Comencemos por un tópico. Matt Fraction: o lo amas o lo odias. Últimamente predomina lo primero. Hasta hace poco, dominaba lo segundo. Matt Fraction es el último postmoderno clásico. Es un postmoderno porque su trabajo consiste en construir y en ocasiones reconstruir arquetipos clásicos. Es un postmoderno clásico porque hace de la paranoia y de las intrigas gubernamentales su eje dramático central. Además, tiene un sentido del humor endiabladamente divertido.
Otro tópico. Jimmy Olsen: el mejor amigo de Superman. Suele ser lo único que la gente recuerda. Pero es mucho más que eso. Jimmy Olsen fue el primer espirítu sexualmente liberado de la historia de los comics. En palabras de Grant Morrison:
“Nada más instalarse en las páginas de su propia publicación, el joven Olsen empezó a experimentar una serie de fantásticas contorsiones. A Olsen le costaba sangre, sudor y lágrimas soportar ser el mismo durante más de cinco páginas y recurría a su kit de disfraces ante cualquier emergencia. La vida de este predecesor de David Bowie y Lady Gaga era un desfile ininterrumpido de cambios de traje y reinvenciones de identidad, y mucho antes de que estos dos artistas desafiaran los límites de la masculinidad y la feminidad, Olsen ya estaba deconstruyendo el estereotipo del macho con una serie de aventuras hermafroditas”.
¿Qué ocurre si un Matt Fraction en la plenitud de su arte se ocupa de una colección como Superman´s pal Jimmy Olsen? Pues que el resultado no podía ser más fabuloso.
El guion comparte la ingravidez (aparente) de los últimos clásicos del comic independiente americano, heredada tanto de las series de consumo rápido estilo Netflix como del estilo utilizado por el propio Fraction en Ojo de Halcón y Sex Criminals.
Las referencias a la Edad de Oro y a la Edad de Plata son lógicamente constantes, y constituyen una delicia para los aficionados. La propia estructura de la miniserie, capítulos autoconclusivos, también remite a la Edad de Oro. Por el camino también se cuelan ciertas críticas a las transformaciones ocurridas en los medios de comunicación en los últimos años.
Con todo, el punto más transgresor promete ser el comentado más arriba: Fraction se atreve a recuperar el carácter sexualmente abierto del mejor amigo de Superman (aunque, todo sea dicho, vimos más de esto en el avance del comic que en el propio comic).
El dibujo del sensacional Steve Lieber captura perfectamente la pretendida ligereza de Fraction. Su trazo limpio y los colores planos de Nathan Fairbain recuerdan al estilo gráfico de Hergé, lo cual no puede ser casualidad si hablamos de los encargados de dibujar a los dos reporteros más famosos del comic (con permiso de Clark Kent).
No es esta una lectura para todos los públicos. Responde más bien a cierta tendencia en la DC de los últimos años hacia productos más específicos y, hasta cierto punto, más sofisticados que los de la austera, creativamente hablando, Marvel. Leer a Fraction en Jimmy Olsen promete requerir cierta apertura de mente y cierto conocimiento del pasado clásico de la editorial de Burbank.
Fraction tenía tres opciones a la hora de encarar este encargo:
a) Escribir un comic típicamente superheroico y continuista con lo que su amigo Bendis está haciendo en Superman.
b) Tramar un argumento repleto de intrigas empresariales, cosa que le encanta.
c) Tramar un argumento sembrado de pequeñas (o grandes) semillas sexuales, con una atmosfera divertida y liberada.
Que, por lo menos en este primer número, haya podido combinar estas tres perspectivas en una síntesis coherente y tremendamente divertida, nos demuestra que nos encontramos ante uno de los mejores guionistas de la actualidad.
Aunque en realidad eso ya lo sabíamos.
Es lo bueno que tiene DC de vez en cuando no se cortan en sacar algo experimental con muy buena pinta. En cambio Marvel vive de crossovers sin chicha o fagocitando conceptos de sus películas sin parar. A ver si ECC trae la serie esta
Vaya, qué pena ver cómo están aflorando los cuñados en ZN desde hace tiempo.
¿¿¿¿¿¿ehhh?????
Bastantes ganas. La parcela superman esta teniendo con Bendis una calidad estupenda, con Action comics a la cabeza. Esperemos que sus derivados la mantengan, parece que si.
Me alegra esta acogida, y también me alegra ver rescatados estos conceptos de la Silver Age que bien entendidos y sin abusar pueden dejarnos grandiosas historias.
Y si ya de paso sirve para que, con la excusa, ECC se lance a editar aquellos comics de la Silver Age, miel sobre hojuelas.
Eeeehh, vale, vale, yo tampoco me lo creo…