Diablesa busca aprender a pecar
Es un hecho que las fronteras cada vez resultan más difusas en el mundo del cómic. La globalización del mercado y la hiperconexión que nos permite estar al tanto de la actualidad de cada país ha permitido no solo que los lectores podamos disfrutar de obras de todas las procedencias, sino que la propia producción de los autores no se limite por completo a las antiguas fronteras. Algo para lo que sirve como perfecto ejemplo una autora como Mirka Andolfo.
Esta artista napolitana lleva un buen puñado de años triunfando en su Italia natal, pero su fama dio un salto extra gracias a su conquista del mercado estadounidense. Desembarcó allí alrededor del 2015, realizando distintas colaboraciones para Marvel, DC y otras editoriales del lugar, pero su marca personal comenzó a quedar grabada sin duda en 2018, con el estreno en Image Comics de la edición inglesa de Unnatural (ControNatura originalmente), una interesante (y muy furra) obra propia publicada originalmente por Panini en 2016. Y desde ese momento, los lectores estadounidenses se han enganchado a su trabajo. Mientras que la editorial Ablaze rescataba su obra de 2012 Sacro/Profano (Edizione Dentiblù), Image continuó dando cobijo a sus nuevos proyectos. Primero fue Mercy, que llegó a EEUU tan solo cinco meses después que en Italia y reafirmó el éxito de la autora en la Tierra de la Libertad. Y después, con un lanzamiento prácticamente simultáneo de la manos de Edizioni Star Comics, Glénat e Image, llegaría su último proyecto, una obra de la que vamos a hablar hoy.
Nos referimos a Sweet Paprika, una comedia sexual nacida a partir de una colección de ilustraciones publicadas por Andolfo en sus redes sociales. O mejor dicho, de la serie basada en esa colección, porque la idea original fue realizar una serie de animación desarrollada por Arancia Studio y con la colaboración del director y animador Gabriele Pennacchioli (Love, Death & Robots). Este proyecto sería desarrollado paralelamente a la adaptación a las viñetas llevada a cabo por la autora italiana, pero como suele pasar con el mundo audiovisual, su desarrollo continúa pendiente sin que se sepa mucho más. El cómic, por contra, no solo se estrenó en 2021, sino que ya ha concluido en Italia y ha alcanzado incluso nuestras fronteras de la mano de la joven editorial Moztros. Una apuesta que no resulta muy extraña al ver los magníficos resultados que ha logrado la obra en EEUU, donde su primer número alcanzó la envidiable cifra de 60.000 unidades vendidas. Y es que Sweet Paprika es un cómic que bien lo merece.
La obra nos lleva a Nueva York para presentarnos a Paprika, una importante ejecutiva editorial de enorme éxito profesional, respetada por sus iguales y temida por sus empleados. Una mujer que parece tenerlo todo… pero que irónicamente se siente vacía. Porque debajo de su fachada de tirana implacable, Paprika esconde a una mujer a la que una educación represiva y un doloroso desengaño amoroso la mantienen presa de una enorme inseguridad sexual. Paprika ve pasar su vida en soledad, sin valor para entablar nuevas relaciones, hasta que un buen día se arma de valor y decide dar un vuelco a su vida personal. Y para ello, nadie que mejor para coger experiencia que Dill, el joven y seductor repartidor picaflor que tiene loquitas a todas sus empleadas.
Bajo esta premisa arranca una obra que supone un soplo de aire nuevo para lo que habíamos podido leer de Mirka Andolfo en nuestro país. Si en Contra Natura y en Mercy la autora orbitaba alrededor del suspense y lo sobrenatural, en Sweet Paprika cambia de tercio por completo para ofrecernos una comedia de alto voltaje sexual llena de dinamismo y humor teñidos con un halo de reflexión sobre el empoderamiento sexual. La fantasía tiene cabida en la obra por el hecho de que todos sus personajes son caracterizados como demonios o como ángeles, pero no pasa de ser un mero recurso ornamental. Sweet Paprika se podría clasificar en cierto medida dentro del slice of life con glamour, siguiendo como referentes obras tan icónicas como El diablo viste de Prada o Sexo en Nueva York.
Una de las grandes bazas de la serie es sin duda su chispa y su velocidad. Aquí nos encontramos probablemente a la mejor versión de Andolfo en cuanto a escritura de personajes, no tanto por ser excesivamente complejos como por su carisma casi instantáneo.Paprika y Dill nos llevan de la mano por una trama en la que los diálogos vuelan como flechas y mantienen un constante equilibrio entre humor suave y una potente carga sexual, sin llegar a las escenas explícitas pero sí lo suficientemente subidas de tono. Es una lectura ágil y picantona que no deja de divertir en ningún momento.
No deja de ser importante destacar, sin embargo, su evidente pero importante trasfondo. Entre chiste y escena picante, la obra nos desnuda las inseguridades de su protagonistas, atenazada por un pánico escénico absoluto ante la posibilidad de intimar con alguien. Un miedo que, por supuesto, resulta muy real en un mundo en el que el deseo sexual femenino siempre ha estado (y está) limitado por el puritanismo machista que insiste en medir la dignidad de la mujer en base a su “pureza”. Al final, Sweet Paprika no deja de ser un alegato a favor de la liberación sexual vestido de comedia, y si bien en el caso del co-protagonista masculino no se llega a profundizar igual en este primer tomo, se deja entrever una posible reflexión similar pero simétrica para los hombres.
Otro de los grandes elementos de Sweet Paprika (quizás el mejor) es sin duda el espectacular trabajo artístico de su autora. El dibujo de Mirka Andolfo siempre ha resultado tremendamente llamativo; su poderoso estilo pin-up caricaturizado goza de una sensualidad y una expresividad magníficas, y no es novedad señalar su enorme calidad en este nuevo trabajo. Sin embargo, además de demostrar una perfecta habilidad para el humor gráfico en esta obra, se nota un salto cualitativo en términos generales con respecto a sus anteriores cómics. Si tuviera que apostar, diría que además de ser cosa de su crecimiento como artista, parte de la culpa la tiene también el color de Simon Tessuto, al que la italiana cede su realización en este trabajo. Siempre tuve la impresión en sus anteriores obras de que Andolfo abusaba en ocasiones de un estilo demasiado digital a la hora de colorear que no realzaba su dibujo. Tessuto, por el contrario, consigue con sus colores vivos amplificar aún más el buen trabajo de la autora y mejorar el resultado final.
La edición de Moztros goza de la calidad de la que han venido presumiendo desde sus inicios, con un formato de tomo cartoné de gran calidad a un precio muy ajustado y una buena traducción. Dado su contenido (cuatro grapas), se entiende que Moztros ha decidido basarse en la edición italiana, dividida en tres recopilatorios en lugar de los dos de la edición USA. Cabe destacar además que para esta obra la editorial ha decidido hacer una apuesta fuerte y no solo lanzar la edición básica con una sobrecubierta con portada alternativa, sino que han sacado también una edición hot que incluye un tomo a tamaño reducido en blanco, negro y magenta con la versión sin censurar del cómic.
Con este primer volumen, Sweet Paprika se presenta como una de las mejores licencias que nos ha traído Moztros hasta la fecha. Una comedia subida de tono sobre la liberación sexual, con un notable trabajo de guion y un maravilloso dibujo que confirma la positiva evolución de Mirka Andolfo como autora.
Lo mejor
• El magnífico y divertido arte de Mirka Andolfo y Simon Tessuto.
• Andolfo logra una comedia dinámica y desvergonzada llena de diálogos ingeniosos.
Lo peor
• Tener que entrar en la horny jail.
Guion - 8
Dibujo - 8.8
Interés - 8
8.3
Horny
Mirka Andolfo nos trae el inicio de una divertida y picantona comedia sexual con un dibujo deslumbrante.