Edición nacional / España: Tagurpidi, abril 2017, Colección Fulgencio Pimentel e Hijos, Fulgencio Pimentel.
Formato: 52 páginas a color editadas en cartoné en tela.
Precio: 19,99 €.
Voy a hacerlo como en este tebeo: tapo el libro, no disfruto con sus páginas, sino que cierro los ojos para leer mi espalda. Me parece tan terrible que sonrío de pereza. La cabeza se me vacía de ideas, que se mueren de sed. La noche ilumina la habitación y el sofá se sienta encima de mí con ligereza. Sigo sufriendo la lectura de mi espalda. Por fin, empiezo el tebeo y busco tiempo para levantarme. Complejo, ¿no? Pues esta maravilla para los sentidos es lo que pretende Tagurpidi al manipular nuestro asueto.
Es una alegría que editoriales se arriesguen con semejante material. Demuestra lo vivo que está el medio en este país, digan lo que digan los agoreros. Tagurpidi es una mezcla particular, un tebeo para niños vestido de libro de ilustraciones con ínfulas alegres de cuento infantil. No es lo uno ni lo otro, pero lo es todo a la vez. Y acierta en la manera que tiene de dirigirse al niño, audiencia siempre más inteligente e interesante de lo que editores y escritores creen. Ni hablamos del público general, que los suele contemplar como ganado con cierto retraso. El hecho es que si el infante es pillado a tiempo, gracias a su capacidad para fabular, su rango para la imaginación será mucho más amplio que la del adulto en el que se convertirá. De modo que supone un público menos condicionado por las construcciones de la narrativa convencional. Su punto de vista genera atajos y baches, quiebros y saltos, repeticiones y ausencias que al que está más cerca de la caja de pino le parecen de encierro. El niño suele ser libre. Disfruta del tiempo sin la insolencia del paso del mismo. Lee un tebeo por el medio, regresa, obvia viñetas, se centra en lo que no debe.
Cabe destacar que el arte del autor estonio resulta tan liberador como su temática, con un trazo a veces tosco, que recuerda a los monigotes del Sergeant Pepper, un poco más zafios y un poco más puestos. Y esto es un halago, ojo, pues aunque el dibujo de
Sin duda, no solo una manera apropiada para que vuestros hijos arranquen en esto del tebeo, sino un modo de redescubrirlo desde una perspectiva adulta, con un título que confirma la naturaleza sinuosa pero única del cómic como medio válido por sí mismo.
Guión - 8
Dibujo - 7
Interés - 8
7.7
Tan curioso, que lo releerás