The End League (La liga del Fin)

Reseñamos The End League (La Liga del Fin), una de las primeras aproximaciones que Rick Remender hizo al género superheroico, hace ya diez años en el seno de Dark Horse.

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Edición original: The End League números 1-9 ( Dark Horse Comics).
Edición nacional/ España: Norma Editorial.
Guión: Rick Remender.
Dibujo: Matt Broome, Eric Canete, Andy McDonald.
Entintado: Sean Parsons, Eric Canete, Andy McDonald.
Color: Matthew Wilson, Wendy Broome, James Rochelle, Naomi Baker.
Formato: Libro en tapa dura, 252 páginas.
Precio: 25 €.

 

En 1961, Astonishman, el mayor héroe de La Tierra, cometió un error fatal. Y aunque el superhumano consiguió reaccionar a tiempo y evitar que nuestro planeta fuese completamente destruido, las consecuencias colaterales lo dejaron devastado y convertido en un paisaje postapocalíptico. Además, las fuerzas liberadas en aquella crisis llamada el Evento Verde, dieron lugar a que un enorme número de personas desarrollasen superpoderes. Muchos de ellos crecerían para unirse a Astonishman en el Escuadrón de la Justicia y ayudarle en su incansable y heroica lucha. La mayoría, en cambio, decidió usar esos dones para engrosar las filas de los supervillanos, asentando su poder en esa tierra yerma, esclavizando y esquilmando a los supervivientes. Hoy por hoy al Escuadrón de la Justicia se le conoce como La liga del Fin, y no ha conseguido que las cosas mejoren; como mucho, paliar el sufrimiento de las gentes que habitan los yermos y las escasas ciudades que ahora son distopías Orwellianas controladas por los villanos más importantes.

Para tratar equilibrar las cosas, la Liga se ha embarcado en la búsqueda de Mjolnir, el martillo del fallecido Thor, dios del trueno, quien apareció muerto misteriosamente poco después del Evento verde. Quizás la desaparecida arma divina del difunto antiguo aliado de Astonishman pueda ayudar a desplazar el equilibrio de poder en ese pesadillesco mundo, y reconstruirlo. Los desesperados superhéroes se aferran a esa idea, un poco, si queremos, como los Caballeros de la Mesa Redonda hicieron cuando la decadencia de Camelot y el Rey Arturo parecía que solo podía ser aliviada hallando el mítico Grial. O quizás esa epopeya no sea lo que acabe con sus problemas, sino lo que marque el comienzo de su definitivo final.

Rick Remender, uno de los guionistas más populares de los últimos tiempos, comenzó a llamar la atención de Marvel en la labor de la escritura (había trabajado como colorista para ellos durante el tramo final de la etapa de Kurt Busiek en Los Vengadores) precisamente cuando, entre otros proyectos, estaba con esta The End League, que comenzó su publicación de la mano de Dark Horse hace ya la friolera de diez años. De hecho, en 2009 tuvo que finalizar esta serie en su noveno número debido al contrato que firmó en exclusiva con Marvel, cerrando todas sus tramas y dejándonos esta historia autoconclusiva que Norma ha recopilado aquí en un sólido tomo en tapa dura. Tras su paso por la casa de las ideas, celebrado en algunos tramos, cuestionable en otros, regresó en 2014 al terreno independiente como una superestrella que nos ha está dando cabeceras tan disfrutables como Siete para la Eternidad, Tokyo Ghost, o Clase Letal, y aunque con sus detractores, en general es uno de los escritores más respetados y punteros del medio norteamericano en la actualidad.

Con La Liga del Fin, por tanto, tenemos la oportunidad de ver a un Remender casi primerizo, y parte del interés de este libro es juzgar cómo se las apañaba el autor por aquellos entonces con esto de los superhéroes. Vamos a ir adelantando una respuesta: no demasiado bien, aunque apuntase maneras.

Remender elige para este epiquísmo relato crepuscular superheroico establecer una serie de personajes que son análogos de otros archiconocidos del fondo editorial de las dos majors. Es un recurso relativamente habitual en las independientes hacer ese juego, ese guiño al lector, y hay que señalar que en esta ocasión se opta por tirar no solo del catálogo de DC, que suele ser lo más frecuente, sino que junto a Superman/Astonishman, Batman/ Codename Black, Wonder Woman/ Divinity, Lex Luthor/ Dead Lexington o El Joker/ El Hombre Sonriente, podemos encontrar a equivalentes marvelianos también muy evidentes como Arachnakid/ Spiderman, El Fantasma de las Praderas/ Motorista Fantasma, Soldado Americano/ Capitán América, Hermano Oculto / Hermano Vudú, Wolfsangel/ Cráneo Rojo o Thor/ Thor (lógicamente, vaya, aunque con unos toques de Hulk), entre otros. El escritor de Ciencia Oscura juega ofreciendo algunos giros sobre estos personajes icónicos, a veces interesantes, otras, más frecuentes, no demasiado inspirados; algo predecibles en ocasiones, y en cambio, en otras, un tanto bizarras.

Llama la atención sin embargo, a pesar de los puntos bajos, que leída ahora la obra con la perspectiva, uno no puede evitar sonreír al darse cuenta de que algunos detalles de sus propuestas fuesen posteriormente, quizás por casualidad, incorporados como giros en el devenir de varios superhéroes del canon marveliano de los últimos años. Ahí tenemos por ejemplo al Hermano Vudú como Hechicero Supremo de ese mundo, o cosas que han generado polémica para muchos seguidores de largo recorrido de la Casa de las Ideas, como

Aviso de Spoiler

el Capitán América de Nick Spencer o el concepto de dignidad para alzar el martillo de Thor.

Fuera de eso, aunque la prosa de Remender ya demuestra ser sólida, la premisa y su desarrollo resultan un poco cansinas. Suenan un tanto a fanfic adolescente, como si fuese un Kingdom Come en el que todo ha ido peor, o un Tierra X lúgubre que da explicaciones internas sobre un mundo que en realidad, al contrario que el de Marvel, ni queda enriquecido con ellas ni las necesita. Y esa es en realidad una de las bazas que juegan en contra de la historia, la trampa en el que Remender se mete él solo: si pretendes hacer un Evento apocalíptico que involucre al cosmos ficticio de una de las dos grandes del mercado comiquero norteamericano, no tienes más remedio que tener en cuenta las numerosísimas fuerzas que juegan en esos universo compartidos, y quizás una de las cosas más resultonas que pueden salir de ahí sea afrontar con valentía cómo interaccionan con los acontecimientos los superhéroes, supervillanos, dioses de diversos panteones, demonios, las civilizaciones alienígenas, etc. Es un embrollo del que si tienes talento puedes salir bien parado. O puede que no. Y al incorporar tantísimos elementos en el argumento, la historia de The End League se nos hace farragosa, con giros que parece que no vienen a cuento introduciendo personajes y situaciones que hasta ese momento no habían aparecido, y quedando todo bastante atropellado. No es que los Eventos multitudinarios cruzando series de las Majors sean epítomes de cómo hacer buenas historias salvo honrosas excepciones (y ya sabemos que Remender, Axis mediante, no se distingue por proporcionarnos ninguna de ellas) pero por lo menos, esos defectos enumerados son intrínsecos a su idiosincrasia. Aquí, uno se pregunta por qué se designa al Evento Verde como origen de los superhumanos cuando ya se ha establecido que había varios en ese mundo, o si Remender no está abarcando demasiado con tantos frentes y no se está haciendo todo muy farragoso e innecesariamente intrincado. Para colmo, el malévolo plan maestro de Dead Lexington va y viene sin mucho sentido.

…Y sin embargo…

Y sin embargo, a pesar de que el primer tramo del tomo puede resultar incluso plomizo por apabullante, la historia tiene una extraña virtud difícilmente expresable con argumentos: en la recta final, simplemente mola. Una vez llegados a un punto, sin darnos cuenta, cuando pensábamos que esto se estaba haciendo demasiado duro de leer, y hemos tenido que retomar la obra tras varias intentonas, la trama consigue misteriosamente atraparnos y llevarnos con interés hacia su conclusión. De algún modo, incluso sabiendo que Remender tuvo que precipitar el final de la saga (o quizás en este caso paradójicamente justo por ello) la cosa ha cogido ritmo, las sorpresas logran dibujarnos una sonrisa en los labios, nos hemos hecho con todos los elementos del relato, y conseguimos disfrutar del desenlace. Y eso a pesar de que, queriendo hacer un final cíclico y con guiño, en cuanto se sea un poco observador, nos demos cuenta de que las piezas no acaben de encajar.

Aviso de Spoiler

(El bebé que será Astonishman llega a sus padres adoptivos en 1929 y sin embargo, le hemos visto como adulto tan solo doce años después, en 1941)

No me ha resultado sencillo hacer esta reseña y la he postergado bastante, dado que como digo, la historia me ha despertado sensaciones contradictorias, y he necesitado cierto tiempo organizando ideas sin saber dar un veredicto sobre ella. Y aunque en rigor han sido quizás más numerosos los contras, sería injusto no haber señalado los pros.

Mucho menos complicado es juzgar el apartado gráfico: sinceramente, deja bastante que desear. Comienza dibujando Mat Broome, veterano noventero de la Image más inefable, que no parece haber mejorado mucho desde aquellos tiempos: figuras estáticas, llenas de errores anatómicos y de perspectiva, narrativa muy pobre y diseños de personajes francamente poco inspirados. Después entra Eric Canette, y aunque la calidad sube en términos académicos, de dinamismo y de secuenciación, quizás su estilo resulte demasiado abstracto, confuso y feísta para la historia que se está contando. Para el episodio final, es sustituido por Andy McDonald y el nivel, a postre, vuelve a bajar. En fin, ni siquiera los coloristas parecen estar muy inspirados, con tono excesivamente oscuros que no facilitan la compresión de lo que está sucediendo en cada viñeta.

Remender sin duda falla en este intento de crear su Señor de los Anillos superheroico, como por lo visto se había propuesto en su día con The End League. Lo visual tampoco acompaña. Pero algunas cosas que más adelante trataría con mayor acierto ya están presentes aquí, como su habitual visión no muy optimista de la realidad, la religión, el concepto de superhéroe y la naturaleza humana, y su escritura ya tiene muchas de sus señas de identidad y parte de su nivel actual. Para sus seguidores, quizás este sea el valor que puedan rescatar de la obra: como curiosidad respecto a la trayectoria y evolución del escritor. Para el resto, a pesar de los aciertos enumerados, me cuesta recomendarla.

  Edición original: The End League números 1-9 ( Dark Horse Comics). Edición nacional/ España: Norma Editorial. Guión: Rick Remender. Dibujo: Matt Broome, Eric Canete, Andy McDonald. Entintado: Sean Parsons, Eric Canete, Andy McDonald. Color: Matthew Wilson, Wendy Broome, James Rochelle, Naomi Baker. Formato: Libro en tapa dura, 252 páginas.…
Guión - 6
Dibujo - 5
Interés - 7

6

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Paulo Hernando
7 abril, 2018 12:19

Gracias por la reseña , aunque estoy de acuerdo en muchas de las frases de la critica no lo estoy con el ultimo parrafo o la valoracion final. Me sorprende la calificacion de fanfic adolescente.He empezado a leer muchos de estos y he terminado bastantes menos , hay mucha «cosa» mal escrita por ahi la verdad. Hablando de la obra con un amigo recuerdo que le dije «es un fanfics amalagama hecho por un profesional » . En general valoro todo un poquito mejor , el mundo que se nos presenta , personajes y la manera en la que entran en la trama y me quedo sobre todo ,como tambien has dicho , que mola. La epica esta muy lograda y los guiños y mayoria de giros conseguidos , en mi opinion. No considero esta liga del fin una obra menor del autor (como si podria hacer con involution) de hecho es una de las lecturas que mas me gustaron del año pasado , mas por ejemplo que el ultimo tomo de clase letal.