Poco de Asia, mucho de los Moonstone
The Magic Order se convirtió en una de las series virtualmente regulares del Millarworld, con una continuación de volúmenes en formato de series limitadas que tuvo un hiato entre 2020 y 2021 pero luego de su regreso tuvo sucesivas secuelas. (En Norteamérica ya se publicó un 4, que estamos esperando en castellano). La manera en que se desarrolla la narración en este tercer volumen también es la de una serie abierta, lo cual puede ser un punto a favor para la continuidad pero uno en contra para las lecturas. A diferencia de lo que leíamos en el segundo libro, con una historia propia dentro del mismo universo y en el cual seguían las tramas de los personajes conocidos en la primera serie, en The Magic Order 3 no lo encontramos de la misma manera y esencialmente es la continuación de lo que mueve la historia grande de este mundo ficcional.
Hay una cuestión de expectativas que opera también en contra de esto, por la venta del libro que promete conocer lo correspondiente a Asia de esta tierra controlada y protegida por magos en las sombras en la que los “humanos normales” viven en total desconocimiento de lo que sucede detrás de su cotidianidad. Si bien el tomo empieza con un potencial conflicto del mago que tiene esta parte del mundo bajo su control, en pocas páginas esta trama queda de lado y se abordan por el contrario muchas otras que hacen a la Orden y a la familia que la conduce, los Moonstone. Reaparece el retirado padre, Leonard, quien al final del primer libro indicaba que iba a buscar a la ex esposa (y madre de los herederos, aun de Cordelia por adopción); se profundiza en varios de los conflictos de Regan, especialmente luego de la conclusión que tuvo aquella primera historia; conocemos más de Cordelia desempeñándose como líder con las complicaciones que esto le trae; y se aborda por completo el insinuado trasfondo de Rosie, hija de Gabriel. (Enumeramos así para no develar nada ni de este ni de los previos volúmenes, por si acaso). Como leerán, de Asia poco aunque el puntapié inicial que ofrecen esos personajes se relaciona con algunas de las cuestiones que deben enfrentar los Moonstone y sirven parcialmente de disparador. Y también, podrán entrever que este tomo 3 funciona mucho más como una secuela directa del 1 de lo que había ofrecido el 2, retomando hilos que habían quedado sueltos en el final del volumen inicial y no se habían siquiera mencionado en el siguiente.
Puede incluso indicarse que no hay una sola historia central de este tercer libro sino que se trata de una colección de subtramas conectadas por la trama mayor de la orden de magos y la familia Moonstone, pero que se desenvuelven de manera independiente a lo largo de casi toda la miniserie. De allí la postulación inicial que estamos ante un cómic típico de serie regular, y no uno de serie de series. Y también como decíamos, puede ser algo que moleste al lector como también puede agradar que sea de esta manera; no es algo positivo ni negativo por sí mismo. Al margen de los gustos y de lo que se espera de un libro, otro aspecto que señalábamos en ocasión del volumen 2, esta característica debe tener mucho que ver con brindar contenido a la postergada adaptación audiovisual, que se nutrirá de subtramas atravesadas por la historia mayor.
Un aspecto en el que The Magic Order decae es en el visual, bajando de mayor a menor con la primera serie realizada con altísimo nivel por Oliver Coipel y Dave Stewart, una segunda con Stuart Immonen ya sin Stewart como colorista, y la tercera por Gigi Cavenago a quien no podemos culpar por no contar con este color ni ofrecer lo mismo que los dos dibujantes anteriores. De hecho, tiene varios puntos altos en la representación de seres monstruosos, fondos y escenarios (con lo que también se luce la colorista Valentina Napolitano), en sostener la dinámica narrativa a pesar de que el guión en varios momentos no lo es tanto, y en saber jugar gráficamente cuando se lo invita. Respecto a esto último vale destacar el insert de metalenguaje de cómic de Tales from the Crypt, que además está realizado en blanco y negro reforzando el concepto de que baja más el nivel por no contar con el colorista estrella del primer tomo. Volveremos sobre esto en ocasión del cuarto libro oportunamente.
En lo que tiene que ver con la tarea de Millar también baja respecto al volumen 2 en el sentido que comentábamos párrafos más arriba, faltando una narración propia de esta tercera serie. Pero como es habitual tiene sus muy buenos momentos con ideas originales, atractivas, entretenidas y también con un puñado de escenas que están perfectamente logradas, con golpes de efecto, sorpresas y espectacularidad.
Concluyendo, en The Magic Order 3 tenemos uno de los volúmenes algo más bajos que muchas veces tienen las series regulares aunque con la particularidad de presentarse como miniserie por separado, y que lo deberemos evaluar del todo en el marco de la serie completa en ocasión de la lectura del cuarto tomo.
Lo mejor
• Las cartas de sorpresas que se reserva Mark Millar para jugar en estas páginas
Lo peor
• La ausencia de una historia propia del volumen
• El cambio de dibujante y de colorista
Pues a mí Cavenago me parece un dibujante estupendo. No tiene nada que ver con los estilos de Coipel ni de Immonen, pero no me parece inferior a ellos para nada.