¿Quién conoce el mal que anida en el corazón de las personas? La Sombra lo sabe…
Y Dennis O’Neil también lo sabía.
La carrera del guionista y editor de comic books Dennis O’Neil (1939-2020) está íntimamente ligada varios personajes.
Sin lugar a duda, el primero es Batman al que devolvió a sus orígenes, al que dotó de una imprescindible oscuridad y para quien escribió uno de los relatos más conmovedores de su larga trayectoria; una historia titulada Un juramento desde la tumba publicada en el #410 de Detective Comics y dibujada de manera excelsa por Neal Adams. También junto a Adams, tomó bajo su protección la heterogénea pareja de superhéroes formada por Green Lantern y Green Arrow que se beneficiaron de su enorme talento para la escritura. Su díptico sobre las drogas, las dos desgarradoras historias tituladas Snowbirds don’t fly y They say it’ll kill me… But they won’t say when! – publicadas en Green Lantern #85 y 86 de agosto a noviembre de 1971 – situaron a los comic books de superhéroes en la edad adulta y demostraron que el joven Denny (como a él le gustaba firmar) conocía perfectamente las profundidades del alma humana. Finalmente, Daredevil conoció una oscuridad aún más densa que su ceguera en el episodio titulado Fog, publicado en Daredevil #220, donde el vengador escarlata se enfrenta a dos de los enemigos más terribles que se conocen; la depresión y el alcoholismo que se apoderan de su amiga Heather. El gran David Mazzucchelli dotó de vida sus ideas y sus palabras de una manera asombrosa.
The Question, Wonder Woman o Iron Man son otros protagonistas que están ligados a la trayectoria del guionista de Sant Louis, pero cuando hablamos de Denny O’Neil nunca se puede olvidar otro de sus arquetipos fundamentales, un concepto que le acompañó toda su vida y que le era muy cercano; nos referimos por supuesto a The Shadow.
La idea de crear un cómic que combinara conceptos o personajes provenientes del pulp con la estructura artística e industrial del comic book convencional no estaba en absoluto arraigada en el universo mainstream norteamericano de la década de los setenta. Triunfaban otras propuestas más centradas en el género superheroico. Sin embargo, a partir de 1972 empezó a surgir una corriente subterránea que lentamente acabaría invadiendo amplios nichos del mercado; en DC este movimiento estaba compuesto por series como Tarzán (1972-1978) que realizó Joe Kubert; Carson of Venus (1972-1973) de Len Wein y Mike Kaluta; The Warlord (1975-1988) de Mike Grell y, por supuesto, The Shadow (1973-1975) de Dennis O’Neil a los guiones con Mike Kaluta, Frank Robbins y E.R. Cruz al dibujo. Recordemos que en Marvel, en la compañía rival, la serie Conan the Barbarian nació en 1970.
En esta tesitura, cuando Denny O’Neil recibió el encargo de Carmine Infantino para que le ayudase a renovar la anticuada y rígida producción de la editorial DC, el guionista pensó en un personaje creado en 1930 para la radio y que Walter B. Gibson escribió para la revista Detective Story Magazine y más tarde para The Shadow Magazine, ya en 1931. Durante casi dos décadas se publicaron centenares de novelas del personaje y se emitieron decenas de horas de programas de radio hasta que en los cincuenta la serie empezó a perder gancho comercial. También se produjo una comic strip escrita por Gibson y dibujada por Vernon Greene que duró unos dos años, entre 1940 y 1942, y que no tuvo gran impacto.
En décadas posteriores, hubo varios intentos de resucitar el éxito de la serie pero no cuajaron, la más estrambótica fue la de Archie Comics que convirtió a la Sombra en un superhéroe rubio, vestido con un traje de colores chillones. Este último precedente, que llegó a contar con guiones de Jerry Siegel, fue el que tuvo que esquivar O’Neil a la hora de presentar su proyecto.
El guionista buscaba recuperar la atmósfera tenebrosa y levemente gótica del personaje original y para ello situó la acción en la década de su nacimiento – los años de la Gran Depresión – y le otorgó una ambientación nocturna y fundamentalmente urbana.
La página promocional promovida por la editorial era toda una declaración de intenciones; se recuperaba el antiguo eslogan de la serie radiofónica y Mike Kaluta, ayudado por Bernie Wrightson, y nos mostraban una escena llena de tensión y misterio.
La primera versión de The Shadow de la editorial DC Comics se estrenó en noviembre de 1973 y la serie se clausuró en septiembre de 1975. Se publicaron un total de doce entregas, todas con guion de Dennis O’Neil menos los capítulos nueve y once que fueron escritos por Michael Uslan.
Los primeros cuatro números y el sexto fueron dibujados por Mike Kaluta; el arte del quinto episodio y del séptimo al noveno corrió a cargo del gran Frank Robbins y el responsable gráfico de los últimos – del décimo al duodécimo – fue E.R. Cruz.
La serie se centraba en los esfuerzos que el aviador Ken Allard realizaba para combatir el crimen bajo la apariencia de un ente llamado The Shadow – La Sombra – que era ayudado por una serie colaboradores entre los que destacaban la bella Margo Lane, un misterioso mensajero llamado Burbank, el taxista Shrevvy y Harry Vincent, un joven y atractivo aventurero. El protagonista Ken Allard, se escondía a menudo bajo la apariencia de un frívolo y despreocupado millonario llamado Lamont Cranston, una identidad que le servía de tapadera social.
La naturaleza exacta de La Sombra era desconocida. Su aspecto era realmente amenazador puesto que vestía un denso abrigo negro con forro rojo que remataba con una larga bufanda también de color rojo, iba ataviado con un espectacular sombrero negro de ala ancha y de sus manos surgían casi por arte de magia dos pistolas negras que repartían la muerte. Sus poderes eran casi infinitos; su voz helaba a sus enemigos, su rapidez era extraordinaria y podía hipnotizar a cualquier persona que se propusiera. Sabía esconderse entre las sombras para volverse casi invisible y su puntería era infalible, pero la característica que más le definía era la completa ausencia de compasión por los criminales. Su lema era: «La cosecha del crimen da frutos amargos. El crimen no compensa… ¡La Sombra lo sabe! Y… ¡La Sombra nunca falla!» Una sentencia que solía acabar con la completa destrucción de sus enemigos.
Denny O’Neil consiguió reproducir perfectamente la atmósfera y la emoción de la serie original, sorteando sus aspectos más polémicos y retrógrados, evitando convertir a su protagonista en un enloquecido e infalible ejecutor. Las historias se centraban también en personajes marginados como lo componentes de un circo de atracciones humanas, los usuarios de un centro de beneficencia o un ser deforme que protagonizaba una curiosa versión del jorobado de Notre-Dame.
Para plasmar todos estos conceptos, O’Neil contó con la ayuda de varios dibujantes que realizaron un trabajo muy atractivo. El más recordado es Michael William Kaluta (1947) que en aquella época firmaba como Mike Kaluta y que durante cinco episodios compuso un universo visual lleno de referencias a la ilustración de principios del siglo XX y a series policiacas clásicas como The Spirit o Secret Agent X-9.
Su trabajo, ayudado de manera decisiva por Bernie Wrightson en el tercer número, se adelantó varios lustros a las corrientes imperantes en el género negro publicado en el comic book de los Estados Unidos. Su trato de la iluminación, sus violentas elipsis y su propensión por lo bizarro, sorprendieron a los desprevenidos lectores de la época que no acabaron de entender la propuesta. El segundo episodio, titulado Freak Show Murders, es el ejemplo perfecto de este estilo innovador que combina lo antiguo con la modernidad, lo atractivo con lo inquietante y que remató con una asombrosa secuencia nocturna a bordo de un tren que se sitúa como una de las más hermosas del cómic comercial norteamericano de los setenta.
Un capítulo aparte merece el sexto episodio de la serie, que lleva por título Night of the ninja. La historia se abre con una splash page donde vemos un edificio ruinoso, donde flotan algunos jirones de una densa niebla y donde apercibimos en la distancia una extraña figura acechada por una familiar sombra. O’Neil escribe:
“Chinatown… Es una de esas noches de invierno en las que el cielo cae como un sudario sobre la ciudad dormida… Jirones de fría niebla como dedos de un esqueleto lo tocan todo y reina el silencio roto, tan solo, por unos gemidos distantes… Presagios del mal que invaden Manhattan en esta hora helada”.
Con esta brillante introducción, tan literaria y tan sugestiva, se abre esta aventura que enfrenta a The Shadow con un enigmático ninja. Se trata de un episodio brillante donde el bueno de Denny le proporciona un simple pero sólido argumento a Mike Kaluta para que se luzca en una serie de secuencias nocturnas de acción hermosamente coreografiadas. El trazo del dibujante de Starstruck se despliega de una forma más ágil y libre que nunca y estoy seguro de que tanto Frank Miller como Quentin Tarantino estudiaron este capítulo mucho más que cualquier libro de texto que les dieron en el colegio.
A Kaluta lo relevó Frank Robbins que durante cuatro números hizo un trabajo notable, el mejor de su producción posterior a Johnny Hazard, y que lidió con argumentos ubicados en escenarios algo más exóticos como un crucero, templos mayas escondidos o las famosas cataratas del Niágara. La hermosa secuencia de obertura de cinco páginas del quinto episodio, titulado Night of Neptune’s death! es un ejemplo perfecto de lo que pudo ser esta serie con Robbins, si no se hubiese marchado tan pronto.
Finalmente las tres últimas entregas de esta etapa cuentan con el arte del filipino Eufronio Reyes Cruz (1934) – que en Estados Unidos firmaba como E.R. Cruz – y recuperan parte del estilo visual de la época de Kaluta. El artista filipino despliega lo mejor de su atractivo grafismo para ilustrar unas tramas entre góticas y exóticas, que cuentan además con la intervención esporádica del personaje llamado el Vengador en el penúltimo episodio.
Pero esta versión de The Shadow no fue un gran éxito comercial, ni siquiera muy conocida en su época, por lo que su cancelación en el otoño de 1975 fue inevitable. La prueba que Dennis O’Neil le tenía un cariño especial al personaje es que lo retomó como estrella invitada en dos episodios de la serie Batman. En concreto son las dos historias tituladas: Who knows what evil lurk…? de Denny O’Neil e Irv Novick, con el experto entintado de Dick Giordano, en Batman #253 de noviembre de 1973 y The Night of the Shadow! de Denny O’Neil e Irv Novick, con las tintas de Dick Giordano, en Batman #259 de diciembre de 1974.
En la segunda historia, Batman reconoce su deuda espiritual con el vengador de los pulps y recuerda que se encontraron cuando Bruce Wayne tan solo era un niño. Unas revelaciones muy significativas…
En 1988, O’Neil y Kaluta, con la ayuda de Russ Heath, se volvieron a encontrar con el personaje en la historia titulada The Shadow 1941: Hitler’s Astrologer ambientada durante la Segunda Guerra Mundial. Se trata de una historia interesante, bien narrada y muy bien dibujada pero que carece del halo mágico y trágico de los primeros episodios de la serie de los setenta.
Podéis leer una estupenda reseña de esta novela gráfica, a cargo de Sergio Aguirre, pinchando este enlace.
Con The Shadow, el formidable guionista Dennis O’Neil exploró las sombras más densas y oscuras del alma humana. Su versión del personaje combatía de manera implacable el crimen, pero también se adentraba en los escenarios más marginales para devolverles un ápice de esperanza a sus desgraciados moradores. Con sus violentas acciones este vengador impío y descarnado conseguía desbrozar las ramas más imbricadas del bosque criminal y con ello ofrecer un tenue rayo de luz a todas sus víctimas.
Dennis O’Neil conocía los aspectos más oscuros que anidan en el corazón del alma humana, también los más desdichados, y cuando nos los mostraba se producía el milagro de devolverlos a la luz. Y por esto le estaremos eternamente agradecidos.
Dedicado con todo mi respeto y admiración a Sergius O’Shaugnessy (D.E.P.)
Salut!
ACTUALIZACIÓN:
Aunque no era el motivo de este artículo, por petición de un lector, añado las ediciones publicadas en Estados Unidos y España de esta etapa del personaje. No creo que sea una información que sobre; pese a ser desoladora…
EEUU:
The Shadow # 01 al 12. VVAA. Noviembre de 1973 a septiembre de 1975. Color.
DC Comics (12 comic books)
The private files of The Shadow. Por Dennis O’Neil y Mike Kaluta. Recopilatorio del 1989. Color. DC Comics (Contiene The Shadow #01 a 04 y #06 de 1973 y 1974 además del relato inédito In the toils of Wing Fat de Mike Kaluta)
ESPAÑA:
The Shadow #01 al 04. VVAA. Marzo de 1977 a noviembre de 1977. Blanco y negro. Editorial Rollán (Contiene del #01 al #06, #08 y #10 de la edición norteamericana)
Clásicos DC #14 a #17. Dennis O’Neil y Mike Kaluta. 1990 a 1993. Color.
Ediciones Zinco (Contiene The Shadow #01 al #04 y #06 de la edición norteamericana)
Y si no estoy equivocado… ¡Esto es todo amigos!
Excelente texto, Tristán.
Solamente echo de menos algunos comentarios sobre la edición USA o española de la obra, si las hubiera.
Saludos
benurich
Gracias.
Respecto la bibliografía de esta etapa, no era el cometido de este artículo. Pero tienes razón que no sobra. Esta tarde lo añado si tengo un momento… Pero es corto y triste. Está poco editada y mal.
Gracias por comentar.
Salut!
Done!
Salut!
Muchas gracias, Tristán. Todo un detalle.
Quiero todo esto. Los doce numeros de la serie y los dos de Batman. Desde hace tiempo. Por eso tu articulo me ha alegrado el dia! Dejando de lado que la publicacion en nuestro pais pueda ser didicil desde un punt9 de vista comercial porque no lo guioniza Alan Moore ni lo dibuja Jim Lee… Como esta el tema de los derechos? Es un infierno loco como los crossovers Marvel-DC o los podria publicar Planeta, ECC o un tercero?
Drury Walker,
En principio los doce comic books de la serie The Shadow y los dos de Batman son de DC. Por ahí no habría problema.
Otra cosa son los derechos de The Shadow que deben ir aparte y que a lo mejor ya no los tiene DC. De todas formas coincido contigo que un tomito con estos catorce comic books sería bastante atractivo y necesario.
Salut!
En teoría los derechos de los cómics de Shadow los tiene Dynamite, por lo que la serie clásica en el caso de reeditarse lo tendrían que hacer ellos, aunque por lo que se no lo han hecho. En cambio los cómics de los 80 de Chaykin y Helfer al igual que la novela gráfica de 1941 si lo han hecho pero…
The Shadow 1941: la astróloga de Hitler, está publicada en España por Planeta.
Es lo que me llevo a confusion, pero es material de Marvel, no de DC.
Cuando leí hace mil años los 3 o 4 episodios que Zinco publicó en clásicos DC me pareció lo mejor que había escrito O’Neal en los 70. Mejor que Batman y Green lantern/Green arrow. Del mismo modo que Question es lo mejor que hizo en los 80. Lástima que nunca se haya editado esta etapa completa.