The Black Beetle: No Way Out

Recientemente nuestro compañero Enrique Ríos realizó un interesante artículo sobre las novelas pulp y el revival que están viviendo este tipo de historias (que pueden encontrar en este enlace), principalmente bajo el sello Dynamite Entertainment. Pues bien, en este artículo queremos hablaros de un cómic que sigue la tradición de las novelas pulp casi tan fielmente que sólo le falta el formato de papel de pulpa para pasar por una. Pero también queremos hablar de su autor. Nos referimos precisamente a la serie limitada The Black Beetle y de Francesco Francavilla. Preparaos porque nos embarcamos en un viaje temporal que nos transportará a los años 40.

¿Quién es Black Beetle?

Podemos decir que Francesco Francavilla es un artista que se declara un apasionado de las historias pulp y su estética. Para aquellos que sean asiduos lectores de editoriales como Marvel, Dynamite o DC, por ejemplo, seguramente les sonará este nombre italiano y su característico arte de estilo retro que solemos ver desplegado tanto en las portadas como en el interior de varias de sus obras.

Para hablar de Black Beetle nos tendríamos que trasladar al año 2006, cuando Francavilla publicó una serie de bocetos de este personaje en un foro de artistas. Parece ser que fue todo un éxito y en 2009 este autor se decidió a realizar un webcomic de ambientación pulp. Pero primero quiso saber quién debía ser el protagonista. En su blog dedicado al mundo de las historias pulp creó una encuesta para que sus lectores eligieran entre Black Beetle o Max Malone. Dos tercios de los votantes optaron por el primero, quien fue descrito por su creador como “un vigilante enmascarado que sigue el estilo de las novelas pulp de los años 40/50 y con cierto aroma a ciencia ficción”. Además, estaría establecido en Colt City, una ambientación que mezcla la ciudad de Nueva York con Gotham. En mayo de 2009 Francavilla publicó en su web la primera página de Black Beetle, hasta completar un total de diez a lo largo del año y que poco después vendería en una convención de cómic en formato ashcan. A finales de ese año el autor se propuso publicar una historia completa de Black Beetle en su blog, colgando cada cierto tiempo en esa web las páginas que iba terminando. Lo que iba a ser un proyecto de 20 páginas titulado Kara Böcek, se quedó en 11 y sin terminar (aunque el autor ha declarado que tiene intención de acabarlo). Sin embargo, estos primeros pasos del personaje y la historia que protagonizaba dejaban entrever que teníamos ante nosotros un diamante en bruto que recuperaba en pleno siglo XXI un aroma que se creia casi perdido. En aquellas once páginas podíamos vislumbrar a una especie de Indiana Jones enmascarado y perseguido en las exóticas calles del Estambul de los años 30.

Black Beetle dio el salto del formato digital al físico en 2012 gracias a la editorial Dark Horse, que se mostró muy interesada en el trabajo de Francavilla. Su bautismo de papel se produjo en las páginas de Dark Horse Presents con una historia de tres partes con 21 páginas en total titulada Night Shift (Turno de Noche) y que en diciembre de ese mismo año se reeditó en el #0 de The Black Beetle. Esto supuso la previa a una futura serie limitada de cuatro números titulada No Way Out (enero de 2013), que tomaba como partida aquellas primeras diez páginas que Francavilla había creado en 2009, y que aquí reseñaremos.

Francesco Francavilla

Este autor italiano se ha ido ganando en poco tiempo, gracias a su trabajo como artista, un puesto entre los autores más importantes de compañías como Marvel, Dynamite, Image, DC o Dark Horse. Sus comienzos profesionales fueron en su país natal realizando en 2006 una antología de cómics que se llamó Amazing Comics. El salto al continente americano se produjo ese mismo año al colaborar con sus lápices en el cómic The Black Coat, de la editorial Ape Entertainment. Desde ese momento sus colaboraciones se realizaron en editoriales independientes americanas (Image, Dynamite, Boom! Studios) hasta 2009, consiguiendo con ello un prestigio que le llevó a trabajar en el sello Vertigo junto con Jason Aaron en el #29 de Scalped. Desde entonces la carrera de Francavilla ha sido ascendente, procurándole participación en obras como la serie mensual Detective Comics (DC), Black Panther, Capitán América y Hawkeye (Marvel). Por no hablar de la cantidad de portadas que también ha realizado para los distintos títulos y compañías con los que ha colaborado (Kato Origins, The Shadow, American Vampire, Doctor Who, Red She-Hulk, Fantomex MAX, entre otras tantas) y que le reportó en 2012 tanto un Eagle Award como artista favorito así como el premio Eisner al mejor portadista por obras como Black Panther (Marvel); Lone Ranger, Lone Ranger/Zorro, Dark Shadows, Warlord of Mars (Dynamite) y Archie Meets Kiss (Archie Comics). Ahora el autor está muy involucrado en su obra como autor completo y las aventuras de Black Beetle tendrán su continuación a finales de noviembre del presente año.

No hay duda de que su estilo a la hora de dibujar capta la atención de lector. Sus bocetos, lejos de líneas exageradas, con trazos suaves y bien definidos, acompañados de una paleta de colores siempre acertada, hacen que la lectura de cualquier cómic en el que participe Francavilla sea un disfrute visual como pocos. Si a esto le agregamos una trama y personajes que acompañen la pasión del artista, digamos las historietas de comienzos del siglo XX, podemos encontrarnos ante una obra de obligada lectura.

A continuación dejamos una serie de enlaces relacionados con el autor y sus obras.

  The Art of Francesco Francavilla.

  Blog de Francesco Francavilla.

  Pulp Sunday.

Reseña de The Black Beetle: No Way Out

Luego de una historia inicial recopilada en el #0 titulada Night Shift (publicada originalmente en Dark Horse Presents) que tiende hacia el plano místico, en su primera miniserie oficial The Black Beetle se inmiscuye en una trama policial, también con bastante misterio pero en un plano terrenal, realista. De todos modos, esa primera narración con un aura de magia no queda sólo en ese #0 introductorio, pero ya volveremos sobre ello; antes nos concentraremos en lo principal de esta miniserie cuyo título es No Way Out.

En su planteo policial, la historia de este cómic tiene su punto de partida en una típica narración de mafiosos, próxima al policial noir, presentando claras similitudes con filmes como El Padrino. Esto es matizado con el protagonista de estas páginas, Black Beetle, que se combina con esos tópicos añadiendo elementos de tantísimos personajes de la época pulp (y de sus herederos); él parece tener características de todos ellos (o varios, para no exagerar): es valiente, impulsivo, divertido, hábil para la pelea cuerpo a cuerpo y con armas, tiene cualidades detectivescas de investigación y deducción…

La narración rápidamente se concentra en la investigación de un misterio, por la cual nos llevará el protagonista de la historia para ir enterándonos y descifrando con él las pistas, jugando a resolverlo antes que el mismo héroe. Para oponer a éste, el autor crea un interesante y curioso villano, que lo desafía pareciendo ser igual de hábil, poniéndolo en grave riesgo en más de una ocasión, pero cometiendo el típico error de los villanos: no asegurar la victoria. Seguramente, tanto uno como otro aspecto señalado aquí no corresponden con una especie de error del autor, sino parte de su intención para emparentar su cómic con las obras clásicas de estos géneros y de aquella época de la década de 1930.

Con ello también tiene que ver la presentación de un universo aparentemente preexistente, con una ciudad y unos personajes que cuentan con una historia previa determinada, a la cual se hace referencia una y otra vez en la historia. De esta manera, Francavilla nos invita a introducirnos en este mundo de ficción creado por él, propuesta que resulta más atractiva porque a medida que se avanza en la narración el universo va siendo ampliado, refiriendo a las historias previas (tanto a la inconclusa Kara Böcek, ofreciendo una pista de su final, como al mencionado #0 publicado originalmente en DHP) y a las futuras, muy probablemente relacionadas con lo visto en Night Shift, ya que mediante la inclusión de “intermezzos” se desarrolla lentamente la continuación de ese cómic, creando de a poco a otro gran villano para nuestro héroe. Es así que el autor italiano va construyendo una saga para su Black Beetle, la cual estaremos ansiosos de seguir leyendo en la próxima serie.

A su buen trabajo de guión, se le añade por supuesto el trabajo gráfico de Francavilla, que en verdad es su punto más fuerte y lo que más nos atrae a su cómic. Hicimos referencia ya a este aspecto, pero cabe destacar una característica más de su manera de hacer cómics. Esto es la composición de las páginas, siempre de manera creativa y utilizando recursos visuales para fines narrativos, lo cual destaca especialmente en el aprovechamiento de las dobles páginas, yendo más allá de la mera espectacularidad (que tampoco falta), añadiendo muchísimo contenido en ellas, conduciendo la lectura (como explicara en su artículo reciente Julio C. Iglesias, aunque de una manera más explícita) con elementos del dibujo o con viñetas o bocadillos de una forma magistral.

En definitiva, Francavilla nos tiene comprados con su arte, y mucho más con este personaje. Por ello, continuaremos con él en The Black Beetle: Necrologue. Y hablaremos de ella también aquí.