Superman Tierra 1 Vol. III

 

Edición original: Superman: Earth one vol. 3 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Michael Straczynski
Dibujo: Ardian Syaf
Entintado: Sandra Hope
Color: Bárbara Ciardo
Formato: Cartoné, 136 págs. A color.
Precio: 15,50 euros

 

Final de camino.

Fin de esta trilogía, de momento, que ha pretendido mostrar un nuevo enfoque de un personaje tremendamente lastrado por sus años de continuidad y estancamiento editorial, modernizando conceptos clásicos como es el origen del personaje, su llegada al Planet, su relación con Lois, sus enemigos… y lo que es más importante y relevante, remodelar al personaje en sí mismo, tanto al propio Clark como a Superman. Su evolución y concienciación de su papel como el mayor protector de la Tierra es lo que Straczynski va a tratar de conseguir, en un tomo en el que estrenamos dibujante, sin ser capaz de llegar al acierto demostrado en las dos anteriores entregas.

Llegados a este punto toca enfrentar a Superman con una amenaza de tal calibre que termine por marcar el camino a seguir a partir de ahora. Metrópolis sigue con su día a día, mientras Clark se asienta en su faceta de periodista, sus relaciones personales con su simpática vecina siguen progresando, al tiempo que su relación profesional con Jimmy y Lois camina por una cuerda floja debido a la investigación que Lois ha llevado a cabo de Clark a sus espaldas. En medio de esto las administraciones de los diferentes países siguen recelando de Superman y trabajando en como poder contener o incluso matarlo si sus acciones así lo requieren. Mientras, en un remoto desierto, se estrella una nave idéntica a la que transportó a Superman desde Kripton siendo un bebé y de sus escombros sale Zod que busca ganarse la confianza de Superman. El combate, inevitable, alcanza proporciones épicas y se revelaran secretos del pasado de Kripton . Alguien caerá en batalla y un nuevo enemigo surgirá de las cenizas y del humo para jurar venganza eterna a Superman.

En esta nueva entrega Stracynski sigue preocupándose por perfilar más la figura solitaria de Superman. Hace avanzar las tramas abiertas en el segundo tomo, pero pierde un poco el ritmo con algunos diálogos algo farragosos que rompen el metrónomo con el que, hasta ahora, tenía controlado el tempo de la historia.

En este tercer arco Straczynski opta por algo más de acción física pura. Zod es un enemigo de enorme talla y los enfrentamientos con Superman se convierten en una pequeña bomba de destrucción masiva. Inteligentemente el guionista sigue usando la acción para aportar más a la historia y no se queda en solo una serie de secuencias sin fundamento. Cada puñetazo, golpe, contusión y caída de Superman lo acercan un poco más hacia donde Stracynski quiere llevar la trama. Ahora ya nos ha contado el origen de Superman, ya ha decidido asumir el rol de protector del mundo y solo queda que el mundo confíe en él para realizar dicha tarea. Pero es justamente en este punto donde el guion de Stracynski se aleja de lo establecido al mostrarnos a un Superman consciente de sus errores, distante del perfecto héroe que puede verse en su férrea continuidad. Aquí vemos como es capaz de asumir la responsabilidad de sus fallos/actos y sus decisiones erróneas e incluso disculparse por ello.

Por tanto, estamos ante la consagración de cómo va a ser el Superman de Tierra 1 y cierra el círculo de su debut, integración y consolidación como héroe y protector de la Tierra.

Hay que destacar como el guionista se deja puertas abiertas para poder seguir trabajando con el personaje al invertir tiempo en desarrollar al futuro villano y marcar claramente las motivaciones que van a guiar sus acciones, mientras avanza en la relación de Clark con los demás personajes secundarios a los que ya tiene posicionados en el lugar exacto que la historia requiere.

Hay que señalar que la labor de dibujo a cargo de Ardian Syaf es superior a la desarrollada por Shane Davis, pero sin llegar a ser el dibujo merecedor del trabajo que desarrolla Stracynski con el personaje. Perdemos rigidez, ganamos fluidez, dinamismo y un color menos sólido que aporta un aspecto más natural que el que mostraba el trabajo de Davis. Lo que resulta curioso ya que en todos los tomos la colorista es siempre la misma, Barbara Ciardo. El aspecto visual mejora pero no llega a convencer.

Un tercer volumen resultón, pero inferior a los dos anteriores por esa pérdida de ritmo y el uso de un villano que no termina de adaptarse a la historia adecuadamente, con el que se cierra lo que podría considerarse el año cero del personaje desde la libertad creativa de remodelar un clásico. Modernidad y tradición se dan la mano en esta trilogía que, dejando aparte el dibujo, satisface enormemente tanto a los seguidores más acérrimos del personaje, como a los que no le hayan prestado mucha atención estos últimos años.