Un planeta árido, completamente desértico, presenta un enorme agujero en su superficie que se abre hasta el infinito. En esta obertura del terreno se ubica una enorme megalópolis estructurada por capas; las más cercanas a la superficie son los barrios opulentos, cuanto más profundos los pisos, más marginales son las calles. Un vulgar detective llamado Pete Club del nivel 97 recibe el encargo de una cliente de clase alta – del nivel 12 – para que vaya a buscar una maleta misteriosa guardada en una taquilla pública de una parada de metro en el nivel 199. Lo que al principio parece un encargo sencillo y bien pagado se convierte en un caso muy siniestro donde están envueltos asesinos a sueldo, policías robóticos y espías de otros planetas…
The long tomorrow parece otra historia de detectives y ciencia ficción, pero no lo es. Es la primera y cambió tanto la historia del cómic moderno como la de la cultura popular en general. Su guionista Dan O’Bannon y su dibujante Moebius compusieron un blues futurista y criminal al que solo le falta la música de Vangelis.
LA GÉNESIS DE UN MITO
Un tal Dan O’Bannon aburrido y ocioso en París le propuso a Jean Giraud, allá por 1975, que se encargara de dibujar un guion que había escrito casi en broma y que había titulado The Long Tomorrow. Estaban esperando que se resolvieran los problemas de financiación de la fallida superproducción fílmica Dune, que debía dirigir Alejandro Jodorowsky y que finalmente no se realizó. El propio Giraud comenta que el escritor norteamericano le entregó, a parte del guion, un storyboard completo, dibujado por él mismo y tan bien resuelto que el francés siempre deseó ver algún día un libro editado con las dos versiones.
Jean Giraud (a partir de ahora Moebius) quedó absolutamente fascinado con esta historia que no dudó en calificarla como un pastiche de géneros, más clásico que muchos relatos canónicos. Por eso decidió dibujarla de una manera orgánica, sin parodia y así, con tan solo 16 páginas de historieta, consiguió revolucionar la temática y la estética de la cultura popular de los últimos cincuenta años.
La clave de esta maravillosa obra es el concepto de pastiche; un cruce, una mezcla, una fusión de ciencia ficción con el género negro que por aquella época era algo absolutamente inédito y más aún con la fuerza y convicción con la que los dos autores se emplearon. O’Bannon (guionista y director de cine) quiso hacer una parodia y le salió un blues futurista que Moebius orquestó con una sinfonía de líneas, manchas y colores que cobraron vida en el papel como pocas veces se había visto en el cómic de los setenta.
Los elementos clásicos son numerosos; del género negro nos encontramos la voz en off, el detective simplón, la cliente hermosa y mentirosa, los polis agresivos (es genial la idea de que sean robots con mal carácter) y el inevitable final amargo. De la ciencia ficción incluyen: la metáfora usando una ciudad hundida en el subsuelo con sus estratos sociales divididos por pisos (cuanto más abajo más lumpen), también las invasiones extraterrestres, los gadgets futuristas, robots…
Pero Moebius quiso romper esquemas y articuló un relato híbrido pero convencional, puro pero mestizo con unos hallazgos narrativos inmensos. Sus personajes tienen alma; las calles rebosan de colores, olores, sonidos y vida; la historia funciona sin ningún sobresalto y todo fluye hasta el final. Los elementos rompedores los podemos encontrar en la manera en que el francés resuelve algunas escenas, como el asesinato de la chica mostrado con una crueldad y con un detalle que era inédito en la época o con la coreografía de la pelea en las taquillas de los barrios inferiores y, también, cómo nos muestra que la naturaleza sigue su curso (en el caso de Pete Club) en la escena de cama, a pesar de la horrible metamorfosis de su amante en una resolución muy parecida a la que Richard Corben dibujó en la asombrosa primera parte de Den; las enseñanzas del underground no dejaron indiferentes a los grandes artistas de los setenta y ochenta.
El coautor de El Incal está en su esplendor creativo. Acaba de publicar en Métal Hurlant la serie Arzak (1975) y se dispone a comenzar El Garaje Hermético (1977) para mí su obra maestra – por supuesto junto a The Long Tomorrow – en su encarnación como Moebius.
Por otra parte, en su otra vida paralela ha completado el que posiblemente sea uno de los mejores arcos argumentales de la serie Teniente Blueberry con los dos magníficos álbumes titulados El Fuera de la Ley (1974) y Angel Face (1975), con la imprescindible ayuda del gran Jean-Michel Charlier a los guiones. Por todo esto, The Long Tomorrow es un delicioso cóctel de puro genio, con los mejores sabores de Jean Giraud y con todo el mareante licor del mejor Moebius.
La influencia en la cultura popular de este relato de 16 páginas fue inmensa y empieza con un personaje de Hollywood llamado Ridley Scott que contrató a Moebius para que diseñara los trajes espaciales de su película Alien (1979) y que lo volvió a llamar para Blade Runner (1982). Esta segunda vez el dibujante de Jean Giraud no pudo participar, pero todo el equipo – con Scott a la cabeza – se encargó de hacer notar que la inspiración para la ambientación de la película la habían sacado de The Long Tomorrow. Que habían usado el cómic como su hoja de ruta.
Nada fue igual a partir de entonces, se había abierto la veda y en cualquier disciplina cultural los géneros se mezclaron e imperó el pastiche. En el cómic podemos destacar la saga de El Incal de Alejandro Jodorowsky y el propio Moebius, pero también Bogey de Antonio Segura y Leo Sánchez, Ranxerox de Stefano Tamburini y Tanino Liberatore o, por citar solo una obra más, La saga de Rocco Vargas de Daniel Torres, también podemos encontrar influencias de esta historia en el personaje y en la serie británica Judge Dredd creados por John Wagner, Carlos Ezquerra y Pat Mills e incluso en la mismísima Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons.
En el cine podemos citar a Blade Runner, por supuesto, El Quinto Elemento del también francés Luc Besson, en Trouble in Mind de Alan Rudolph y en muchísimas películas más; en los video-clips (muchos de Queen o de Alan Parsons Project, por ejemplo); en la publicidad; en los videojuegos y en infinidad de medios que sucumbieron a esta tendencia planetaria. El impacto de The long tomorrow fue similar a cualquier disco o película que Pink Floyd o Stanley Kubrick estrenaran en aquellos convulsos años.
The Long Tomorrow se publicó dividida en dos partes en la revista Métal Hurlant, en los números 07 y 08 correspondientes a los meses de mayo y julio de 1976. Moebius le pidió a Dan O’Bannon una continuación de la historia, pero al leer el guion que le presentó no le gustó y desistió de dibujarlo, le pareció demasiado tópico, sin fuerza en otra demostración de que The Long Tomorrow es una obra única e irrepetible.
En castellano se estrenó en la revista Totem 09, de mayo del 1978. Posteriormente se ha publicado en infinidad de álbumes destinados a reunir los relatos breves de Moebius, entre ellos uno que lleva el nombre de la misma historia. Ahora volverá a aparecer en el tomo dedicado al paso del autor de El mundo de Edena por la revista Métal Hurlant, un monumental recopilatorio que se titula Moebius. Obra hermética, que publicará el sello Reservoir Books a mediados de noviembre.
A veces 16 páginas son más que suficientes para pasar a la historia.
Salut!
LOS OTROS CÓMICS ETIQUETA NEGRA
The Spirit, de Will Eisner y equipo (CEN 01)
Marvin el detective, de Giancarlo Berardi e Ivo Milazzo (CEN 02)
Catwoman, de Ed Brubaker y VV AA (CEN 03)
Los casos de Sally Salinger, de Anthony Pastor (CEN 04)
(continuará)
Más información aquí.
Qué locura el dibujo
Como dice el artículo fácilmente el comic más influyente a todo nivel de los últimos 50 años…encapsulados en 16 páginas!
Gracias por otra Etiqueta Negra. Hablamos de Moebius, Corben y Jodorowsky; y podríamos agregar a Enki Bilal o Philippe Druillet evidenciando que los años 70 fueron gloriosos para el comic europeo
¿Está publicado hoy en día? ¿Se encuentra en las librerías? Me han entrado muchas ganas de leerlo.
Justo debajo del titular del artículo se comenta que la historia va a estar incluída en el recopilatorio ‘Moebius. Obra hermética’ de la editorial Resorvoir Books por tan sólo 69,90 merkels