Bolos sangrientos
¿Qué tienen que ver los bolos y los nazis? Pues que hay que derribarlos a todos. Esta bien podía haber sido la frase eslogan para la nueva serie de Rick Remender. El autor californiano lleva unos años finalizando sus series largas y realizando otras mucho más cortas, hasta llegar a un momento en el que no había series suyas en el mercado. Esto se solucionó pronto, el creador de Clase Letal o Ciencia Oscura volvió con The Sacrificers para seguidamente anunciar sus planes con su editorial, Giant Generator, con la que firmó en exclusiva con Image. Planes que detallamos hace poco en esta entrada pero que pasaba por abrir campo a que otros autores entrasen en su pequeña editorial. Lo que hoy tenemos aquí en The Holy Roller es una mezcla de todo eso. Sí, está Remender como autor y como creador, pero hay más gente involucrada.
Además, la persona que nos hizo disfrutar con series tan variopintas como Siete para la eternidad o Una sed de venganza justificada, llega acompañado de otros dos escritores al guion. El cómico y actor Andy Sandberg es uno de ellos, más conocido por su papel de Jake Peralta en Brooklyn 99, y el guitarrista de la banda Fall out boy, Joe Trohman, ligados a la escena hardcore que tanto fascina al propio Remender, y de la que a participado, es el otro guionista.
A los lápices tenemos a Roland Boschi, artista francés con un largo historial en Marvel Comics pero al que ya pudimos ver con Rick Remender en El Cabronazo, donde dibujó el último arco argumental. En The Holy Roller Boschi realiza un trabajo bastante aceptable, sin ser espectacular. Su punto fuerte es la narrativa, muy clara y bien marcada, aunque pierde algo en los fondos. Sus formas son imitaciones de caras de actores con un cierto grado de caricatura, no del todo realistas pero totalmente reconocibles, como que el protagonista se parece al propio Sandberg. Hasta Remender sale en una viñeta paseando al principio.
Para acabar con la parte gráfica el color va muy en consonancia con el dibujo, Remender tira de un colorista muy potente que ya estuvo en su equipo, Moreno Dinisio, todo un experto en generar buenas atmósferas para la historia.
Vamos a la historia precisamente, donde nos presenta a Levi, primero de joven en su pueblo y luego de mayor volviendo a él, tras unos años fuera. Hay que tener en cuenta que, aún siendo un número doble, no deja de ser una presentación del personaje principal ante todo pero también de su familia y sus antagonistas, con lo que al final puede tirar por cualquier sitio. No es que haya un gran giro, propone un viaje muy recto, pero bien puesto. Por lo menos el primer ladrillo está en su lugar.
Se nota mucho la mano de Remender a la hora de tratar ciertos temas, así como la de Sandberg en algunos monólogos, muy en su línea. Hay un poco de todo pero parece que el tema principal es la herencia cultural y social que recibimos de nuestros padres y la obligación de aceptarla frente al rechazo que supone realzar el “yo” personal. Especialmente cuando hablamos de tradiciones ancestrales con las que uno no se siente identificado y más aún si hay temas pendientes de por medio. Elecciones que los padres toman y que los hijos no comprenden. De hecho la culpa parece que puede ser otro tema a futuro. Y la violencia, por supuesto.
Humor, algo de acidez, su punto de crítica social imperante en la obra de Remender, algo de autocrítica, que siempre viene bien, pero una historia seria detrás es lo que deja ver este primer número de The Holy Roller. Y un poquito de acción en la última parte, a priori parecía que este número iba a tener más, pero se queda en poca pelea y mucho diálogo, bien compensado, eso sí. Al final no va más allá de una presentación del personaje, buena y que puede dar por cerrado todo su pasado, poniendo el foco del misterio sobre su padre y, como decía antes, la herencia.
Valoración: Aunque el dibujo no está al nivel de muchas otras obras de Remender y hay varias manos al guion, The Holy Roller es un cómic resultón que puede saber mejor en su desarrollo. Su primer número no dice mucho y los autores pueden recorrer muchos caminos diferentes, pero apunta bien; es entretenido, tiene sus diálogos y el tema de fondo como principal aliciente.
Guión - 7.2
Dibujo - 6.8
Interés - 7.2
7.1
Strike!
Es un cómic resultón, se deja leer, entretiene, pero aún tiene que demostrar su valía. Veremos el segundo número cómo avanza.
