Un nuevo universo compartido
Radiant Black resultó un estreno refrescante en el anodino panorama superheroico que vivimos, pero no vino solo. Entra el Massive-verse, entra Supermassive.
En 1992 un puñado de dibujantes famosos juntaron sus estudios bajo el nombre “Image Comics”. Cada uno de ellos creó sus superhéroes y todos juntos quisieron hacer un universo compartido. La cosa no les salió muy bien y acabaron cada uno por su lado. Al menos en lo que a universos superheroicos se refiere, porque todos supieron quedarse bien juntos para algo mucho más complicado, ganarse el pan (menos Jim Lee, que tampoco lo hizo nada mal). Ya sabemos que en ciertos foros es más fácil criticar que alabar, pero aunque no consiguieron que sus héroes fueran juntos, treinta años después Image es puntera como editorial independiente, apostando por obras que en ocasiones se salen de lo convencional y en otras se acogen al mainstream, pero con calidad. Ahí se sitúa el Massive-verse.
Es cierto que este universo es muy diferente. No son distintos autores con diferentes estudios creando mundos complejos que luego cuesta unir, sino que son un conjunto de autores que ha situado en el mismo universo a sus creaciones, pero a la vez mantienen su independencia. Es decir, cada uno controla su historia, y mantiene sus derechos, pero tienen como base unas reglas. Esto implica que en cada caso uno puede hacer las colecciones sin necesidad de acudir a otras. Puedes comprar Radiant Black y pasar de largo de Rogue Sun, o a la inversa. Incluso Supermassive.
Este pequeño tomo que Norma presentó hace unos meses es un cruce entre tres héroes. En apenas cincuenta y seis páginas tres creaciones de diferentes autores se ven las caras para construir algo más grande, a lo que acudir de vez en cuando, pues salvo su continuación, que salió a la venta este mismo año, sus colecciones siguen a su aire.
Empecemos con las presentaciones. A un lado tenemos a Radiant Black. Con dos tomos publicados por aquí y más por venir, así como spin-offs dedicados a Radiant Red y Radiant Pink, la creación de Kyle Higgins y Marcelo Costa se alza como el núcleo central de este universo. Aunque no de esta historia, pues los otros dos comparten protagonismo en este Supermassive.
El siguiente es Rogue Sun, creación de Ryan Parrot y Abel de la que os hablamos hace unas semana y cuyo primer tomo era una delicia superheroica moderna. Este héroe tiene su serie regular, de la que ya han salido dos recopilatorios en USA, y sigue adelante a buen ritmo. Por último tenemos a Inferno Girl Red, cuya autoría pertenece a Erica D’urso y Mat Groom, los cuáles han sacado una miniserie de tres números sobre ella.
Dicho esto, para ser redundantes, resulta que Supermassive es eso, una presentación. Llega un enemigo, los héroes luchan contra él y ya. Un cruce en un número a la antigua usanza que en realidad solo sirve para que lectores y lectoras conozcan a los personajes, y para que los personajes se conozcan entre ellos. Más o menos. En este sentido es más una curiosidad que una necesidad. Eso sí, está muy bien ejecutada.
Precisamente Supermassive resulta curiosa por el amor hacia los personajes, al final está escrita a seis manos, entre Higgins, Parrot y Groom, y todos ellos les dan buenos diálogos, hay una buena química entre personajes, heredada de la buena química entre los escritores que se nota. Además, obviando que todas las historias tienen esa temática basada en la acción superheroica, Radiant Black, Rogue Sun e Inferno Girl Red tienen en común estar más apegados a la realidad de lo que parece. Este Massive-verse tiene una cualidad magnífica y es que trata a sus personajes como personas reales, actuales, de diferentes edades pero con los problemas que somos conscientes que nos rodean. Dicho esto, aún con tanto escritor implicado, parece todo escrito por una misma persona.
También es cierto que no deja de ser una historia muy simple. Entretenida como la que más, eso sí, pero mucho más sencilla y con más acción de la que podemos ver en las otras series, que gozan de un fondo mucho más profundo. Y a pesar de su diversión quizás ese sea su punto más negativo, no es el mejor punto de entrada y las series son mucho mejores.
Como parte positiva también está el dibujo. El grueso del peso lo lleva Francesco Manna, con algunas partes por Simone Ragazzone y la ayuda de Melania Palladino, más el color de Igor Monti, que da una homogeneidad a todo. Un arte visual que narra muy bien la acción y define perfectamente a los personajes. Todo lo que se puede pedir a un especial de este tipo. Además Abel, Costa y D’urso aprovechan para hacer una splash page desplegable con los tres héroes juntos.
Supermassive tiene un epílogo, donde sale otro personaje del Massive-verse, The Dead Lucky, de la que se sabrá más en la continuación, con otro especial, y en su propia serie, que ya lleva cinco números publicados.
La cuestión es ¿merece la pena este especial? Pues ahí depende de hasta dónde quiera entrar cada persona dentro de este universo. Si se busca una aventura rápida, entretenida y bien ejecutada Supermassive no va a defraudar. Si se busca algo más lo mejor es acudir a las series principales, con el añadido de que este número no es más que una aventura suelta que cumple la función de presentar a estos nuevos héroes.
Lo mejor
• Funciona bien como aventura suelta y como presentación.
• Tiene un dibujo que sabe marcar muy bien las escenas de acción.
• Sabe definir a sus personajes pero…
Lo peor
• …no les da la profundidad que tienen en sus series. Tanto Radiant Black como Rogue Sun tienen cualidades muy buenas que no se ven del todo en este número.
Guión - 6.5
Dibujo - 8
Interés - 8
7.5
Masivo
Una buena presentación, una aventura entretenida pero sin llegar a la altura de las series principales.
