Edición original: The hole of Tank Girl (Titan Publishing Group, 2012).
Edición nacional/ España: Tank Girl. El integral (Norma, 2015).
Guión: Jamie Hewlett, Alan Martin.
Dibujo: Jamie Hewlett.
Color: B/N y color (Jamie Hewlett).
Formato: tomo cartoné 352 págs.
Precio: 35€.
No hay palabras para describir lo bien que me lo he pasado leyendo El integral de Tank Girl de Jamie Hewlett y Alan Martin. O, por el contrario, hay demasiadas, lo que viene a ser lo mismo. La chica del tanque me resultó simpática en su día, sin que entrara del todo en sus anárquicos esquemas. Como tantas oportunidades desperdiciadas en nuestro país respecto al tebeo británico, que es uno de los mejores del mundo, aquí llegó tarde y mal y al rebufo de una película que ya venía con tufo a fracaso. Claro que eso fue entonces. El mes pasado, coincidiendo con el Salón del Cómic de Barcelona, Norma Editorial anunció la publicación de este volumen con todas las historias pergeñadas por sus creadores originales (es decir: excluidas colaboraciones como las de Peter Milligan en Tank Girl: La odisea, entre otras), y una bombilla se encendió de pronto. «Helo aquí, amigos, nunca imaginasteis que lo necesitarías, pero, chicos, os va a gustar un montón«, presume sucintamente Alan Martin en la introducción. Vaya que sí.
Jamie Hewlett y Alan Martin se conocieron en la Escuela de Arte de Worthing (Inglaterra) y en seguida se descarriaron al mundo del fanzine junto a otros sospechosos habituales del ramo como Philip Bond, Brett Ewins o Steve Dillon. En Deadline, revista de cómics y música de los citados Ewins y Dillon, empezaron a publicar en 1988 Tank Girl, las caóticas aventuras de una joven punky y su tanque de tecnología punta en un entorno levemente futurista. El éxito les sonrió de inmediato hasta llevarles a las puertas de Hollywood que -como es natural- malbarató el vitriolo de la propuesta.
«¿Cómo de buena es Tank Girl?», os preguntaréis.
– «Tank Girl es el tebeo que hace llorar a Chuck Norris»
– «Imperator Furiosa, de mayor, quiere ser Tank Girl»
– «Dios creó el universo en seis días. Al séptimo se repantingó para leer Tank Girl»
Etc.
¡Y ni siquiera he tenido que citar esa frase de Steven Spielberg confesando que Tank Girl era demasiado molona (cool) para él!
(No se lo tengáis en cuenta. A pesar de sus ñoñerías, el chaval filmó un estupendo episodio de Colombo)
Creo que con esto ya he establecido un perímetro. Tank Girl es brillante, impredecible, malhablada, onírica, caprichosa, sexy, disfuncional, excéntrica, borracha, transgresora, irreverente, postmoderna, psicopática… y muy, muy divertida. Hewlett y Martin dieron con la piedra filosofal de un personaje único, inclasificable (las categorías se le quedan pequeñas), vehículo de las ideas más juguetonas y desnortadas. Nada hay crítico, provocador o simplemente estúpido que no quepa en Tank Girl. Equilibrar esto es más difícil de lo que parece. Tank Girl desprende energía cruda: la del desafío continuo. Lo dicen los autores. Las historias se escribían solas en un desenfrenado toma y daca, en una suerte de justa de improvisación. A lo mejor, lector sabio, recela de tal proceder. Recuerdo -¡cómo si hiciera falta!- que tal hicieron Lennon y MacCartney, con inmensa efectividad, en muchas de sus composiciones conjuntas para The Beatles. Luchan así Hewlett y Martin contra la inercia, el tópico y las convenciones. Si anticipas lo que va a pasar, entonces no merece salir en Tank Girl.
Pero Tank Girl no surge de la nada. Es fácil ver en la desquiciada pandilla un trasunto de las Locas de Jaime Hernández, por ejemplo. La propia Tank Girl remite a una imagen de Hopey en sus días más punkies. Ambas series comparten un gusto por el fantástico y el juego metalingüístico. Solo que Tank Girl es más sucia -tal vez debería decir: más desvergonzada-, como corresponde a herederos del 2000AD. Hewlett señala entre sus influencias más profundas a Mike McMahon (Juez Dredd) y a Brendan MacCarthy (Sooner or Later), ambos patentes en los inicios, pero el dibujante inglés es una esponja que lo mismo roba las sonrisas llenas de dientes de un Arthur Adams que asimila el acabado detallista de un Brian Bolland o distorsiona y simplifica expresivamente las figuras al uso de los populares manga japoneses (que, con el Akira de Katsuhiro Otomo, empezaban a introducirse en occidente a fines de la década de 1980). Martin, por su lado, también aporta su gusto por la literatura beat, homenaje a Kerouac incluido. Tank Girl es una inagotable batería de referencias a la cultura popular (o «degradable», como les gusta decir a los autores) que en ocasiones convierte la página en una especie de crucigrama de «easter eggs». Pero que esto no asuste. A lo que importa, da igual saber (o no) la vida y milagros de Cocodrilo Dundee, Jason Donovan o The Monkeys. Otras, como los teleñecos, Michael Caine o Jimi Hendrix, son universales.
Tank Girl había caído en el olvido, pensaba, ocupados sus creadores en otros menesteres (como el grupo musical Gorillaz). El reencuentro con el que es, definitivamente, uno de mis personajes favoritos -y del que espero ver más cosas en el futuro- me ha llevado, no obstante, a barruntar un par de maldades. ¿Le echó un ojo Keith Giffen a la creación de Hewlett y Martin para reinventar a Lobo en El último czarniano? ¿Jason Pearson, el creador de Body Bags, sueña con ser el hermano americano de Jamie Hewlett? Yo ahí lo dejo.
Tank Girl impone su ley en el desierto australiano, fielmente acompañada por su amante Booga, un canguro parlante y fumeta, y otros personajes de la misma calaña como Sub Girl, Jet Girl o Stevie. Sus sangrientas e insólitas aventuras suponen un tour de force implacable a nuestra capacidad de asombro, un crisol experimental donde conviven reelaboraciones de cuentos clásicos con rupturas de la cuarta pared. Por no hablar de cazarrecompensas, alienígenas, pactos con el diablo, desmembramientos, el albornoz olvidado de Dios, cerveza a expuertas, cirugía estética mágica, ángeles con el jeto de Jimi Hendrix y ¿cuándo fue la última vez que vimos la erección de un marsupial?
No hay palabras -decía- para describir lo bien que me lo he pasado leyendo El integral de Tank Girl de Jamie Hewlett y Alan Martin. Pero, ¡joder!, lo he intentado.
Edición original: The hole of Tank Girl (Titan Publishing Group, 2012). Edición nacional/ España: Tank Girl. El integral (Norma, 2015). Guión: Jamie Hewlett, Alan Martin. Dibujo: Jamie Hewlett. Color: B/N y color (Jamie Hewlett). Formato: tomo cartoné 352 págs. Precio: 35€. No hay palabras para describir lo bien…
Tank Girl. El integral
Tank Girl. El integral
2015-05-25
Javier Agrafojo
Guion - 9
Dibujo - 9
Interés - 10
Vosotros puntuáis: 9.06 ( 3 votos)
Yo leí este comics en los noventas y de verdad que para la época (porque aún la originalidad era una virtud y los comics que se hacían eran con amor), la pasé de maravilla. Incluso los que publicó Vertigo con guiones de Milligan estaban muy bien.
El problema fue la película que no llegó, ni se acercó al tebeo.
La Odisea, la colaboración de Milligan (que aquí no se incluye), resulta demasiado «estructurada» para mi gusto. El gamberrismo original no se puede fingir y por eso los tebeos de este volumen brillan con desconcertante luz propia.
La película… prefiero pensar que ESO no ha ocurrido, la verdad. 🙁
Hace poco releí el de Milligan, que la gocé con él en su momento cuando lo publicaron en El Víbora. Me sigue pareciendo muy bueno, aunque ya no impresiona tanto como cuando lo leí por primera vez. Este tomo lo tengo ya en la lista.
Lo del cómic inglés me parece inexplicable, con todos estos autores top en USA que nadie se anime a publicar sus etapas inglesas. Por suerte, este Tank Girl integral, la recuperación de Slaine por Norma y Yermo, los tomos más gruesos de Dredd en Kraken y la publicación de Brass Sun por ECC está haciendo este el mejor año para los fans del comic UK en muchos años. A ver si podemos ver de una vez por aquí joyitas como Nemesis the Warlock, Third World War, New adventures of Hitler y etc. etc. etc. etc. etc. etc. etc. etc.
Dios te oiga, mespinpe.
Javier, lo has hecho de nuevo (y van….). Me lo has vendido.
No te olvides de comentar aquí, Tronak, cuando lo leas. 😉
La verdad es que le tenia ganas desde hace mucho tiempo y ahora en esta edición integral me ha venido que ni pintado.
Siempre me había molado mucho los dibujos de Gorillaz pero fíjate que suelo buscar al autor y en este caso no me dio por ahí… El caso es que un compañero me dijo que el creador de esos dibujos tenía la historia de Tank Girl y tras ver viñetas puntuales y leer ésto ya me he convencido para comprarlo. Hay un comentario en amazon sobre este libro que no lo pone muy bien…pero me da a mi que se equivoca 😉