Edición original:The High Ways #1-4.
Guión:John Byrne.
Dibujo:John Byrne.
Entintado:John Byrne.
Color:Len O’Grady.
Formato:Grapa.
Precio:3,99$.
«La humanidad aún no ha alcanzado las estrellas, pero el sistema solar aún es un lugar ocupado, excitante y a veces muy peligroso, como está a punto de descubrir un joven Eddie Wallace, cuando se una a la tripulación de un carguero que transporta su carga a través de The High Ways«.
John Byrne es uno de los autores más complicados de reseñar porque sus obras entran dentro del terreno de los sentimientos. Si estáis leyendo esto seguramente es porque en algún momento os habéis sentidos cautivados por el trabajo de este artista. No importa si sois seguidores de DC, de Marvel o de las editoriales independientes, la bibliografía de Byrne es tan amplia que es muy posible que alguno de sus trabajos os haya hecho vibrar y haya conseguido que consideréis a Byrne un maestro entre los maestros. En Mundo independiente iniciamos ayer un repaso a su obra y en él revisitamos algunos de sus primeros encargos. Lo malo es que en él sólo abarcamos 16 años con lo que hemos llegado a sus mejores días, pero no hemos explicado su declive. Si hay algún recién llegado al mundo de los cómics en la sala, tras leer ese artículo se pensará que estamos ante un genio, y así es, pero en futuras entregas de Mundo Independiente veremos cómo la llama de la genialidad se va apagando poco a poco hasta que la leyenda se diluye por completo y sólo queda un buen recuerdo salpicado con muy malas experiencias… (exagero un poco). Así que a la hora de reseñar su trabajo más reciente me encuentro con un gran problema: los prejuicios. Y es que las conclusiones de la reseña cambian mucho si descubrís a Byrne por primera vez, sois un fan incondicional incapaz de reconocer que es un humano como todos y que también ha cometido errores… o, lo que es más habitual, evaluáis al Byrne de ahora comparándolo con el de antaño. Y esto último es lo peor que puede suceder, porque el Byrne de los ochenta era la novedad, era un ser rompedor que dibujaba mucho mejor que la mayoría de sus contemporáneos. Pero ahora es un dibujante que lleva más de treinta años utilizando un mismo estilo de dibujo y ya no aporta lo mismo que algunos recién llegados. El factor novedad se ha desvanecido, y tampoco compraremos el pináculo de su carrera, porque ese hace mucho que se publicó. Y, claro, ¿qué sucede cuando se compara al mejor Byrne con el de ahora? Que se infravalora al actual, porque – tal como veremos en esta reseña – Byrne nos está ofreciendo buenos cómics, superiores incluso a la media de lo que se publica. Conclusión: hoy voy a hacer un traajo de abstracción y voy a valorar a The High Ways por lo que es, olvidándome por completo del Byrne del pasado.
Algunas consideraciones previas
Antes de meternos en materia, es necesario que sepamos de qué va la obra y qué piensa el artista sobre ella. Para ambas cosas disponemos de una información proporcionada por IDW aquí, así que me voy a limitar a traducirla…
Sobre la obra: «The High Ways nos narra las desventuras de un joven llamado Eddie Wallace. Hambriento de saborear las salvajes aventuras que solo se encuentran fuera de su planeta, Eddie se une a una tripulación de un alocado carguero con muchas ganas de ver lo que se esconde más allá de las nubes. De todas maneras, tal como suelen ir esas cosas, no todo lo que vemos en esos primerizos días de viajes interestelares es lo que parece, de manera que tenemos intriga y misterio por doquier«.
Sobre la formación de la obra: «Esto evolucionó un poco más como Dan Dare, una tira de ciencia ficción británica muy querida en mi juventud y adolescencia. Me gustaba la idea de jugar con ese ambiente de ‘ciencia ficción antigua’, donde todas las aventuras tenían lugar en el Sistema Solar, y donde la vida – tanto la inteligente como la humanoide – se podía encontrar en todas partes«.
Sobre la ubicación dentro de las obras del autor: «He decidido que esto tenga lugar en el universo Next Men, aunque en la línea temporal alterada que nuestros héroes crearon cuando aniquilaron el Proyecto Next Men. La época se sitúa ochenta o noventa años en el futuro, aproximadamente, y un personaje principal del primer arco es Eddie Wallace, quien apareció brevemente en la serie anterior«.
Sobre el cómic
Empecemos por al arte. Aquí me he metido en un berenjenal porque es muy fácil hablar sobre lo que nos encontramos en The High Ways comparándolo con otras obras del autor. Pero como he dicho que no lo haré, no lo haré. The High Ways es una historia de ciencia ficción de la vieja escuela, tal como comentaba Byrne que pretendía hacer, y los dibujos también lo son. Si hablamos de lo que transmite la obra, nos encontramos con una extrama mezcla ya que utiliza recursos de antaño para narrarnos acontecimientos del futuro. Lo curioso es que muchos de los aspectos gráficos que aparecen en The High Ways dejaron de utilizarse por la mayoría de autores contemporáneos en algún momento de la historia reciente, de manera que se evidencia esa sensación de dejà vu, pero en plan positivo. No nos vamos a encontrar problemas de proporciones ni ningún error grave, al contratrio, The High Ways cuenta con un dibujante con un trazo muy saludable. Los dibujos de Byrne tienen fuerza y saben transmitir. Su única pega: no siguen las convenciones de las últimas modas, por lo que los recién llegados igual no acaban de encontrarles el punto. Aun así, no estamos ante un título mal dibujado. Si pusiésemos todos los dibujantes de la actualidad en una línea y los ordenásemos con grados que van del 1 al 10, Byrne estaría entre el 7,5 y el 8.
Ahora hablemos de la historia. La ciencia ficción es un género que siempre ha ido ligado a la tecnología, y ahora que nuestra sociedad da auténticos pasos de gigante en lo que a este aspecto se refiere, las obras de ciencia ficción parece que compitan por ser a cada cual más espectaculares. Byrne ha optado por narrarnos algo a la vieja usanza y nunca podría agradecérselo lo suficiente. Me explico. Yo siempre estoy abierto a los cambios. No me importa leer tebeos que modifican los orígenes de los personajes hasta hacerlos irreconocibles (siempre y cuando la historia sea buena) o probar suerte con nuevos sistemas narrativos. Lo malo es que todas las industrias del entretenimiento tienden a la copia, y a la que algo funciona, se reproduce como por esporas. Byrne omite las últimas tendencias de la ciencia ficción y nos retrae a un tiempo en el que la historia era más importante que los espectáculos de luces. Y eso es para sacarse el sombrero. No os voy a engañar, no estamos tampoco ante un gran relato, pero es que otrora, la mayoría de historietas de este género eran así: sencillas, sin pretensiones, con un toque de misterio, presentaban por encima alguna novedad tecnológica, etc. Todos esos elementos están presentes en The High Ways y nos permiten reflexionar sobre lo que hemos perdido, y lo que hemos ganado. Que no todo tiempo pasado es mejor, pero tampoco el presente es tan malo.
Otro de los puntos fuertes de The High Ways son los personajes. Cuando os reseñamos 25 novedades independientes de julio a septiembre de este año, una de las conclusiones que podríamos haber sacado es que la mayoría de los autores no sabe desarrollar personajes. Necesitan más de un número para conseguirlo. Byrne destaca sobre todo el mundo en ese aspecto, pues utiliza el primer ejemplar para explicarnos quién participará en la obra, y sus motivaciones, a la par que explica el funcionamento de un universo desconocido. Y cuando cerramos las páginas de ese cuaderno, ya sabemos perfectamente por qué actúan de esa manera cada uno de los integrantes del elenco de The High Ways (y si hay dudas, es porque el autor requiere que existan, que en esta obra hay más de un misterio por resolver). Y lo mejor de todo es que no nos encontramos con un protagonista muy potente que se rodea con 20 personajes clónicos e intercambiables. Hay un par de protagonistas bien diferenciados, y cada uno de los secundarios actúa según su propia personalidad. Parece mentira que tenga que destacar eso, pero es que esto es algo excepcional en el mercado norteamericano.
Y un último apunte: por fin estamos ante una obra de ciencia ficción con diversidad. Los protagonistas son de color, y el resto de secundarios no parecen salidos de un episodio de Dallas. De hecho, no hay ningún personaje que sea sexualmente atrayente (a pesar de que el sexo en el espacio también es un tema que se trata en The High Ways). Estamos ante unas tripulaciones de gente normal en la que parece que el racismo se ha dejado un poco de lado.
Conclusiones
Ahora sí podemos volver al lado de los sentimientos. John Byrne es como un viejo amigo con el que pasamos muy buenos ratos y que, de hecho, era como de la familia; pero con el que discutimos en algún momento de nuestras vidas y su amistad quedó relagada al olvido. The High Ways sería el día en el que nos reencontramos con él cuando ya se han curado las heridas y redescubrimos aquellas cosas que nos hicieron sentir bien en el pasado. Ya no es lo mismo, pero es un ejercicio de nostalgia muy positivo que merece la pena probar en algún momento u otro.
En definitiva, que estamos ante un Byrne que sobresale respecto a su etapa más oscura, pero que no llega a superar lo que fue antaño. Si queréis un buen cómic, The High Ways lo es. Si buscáis una obra puntera, pasad de este título. Si queréis pasar un buen rato, The High Ways es una buena opción. Por el contrario, si queréis un Byrne que sea tal cual era cuando se publicó vuestra obra preferida del autor… sed un poco más benevolentes o releed esos tebeos que guardáis en las estanterías.
100% de acuerdo y toda una sorpresa encontrar esta reseña aquí. Como mínimo la esperaba para después de la segunda parte (¿o habrá tercera para el renacer?) de tu especial.
Un cómic de ciencia-ficción plenamente disfrutable, como lo ha sido DOOMSDAY.1, que ahora sí que la espero, por breve e igualmente entretenida, pronto por la web. Una grata sorpresa. Gracias, Enrique.
Gracias a ti por el comentario! 😉
Sobre la elección de las reseñas… Pues en este caso sólo vamos a reseñar cosas del Byrne actual porque me parece que es más necesario que recuperar material antiguo (Además que del listado de ayer había muy poca cosa recuperable para nuestra sección, que era casi todo Marvel). Igual habría estado mejor hacer hoy la de Doomsday .1 por relacionarla con Doomsday +1, pero me apetecía más esta, jaja.
Y no sé si serán 2 ó 3 especiales , pero mi sexto sentido me dice que la cosa va para 3. Que Byrne ha escrito y dibujado muchísimas cosas.
Qué más da el orden mientras hagas la reseña. Lo que te apetezca, hombre. Todo sea por recomendar estas dos y no TRIO…
John Byrne??? Compro… a pesar de ser el John Byrne de hoy, pero es que es mi debilidad, soy complebyrne!!!!
Sinceramente, no sé por qué te tienes que justificar tanto: Byrne e Byrne con una imaginación desbordande, un excelente narrador y con un dibujo muy atractivo. Parece que te sientes culpable por gustarte Byrne frente a la horda de dibujantes y guionistas cool de ahora mucho de los cuales no vale un pimiento.
Por lo que he visto de esta serie tiene una pinta impresionante y espero que alguien se animé a publicar esto y sobre todo los episodios inéditos de Next Men que sinceramente creo que es una serie de las interesante que ha hecho Byrne.
Para mí, hay dos vacas sagradas a las cuales venero por encima de todos los Snyder, Johns, Millar o Morrison: Jhon Byrne y George Pérez. Todos los demás autores son nada comparados con estos dos.
Byrne aún mola!
Otro estupendo artículo, Enric.
Además de picarme la curiosidad con la obra, también lo has hecho con respecto a una de tus apreciaciones: ¿Cuáles son esas convenciones gráficas ya pasadas que utiliza Byrne?
Gracias a todos por los comentarios!
Toni! Esa pregunta es de examen, jaja. A ver, en vez de enumerarte todos (que para eso es mejor que los dos tengamos los tebeos en las manos e irlos comentando página a página), te voy a desarrollar y explicar dos o tres.
1. El concepto de página/s entera/s. Hasta finales de los ochenta o mediados de los noventa,la tecnología no había avanzado tanto e imperaban los márgenes blancos de página. Encontrábamos páginas dobles, pero pocas y a veces mal encajadas. No se intentaba llegar hasta el límite de la hoja, por miedo a que quedase cortado el texto. O quizás no era por la tecnología y era porque se hacía así porque siempre se había hecho así. La cuestión es que hace unos 20-25 años los autores (sobre todo los de Image) se dedicaron a conquistar los márgenes y empezamos a ver hojas sin márgenes, con viñetas que lo ocupaban todo e incluso textos rozando el final de la hoja. Eso lo encontramos en The High Ways, con sus márgenes negros (que estuvieron muy de moda en los noventa), viñetas que se explayan por todas partes, etc. Y también lo encontramos en otras obras actuales, o sea que aparte del margen negro, igual no está todo tan pasado de moda (ahora el margen negro se suele utilizar en los cómics como recurso de dramatización, para dar más énfasis a una página y no para hacer bonito como Byrne). Sin embargo, hay un pero a esto, y son las páginas dobles. La cuestión es que con la proliferación de los tpb las editoriales (de manera consciente o subsconciente) se debieron dar cuenta de que ese estilo de dibujo no funciona bien pq los tpbs no se pueden abrir tanto como las grapas, ergo, se ha ido volviendo paulatinamente al concepto de margen blanco originario aun cuando se ocupe toda la página (hay un margen virtual, una zona de seguridad del papel no marcada). Y sobre todo se evitan las dos páginas ensambladas, porque eso no hay quien lo lea en un tpb, o sea que las dos viñetas de abajo que unen las páginas 2 y 3 de The High Ways #1, están muy pasadas de moda. Fíjate que los textos se unen mucho a la separación entre hojas, lo cual puede ser un problema de lectura a la hora de abrir el tpb. Esos «errores» se deben tener muy en cuenta tal como se publican los tebeos en la actualidad.
2. Siguiendo el discurso tecnológico, ahora los tebeos se leen en grapa, tpbs, ordenadores y tabletas. Y para estas últimas lo óptimo son las página apaisadas, que corresponderían a media página de tebeo. Si un autor quiere que su obra sea disfrutada en todas partes, debe evitar las famosas páginas dobles, la composición de página de una viñeta única a la que se ponen x viñetas encima como quién echa cosas encima de la mesa, e incluso el concepto de página entera (hay que pensar en las dos mitades). Las páginas que mencinaba antes, son imposibles de leer en una tableta enteras, ya que para leer dos páginas juntas enteras hay que reducir muchísimo su tamaño. Eso, sumado a la moda cinematográfica de hace unos años, supone la proliferación de viñetas horizontales en detrimento de las verticales, o el uso de verticales de una forma que se puedan cortar fácilmente. John Byrne tiene una composición de página más rica y variada que los autores actuales justamente porque no tiene esas cosas en cueta, pero cuando usa la viñeta alargada, la utiliza de una manera muy diferente a la actual… Va a su bola.
Conclusión: todos estos desvaríos son apreciaciones personales no cuantificadas e igual me equivoco, pero yo hablo por lo que veo y generalizo. Por supuesto hay miles de excepciones y muchos autores clásicos que hacen como Byrne y pasan de las reediciones.