amor…. De igual manera, el cruce con la Patrulla Condenada, resulta estimulante. Principalmente por contar con un número traducido al castellano de la etapa de Paul Kupperberg, brillantemente desgranada por Enrique Doblas, en nuestro podcast.

Si durante el primer año, la colección bajo el nuevo despertar, había removido los cimientos de lo que se entendía por Superman con descaro, pero coherencia con un desarrollo nuevo y posterior, ahora la decisión iba a ser más absoluta.

La conclusión de la etapa, con la revelación del secreto de Supergirl y lo que sucede a continuación es realmente confusa. Definitoria, para Superman, su personalidad y futuro sin Byrne. Compleja, por el debate moral que plantea y no termina de formular correctamente. El autor no estaba por la labor de pagar, como Superman, el precio, y el desgaste una vez confirmada su partida se trasladaría en un suceso definitorio tanto para él como para su compañero, al otro lado del lápiz.

Luego vendría Exilio para rescatar el corazón de Superman, pero esa es otra historia.

En conclusión, contamos con un final irregular, impactante. Fundamental para estudiar la trayectoria de Superman, pero en cierto sentido, matizada y salvada por la buena labor de autores posteriores. En el extremo positivo, ha de ponerse en valor el papel de Byrne como arquitecto primero de muchos de los aspectos que el lector entiende indispensables para un tebeo de Superman.

Lo mejor

• El número con WW y Darkseid.
• La iconicidad de algunas de sus páginas.

Lo peor

• Que el interés y disposición de Byrne no se mantuviera estable. Como tampoco se mantuvo el de la editorial.

Edición original: Superman núms. 17-23 USA, Adventures of Superman núms. 440-444 USA, Action Comics núms. 599-600 USA, Wonder Woman núm. 16 USA, World of Metropolis núms. 1-4 USA, Superman Annual núm. 2 USA, Doom Patrol núm. 10 USA (DC Comics, 1988)Edición nacional/España: Superman: El hombre de acero vol. 4 de…

AGRIDULCE

Guión - 6
Dibujo - 7.5
Interés - 9

7.5

Un final irregular para una etapa histórica.

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