Ethan Carter ha desaparecido sin dejar rastro. A su pequeña ciudad, Red Creek Valley, llegamos de la mano de un misterioso escritor con el que el niño intercambiaba cartas. Dotados de misteriosos poderes sobrenaturales que ni comprendemos ni nos son explicados, investigaremos una serie de crímenes y hechos misteriosos que están relacionados con la desaparición. Red Creek Valley está vacío y sus misterios esperan a sernos revelados.
Nos encontramos ante un viaje narrativo como pocos juegos han ofrecido.
Abrochaos los cinturones, pues el trayecto será intenso.
Lovecraft se deja seducir por Unreal
The vanishing of Ethan Carter, desarrollado por The Astronauts, destaca primero por sus espectaculares gráficos. Aunque en principio la versión de PC utilizaba un motor propio, el salto a PS4 ha aprovechado todo el potencial de Unreal Engine 4 para dotar al título de un esplendor pictórico que deja boquiabierto: aprovechando la técnica de fotogrametría digital que recrea un pequeño pueblo estadounidense de las montañas que parece sacado de un relato de Stephen King. Por este escenario podemos movernos libremente, en una curiosa concepción de sandbox, a medida que recogemos las pistas que nos llevarán al desenlace, en el orden que queramos. Este sistema de juego nos permite perdernos por los escenarios, sumergirnos en la historia, acompañados de la narración, de la maravillosa música y dejarnos inundar por el misterio y el horror. Una vez recogidas todas las pistas, y tras resolver algunos puzzles, podremos resolver el misterio de forma lineal.
Pero no todo es pasear y ver el paisaje, recoger objetos y dejarse guiar por la voz en off. Hay escenas realmente memorables y la historia te atrapa y te lleva por derroteros lovecraftianos en una espiral de terror cósmico. Es difícil de imaginar, tras un sencillo principio en el que caminamos por un bosque, los caminos que va a tomar el juego.
Un aparte se merece el escenario: Red Creek Valley es un Twin Peaks sobrenatural, lo que uno hubiera esperado (y en parte lograron) en juegos como Alan Wake o Deadly Premonition, aunque la idiosincrasia y el lore dentro del escenario juegan tan a favor de la inmersión del jugador que es posible jugarse las cinco o seis horas de duración de golpe sin darse cuenta.
La evolución del juego: narrativa
Bebiendo de las fuentes de juegos como Dear Esther, Gone Home o Everybody’s Gone to the Rapture, la narración lo es todo en The Vanishing of Ethan Carter. A medida que desbrozamos la historia nos damos cuenta de que sin el guión, no tenemos nada. Toda esta nueva oleada de juegos que huyen de los combates, los jefes finales, los puntos de experiencia y nos ponen en la piel de personas normales (o tal vez no tan normales) para vivir una historia desde dentro. Tal vez podríamos hablar de Heavy Rain como gran exponente y defensor de esta metodología, pero ya con las aventuras gráficas de antaño podíamos discernir esta tendencia. La historia lo era todo en Monkey Island o la saga Sherlock Holmes. En The Vanishing of Ethan Carter podemos hablar de un guión trabajado, obra de Tom Bissell y Rob Austen, una obra de reflexión y profundidad. Aunque se echa de menos algo más de investigación por parte del jugador: a veces nos sentiremos perdidos por el inmenso escenario, sin mucho más que podamos hacer que buscar las pistas diseminadas por doquier recurriendo al zoom y a correr. Quizás con más documentos que recolectar y una mayor cantidad de pistas elevarían el potencial al infinito.
Lo mejor:
⁃ La maravillosa historia
⁃ La inmersión
⁃ Los gráficos y la banda sonora, sublimes.
Lo peor:
⁃ Tanta libertad y falta de guía pueden abrumar.
⁃ Se echa en falta un inventario con documentos y objetos que coleccionar.
Gráficos - 10
Jugabilidad - 7
Historia - 10
Sonido - 10
9.3
The Vanishing of Ethan Carter es uno de esos juegos que no pueden dejarse pasar: una joya en dosis pequeña que hará las delicias de los jugadores que busquen innovación y riesgo. Si estás harto de aporrear combinaciones de botones y de diálogos manidos sobre héroes y villanos aquí tienes una historia de grises donde varios mundos convergen sobre la pista de un niño desaparecido.
Juego muy absorbente, me lo pase en una noche. Eso si hay que ser cuidadoso con las pistas y puzles para resolverlos en el orden correcto y no dar muchas vueltas