No te subas al tren de la guerra
«Esa paloma no es mía.»
El debut de Moztros Manga en nuestro mercado ha venido marcado por “pack de bienvenida” con propuestas de los más variadas y con una edición muy cuidada en la mayoría de sus aspectos. El buen hacer de la editorial en los últimos años en la división de cómic independiente americano parece que se traslada ahora a su oferta de cómic japonés. Y si nos centramos en sus primeras licencias, hay una de ellas que llamaba la atención especialmente por varios motivos. Estamos hablando de The Dovecote Express, un manga de HATOYAMA Ikuko que resulta ser un tomo único al contrario que el resto de licencias iniciales de Moztros. También es la única licencia que procede de la editorial Ohta Shuppan, al contrario que los casos de La criatura de Einstein, Fake Rebellion, Daily Lives of High School Boys y ACCA: Departamento de inspección de los 13 distritos, todas ellas de Square Enix.
Hatoyama es una autora de historias cortas y tomos únicos que desembarca en nuestro país con este seinen fantástico que sirve como entrada a su particular universo marcado por historias en las que lo sobrenatural y lo dramático se entrelazan de manera indivisible. Es una creadora de corte vanguardista que inició su carrera a finales de los años noventa en revistas como Garo y Seirin Kougeisha y en cuyas propuestas es habitual encontrar un componente simbólico y metafórico bastante sugerente. Este es el caso de la presente The Dovecote Express, una obra en tres actos que se publicó entre finales de 2015 y principios de 2016 en la revista digital Poko Poko de Ohta Shuppan para ser posteriormente recopilada en un único tomo. Para la ocasión se añadieron varias páginas extra a su tercer capítulo y un epílogo titulado Mattiesko que también incorpora la edición de Moztros.
The Dovecote Express está protagonizada por Davy, un joven que viaja en un expreso con sus padres de camino a la Exposición Universal. Para paliar la espera, y el aburrimiento consecuente, decide entretenerse de una manera muy inocente: contar los vagones que tiene el tren a bordo del que viaja. Para su sorpresa, en el último vagón se encuentra se encuentra un espacio lleno de jóvenes heridos de gravedad. Se trata de mensajeros que participan en un conflicto bélico y todos ellos hacen gala de una lealtad incuestionable respecto a su amo y las misiones que este les encomienda. Pero esta visión parece solo existir a ojos de Davy, siendo invisible para resto de pasajeros adultos que viajan en el mismo tren que el joven. Decidido a no darse por vencido, Davy descubre que sus mensajeros están atrapados en un rueda de muerte y sufrimiento.
Hatoyama plantea un ejercicio de estilo más que de narrativa y toma su inspiración en el uso de palomas mensajeras en los conflictos bélicos del pasado siglo. El propio manga menciona en uno de sus extras el caso particular de Cher Ami, una paloma mensajera perteneciente al ejército de los Estados Unidos que jugó un papel crucial en la Primera Guerra Mundial. Durante dicho conflicto, Cher Ami contribuyó al salvamento en 1918 del llamado Batallón perdido, comandado por el mayor Charles White Whittlesey y perteneciente a 77.ª División de Infantería estadounidense. La compañía había quedado aislada en territorio francés por las fuerzas alemanas, después de la conocida como Ofensiva de Meuse-Argonne, y Cher Ami logró cruzar las líneas enemigas -perdiendo un ojo y un pata en el proceso- para entregar un mensaje decisivo que permitió salvar la vida a 194 soldados.
La obra de Hatoyama se sitúa en el contexto de la Primera Guerra Mundial, pero en ningún momento se nos muestra el frente ni escenas épicas de corte bélico. Lo único que vemos en todo momentos son las «consecuencias» de la guerra. Solo en su epílogo se nos sitúa en el campo de batalla, pero sin prescindir de la metáfora presente en toda la historia que nos muestra a las palomas mensajeras de The Dovecote Express con la apariencia de jóvenes soldados barbilampiños e inocentes, siempre entregados a la causa pese a ser habitualmente victimas del contexto y de la frialdad de sus superiores. En ese sentido, The Dovecote Express es una historia con una gran carga poética, onírica y dramática que intenta concienciarnos sobre el absurdo de la guerra y de la paradoja de que sean siempre los adultos los que mandan al frente a morir a sus jóvenes.
La obra de Hatoyama podría ser rica en lecturas, pero pone su peso en el sacrificio y el aspecto cíclico de estos conflictos bélicos. El hecho de ambientar la historia principal en un tren nos invita al paralelismo con Rompenieves, esa joya moderna del cómic europeo de Benjamin Legrand, Jean-Marc Rochette y Jacques Lob adaptada en 2013 a la gran pantalla por el talentoso Bong Joon-ho. Así, de la misma manera que en esta historia se despedaza la idea del capitalismo salvaje, planteando una metáfora que nos habla de su absurda e imparable huida hacía delante, Hatoyama parece querer trasladar aquí un mensaje similar respecto a las miserias de la guerra. También parece tener ecos esta obra de la leyenda de La cruzada de los niños y este es un hecho llamativo pues el apartado gráfico de The Dovecote Express nos puede recordar al trazo de FURUYA Usamaru que adaptó esta misma historia al manga en 2007 en La Cruzada de los Inocentes.
El dibujo de Hatoyama es preciso y precioso, aunque al mismo tiempo presenta un componente algo desgarbado en sus tintas. Hace gala de una aparente fluidez a la hora de retratar a sus personajes y sus anatomías, aunque no puede esconder algunas limitaciones -pretendidas en algún caso- que acaban realzando el hieratismo y la rigidez del conjunto. El arte de Hatoyama destaca sobremanera en los pasajes más oníricos de la obra y a la hora de abordar composiciones más ambiciosas, pero se torna más convencional e imprecisa en las escenas más cotidianas. No hay propiamente acción en The Dovecote Express por lo que todo este juego en el que van de la mano dibujo y palabra funciona hasta cierto punto. Todo acaba cayendo como un castillo de naipes por la reiteración en la idea de partida que acaba así cayendo en el ridículo por la manera en la que la autora concibe y hace comportarse y relacionarse a sus “palomas humanas” con el resto de personajes.
En definitiva, The Dovecote Express es una de esas ideas que funcionan mejor en nuestra cabeza que al trasladarlas al papel. Es un ejercicio interesante, con un arte con pinceladas que nos dejan más de un buen momento pero que acaba dejando la sensación de ser excesivamente frío para el tema que aborda y para el impuesto dramatismo que nos ofrece. Por otro lado, la metáfora acaba cayendo en el mismo error cíclico de su alegato, dando vueltas sobre la misma cuestión sin plantear nada nuevo y dando lugar a diálogos interminables y repetitivos soliloquios que no hacen precisamente de la obra una lectura amena y entretenida. El mensaje que nos traslada Hatoyama es muy importante y la obra nos deja señas claras de la maestría de su autora, pero lamentablemente The Dovecote Express se queda en una mera curiosidad más allá de sus honradas intenciones ya que dicho mensaje pierde toda la fuerza en el camino.
Lo mejor
• El curioso ejercicio que plantea la propuesta original.
• Los momentos más oníricos de la historia.
• Una obra completa en un único tomo.
Lo peor
• La autora no llega a transmitir bien el mensaje con el que juega en la historia.
• La propuesta gráfica se antoja demasiado fría para lo que intenta narrar.
• La reiteración y los diálogos interminables.
Guión - 6
Dibujo - 6.5
Interés - 6.5
6.3
Regular
The Dovecote Express de HATOYAMA Ikuko es una obra con un punto de partida pero que lamentablemente no llega a buen puerto, dando lugar a una propuesta repetitiva y embrollada que estiliza demasiado las sensaciones y el mensaje que nos intenta trasladar dejando finalmente frío al lector.