Edición original: Kamerion Jeiru JAP
Edición nacional/ España: The Chameleon Jail
Guión: Kazuhiko Watanabe
Dibujo: Takehiko Inoue
Entintado: Takehiko Inoue
Color: Takehiko Inoue
Formato: Libro rústica, 400 págs. blanco y negro (sentido de lectura oriental)
Precio: 13,5€
En la carrera de cualquier artista, siempre hay una serie de obras anteriores a la que le da fama, una especie de camino de preparación que, recorrido al revés, nos permite detectar influencias y tendencias primitivas que más tarde desarrollaría o adoptaría como marca de la casa. El ejemplo más conocido quizá es el de Toriyama que, antes de subirse al éxito de Dragon Ball, creó otras historias cortas en las que ya podemos ver personajes embrionarios, actitudes, recursos, escenarios… reutilizados o amplificados posteriormente. Otro ejemplo claro es el de Tezuka, el cual consideraba a sus personajes recurrentes (Lampe, Rock, Shunsaku Ban, …) actores que reutilizaba en sus diversos mangas. Encontrarte con los mismos personajes (pero a veces con distintos roles opuestos) creaba una sensación de continuidad y atracción hacia ellos, y a la vez comprobar la evolución de personajes, tramas y del mismo autor. Adachi creo varias historias cortas como preparación para el costumbrismo estudiantil y de deporte en Touch, por ejemplo. A veces es incidir sobre una misma idea hasta encontrar la tecla adecuada.
Del guionista Watanabe hay poco que decir: esta es su única obra y aparentemente nunca volvió a trabajar como mangaka. Sí lo encontramos ligado a varias series de anime de renombre, siendo Key animator en capítulos sueltos de X o Card Captor Sakura o voz en Record of Lodoss War: la leyenda del caballero heroico.
Inoue alcanzó la fama con Slam Dunk y Vagabond. Otras obras suyas conocidas son REAL y Buzzer Beater donde ya exploraba el spokon centrado en una cancha de baloncesto. Recordemos que el autor practicó este deporte en su vida de estudiante. Anteriormente, había publicado una serie de historias cortas, algunas publicadas de forma independiente y otras bajo el nombre del tomo que reseñamos hoy. Fue su tarjeta de presentación para iniciarse como mangaka, ilustrando los guiones de Kazuhiko Watanabe. Son historias cortas, excepto la que ocupa la parte mediana del tomo, de un recorrido ya conocido por los fans de City Hunter o Detective Conan: explicación y aceptación del caso, aproximación a la persona afectada (para bien o para mal), algo de acción, resolución, y a veces pequeño mensaje o moraleja.
Jail es conocido como un risk hunter, un “imán” para situaciones de riesgo, alguien capaz de llevar a cabo misiones que la policía no conoce o no puede dedicarle efectivos. Suele evitar secuestros, asesinatos políticos, terroristas u otra acción que pueda poner en peligro a la sociedad. Su mejor baza es poder convertirse en cualquier persona en cuestión de segundos gracias a una técnica de concentración. Actuando de forma invisible, pocos saben de su existencia e identidad real. Una de estas personas es Shall que desde su agencia de detectives privados hace de pantalla de su socio, pasándole los casos. Ella también participa activamente en la resolución de las tramas. Aunque la verdad es que, pese a que la introducción nos indique que los casos son de gran importancia, los que nos enseña Inoue a partir de los guiones de Watanabe son de una relevancia y peligrosidad relativa. Cualquier historia de Detective Conan posee más sensación de peligro y “oscuridad moral” que los de esta pareja. Sin ser casos de estar por casa, no hay implicaciones políticas o de alto estado. Tampoco da la sensación que Watanabe imprima un nivel muy alto de inteligencia al personaje, aunque no es para nada tonto. Simplemente es alguien que tiene un don o habilidad.
Como se ha comentado, este tomo doble recuerda mucho las historias de City Hunter. No es extraño, ya que Inoue empezó a trabajar de asistente de Hojo en su obra más conocida, y de ahí viene su manejo en el género para esta obra iniciática. Siendo City Hunter de 1985, es muy posible que Watanabe también la leyera, por lo que fuese parte de inspiración para su único manga en el mercado. La estructura de historias cortas, la temática detectivesca, el personaje principal (con reservas), el hecho de que tenga una compañera de trabajo que le suministra los casos,… cualquier aficionado al manga que haya conocido las aventuras de Ryo Saeba verá muchos paralelismos en Chameleon Jail. Pese a esto, no es todo igual. Watanabe prescinde del carácter festivo y de latin lover de Saeba, y sus ansias por perseguir cualquier cliente con falda. Todo el humor que se desprende de estas situaciones (el enfado de Kaori, los martillos de 100 toneladas, las caras de babeo de Saeba,…) quedan eliminadas en Chameleon Jail. Sin ser un manga serio, tampoco se puede decir que te diviertas mucho con él. Se centra más en los casos y encontramos ese típico humor de Inoue de acciones en segundo plano, reacciones humorísticas con un estilo más primitivo, etc. Otra diferencia es que Jail tiene un don o habilidad, mientras que Saeba utiliza todos sus recursos, amén del de intentar ligarse todas las féminas que aparecen por su oficina. Esta habilidad de transformarse/disfrazarse en otra persona también lo hemos visto en Magic Kaito (y su serie madre, D. Conan) u otro personaje clásico, Lupin. El hecho de que sea su única forma de resolver los casos limita o hace predecible que, en algún momento, tal personaje no sea el que nos esperamos. Tampoco hay una presencia tan uniforme de armas en Chameleon Jail, mientras que en la serie de Hojo es casi un estandarte. Aún con estas diferencias, el tomo es muy deudor de Cazador…
Los recursos humorísticos de Inoue que luego explotaría con Hanamichi y demás…
Un aspecto a destacar de este tomo es que transcurre en los Estados Unidos, con lo que hay un mínimo de ambientación de gran ciudad norteamericana, especialmente en sus habitantes. Pocos personajes responden a la fisonomía típica japonesa más allá de
Jail y
Shall, conviviendo con arquetipos de personaje USA como jugadores de baloncesto de color rudos, propietarias de casas de habitaciones orondas o terroristas de aspecto caucásico (mira, me acuerdo de
Die hard…). El manga no tiene la profundidad suficiente como para incluir anécdotas de extranjeros viviendo en los EEUU, o choques entre culturas. Es decir, algún extra más allá de los casos habituales. Supongo que con más tomos disponibles, se podría haber explorado la relación entre
Jail y
Shall o incluir vivencias fuera de los casos, como diferencias culturales, vida diaria, relaciones familiares,… Pero claro, entonces no sería la misma serie o no tuvieron oportunidad de desarrollarlo.
¿De verdad me creo que unos maniquís salidos de un escaparate hortera de los 90 han secuestrado una avispada ladrona?
El dibujo de
Inoue combina viñetas muy curradas con otras a las que las perspectivas y dimensiones de los cuerpos (a veces parecen planos) fallan bastante. Pero por lo general es correcto y en algún momento ya se atisban recursos y estilos que empiezan a ser usuales en su obra posterior. Especialmente en las historias cortas añadidas,
Like Jordan y
Babyface, dibujadas posteriormente al inicio de
Slam Dunk, donde ya se percibe muy claramente el estilo que marcaría su obra más conocida.
Kaede Purple ganó un premio
Tezuka. Ver en su conjunto algunas de las planchas protagonizadas por
Chameleon con algunas de las historias cortas y comprobar como gana en detalle, composición, estilo evolucionado, dominio del espacio…
Aquí podemos ver la evolución del estilo y dominio del dibujo, planificación, espectacularidad,…
De estas tres historias cortas añadidas, destacar que tanto
Like Jordan como
Kaede Purple giran en torno al baloncesto, y encontramos el germen de
Slam Dunk. En la primera, hay ciertas situaciones (peleas cómicas, chulerías de barrio, fans del jugador guapo,…) y estructuras de narración que recuerdan poderosamente la forma de hacer del grupo de baloncesto de la escuela
Shohoku. Como no, ambas historias giran en torno a un partido de baloncesto, y es una gozada ver de nuevo como se desenvuelve
Inoue narrando un partido de su deporte favorito. Está todo ahí: la presión, la pasión, los gritos de apoyo, las fans, los comentarios desde la grada, tácticas, troleos y sobretodo deportividad y emoción. En la segunda historia, los recuerdos de Slam Dunk se intensifican cuando nos encontramos a
Akagi, Rukawa, Kogure… en otros físicos pero reconocibles por actitudes. Ah, también hay unas calabazas y un salto increíble marca de la casa.
Mira por donde salen estos…
La edición incluye los dos tomos originales en un de solo, siguiendo la reedición que se hizo en Japón fruto del éxito de
Inoue en sus otras series. Las páginas a color aparecen en varios momentos del tomo y mantienen el tono claramente rojizo que propuso
Inoue. El tomo es en formato B6 con una buena reproducción de planchas y calidad de papel, además de una buena rotulación. Excepto en algunos textos de apoyo, donde el tipo de letra usado es excesivamente mecánico. Recuerda esos cómics de
Mortadelo y Filemón rellenados con letra de máquina de escribir… Pese a esto, es una buena edición e incluye una galería de dibujos también a color.
Shall y Jail, con una camisa muuy…..universal, eso…
Vale la pena comprar
Chameleon Jail? Si eres completista sí, para ver la evolución del tomo, especialmente en la historia principal y subsiguientes. Los primeros relatos cortos son bastante endebles, de resoluciones fáciles y poco emocionantes. No se contemplan dramas que afecten a la continuidad de la serie (no temes por la vida del protagonista, por ejemplo) por lo que el interés se resiente. Este recopilatorio de historias hubiese encajado bien en el mercado español de los 90, historias livianas y cortas para la edición en comic books a la búsqueda del lector joven que busca series de acción. Hasta podría haber sido una respuesta editorial de cualquier empresa al
City Hunter / Cazador de
Norma. Pero actualmente la calidad justea más y está claro que se publica gracias al nombre del dibujante. Si no fuese así, este tomo no hubiese aparecido en nuestro mercado. No es un mal tomo, especialmente por las últimas historias, aunque no es imprescindible. Todos los amantes de
Slam Dunk reconocerán y vibrarán al ver prototipos de personajes conocidos como
Gorila o
Rukawa en alguna de las últimas historias del tomo, aunque el físico no acompañe el recuerdo que tenemos de esos nombres. Del trabajo entre
Inoue y
Watanabe, rescatar la historia larga
Walking Madonna y alguna más corta.
Portada art nouveau que recuerda las de Vido Girl Ai…
Edición original: Kamerion Jeiru JAP Edición nacional/ España: The Chameleon Jail Guión: Kazuhiko Watanabe Dibujo: Takehiko Inoue Entintado: Takehiko Inoue Color: Takehiko Inoue Formato: Libro rústica, 400 págs. blanco y negro (sentido de lectura oriental) Precio: 13,5€ En la carrera de cualquier artista, siempre hay una serie de…
The Chameleon Jail
The Chameleon Jail
2015-05-13
Jordi Querol
Argumento y guión - 6.5
Apartado gráfico - 6
Interés - 7
65
6.5
¡Inicios!
La fama del autor de Slam Dunk ha permitido ver en España esta recopilación de sus primeros trabajos, una serie de historias cortas y otra larga que sin ser imprescindibles hacen pasar un buen rato y permiten ver la evolución del autor tanto en el dibujo como en su narrativa. ¡Y hay baloncesto!
Vosotros puntuáis: 7.4 ( 1 votos)
Gracias por la reseña. Como seguidor de Real, slam dunk, Vagabond y Buzzbeater –no necesariamente en ese orden-, me parece interesante ver el arte de Inoue en su etapa más primigenia. Sin duda, como autor es una opción más que válida con la que iniciarse para aquellos que desconozcan el mundo del shonen y el seinen. Eso sí, el precio aunque seguramente lo valga pica un poco…
Pd. Para los completistas de la obra de Inoue Pepita es un trabajo imprescindible. Maravilloso diario de un viaje a la ciudad condal.